Capítulo Vigésimo Quinto
-Hnnn – se quejó una peli rosa, mientras se movía perezosamente, por algún motivo le dolían las piernas y la cabeza la estaba matando. Cuando recuperó suficiente conciencia, se acordó en donde se encontraba y también quienes estaban con ella. Con un rápido vistazo a su alrededor casi no pudo reconocer el lugar. – ¿Que pasó aquí? - Haciendo memoria, recordó desde que llegaron a esa casa…
Takao y los demás que por primera vez visitaban a Akashi, pensaron ese momento que llamar “casa” a ese lugar estaba muy fuera de lugar, era enorme. Miró de reojo a Midorima pero este no mostraba ningún cambio en su rostro, era de suponerse Midorima vivía en una un poco más pequeña, igual de lujosa, para quienes habían entrado. Tuvieron que caminar atravesando el “jardín”, a eso tampoco se le podía llamar jardín, tenía un maldito bosque en la entrada. Caminando en el césped se podían apreciar unos perros.
-Que lindos – dijo Momoi, de manera casi melosa. Los demás no quisieron decir nada, no sabía cómo podía considerar lindos a tremendos perros guardianes, un Pastor Alemán y dos Rottweiler’s. Cada uno podía apostar que si Akashi daba una señal esos lindos perritos se volverían canes sedientos de sangre. Se les escarapeló el cuerpo solo de pensarlo, Akashi sería capaz.
-Están muy callados ¿Qué sucede? – dijo Akashi de manera casual. De la manera más casual que Akashi era capaz, o sea casi autoritariamente. Casi.
-N-nada, es que este lugar me parecía más pequeño antes. Pero si lo pienso nosotros hemos crecido, no es posible que la casa de Akashicchi también…
-No, en realidad, mi padre compró los lotes de terreno adyacentes a esta, así que es más grande ahora.
-Hee… -dijo casi en un bufido Aomine – ¿Al final lo construiste?
-Lo hice, iremos allí después de que dejen sus cosas en la segunda propiedad.
-¿Segunda propiedad? – preguntó Furihata, casi para sí mismo, con la intensión de ser escuchado por Kuroko y Kagami como máximo.
-Asi es Kouki – dijo el anfitrión – esta que ves es la segunda propiedad, la verdadera casa está detrás de esta.
Ahora si no podían estar más desencajados, no sabían si estar impresionados, o asustados con el poder que el pelirrojo tendría después de unos años.
-¡Eh no puede ser! ¿Para qué tienen dos propiedades? – rugió Kagami.
-Es por la imagen, con respecto de quien se trata su padre y la influencia que este tiene, necesita una fachada con esta casa, además de ser una preparación para que Akashi aprenda a administrar su propia casa. – Midorima explicaba mientras se acomodaba los lentes. Akashi asintió con un movimiento de cabeza. Takao no sabía ni que decir. Una cosa es saberse de dinero y querer vivir en la opulencia, pero esto era demasiado.
Al llegar a la casa “secundaria” fueron recibidos por un mayordomo y una sirvienta, vestidos al estilo inglés, los saludaron cortésmente y tomaron sus pertenencias. Akashi los guio hasta un lado apartado, al parecer era una especie de almacén, construido en las nuevas hectáreas de terreno. Más fue su sorpresa encontrar un gimnasio, el cual no tenía nada que envidiar con los de Shuutoku, Too, Kaijo.
-Hahaha, ¡lo construiste! – gritó exaltado Daiki.
-Aka-chin siempre viene aquí a entrenar con Rakuzan, ¿verdad?
-Si así es Atsushi, tenemos más comodidades hacerlo aquí que en Rakuzan. Pueden cambiarse por allá. – dijo señalando unos vestidores.
-Eh!! ¿Tan rápido ya tenemos un partido?
-Que esperabas Takaocchi, que la Kiseki no Sedai se reuniera y no jugara un partido amistoso.
-Yo quiero estar en el mismo equipo que Tetsu.
-¡No! ¡Yo voy a estar con Kuroko!
-Aléjate Bakagami, yo juego mejor estando con él.
-Tú ya dejaste de saber cómo jugar con él Ahomine, yo soy ahora su luz. – mientras peleaban no se dieron cuenta que Kuroko se les escapaba.
-Kise-kun es mejor que esté en tu grupo.
-Awnn!! Kurokocchi!! – Kise abrazaba a Kuroko como quien abraza un peluche y este se dejaba hacer.
-¡Aléjate de él Kise bastardo! – dijeron los dos al unísono, dándole una patada para que se alejara.
-¡¿Por qué me patean?, Kurokocchi quería estar conmigo, Aominecchi idiota!
-¿Por qué solo yo?
- ¡Dai-chan idiota!
-¿Tú también Momoi?
-Los equipos se eligen al azar, ¿alguna objeción? – esta vez sí quiso ser autoritario, y el resultado obtenido fue que todos se callaron al mismo tiempo, temiendo por sus vidas. Se cambiaron e hicieron un sorteo con papelitos para ver quien estaba en qué equipo.
Los equipos se decidieron con 5 en cada uno y Momoi como árbitro. En el primer grupo estaba Takao, Kise, Akashi, Kuroko y Himuro. En el segundo grupo Aomine, Midorima, Kagami, Furihata y Murasakibara. El partido comenzó, parecía estar reñido pero ni terminando el primer cuarto empezaron a haberse los primeros problemas.
-Ahomine idiota, yo estaba libre
-libre un cuerno, Tetsu te estaba marcando.
-Dejen de pelear ustedes dos, me están constando puntos.
-Pero a Mido-chin le han robado el balón, sobretodo Taka-chin.
-E-eso no es verdad.
El partido continuó, sus habilidades se lucían y brillaban más que nunca porque jugaban contra gente igual de fuerte y los de la generación de los milagros no van a medias, de esta manera hasta se pudo ver como entraban en la zona. Los que podían entrar en ella. O sea Kuroko no.
Sudaron, gritaron, rabiaron, rieron pero sobretodo se divirtieron, como nunca lo habían hecho en Teiko, como habían aprendido a disfrutar solo recientemente. Pero como era de suponer el equipo de Akashi ganó, le valió madres tener en contra a 4 prodigios, cuando en su grupo solo habían 2. O sea Kuroko no.
Sin querer la mañana había avanzado rápido, pronto sería hora de comer, pero el cansado extremo al que habían sido sometidos Furihata, Himuro, Kuroko y Takao los dejó exhaustos que sin decir mucho se pusieron en una esquina del gimnasio y se echaron como muertos sobre el laminado del piso. Lo fresco que éste estaba los ayudaba a calmar el recalentamiento por el juego.
-Hey ¿qué hacen? – pregunta el tigre desde las bancas.
-Estoy muerto
-Yo también
-…
-A Furihata-kun parece que se le fue el alma del cuerpo.
-Ha recordado sus traumas de la primera vez que jugó con Akashi –dijo Aomine en casi una risa. Pero inmediatamente volteó a mirar sus espaldas, se había olvidado que cada vez que hablaba mal del pelirrojo aparecía atrás con una mirada maligna y él podía jurar que veía la muerte en sus ojos. Esta vez no estaba tras él, pero al ubicarlo se acercaba a Furihata que seguía tirado como muerto. Tenía un paradigma existencial entre hacer algo para advertir al pobre chico pero sentir la ira del rey, o solamente hacerse al desentendido. Mas fue su sorpresa al ver a un Akashi preocupado, preguntado por el bienestar del chico y encima dándole la mano para que este se levantara. Al parecer no era el único sorprendido, absolutamente todos estaban con esa misma cara, hasta Midorima parecía desencajado.
Kagami conocía solo parcialmente a Akashi, por las historias de Kuroko y también por el último partido, parecía ser el menos afectado por los movimientos del otro pelirrojo, así que decidió imitarlo e ir a recoger del piso a su pareja. A diferencia del sonrojo de Furi, Kuroko parecía un niño pequeño que no quería obedecer a su madre, completamente reacio a pararse Kagami lo llevaba arrastrando de un brazo hacia los vestidores. La tensión de ver a Akashi hacer algo fuera de lo común se fue y decidieron no hacer caso. A Murasakibara le pareció divertido así que se fue donde Himuro y como si fuese un niño lo cargó sin mucho esfuerzo. Ahora el único que quedaba tirado era Takao, con una expresión de un cachorro miró a su peliverde y extendió los brazos hacia él, en señal de pedir que lo cargaran. Midorima estaba completamente reacio a hacerlo y se acomodó los lentes para disimular el bochorno.
-Oh vamos Shin-chan, siquiera dame la mano, todos están mirando tu tsunderismo en acción.
Ni para que dijo lo último, los demás con el comentario se pusieron a reír. Era gracioso porque era cierto. Midorima más rojo que antes se fue a los vestidores refunfuñando y Takao pidiéndole de todas las maneras que lo llevara hasta los vestidores, aunque sea como un saco de papas. Al final tuvo que pararse solo, con un poco de ayuda de Kise, al haber hecho ejercicio a ese punto y después simplemente no moverte le habían dejado los músculos un poco agarrotados, ya entendía a Kuroko.
Por obvias razones, el que más tardo en bañarse y cambiarse fue Takao, estaba sorprendido que en ese lugar haya de todo, hasta las toallas estaban bordadas con el apellido de la familia. Salió completamente refrescado.
-Shin-chan – Midorima lo había esperado en la puerta del gimnasio. – ¿los demás?
-se fueron adelantando.
-Ya veo – el ambiente se estaba poniendo algo extraño, mientras que avanzaban en dirección a la segunda propiedad.
-Takao…
-¿Si? – el mencionado volteó al ser llamado, pero no se esperó que Midorima, su Midorima haya dado el primer paso para darle un beso, cuando sus amigos no estaban muy lejos.
-S-shi-shin-chan
-Era porque no pude dártelo en la mañana.
-Yo también quería hacer lo mismo en la mañana – confesó algo sonrojado – fue bastante sorprendente verte con Akashi.
-Disculpa eso, el insistió en que te esperáramos juntos. Bueno después de todo él sabe que estamos juntos.
-Eh… ¿¿Ehh?? ¿Le dijiste? ¿Significa que los demás también lo saben?
-¡Noo! Como crees, él lo sabía desde antes…
-Pero nosotros recién…
-Él se dio cuenta que me gustabas, no faltó mucho para que atara cabos.
-Oh, lo siento, yo pensé…
-No pasa nada, creo que sería mejor mantenerlo en secreto por ahora ¿no?
-Bueno, creo que con esos chicos no me importaría, ¿has visto cuan notorios son Kagami y Kuroko?
-Y Aomine como una fiera rabiando
-Jaja cierto. Nee Shin-chan, ¿vas a decírselo a tus padres? – Midorima pareció pensárselo un rato como tratando de buscar las palabras adecuadas – No pasa nada si no les dices, no le iba a decir nada a mi madre si es que ella no nos hubiera descubierto.
-Se los voy a decir, a los dos. – Takao pareció mirarlo un poco asustado – Bueno, como fue mi culpa que se lo dijeras a tu mamá supongo que yo también tengo que decírselo a mis padres…
-Shin-chan… - decía Takao con tono desaprobatorio – no te caería mal ser un poco más Dere algunas veces…
-Quiero ir en serio contigo. – las palabras de Takao se le atragantaron en la garganta, y como muy pocas veces pasaba, se puso rojo hasta las orejas.
-¡¡Chicos vengan!! – Llamaba Momoi desde lo que parecía una parrilla.
Y en efecto era una parrilla, todos empezaban a servirse con las bocas haciéndoseles agua, después del ejercicio y el refrescante baño la comida era lo mejor, y que mejor para adolescentes que carne. Comían y reían con las bocas llenas. Aunque Kise quiso comer más, se sirvió moderadamente, su puesto como modelo no debía verse afectado por una subida de peso. Al rato daba igual lo que dijo, porque estuvo repitiéndose el plato.
Pero Aomine tenía un plan que cambiaría el resto de la tarde para todos los presentes.
Aomine se escabulló dentro de la casa, con la intensión de descubrir la cocina, en ella los criados preparaban jugo para los invitados. BINGO, era justo lo que necesitaba. Cuando se descuidaron, el botó solo un poco del jugo de la jarra y lo mezcló con sake. Se lo había robado de su casa, no estaba muy seguro de marcas, pero si lo habían comprado sus padres probablemente era fino y no se había equivocado, mientas más fino el sake el sabor es dulcete y casi insaboro si lo mezclas con otras sustancias, mucho más con jugo de naranja. Sin querer Daiki había creado un destornillador poderoso.
Después de la comida, el jugo se fue pasando de sitio en sitio. Al ser adolescentes deportistas, una de las cosas más vetadas en su vida probablemente había sido el alcohol. Akashi se dio cuenta ni bien sintió el líquido recorriendo su garganta, ese ardor tan característico de bebidas fuertes. No dijo nada, es más pensó que sería divertido, al haber estado en eventos de alcurnia donde las bebidas de esta índole eran más que comunes, no se le subía rápido, así que con parsimonia tomaba el jugo amañado mientas que veía poco a poco los rostros de sus amigos cambiar. Comenzando desde Tetsuya que al parecer ya le estaba afectando, su rostro se estaba volviendo más rojo. Kagami mucho más cariñoso, atraía a su pareja a su costado abrazándolo posesivamente. Aomine quien había decidido abstenerse con el jugo por beneficio propio, intentaba acercarse a Kuroko sin éxito, su plan de esperar que Kuroko se acercara más a él se le fue por la culata. Los demás igual que el peli celeste estaban algo sonrosados, Akashi pensó que sería suficiente hasta que la peli rosa mucho más animada de lo habitual casi gritó.
-¡Hay que jugar a algo!
-Pero en la mañana ya jugamos Basket, Momocchi.
-No un deporte, hay que jugar… ya se! ¡¡Hay que jugar Verdad o Reto!!
Los demás que estaban enfrascados en sus propias conversaciones al escuchar el comentario de su amiga, dejaron de hablar para darle la razón.
-Yo me uno, me parece interesante – dijo Himuro.
-Si Muro-chin se une yo también.
-Shin-chan y yo estamos dentro. –Midorima quiso replicar pero con las voces animadas de los demás ya no pudo decir nada.
-¡Bien! Ahora solo queda encontrar una botella.
-¿Eso no es la botella borracha?- replicó Kagami abrazando más cerca a Kuroko que al parecer estaba bastante cómodo
-No, no, mira es parecido, pero al que le toca punta de botella manda al que le toca el fondo. Esta persona decide si prefiere reto o verdad.
Ahora todos más instruidos con respecto al asunto parecían más confiados, si había cosas que no les gustaría hacer simplemente responderían “verdad” y asunto arreglado. Momoi sabía que Daiki había traído una bebida energizaste en su mochila, así que la abrió y sacó la botella vacía. No se dio cuenta que Daiki no la había bebido, sino que sirvió de recipiente para algo más. Con una mesa de centro, la botella y todos sentados en círculo decidieron dar comienzo al juego.
-¿Quién comienza?
-El anfitrión por supuesto.
Akashi sin replicar, cogió la botella y empezó a girarla. Primera ronda, Kise le tocó preguntar a Midorima.
-¿Midorimacchi, reto o verdad? – El aludido maldecía internamente el estar sentado allí, pero para evitar alguna cosa tonta, prefirió la verdad. - ¿Alguna vez has besado a alguien?
-No pues, Kise pregunta algo mejor. – se quejaban los chicos
-Si…
-¿En serio, a quién? – Preguntaba Kagami bastante sorprendido.
-Eso es otra pregunta Kagamicchi, espera tu turno. Ahora te toca girar la botella Midorimacchi – el siguiente turno fue para Midorima, mandando a Aomine.
-¿Te gusta alguien?
-¡Espera ni siguiera he respondido si voy a elegir reto! ¡RETO!
-Muy bien, saca una prenda de la persona que está a tu derecha.
-Hey, ¿qué?
-Midorimacchi, ¿Por qué yo también tengo que ser afectado? Aominecchi responde la pregunta.
-S-ssi…
-¿Qué dijiste Aominecchi? No pudimos escucharte
-¡Dije que sí! Con un demonio. ¡Siguiente! – Aomine giró la botella con fuerza y esta salió disparada, todo mundo le dedico una mirada de odio. La segunda vez que giró la botella le tocó mandar a Takao y obedecer a Kuroko.
-Verdad, Takao-kun.
-Hey estamos ansiosos por revelar verdades, bueno ya las preguntas anteriores están de más en tu caso, así que preguntaré otra cosa. ¿Qué es la peor cosa que has hecho? – Todos miraron expectantes a Kuroko, sabían que el chico sombra era muy recatado y educado, no se imaginaban para nada la respuesta que dio a continuación.
-Robé cosas una vez. – Las caras sorprendidas de todos, hasta de Kagami no se hicieron esperar, junto a un gran alarido, pidiendo que explicara. En un tiempo donde su baja presencia lo hacían pasar desapercibido, llegó un momento que se artó y un día decidió robar algo de una tienda, pero después se arrepintió y cuando quiso devolver las cosas, el encargado ni siquiera se había dado cuenta que faltaba algo. Para los demás y para el mismo Kuroko esta era una anécdota divertida del que podían reírse. Después el turno fue de Midorima mandando a Kise.
-Como los retos de Midorimacchi son horribles mejor elijo verdad.
-Eso significa que están confiado con respecto a la pregunta que le hice a Aomine. – Kise se veía bastante orgulloso y probablemente su respuesta sea algo decepcionante así que decidió cambiar de pregunta – Entonces ¿Alguna vez has usado tanga?
-Eh… ¡Ehhhh! ¡¿Qué clase de pregunta es esa?!
-Ya Kise no seas marica, tu dijiste que ibas a responder. – le codeaba Aomine. Con un sonrojo que inundó su cara respondió.
-Si… - todos se quedaron de piedra – P-pero fue para una sesión fotográfica.
-Kise- kun te creemos… - dijo Kuroko con una cara de lastima.
-¡Es en serio!
Las bebida ya escaseaba y Akashi se encargó de pedir más, pero no sin antes agregarle sake de su propia colección, era la primera vez que tomaba entre amigos, era la primera vez que ellos se divertían conversando haciendo cosas tontas sin estar asustados por su presencia o por el apellido de su padre, así que decidió agregarle más sazón al asunto. Después que las bebidas estuvieran hechas, no importaba si ahora el licor era más fuerte, es más, creía que sus amigos no eran tan idiotas para no haber notado el leve mareo, pero en las lenguas adormecidas de todos ahora podía pasar hasta gasolina. Les dio la tarde y noche libre al mayordomo y a la mucama, para que pudieran tener privacidad y lo que pasara de ahora en adelante quedara en los recuerdos de todos ellos, si es que el alcohol no se los impedía, de igual manera creía que si pasaba algo podía arreglárselas y obviamente mantenerlo oculto de su padre, que había salido de viaje, también esa era una razón de citarlos a todos este domingo tan inesperadamente.
Las preguntas poco a poco empezaron a subir de nivel, cada vez se hacían más íntimas, y los retos con ayuda del alcohol eran ahora sin ningún problema ejecutados. Cosas como “bájate el pantalón”, o” besa a alguien quien esté a tu costado” no se hicieron esperar, inclusive Momoi escogió reto por diversión y los chicos le pidieron que baile en frente de todos. Aunque la petición era solo baile, Akashi con el control remoto del equipo de sonido se las arregló para poner una música algo estridente, estando entonada no le pareció vergonzoso bailar un buen rato y hasta subirse a la mesa sacándose la remera que llevaba y dándole vueltas en el aire, mientras los chicos la apoyaban con gritos y silbidos, después de su pequeño espectáculo el sake hizo mella en ella y calló dormida, los demás continuaron.
Cada vez estaban más mareados y como dicen “los niños y los borrachos dicen la verdad” también en este caso, los borrachos muestran su verdadera personalidad. Descubrieron que cuando quería Kuroko podía soltar lisuras, Takao era más hiperactivo así que Midorima tenía que calmarlo, Himuro se reía a cada rato mientras que Murasakibara lo abrasaba posesivamente como un niño, Kise era un besucón, siendo botados por todos y como Momoi a su derecha estaba dormida agarró de punto a Aomine que al principio reacio alejaba al rubio, pero al rato ya se dejó hacer y se puso participativo. En algún momento Akashi había desaparecido y misteriosamente Furihata también. Aprovechando la noche, y que en ningún momento habían prendido las luces, después de todo habían comenzado con el juego desde las 2 de la tarde aproximadamente, las parejas se hicieron evidentes, nadie juzgaba, solo dejaban que el abrigo de la oscuridad los albergara.
Gracias al bendito jugo amañado ni a Midorima ni a Takao le dio vergüenza besarse de manera lasciva después de todo el producto de los celos del moreno se había ido de la mano con Furihata mientras pensaba que nadie los veía, y abrazados se quedaron dormidos hasta que…
Momoi se despertaba del letargo y reconocía el lugar en el que había despertado por el frio de no traer remera, ya la luz entraba tenuemente por las ventanas y al ver el reloj se dio cuenta de las horas de la madrugada que eran, rápidamente movió a Aomine que abrazaba a Kagami y tenían un Kise y un Kuroko abrazando sus cinturas respectivamente.
La peli rosa no sabía qué demonios había pasado, no solo Aomine sino también Murasakibara con Himuro y Midorima y Takao, ¿en dónde estaba el dueño de la casa? No importaba , rápidamente movió a todos y al darse cuenta de las condiciones en que estaban, en el lugar en que estaban y más preocupante aún la hora en que estaban casi se les sale el corazón de la boca, deberían que haber llegado a casa hace horas, sobre todo los que no Vivian en Tokio. Takao revisó su celular y tenía varias llamadas perdidas, ahora si iban a matarlo. Más aun recordó que ese día se vencía el plazo de la apuesta con Miyaji.