Prólogo
Cuando crees que la vida es solamente lo que pasa día a día, vives absorto sólo en tu trabajo y sientes que la monotonía es parte de cada mañana, te encierras en tu trabajo, quizá das todo de ti en tu soledad, a pesar de que la gente puede creer que tu vida es perfecta, solo por ser una celebridad, por tu popularidad y quizá por tu dinero, cuando ni tú mismo te has dado cuenta que hay un vacío dentro de tu corazón, que una parte de ti desea que esa habitación solitaria se llene de vida, puede llegar alguien que cambie tu mundo, alguien que le dé sentido a tu existencia, alguien que te dé una razón verdadera para seguir adelante. La vida se rige por el destino, cada instante está planeado por una armonía perfecta, es cuestión de dejar que el tiempo pase, y es justo en el momento en que menos lo esperas, cuando estás dentro de una nueva historia.
Capítulo 1
Intentando escaparme de todo el ruido de la ciudad y el estrés del trabajo he decidido visitar este lugar lejano de la civilización, lejos del humo de las calles y la ruidosa gente, pero cuál sería mi sorpresa al comprobar que una persona como yo, no puede tener vida privada, y que para hacer planes como este… no, no hay que hacer planes, simplemente al sentir el impulso de escapar, hay que huir con la ligereza de un gato.
Al abrir la puerta del coche comenzó el barullo de la prensa y las preguntas habituales:
- Miyavi, ¿hay alguien que te acompaña?
- Miyavi, ¿es verdad que hubo problemas con la editorial y es por eso que te alejas un tiempo?
- Miyavi, ¿es cierto que has venido en busca de inspiración por falta de trama para tu siguiente novela?
- Miyavi, fuentes confiables de información revelan que has venido al encuentro de la chica que te inspiró para la creación de tu último libro: “El viento sabe que te amo”. Necesitamos que la presentes a los medios y nos cuentes sus planes a futuro, dinos…
Me seguían hasta la entrada de sitio de reposo, al estar frente a la puerta di media vuelta y contesté:
- Vine aquí para estar solo por un momento, el ruido y la gente me tienen aturdido, si bien es cierto que no he comenzado nuevo material, no es por falta de inspiración, sino que después de cinco novelas publicadas en un mes, necesito un poco de descanso, de paz y tranquilidad, conmigo y mi mente. Por tanto les pediré atentamente, sean tan amables de darme un respiro, ya contestaré a sus insistentes preguntas cuando decida que es el tiempo.
Di la vuelta y aunque me invadieron con nuevas preguntas decidí ignorarlos por completo. Entré al lugar un tanto fastidiado, preguntándome el origen de la fuga de información, pero solo logré encontrar una explicación: La vida de un escritor no es suya, es de quien puede comprarla y como último consumidor, cualquiera que desee saberla.