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La Maquinita por Diva_SnowQueen

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Notas del capitulo:

Todos los personajes son del gran Tite Kubo-Sama  al igual que la serie de BLEACH.

 

Aquel había sido un día duro para Byakuya: El capitán Yamamoto les había dado un sermón de casi una hora, además quería que todo el Gotei 13 hiciera sesiones de entrenamiento para mejorar la coordinación entre las distintas divisiones y que aprendan a trabajar juntos y en equipo, sin mencionar que el capitán Zaraki le había querido buscar pelea como siempre. Y ahora cuando llegara a su división le estaría esperando su escritorio lleno de papeles.

-Mi día ya no puede empeorar.- decía Byakuya fastidiado. 

-TAAAAIIIICHOOOOO.- gritaba Renji

-Me equivoque

-Espéreme, un agente de la fuerza escondida me dio esto de parte del capitán general.

Byakuya alzó la vista y vio ante sí a Renji, que le sonreía cordialmente mientras le entregaba el mensaje.

-¿Una misión al mundo humano? Como si no tuviera suficiente.-dice mientras lee la nota

-Sí al parecer Ichigo está teniendo problemas con unos huecos muy fuertes.

Ichigo ese mocoso del demonio como lo odiaba, no lo toleraba y más que nada porque el día en que apareció, Renji pasaba más tiempo con el shinigami sustituto y se había olvidado de él.   

-Vamos capitán el capitán general dice que me acompañe, en el mundo humano hay muchas cosas que ver y comprar, podemos ver las tiendas después de la misión - dijo Renji, Byakuya lo miro por un momento y este agregó-Por favor capitán hare cualquier cosa para quitarle el estrés.

Las palabras del teniente animaron un poco a Byakuya.

-De acuerdo Renji - dijo- y donde nos quedaremos.

-En la tienda de Urahara-

-No es posible-dijo Byakuya con fastidio

Así emprendieron el viaje y al salir del Senkaimon sintieron la presencia de un hueco; Renji fue a investigar mientras que Byakuya entraba a la tienda de Urahara. Byakuya se volvió durante unos segundos antes de entrar para ver alejarse al chico de sus sueños, hace mucho que amaba en secreto a su teniente pero nunca se lo diría, no tenía el valor, luego continuó su camino.

Cuando iba a entrar en la casa se encontró con Yoruichi, que también llegaba en ese momento.

-¿Yoruichi? ¿También vas a estar aquí?- dijo con algo de enojo Byakuya.

Pero no hubo respuesta, se extrañó que Yoruichi no le respondiera, y que ni siquiera se detuviese. Entonces se percató que tenía la mirada perdida, y que en su mano llevaba un pequeño paquete. Perplejo por esa actitud, Byakuya la siguió y dejó que abriera la puerta. Ambos dejaron el calzado en el recibidor y entraron al interior. Byakuya se sorprendió más al ver a Yoruichi subir las escaleras hacia el piso de arriba. Siempre detrás de ella, ambos entraron en una de las habitaciones. Allí estaba Urahara, sentado en el tatami leyendo un libro. Este alzó la vista de cuando advirtió la presencia de la mujer.

-Ah, gracias, Yoruichi- dijo cuando esta le entregó el paquete-. Ahora vete a la sala de estar y despiértate.

Yoruichi se dio media vuelta y salió de la habitación, cerrando la puerta corredera detrás de sí.

El capitán Kuchiki aún no había salido de su perplejidad, al tiempo que Urahara, con una sonrisa satisfecha, abría la bolsa y sacaba un "Manju" al que dio un mordisco.

-¿Pero cómo es posible que Yoruichi te haya ido a comprar "Manju"?- preguntó Byakuya mientras se sentaba frente a Urahara, pues sabía que Yoruichi no era muy dadivosa que digamos.

-Utilicé este aparato- contestó el tendero-. La máquina hipnotizadora.

Del bolsillo de su kosode había sacado un objeto del tamaño de una calculadora de bolsillo, que tenía incorporado una especie de altavoz con un botón para pulsar debajo.

-Verás, es que tenía hambre y no tenía ganas de ir a la pastelería a comprar "Manju", así que pensé que podría ir alguien por mí- explicó Urahara, como quien se excusa de haber hecho una pequeña travesura-. Sólo tienes que enfocar a la persona que deseas hipnotizar con el altavoz y apretar el botón. La persona hará únicamente lo que le mandes, y cuando digas que se despierte no recordará nada de lo sucedido.

-¿Y puedes pedirle que haga cualquier cosa?

-Cualquier cosa siempre y cuando este dentro de sus posibilidades.

Entonces Urahara recibió una llamada de su celular.

-Aquí Urahara qué ocurre, si, si, si, nooo eso no, diablos voy para allá con Yoruichi-cuelga el teléfono- es una emergencia tengo que irme siéntase como en su casa yo vendré a la noche. 

Urahara salió corriendo de la habitación y Byakuya dirigió la mirada a la máquina hipnotizadora, que se le había caído a su dueño tras su súbita salida. Y luego sonrió  

"Bueno, Renji dijo que haría cualquier cosa para quitarme el estrés", pensó sin dejar de sonreír. "Pues ha llegado el momento".

No pasaron ni 5 minutos cuando Renji llego a la casa de Urahara busco pero no encontró a nadie decidió ir a una de las habitaciones y echar una siestecita pero entonces encontró a su capitán sentado en el tatami y junto a un futon.

-Hola Renji te estaba esperando- dijo Byakuya con una pequeñísima sonrisa que para el pelirrojo no paso inadvertida esto había ocasionado que un pequeño foco rojo se encendiera en su cabeza como señal de alarma.

-Hola…capitán- respondió él con un tono nervioso- y los demás

-Tuvieron que irse todos, estamos solos en casa.- dijo levantándose.

Byakuya alzó el aparato a la altura del rostro de Renji, apuntando con el altavoz a los ojos de su teniente.

-Capitán ¿Qué es eso?- le preguntó Renji lleno de curiosidad.

-El último invento de Urahara te lo mostrare

 Byakuya apretó el botón.

-Bien, ahora estás bajo mi control y harás lo que yo te diga, ¿de acuerdo?

-Sí- respondió Renji, serio y con la vista fija en él.

-Ahora quítate la ropa lentamente.

Entonces Renji cogió con ambas manos el obi de su uniforme y tiro de él, quitándose el kosode. Luego se despojó del hakama, luego el shitagi blanco desliándolo con lentitud por su piel dejando ver gran parte de su bien formada anatomía, por último el fundoshi y los tabi.

Byakuya había observado aquel proceso con los ojos como platos. Ahora tenía desnudo ante sí a su apuesto teniente. Tenía una figura deliciosa, totalmente perfecta. Byakuya se arrodillo frente a él lo vio de arriba abajo deteniéndose en su tatuado pecho.

-Oh, Renji ni mil poetas en mil largos años podrían describir un tercio de tu belleza -dijo mientras subía sus manos por las largas piernas del pelirrojo pasando por sus caderas, ahí se dio cuenta de que su pene también estaba tatuado –no debería sorprenderme después de todo Zabimaru es quien te pone tus tatuajes, supongo que no te duelen –el capitán del sexto escuadrón sigue su camino llegando hasta el  pecho de su teniente era tan suave le hizo sentir una placentera sensación que fue toda una novedad para él, y que le gustó. Pasó sus índices por los pezones, e instintivamente miró a la cara de Renji. El pelirrojo seguía con la mirada fija hacia delante, pero algo había cambiado en su expresión. Byakuya vio sus ojos medio cerrados y que también se había sonrojado. El capitán se desnudó también. Estaba excitado y ruborizado, y a su pene le faltaba poco para alcanzar la erección total.

A continuación se levanto y alzo sus manos y le quito la bandana blanca y la cinta que sujetaba el cabello carmesí de su teniente; fue mágico Byakuya juraría que el cabello de Renji cayó en cámara lenta.

-Renji- respiró profundamente-. Ahora quiero que te tumbes boca arriba sobre el futon. Por favor.

El pelirrojo obedeció, colocándose con la mirada dirigida al techo, doblando la rodilla derecha con la mano sobre el muslo.

Byakuya lo observó en esa posición durante unos segundos, tiempo suficiente para que consiguiera calmarse y aclarase sus ideas. Ahora tenía la oportunidad de disfrutar del cuerpo de su adorado pelirrojo, y no pensaba desaprovecharlo. Por su mente pasó lo que había hojeado en algún que otro manual de sexualidad y se acercó a Renji. Se tendió sobre el joven de cara a él y le miró a los ojos durante unos instantes mientras le acariciaba el cabello. Entonces recordó que Renji sólo haría lo que él le dijera, sin poder esperar ninguna iniciativa por parte suya. Bien, era mejor aquello que nada. Acercó sus labios a los del pelirrojo y lo besó. No pudo evitar cerrar los ojos. Las bocas de ambos se entreabrieron y se continuaron besando. Entonces se dio cuenta sorprendido de que la lengua de Renji le estaba lamiendo los dientes de arriba y que seguidamente buscaba la suya, encontrándola y haciendo que ambas bailaran juntas. Byakuya abrió los ojos y vio que los de Renji estaban cerrados, como los de alguien que sintiera placer. El moreno supuso que, aunque se le ordenase, una persona hipnotizada no podía evitar reaccionar ante determinados estímulos involuntariamente. Bien, él también se dejó llevar por su instinto. Apartó su boca de la de Renji y le besó las mejillas, la nariz y la frente. Luego se encargó de mordisquearle los lóbulos de las orejas. Fue descendiendo, besando y lamiendo el cuello de Renji, lo que hizo que el pelirrojo dejara escapar un pequeño gemido de placer. Volvió a colocar las palmas sobre sus pectorales delineando con sus dedos esos tatuajes tribales que lo hacían lucir tan exótico y atrevido –Renji siempre me han dado curiosidad tus tatuajes-, centrándose después en sus ya endurecidos pezones, presionándolos suavemente. Acercó su cara al izquierdo y se lo introdujo en la boca, empezando a succionárselo seguidamente. Después iría a por el otro. Renji lanzaba algún gemido de vez en cuando, algo de lo que se dio cuenta Byakuya que le gustaba escuchar. Siguió descendiendo, pasó por su vientre y llegó hasta aquel manjar que tenia entre las piernas. Byakuya abrió aun más las piernas de Renji y pudo admirar la preciosa herramienta de su teniente que ya estaba emanando abundante líquido pre seminal, el moreno acerco su nariz para aspirar el olor que emanaba de aquellos genitales, era un suave olor a canela y a sudor el cual se impregnaba en su interior. El capitán de la sexta comenzó a besar y a lamer suavemente sus testículos para luego sacar su lengua y suavemente comenzar a recorrer su miembro a medida que sentía el sabor de su polla; para sorpresa del moreno Renji le pedía con desesperación que se la metiera en la boca así que no se hizo esperar y se lo fue introduciendo lentamente deseando que ese momento fuera interminable. Byakuya sentía como le traspasaba la campanilla sin causarme arcadas, comenzó a succionarle con fuerza cambiando frecuentemente el ritmo.

Para entonces ambos, estaban al borde de la locura, pero muy a su pesar Byakuya retiro la  polla de Renji de su boca y comenzó el camino ascendente de su lengua y sus labios por su ombligo, pasando por su abdomen hasta alcanzar uno de sus pezones, pasando su lengua por su cuello y su barbilla, rozando levemente sus labios que inmediatamente se abrieron para recibirlos, se fundieron en un beso lleno de pasión y desesperación. Repentinamente, Byakuya se separo de Renji, tomando su pierna derecha girándome bruscamente dejándolo con el pecho en contacto con el futon, el culo en lo alto abriéndole con las dos manos las nalgas para dejar ver su rosado ano

-Pero que hermosa flor me he encontrado- sin más, el moreno comenzó a taladrarle su ano con la fuerza de su lengua, mordisqueaba el contorno de aquella pequeña flor de piel, arrancándole incesantes suspiros a su pelirrojo medida que introducía con dificultad primero un dedo, para después dar paso a un segundo y un tercer dedo.

 -Renji pero que apretado lo tienes.-dijo Byakuya mientras Renji prácticamente comenzaba a aullar de placer, gimiendo como un poseso, nuevamente tomo su pierna derecha y lo acostó boca arriba lo tomo de los brazos e hizo que se sentara en el futon.

-Ahora es tu turno hazme feliz - dijo Byakuya poniéndose de pie mientras Renji se arrodillaba ante él acercando su boca al miembro de su capitán. En el último momento se desvió hacia sus testículos y los besó. Saco la lengua y procedió a lamerlos.

Tras chupar un rato los testículos de su capitán, el pelirrojo volvió a sacar la lengua y recorrió el camino desde sus testículos hasta el glande, por la parte de abajo de su polla.

-Te adoro sigue Renji ah-al escuchar la aprobación de su capitán Renji rodeo su polla con una mano, para luego proceder a lamer el glande como si fuera un caramelo. Estuvo así hasta que salió la primera gota de líquido pre seminal. La lamio.

-Mas…mas…oh cómeme la polla –y así lo hizo Renji abrió bien la boca e introdujo el glande en ella; poco a poco introducía el miembro de su capitán en su ardiente cavidad bucal aguanto unos segundos con la polla en su garganta y luego volvió a la profundidad normal. A partir de entonces, aumento considerablemente la velocidad de la felación. Al cabo de unos minutos, la respiración de Byakuya se fue acelerando. La corrida era inminente sin embargo el moreno aun no quería correrse y a regañadientes aparto su polla de la boca de su amado.

-Acuéstate Renji y abre las piernas ahora te hare mío- Renji obedeció al instante luego Byakuya tomo las piernas de su teniente poniéndolas sobre sus hombros y de nuevo paso su lengua recorriéndole desde su ano hasta la punta de su pene. Lentamente fue profundizando hundiendo su rostro entre las piernas del pelirrojo, mientras abría sus nalgas con sus manos. Bien, ahora era el turno de Byakuya. Tendido su teniente sobre el futon con las piernas abiertas, se dispuso a penetrarlo. Entonces pensó que posiblemente era virgen, y que era mejor ir con cuidado.

 -Renji, si te hago daño dímelo, ¿de acuerdo?

-Sí…

Byakuya deslizó lentamente la cabeza de su miembro erecto en la entrada del culo de su teniente, por su parte Renji sintió un piquetazo de dolor porque a pesar de la dilatación, el miembro del moreno peleaba contra la guarida que su cuerpo le ofrecía. Era demasiado grande para un culo todavía inexperto como el del él. Sintió un nuevo piquetazo que lo hizo estremecer de dolor, y arqueó la espalda, echando la cabeza hacia atrás, debido a la total invasión a su cuerpo. Lanzó un fuerte gemido y sus ojos brillaban con la humedad de inminentes lágrimas. Cielos, lo había lastimado...

Por un momento, el moreno sintió pánico. Pero tenía que continuar. Byakuya cerró los ojos con fuerza y le pidió perdón.

- Lo siento... Renji... lo siento. Pero... era necesario... Ya no sufrirás más... lo prometo...te quiero…Renji

Él me miró con los ojos brillantes y enrojecidos, la cara congestionada en un gesto de temor. Parecía una criatura que acababa de sufrir una horrible pesadilla. Enternecido, el moreno se  inclinó y besó las mejillas húmedas de sal de su pelirrojo, en un vano intento de eliminar todo el mal que hubiera podido causarle.

Lentamente, comenzó a moverse en su interior, y Renji volvió a estremecerse y a ahogar sus gritos en la garganta. En medio de su dolor, le mordió en el hombro con fuerza al moreno y me arañó la espalda a la altura del tórax.

Byakuya soportó en silencio sus ataques y, muy en el fondo de su ser, le excitaron sobremanera. Poco a poco, su cuerpo se aflojó y sus avances fueron cada vez más fluidos y placenteros. Renji empezó a moverse al compás de los movimientos de su capitán, levantando sus caderas contra él a la vez que con sus manos grandes pero gentiles acariciaba el pecho perlado en sudor del moreno.

Al ver que le respondía, Byakuya agarró las caderas del pelirrojo y las estrechó contra sí, profundizando la penetración y arrancándole nuevos gritos de dolor y placer entremezclados. Como una oración que pudiera librarle de todo sufrimiento, le repetía en susurros lo mucho que lo adoraba, lo mucho que significaba para él.

- Renji, te quiero... te amo…mi vida... mi amor...prométeme...que siempre estarás conmigo

-Lo…prometo

-Di…mi nombre- dijo tomando el miembro de Renji y comenzando a masturbarle de nuevo, haciendo que su cuerpo se retorciera debajo del suyo como una culebra enloquecida.

-BYAKUYAAAAAA- Renji gritó el nombre de su amado capitán con una fuerza casi demencial mientras un hilillo de saliva bajaba mansamente por la comisura de su labio hasta depositarse en el mentón y de ahí caer precipitadamente a la colcha sin perder la unión con su convulso amo, su cabeza se sacudía de un lado a otro con un revuelo de cabellos rojizos, y sus manos le agarraban por los hombros den moreno con la fuerza de un animal salvaje. Con un último grito, Renji se sacudió como si un látigo invisible hubiera vuelto a flagelarle y su orgasmo llegó como una explosión que hizo brotar a borbotones su ardiente semilla sobre la mano de Byakuya y su vientre.

Luego fue el moreno el que notó un río de lava caliente bajar por su espina dorsal e inundar sus entrañas con un fuego abrasador. Una maravillosa sensación de vértigo se apoderó de él. Se sintió poderoso, invencible... Como si volara y surcara el firmamento como una estrella fugaz, hasta expandirse finalmente en pequeñas chispitas de luz...

Un dulce aturdimiento se apodera de ambos, como si sus fuerzas se me escaparan poco a poco de sus cuerpos, dejándolos completamente exhaustos. Al despertar Byakuya se dio cuenta de que ya estaba obscureciendo y que estaba pegado a Renji, abrazándolo por detrás este sonrió y beso en el hombro al Renji. Y aquí estaban los dos ahora, unidos en un abrazo que el moreno hubiese deseado que durara hasta el final de los tiempos.

Con Renji a su lado durmiendo, tranquilo, bañado por los rayos del atardecer y latiendo su corazón al compás del suyo. Así deberían ser las cosas ahora y siempre, pero las cosas no son así.

-Sé que esto no puede durar más y que tus palabras y promesas solo fueron producto de la hipnosis. Pero si hubiera una forma de que tu subconsciente lo conservase quiero decirte que… Te amo, te amo con todo mi corazón Renji.- dice depositando un beso en su mejilla y empieza a vestirse en eso Renji de despierta y por ultimo le susurra al oído- ve y báñate y luego despierta.   

*****

Ya eran las 8:00pm y Urahara abrió la puerta de la casa y se encontró con Byakuya sentado a la mesa tomando una taza de té.

-Hola capitán Kuchiki, alguna novedad ¿mientras no estuve?, y donde está su teniente.-dijo Kisuke con su frescura acostumbrada

-Nada que reportar, Renji está arriba bañándose- dijo con el mismo tono seco de siempre

-Bueno me alegro de que estén aquí ambos, tengo que hablarles de algo importante - dijo Kisuke-. Solo esperemos a los demás para darles los detalles

-Está bien en un rato mas avisare a Renji, por cierto se te cayó esto cuando te ibas.

Byakuya le tendió la máquina hipnotizadora.

-Gracias por cuidarlo -Kisuke cogió el aparato-.temía que si Tessai y los chicos llegaban primero que yo, Jinta lo encontraría, ahora le pondré las pilas.

-¿Pilas? ¿A que te refieres?- preguntó Byakuya sin entender.

-Sí vera. Antes de irme le quité las pilas al invento. No podía permitir que los niños lo tomaran y menos si se trata Jinta por que de seguro lo usaría para hacer alguna de las suyas.

Byakuya frunció el ceño.

-A ver si me aclaro- dijo Byakuya-. ¿Me estás diciendo que el aparato no funcionaba?

-Claro-Kisuke le enfocó con el altavoz y apretó el botón-. ¿Lo ve?

De repente, Byakuya abrió los ojos de par en par y se puso rojo como un tomate.

****

En la habitación, Renji se hallaba recién bañado y acostado en un futon limpio. Y saca de su Kosode una foto de su capitán la cual abraza devotamente –Yo también lo amo capitán- En un momento dado Renji alza la vista, y sonríe sacando la lengua.

FIN

Notas finales:

Ta tan que les parecio que niños tan traviesos jejeje 

Para cualquier pregunta, chisme o comentario dejenme un review y con gusto los atendere

Bye


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