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Una y otra vez por azumicard

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Por otro lado, Jhon continua aguardando a que Sherlock conteste la llama, así lograría despejar sus dudas y poder brindarle tranquilidad. En fracaso termino el primer intento así que insistió una vez más, obteniendo el mismo resultado. Respiró profundo antes de intentar por tercera vez, en esta ocasión el móvil estaba apagado.


— Sabe que soy yo, por eso no contesta y ¡ahora lo apaga!- tira el teléfono- sabes que Molly, dile a Sherlock que es un idiota, hijo de put… ¡que se muera!- sale furioso y detrás suyo Molly aparece intentando calmarlo. Coge su saco, antes de irse advierte - ¡No me sigas!-


Baja furioso, por suerte la señora Hudson no estaba ahí para verlo transformado en un demonio. Abre la puerta de salida, se queda parado sin hacer nada, como si estuviera recapacitando. Voltea la mirada adentro y ve ese gorro colgado en el perchero. Arruga la frente, las pupilas se dilatan, siente como la sangre hierve de ira y abandona el lugar sin antes golpear la puerta. Camina varias cuadras arriba, logrando calmar esos sentimientos; el clima era propicio para caminar en una tarde tan esplendida. Coge un taxi en dirección a la casa de Mycroft, al llegar duda en bajar o decirle al taxista continúe la marcha; tenía la mente hecha un desastre por culpa del detective que odiaba a muerte. Al final elige bajar, camina a la entrada, ahí es recibido por el mayordomo principal, él cual lo conduce al vestíbulo.

— Hola Mycroft - le mira.

— Debiste decirme que venias -le invita tomar siento- Te hubiera mandado una limosina-.

— No te preocupes, solo vine a ver si Sherlock se encuentra aquí.

— Pues no está aquí como puedes ver, pero quédate si quieres- se acerca.

— No gracias – retrocede unos pasos – Tengo que regresar a…

— Se fue ¿no? –interrumpe al verlo tan afligido- te dejo...- Mira discretamente la barriguita que intentaba esconder- Es muy fácil deducirlo, querido jhon. Todo tu cuerpo expresa ese malestar; tu voz se quiebra cuando pronuncias su nombre y ese rostro tuyo, refleja el dolor que sientes al desconocer su ubicación. La última persona en acudir por ayuda sería yo, después del último acontecimiento. Estas tan desesperado que vienes a mi; eres tan obvio - sujeta su barbilla con la intensión de besarlo.

— ¡No!-lo empuja- Él no me dejo, ¡estás equivocado!

— Lo hizo y no solo te dejo, si no que se fue con una mujer. ¡Te dejo!,¡te abandono!! Admítelo. ¿Creíste en las palabras de mi hermano?, ambos sabemos que él utiliza a las personas para su beneficio, sin importarle los sentimientos. Su pensamiento racional no le permite adoptar emociones, nunca sentiría amor por otra persona, ya que los sentimientos para él, son una ecuación química. Y tú no estás en ella. Desecha la idea que Sherlock alguna vez te amo, caso contrario ahora estarías a su lado. - le toma del brazo-pero yo te amare y te daré todo - lo besa.


No pone resistencia al ataque del otro, todas las palabras dejaron a Jhon en un estado de shock –“… ya no me ama” – piensa mientras la lengua de Mycroft se paseaba por su boca-"Sherlock...ya no..."-cierra los ojos pensando en su amado con otra persona.


Mientras tanto, en el piso 20 de un edificio lujoso, Sherlockcamina muy preocupado a raíz de la reciente conversación con Irene Alder. En su camino, no percibe las miradas lujuriosas de un grupo de señoritas, una de ellas va detrás de él para conversar y obtener su número. Llega al ascensor, al voltearse mira venir corriendo a una joven, gritando que no cierre la puerta, a un par de pasos para entrar, Sherlock oprime el botón rápido y las puertas se cierran frente a la cara de ella. Nadie más sube en todo el trayecto, en ese momento se recuerda prender su móvil, mira el registro de llamadas. Las puertas se abren y él camina a la salida, antes de tomar un taxi recibe una llamada.

—Qué sucede Molly – responde Sherlock.

— Jhon acaba de salir muy alterado, no sé a dónde fue-.

— Era tu responsabilidad cuidar de él, por eso te mande a vigilarlo-

— No podía hacer nada... Sherlock necesitas comunicarte con él, en su estado no es bueno que ande por allí solo.

— ¡Maldición!, tenía que pasar algo así en este momento. - hace una pausa- Molly conoces la casa de mi hermano-.

— No, porque-

— Creo saber donde esta Jhon...

 

Mientras tanto, Mycroft aprovecha el estado de Jhon y con engaños logra conducirlo a su recámara. Cierra la puerta con seguro, no quería ser interrumpido. Lento camina hacia el doctor que estuvo parado sin decir nada, ni mover ningún músculo. Parándose detrás de él, lo empuja a la cama.

—Jhon este momento lo añore desde que te conocí- le desnuda- quiero hacerte tantas cosas- lame su vientre- es pequeño, así que es fácil sacarlo de ahí- sonríe.

— Él...él ya no me ama...- se deja llorando.

— Sí mi amado Jhon, él ya no te ama-le besa- ahora mi amado, es hora de hacerte mío- separa las piernas de Jhon.

— Sherlock...- abrasa su vientre- ya no...-

 

Un taxi se aproxima a toda prisa y se detiene en la entrada de la casa, de ahí bajan Sherlock y Molly. Dejando las formalidades, pregunta al mayordomo por el paradero de su hermano, quien niega saber el paradero de su amo. Por el nerviosismo de sus palabras sabe que esta mintiendo, no le queda otra opción sino ir directamente a la habitación de su hermano. Sube a toda prisa por las escaleras, dejando muy atrás a Molly que intentaba seguirle el paso. Voltea a la derecha después de caminar recto, solo ver la manija dedujo que estaba asegurada por dentro, con dos patadas abrió la puerta. Cansada llegó al lugar, al entrar lo primero en ver fue al detective parado con la mirada fija al frente. Intrigada volteo la mirada en ese dirección y vio la escena; Mycroft devorando a besos al doctor, mientras empujaba lentamente dentro de él.


— ¡Oh por dios! – exclamo Molly cubriéndose los ojos.

— Casi salvas a tu hijo Sherlock- mira a su hermano con una sonrisa triunfante y sale del doctor-

— She...sherlock...-llorando habla Jhon sin verlo.

 

La escena que presenciaron cuando entraron fue tan inesperado, tan extraño que Sherlock tuvo que cerrar los ojos y volverlos a abrir antes de que su mente pudiera asimilar todo. Permaneció inmóvil sin decir nada, de pronto da media vuelta. Forzó una sonrisa dirigida a Molly que la miraba asustada, saca el arma del bolsillo de su saco. Camina lo suficiente cerca a su hermano, alza el arma y dispara directamente contra el hombro.

— Te advertí Mycroft, si volvías a tocar a Jhon, tomaría tu vida con mis propias manos.

— ¡ugh!- le mira- lo disfrute, ¡maldición!, ¡disfrute esto!- se coge el hombro- Esto es lo que quieres y lo que quiere Jhon - enfatizo- ¡maldición!- cae de rodillas al suelo Mycroft-

— ¡Sherlock!, No cometas una locura, tranquilízate; piensa en Jhon –Molly trata de calmarlo.

— Apártate de mi camino – cegado por la ira camina y cuando esta apunto de apretar el gatillo Molly se abalanza contra él - Te dije.... que ... -forcejean, dejando caer el arma, la empuja con fuerza y termina desmayada en el piso. Enseguida aplasta con el pie la herida del hombro, los quejidos de Mycroft se escucharon a kilómetros.

— ¡¡Ahggg! Maldición, nunca entiendes- grita de dolor- ¡fue Magnussen eres un inútil!, Jhon esta en shock y tu maldito bastardo se encuentra bien. Ni siquiera lo penetre- grita y después de eso una lluvia de balas cae sobre ambos hermanos.

 

Mycroft se resguarda de los disparos detrás de los muebles, en cambio Sherlock utiliza su cuerpo como escudo para proteger a Jhon, Termina ensangrentado abrazando a su amante, quien observa como las balas perforan el cuerpo del otro. Conmocionado cierra los ojos hasta que no escucho nada, al abrirlos lo primero en ver fue el cuerpo ensangrentado de Sherlock encima de la cama. El Pánico caótico de su mente volvió y se quedo sin decir nada a pesar de los llamados de Molly. Ella buscaba en ese habitación un botiquín de primeros auxilios, al no hallarlo quiso salir en busco de ayuda, pero la puerta se Abrió y entra Mycroft vendado el hombro en compañía de Athena.


— Necesitamos llevar a Sherlock de inmediato a un hospital, su situación es grave.

— No es para tanto. - se acerca a su hermano- Eso fue realmente lindo, salvar a tu amada princesa. Es momento que salgan de aquí antes que vuelvan los hombres de Magnusen y terminen con sus vidas.

Athena fue la encargada de realizar las coordinaciones en trasladar a los heridos a un hospital. Gracias a la intervención inmediata de los médicos lograron estabilizar a Sherlock, lo trasladaron a la misma habitación que Jhon. Él estuvo todo el tiempo en un shock nervioso; por las emociones fuertes vividas. Ambos pacientes descansaron toda la noche, afuera la señora Hudson y Molly estuvieron aguardando al médico para saber el estado de ellos. Ver tan cansada a la mujer mayor, Molly le pidió que fuera a descansar, ella se encargaría de cuidar de ambos. Por la madrugada fue vencida por el sueño. Un tiempo después Sherlock despertó, sintiendo todo el cuerpo pesado, intenta levantarse y ve la cabeza de la joven apoyada en su cama. La mira con cierta incertidumbre, devuelve la mirada al frente y luego con los ojos realiza un recorrido a la habitación, encontrando a Jhon.


— mmm... - va despertando Molly- ¡¿Sherlock?! - se levanta asustada- disculpa por quedarme dormida aquí, veras yo... bueno... - aprieta los labios por su nerviosismo- Fue un noche muy larga para todos- En esa conversación oyen al otro paciente moverse y quejarse.

— ¿Sherlock? –se despierta.

— Jhon... - habla débil mientras levanta la mano haciendo un sobre esfuerzo- que bueno que no te paso nada... ¡AAH...! -siente el dolor.

— No te exijas, aún estas en recuperación - la joven intenta controlar al detective.

— Ella tiene razón - Jhon acaricia su mano - No tenias que hacerlo - empieza a llorar y lleva su mano a su vientre- ¿sientes eso?, nuestro pequeño está a salvo gracias a ti- besa su frente.

— Era mi deber protegerlos - acaricia débil el vientre, de pronto siente como las fuerzas lo abandonan, deja caer su mano y cierra los ojos.

— Tranquilo Jhon - se acerca- Solo está durmiendo y tú también deberías descansar-

— Gracias...-sonríe- me quedare a su lado, ve a descansar si - sujetando la mano de su amado y ella sale de la habitación. - Eso fue muy dramático- acaricia su rostro- ya se fue, deja de fingir-.

— Intento mantener la compostura - habla con los ojos cerrados - enserio Jhon, el cuerpo me duele terriblemente - Le mira - es una tortura tenerte tan cerca y no poder hacer nada -.

— No te preocupes- sonríe y se desnuda- puedo hacerlo yo solo - se sube a la cama y lo besa salvajemente-.

—Jh..Jhon.. -intenta liberarse de los labios de su amante mientras soporta el dolor de las heridas- ...mmmm - lo empuja - Espera un momento - recobra el aire - Es muy doloroso... estas aprovechando de la situación. !ahh! duele como mil demonios.-

 

Jhon continua con las caricias a pesar de las protestas, ataca la entrepierna; lamiendo al rededor. Mueve sus caderas sensualmente mientras esta de a cuatro sobre Sherlock. El dolor de las heridas era más intenso en comparación a las caricias de su amado; terminó por quejarse. Adolorido logra alcanzar el botón para una dosis de morfina. - Si continuas jugando vas a terminar por matarme... - protesta el detective que intentó soportar el dolor. Molesto baja del cuerpo de su amante, se coloca la bata y sale bufando.


—Jhon, Jhon - habla bajo – ahh!... ¡demonios! - otra dosis de morfina intenta apaciguar el dolor pero fue inútil. Termina sumergido en un dolor indescriptible.


La alerta del paciente llega al grupo de Médicos que lo atendía, corren por los pasadizos a la habitación de Sherlock. Un piso abajo Molly regreso porque olvido preguntar algo. A lo lejos ve el alboroto precisamente en el lugar donde se dirigía, apresuró el paso. Una enfermera impide acercarse más, la lleva a un costado y le explica la situación. En esa conversación, ve como se llevan en una camilla al detective a sala de emergencia. Posteriormente aparece Jhon caminado tranquilo, sin sospechar nada hasta ver el rostro afligido de la joven.

— ¿Molly que sucede?- mira a las dos damas - ¡OH dios Sherlock!- entra corriendo y ve vacía su cama. – ¡Donde esta! – grita desesperado en busca de respuestas.

En el transcurso del día, la situación de Sherlock se complica, llevándolo a una operación de emergencia por una hemorragia en las estructuras vasculares. Después de 5 días en cuidados intensivos, lo trasladaron a una habitación privada mientras se recuperaba. Las visitas eran restringidas por órdenes estrictas del médico a cargo. En todo el proceso Jhon iba todos los días al hospital, a pesar de no verlo directamente, el solo hecho de estar ahí sentía esa conexión con él. Por fin llego el día donde podrían ver a Sherlock, la señora Hudson le acompaño. Sentados en la sala de espera permanecieron callados, algo fuera de lo común, pero al ver el rostro afligido del doctor se acerco para animarlo.


— No quiero verlo así...me duele...- abrasa a la señora y llora- Él es mi amor...- acaricia su vientre- mi pequeño no a sentido a su padre desde hace días...no deja de moverse mucho...-.

— Sé cómo deben estar ambos por no tener a Sherlock a su lado. - acaricia su espalda para tranquilizarlo - En unos minutos podrán verlo, mira - señala el reloj que esta en la pared- Ya será hora y podremos entrar a su habitación. Estará feliz de ver a su familiar -.

— Lo sé - sonríe limpiándose las lagrimas- gracias señora Hudson por estar aquí- la abrasa.

— Sabes que ambos los considero como si fueran mis propios hijos -Mientras conversan una enfermera se acerca a ellos, les informar que pueden ingresar a la habitación. – Vamos Jhon – ambos caminan, pero cerca de la puerta Jhon se adelante.

— ¡Sherlock!- corre hacia él para abrazarlo.

— Voy a necesitar otra dosis de morfina si continuas abrazándome con fuerza - Lo recibe con una dulce sonrisa y acaricia su cabeza- ha sido un largo tiempo Jhon-.

— Muy largo...- coge su mano- ¡te extrañamos!- le hace tocar su vientre de más de dos meses.

El rencuentro de los amantes fue una escena muy tierna, con solo ver sus ojos podrías percibir el amor entre los dos. No fue necesario pronunciar palabra alguna, sus gestos y caricias hablaban por ellos. La señora Hudson terminó cautiva, no dejó de sonreír, hasta que vio el beso apasionante entre los dos. Apenada volteo al costado y salio callada para no arruinar la atmósfera romántica.

— Te amo- niega- te amamos...- le besa- creo que será varón...-.

— Ya quiero conocerlo- apoya su cabeza en el vientre – Es una tortura estar aquí sin hacer nada, tirado en esta cama, viendo el mismo techo todos los días, las mismas personas; rutina monótona. ¡Me aburro Jhon! , necesito urgente un caso-.

— Paciencia mi amor ya pronto - acaricia sus ensortijados cabellos y le susurra - Quiero hacerlo -.

— Veo que si - toca la entrepierna de Jhon y este mueve sus caderas queriendo más contacto.


Empieza a estimar su ya despierto miembro y con la otra mano alzando su camisa para tocar su piel directamente y resbalando sus dedos encima de su pecho llega a sus pezones. La quemante sensación hizo que el cuerpo de Jhon temblara, el deseo se apoderó de él; no perdió más tiempo y se sacó toda la ropa. Fue directamente atacar los labios de Sherlock; un beso profundo, enredando su lengua con el otro. Relame toda la cavidad succionándolo firmemente, enreda sus dedos en los cabellos ensortijados, mientras recorre y juguetean lujuriosamente sus lenguas, mientras la mano del detective pasea en la espalda de Jhon.

Agitados quedaron por el rencuentro de sus bocas, con restos de saliva volvieron a sumergirse en otro beso; no esperaban que sus labios se estremecieran así. Cuando Sherlock chupó la delicada piel, su lengua se deslizó por el cuello de Jhon, esto logró obtener esos gemidos de placer que extrañaba oír de su amante.


— ¿Crees que esta bien en tu estado? - besa su frente y lo mira preocupado.

— Aun no tengo 3 meses, solo no seas duro y no tan profundo ¿si?- se sube sobre la camilla

— Tú eres el experto... - lo abraza para continuar besándolo y se separa en busca de oxigeno- como extrañaba tenerte en mis brazos y saborear ese néctar exquisito de tus labios-

— Pues abrásame hasta cansarte. Te amo- le quita las sabanas mientras le levanta la bata- estas muy cuidadito aquí abajo-.

— Al contrario necesita de tu cuidado –

—Ok, déjame darle cariño- lame la punta mientras le da una mirada lujuriosa- Sherlock mira cuanto pre sale- sonríe y lame el agujero- me gusta este lugar- lengüetea varias veces ese sensible lugar.


Una ola de placer invade su ser, arrancándole un gemido agudo por las caricias del doctor que ahora introduce el miembro de su amante a su boca. No soporta la excitación, arranca la aguja intravenosa de los brazos que le impedía moverse. Se inclina y susurra suavemente – No puedo esperar más, quiero estar dentro-. Teniendo a Jhon recostado, estimula su cuerpo abriéndolo con un movimiento de fricción, una vez acostumbrado inserta un dedo más a su entrada. La expresión facial del doctor era de un absoluto éxtasis, continuaba gimiendo al compás de los movimientos de su amante; enseguida se contrae apretando alrededor de los dedos. Casi sin aliento, Sherlock Lo abrazó entre sus cálidos brazos, sintiendo el palpitar de su corazón. Después coloco a Jhon de a cuatro, con una sonrisa pícara movía sus caderas.

La invitación le pareció muy erótica al detective, tiró de sus caderas para penetrarlo de un golpe. Poco a poco, las embestidas se hicieron más feroces y se convirtieron en un movimiento rítmico como el del toqueteo a su miembro. A medida que el fascinante movimiento continuaba, la mente de Jhon se quedaba en blanco cada vez que lo penetraba. Sus entrañas estaban calientes y su voz salió de control; cada instante los gemidos eran más sonoros ante la fuerte presión y vibración que venía desde dentro de él.


— ¡Ah! ¡Aah…! ¡Nngh…! Te amo- aprieta su entrada mientras Sherlock lo toca.

Fuera de la habitación la señora Hudson aguarda la salida de Jhon, a los lejos ve aproximarse Molly, que venia a visitar a Sherlock. Conversan mientras continúa esperando; ambas sabían que ese encuentro iba a durar bastante y era mejor darle privacidad. Dentro de la habitación los amantes seguían en lo suyo; El detective embiste contra el punto débil y un grito de placer retumbo las paredes que ambas damas lograron escuchar. Sonrojadas se quedan calladas, por suerte eran las únicas personas por ahí, hasta que llegó la enfermera. Asustadas la interceptaron para que no entrara a la habitación. Mientras tanto, sus cuerpos estaban nuevamente en llamas, eran incapaces de detenerse, al contrario profundizaron su conexión.


— “Maldición... no tan rápido" – dijo a si mismo, mientras embestía el dolor volvió a su cuerpo por el esfuerzo.
— ¡Aah…! ¡Ah! Sher..sherlock, ¡Voy a…! - aprieta su entrada.

— Adelante, vente.


Cuando penetró violentamente, Jhon pensó que iba a romperse; ambos experimentaron un orgasmo infinito. A pesar de que acababan de terminar, el interminable placer que estaba sintiendo, fue interrumpido por esas voces conocidas fuera de la habitación. A pesar del intento de las mujeres de prohibir la entrada a la enfermera, esta entra inesperadamente. Encuentra a Sherlock recostado con cara de pocos amigos. Molly es la única persona en darse cuenta del volumen excesivo de la sábana, sospecha y mira a Sherlock, quien le indica con señas lo ocurrido.

— ¿y el señor Watson? - pregunta la enfermera mirando a la señora Hudson- Los deje a ambos aquí hace varios minutos-.

— Jhon salió hace un momento – interrumpe Molly - No se recuerda Señora Hudson, salio hace un momento en busca de agua porque Sherlock despertó sediento y no había agua en la habitación-.

— Si, disculpe señorita enfermera, a mi edad olvido las cosas.


Mientras conversar las tres mujeres, Jhon que esta refugiado en el cuerpo de Sherlock con la intensión de no ser visto; aprovecha el momento para lamer el miembro de su amado. Disimula la sensación como si se quejara del dolor, preocupada la enfermera se acerca a atenderlo, pero él se apresura en decirles que busquen a Jhon porqué quizás se perdió en el camino. Todas ellas salen de la habitación dejando solo al detective, cuando levanta la sábana ve a Jhon atacándolo.


—… Haa... ¡aah... - jadea – detente Jhon... no tardara en volver esa enfermera - intenta separarlo de su entrepierna - Si no paras creo que volveré a cuidados intensivos... -se queja del dolor-

— Esta bien- da una rápida lamida - eres adictivo mi amor, me cambiare- se baja, saca su ropa debajo de la almohada y se cambia dejando ver su vientre que es observado con dulzura por su amante.

— Jhon - estira la mano intentando tocarlo- La próxima vez será en nuestra habitación porque aquí nos van a interrumpir - ríe.

— Lo sé, ven te ayudare- termina de cambiarse, coloca los catéteres intraarteriales y aplicar una dosis de morfina.


Agotado por soportar el dolor el paciente sentía como los ojos empiezan a cerrarse lentamente. No se borro esa sonrisa antes de quedar profundamente dormido, Jhon correspondió con un beso en su frente. Posteriormente la enfermera regresa a realizar el monitoreo de los equipos y revisión al paciente. En medio de la labor se percata de las marcas en los brazos, también el desorden en sus prendas, lleva la mirada a la otra persona que esta parada observando a una distancia prudente.


— Disculpe la molestia señor Watson, voy a pedirle que se retire de la habitación, la hora de visitas ha concluido. Si desea regresar lo puede hacer en la noche. No era necesario reacomodar la intravenosa, limítese a su posición de visitante. El señor Holmes tiene un médico designado.

— También soy médico -le mira serio- Soy su amante y tengo derecho de verlo o acaso necesito un permiso especial para permanecer a su lado. ¡Esto es ridículo! - reniega y frunce el ceño.

— El tipo de relación que tienen no es de mi interés, aquí todos los visitantes son tratados iguales, no hay preferencia. Tiene suerte en poder ver al paciente porque el Señor Mycroft dio su autorización para las visitas. Si tiene alguna queja no lo haga conmigo.

— ¡Así que fue ese imbécil! - sale tirando la puerta- Mycroft Holmes, me vas a escuchar.

 

Aborda un taxi rumbo al club Diógenes, cuando llega Athena le recibe; sin despegar la mirada de la pantalla del móvil caminan adentro. Antes de llegar al cuarto, ubicado en el último pasillo, ella se queda parada y con la mano le indica el lugar. Abre la puerta, no ve a nadie, aun así espera sentado. Después de unos minutos aparece Mycroft sonriente.


— A que debo tu grata visita

— Quien diablos te crees, para que una simple enfermera me grite-le dice molesto al borde del llanto- Me humillo odio q me humillen...-

— Los cambios de humor no son lo tuyo ¿verdad?- da una risilla- dime el nombre de esa enfermera y la despediré inmediatamente –

—No es necesario, solo dame más tiempo con Sherlock- le mira de reojo- ya que gracias a ti, ese loco de Magnussen casi nos mata...-recuerda todo.

— Descuida ese bastardo no se acercara a ti, ni a mi hermanito. Mami me dejo un recuerdito por no haber cuidado de su tesoro-suspira.

Notas finales:


Espero que el nuevo capitulo sea lo suficiente bueno para sus  reviews :'D


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