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Una y otra vez por azumicard

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Notas del capitulo:

Doble dosis de Lemon  Mycroft /Lestrade - a pedido de mi editora. 

Cuando Sherlock abrió los ojos ya era de noche, volvió a cerrarlos inmediatamente al no encontrar nada interesante. Su mano busco el botón para otra dosis de morfina; estaba volviéndose dependiente del narcótico. Cerca de él escucha a alguien reír, por el sonido de los tacos al caminar, dedujo de quien se trataba con los ojos cerrados.


— No deberías exagerar con la dosis cariño

— Lo necesito para seguir viviendo- mira a Irene Aldier acercarse y una mano se posa en su pecho.

— Veo que el doctor Watson atendió muy bien de ti, tanto que ocasiono un daño mayor - acaricia su mejilla - Si continuas con sus juegos nunca saldrás de aquí.- desliza su dedo por el labio de Shelock.

— Deja de jugar y dime a que has venido

— Tranquilo, no es necesario tanta hostilidad... -se aleja- Tenías razón referente al caso del diplomático Federick Miller. Todo fue planeado por Magnussen con la finalidad de causarte problemas. Chantajeo a Ian Lane, le propuso como condición tomar tu vida a cambio de la libertad de su familia. Fue un peón más, al cual sacrificó dentro de su juego; al menos ofreció entretenimiento a su amo. Que manera más inútil de morir. Estas bajo la mira… me pregunto, ¿qué harás ahora?. Las opciones son mínimas, porque de suerte te salvaste la última vez, gracias a tu hermano. Tu recuperación es una ventaja de parte de tu enemigo; debes aprovecharla.

—Sé muy bien lo que me espera... - la mira fijamente.

 

 

Después de una tarde amena conversando con Mycroft, este acompaña a Jhon a la salida; ordena a su chofer llevar al doctor a Baker Stred. Como siempre Athena es la encargada de acompañarlo y asegurarse que llegue bien. El mayor de los Holmes regresa a la misma sala donde converso anteriormente.


— Ya puedes salir-sonríe y el inspector sale del armario- pues si, Jhon es la pareja de Sherlock y tiene mas de dos meses de embarazo- mira a su acompañante-Lestrade...tus dudas fueron aclaras-

— Tenía mis sospechas… las confirme cuando encontré esas esposas tiradas debajo del sofá. Ahora todo tiene sentido-.

— ¿Qué esposas?- pregunta curioso- bueno ya no importa- se sirve un vaso de vodka- y bien a que viniste-.

— Es sobre el asunto de Sherlock, ya han pasado dos semanas del incidente y las investigaciones no han dado frutos. Estamos igual que al principio; ningún sospechoso. - se acerca- Tú sabes quien es el responsable ¿no?, acaso lo estas encubriendo-.

— Por qué todos me culpan de las cosas que pasan. Que tengo que ver con un montón de mediocres. No soy tu hombre Lestrade - le mira- Así que si eso es todo… vamos al grano-se levanta del sillón para acercarse a él- sabes q viniste para "otra" cosa- sonríe acorralándolo.

— Te equivocas, estoy aquí estrictamente en un asunto policial - hace una pausa- ya que no dirás nada, aquí termina mi trabajo - intenta salir, pero es retenido por Mycroft, quien en un rápido movimiento le coloca unas esposas. - No te atrevas, aun estoy de servicio y debo volver a la oficina- .

— Viniste a la boca del lobo. humm me pregunto como jugare contigo – Le ofrece una mirada lujuriosa, relamiéndose sus labios.

 

Mycroft lleva al inspector cargándolo a un ambiente recientemente ubicado en el club. El lugar estaba decorado con estilo Chic; utilizaron los muebles antiguos, pero a la vez moderno, ofreciendo un toque envejecido. Lámparas antiguas platinadas, tapicería en color rojo y por supuesto había una cama matrimonial en terciopelo; otorgando una sensación romántica al lugar. El inspector Lestrade termina tirado encima de la cama, boca abajo. Siente las primeras caricias de su atacante, Mycroft acaricia su trasero, mientras se deshace de esos pantalones ordinarios. Enseguida remueve también la ropa interior; de un jalón termina en el piso, dejando expuesto su miembro a ser acariciado. Da una pequeña vista al cuerpo desnudo que se estremecía al contacto de las manos frías. No espera mucho tiempo y ataca una de las nalgas, lame alrededor de la mordida, el otro da un grito de dolor mezclado con placer. Lestrade le pidió que no sea tan agresivo porque los de la oficina iban a murmurar a sus espaldas y tenia trabajo por terminar. A pesar de ello, separó sus piernas para lamer su entrada, brindando al inspector espasmos de placer. Su cuerpo empieza a moverse por si solo, ya que conocía el tacto de la otra persona agresiva.


— Ah... ¡AHH..! ¡No..! Deja de jugar conmigo, lo quiero ahora-.

— Lo haré si así me place- le da una sonora nalgada- Ahora ruega por ella como la perra que eres- saca su miembro ya duro.


Jadeando se arrastra en dirección a Mycroft, quien no deja de sonreír al humillar a su compañero de alcoba y someterlo. Cuando Lestrade se acerca al rostro del otro para robarle un beso, este le responde con una bofetada, dejándole tirado. Grita varias veces su nombre y ordena que se levante rápido; no iba a permitir desobediencia. Se levanta un poco adolorido por el golpe, pero sus ojos continúan proyectando ese deseo lujurioso por tenerlo dentro de él lo antes posible; su cuerpo no soportaría ningún minuto más. No recibe ninguna muestra de cariño, sino una fría mirada, enseguida se aleja de su lado y camina en dirección contraria. Regresa al poco rato con un traje de mucama en las manos.


— ¡Póntelo! – Arroja la prenda contra su cara, antes de ello, le quita las esposa y cuando está vestido le vuelve a colocar - Este lugar esta sucio así que tienes trabajo por hacer; quiero ver limpia la habitación-se sienta en la cama.


Cumple con la orden impuesta, empieza a limpiar el lugar con dificultad por las esposas que incomodaban sus muñecas. Siente la mirada penetrante de Mycroft, ocasionaba sensaciones extrañas en él; entumeciendo su cuerpo y hacía torpe sus movimientos, hasta el punto de tropezar y caer al piso, dejando expuesta la parte trasera de la prenda. Arrodillado voltea la mirada y ve esos ojos mirando fijamente en su cuerpo, sonrojado se para y camina hacia él.


— Aquí también tengo que limpiar... – arrodillado acaricia sus muslos y palpó el miembro expuesto.

— Si -le sujeta del cabello bruscamente y se levanta- trágatela toda- saca su miembro y se la mete en la boca sin importarle las arcadas que daba su amante.


Enrosco sus dedos alrededor de miembro, desesperado estrujó y succionó con fuerza su virilidad. Lo aprisionó en su boca con sus labios y acarició su hombría completamente rígida con sus dedos a pesar de la dificultad por las esposas. Al poco tiempo, Mycroft embiste con rudeza la boca de Lestrade; una y otra vez se repite el proceso. El éxtasis se apodera de la mente del inspector, inconcientemente mueve sus caderas en cada embestida. Esta acción provocó en Mycroft un placer infinito por el clímax otorgado, le brindo una mirada de aprobación y también una sonrisa, sin previo aviso se vino. Ensucio gran parte del rostro de Lestrade, lo poco que tenía en la boca lo trago rápidamente porque fue una orden. La temperatura de su cuerpo comenzó a elevarse inmediatamente, temblando suplicó piedad a su amo que estaba parado justo al frente.


— Me encantas- le tira a la cama- ¿dime que quieres?-

— Todo de ti - Se acomoda en la cama, separa sus piernas y extiende los brazos como forma de invitación.

— Entonces eso te daré - las abre tanto como puede para embestirlo sin prepararlo.

 

Él comienza a darle embestidas fuertes hasta casi salir para luego empujar dentro con más agresividad, logrando escuchar gemidos agudos de placer. En el proceso los muslos del inspector son mordidos codiciosamente, dejando rojiza la piel; el dolor era el condimento necesario para seguir gimiendo con cada embestida. En medio de los jadeos, el móvil de Lestrade suena insistentemente, irrumpiendo la atmósfera salvaje de la pareja. Ambos no toman importancia y continúan en lo suyo, pero de reojo ve el dueño del aparato que se trataba del sargento Sally Donovan; sabía que necesitaban de su presencia urgente, pero desvió la mirada. Una lucha interna se formó; por un lado su responsabilidad como autoridad y por la otra su lado humano que deseaba con todo el alma seguir experimentando esa sensación placentera. De nuevo vuelve a sonar el móvil, quería detener a Mycroft; era imposible desobedecerlo porque las consecuencias serían catastróficas.


— Ni se te ocurra… - embiste sin tocarlo y cierra los ojos de placer- contestar - Lame el cuello mientras le separa las piernas- uhh… estas apretándome mucho- coloca el cuerpo de Lestrade de costado y levanta una pierna para embestirlo aun mas profundo.

— ¡No! AHHH! …

— Quieres cogerlo ¿no?-embiste mas rápido y coge el móvil que está cerca. Contesta la llamada, con una mano libre lleva el aparato cerca a la oreja de su acompañante. – Habla – dice bajo mientras continua con las estocadas haciendo sonar la cama y sus pieles chocar con mas intensidad.

— ¿Inspector Lestrade? Por fin logro localizarlo, adelantamos la operación por órdenes superiores, es necesaria su presencia en estos momentos. Todo el escuadrón esta listo para proceder y actuar bajo sus órdenes - Donovan escucha unos sonidos extraños y un leve gemido reprimido- ¿Se encuentra bien? -.

— Si… - muerde su labio antes de continua, así lograba un poco de lucidez en responder - estaré ahí dentro de un momento, por ahora tú estas al mando –cuelga.

— No sabes como apretaste cuando hablabas con esa- En la estocada roza ese punto que volvía loco a Lestrade y en la última embestida sus extrañas fueron llenadas completamente, logrando experimentar un increíble orgasmo que nunca imagino sentir; solo con la persona que tenía al frente suyo era posible.

— Volverás a dejarme así -jadea mientras alza la mirada.

— Amas que te deje lleno de mi - se levanta y acomoda su ropa- me mojaste, tendré que cambiarme de pantalones por tu culpa. Para tu información este traje fue elaborado en París, uno de mis favoritos, por ello te castigare en otra ocasión. Vete ahora - lanza las llaves de las esposas - quítatelas, Athena te llevara a la estación, no demores mucho que ella esta ocupada - sale sin decir nada mas.

— Siempre lo mismo... y yo tengo que soportarlo - coge las llaves con la boca, con dificultad logra liberarse. Muy rápido logra vestirse, al momento de guardar su móvil en su bolsillo, se percata que tenía varios mensajes del sargeto Donavan. Apresura su paso hacia la salida, ahí Athena lo esperaba al costado del auto que lo llevaría.

— ¿No se dará una ducha?-pregunta Athena mirando su móvil.

— ¿qué?, no tengo tiempo, necesito llegar lo antes posible o estaré en serios problemas. Esta vez no necesito ningún favor de tu jefe- camina en sentido contrario, pero la joven camina detrás de él.

— Solo le diré algo; por su bienestar y tranquilidad aléjese de él – detiene su caminar, gira para irse.

 

La red de vagabundos de Sherlock volvía a moverse por las calles de Londres; eran una extensión de él. Aun postrado a esa cama que empezaba a odiar más que la comida del hospital, revisaba la información brindada por su red. Desde el día que despertó estuvo en contacto con ellos las 24 horas del día, recolectando datos de una investigación privada. En ningún momento se apartaba de su móvil, era el único escape a una vida monótona en esa prisión llamada hospital. A media noche cuando el detective estuvo sumergido en sus pensamientos, recibe un correo de un miembro de su red: “objetivos localizados”, leyó en la parte de asunto. Empezó a leer el resto del contenido, varias fotografías adjuntadas le sirvió para deducir el terrible problema que tenía por enfrentar.

Continúo toda la madrugada en su investigación, hasta que esa odiosa enfermera apareció con una bandeja de alimentos a su frente. La razón por la que Sherlock no la soportaba era porque ella cada vez que estaba cerca de él, aprovechaba para insinuarse abiertamente. En una ocasión se atrevió atacar su cuerpo mientras estaba bajo los efectos de los sedantes; hizo un esfuerzo sobrehumano para coger esa mano traviesa. Quiso refregarle en su cara la clase de persona que era realmente, no le importaba si era una mujer; solo quería detener ese enfermizo acoso.

La enfermera colocó la bandera cerca del paciente, coqueteo como siempre lo hacía y también tenía la misma respuesta; ser ignorada. Ella se puso de espaldas con la finalidad de desbotonar su uniforme dejando bastante descubierto su busto; quería atraer su atención a cualquier precio. Volvió hacia él, intentando alimentarlo como si fuera un paciente desahuciado. A pesar de ello, Sherlock en ningún momento aparto la mirada de la pantalla; tenía cosas más importantes por atender. Furiosa arrebata el móvil de sus manos, pensó que así tendría la anhelada atención, pero fue errónea su conclusión. El detective la tomo del brazo y sutilmente la acerco. El corazón de la joven empezó acelerar su ritmo, tenía ese rostro hermoso a pocos centímetros del suyo, se quedo callada para escuchar su voz sexy.


— ¿Quieres sexo?

— Disculpe

— Me encuentra atractivo, el sentimiento es mutuo… en su mayoría. La musculatura de sus piernas y sus hombros, sugieren cierta elasticidad en ese tipo de encuentro. Tan desesperada estar por tener un encuentro sexual; que utilizas una táctica antigua, usada por mujeres de dudosa reputación y solteronas que buscan placer en cualquier hombre que se atraviesa en su camino. Una persona de tu naturaleza nunca captaría mi interés; ¿sabes porque? Simple, eres aburrida… Colmaste mi paciencia al quitarme lo más valioso de este lugar; tus sucias manos han tocado mi propiedad. Si eres una mujer con un poco de inteligencia, sabrás que cometiste un grave error. Ni siquiera tu inútil intento en seducirme, logró mirarte por un segundo. – Recupera su móvil - Le aconsejo que se retire lo antes posible sino quiere ver las muestras de amor con mi amante. Estoy tan ansioso por recibirlo con un beso apasionante; algo que nunca podrá experimentar porque usted solo busca sexo. Suerte en su búsqueda. –


Es liberada del agarre del detective, avergonzada sale rápido de esa habitación, después de dar varios pasos se encuentra con Jhon, quien sonriente camina. Saluda gentilmente a la enfermera pero ella le mira con ira, no contesta el saludo y se marcha a toda prisa como si tuviera una emergencia por atender. No tomo importancia al incidente, continuó caminando hasta llegar al lugar donde se encontraba su amado detective. Abre la puerta y lo ve comiendo una manzana; en realidad tenía la fruta en la boca y sus manos estaban entretenidas en el móvil. Frunció el ceño Jhon, fue a molestarlo porque primero debía alimentarse y después lo demás. Sherlock le respondió, pero no comprendió nada por la manzana en la boca, la quito inmediatamente y escucho esa frase triada de él: “comer es aburrido”. Ya que Jhon estaba ahí para alimentar, comió todo lo que había en la bandeja.


— Puedes dejar el malito móvil por un minuto, no estas prestando atención. Estoy aquí, hablando como un idiota hace rato, mientras tú sigues entretenido. – Confisca el aparato - Acabo de informarte que la señora Hudson estará de viaje por las siguientes dos semanas; tendré que reorganizar mis horarios del trabajo. Esto se esta volviendo un dolor de cabeza, de aquí para allá, no sé si podrá lidiar con tantas responsabilidades.

— Por que no renuncias, tiempo atrás conversamos del tema, pero siempre tu respuesta era un NO absoluto. Acompañado del argumento: “necesitamos el dinero, acaso viviremos del aire”. Recuerdo a la perfección tus palabras y reconsidera mi propuesta en renunciar, si tanto te preocupa el dinero lo puedo solucionar enseguida. – Por las expresiones de Jhon, sabía que otro asunto había por atender – y cual es el segundo motivo de tu visita, ni se te ocurra responder YO, porque es elemental mi querido Watson-.

— Bien… ayer cuando estuve revisando los mensajes de nuestros potenciales clientes, encontré uno peculiar; no tenía nada escrito solo fotografías de muertes. Al inicio pensé que se trataba de una broma o una de esas cadenas que circulan en Internet, pero al revisar con detalle las 10 fotos note que 5 de ellas pertenecían a los casos policiales donde participamos en la investigación. Los otros 4 a los casos que tomamos hace 5 meses atrás, como sabes no terminaron en un final feliz.

— Y que hay de la última fotografía-.

— Es de una joven, ayer encontraron su cuerpo colgado en forma de cruz. Lo increíble es que esa fotografía fue tomada antes que la policía llegará. Hoy recién dieron a conocer en los medios de comunicación el asesinato de esta persona-.

— Interesante… continúa

— Hoy en la mañana me llego un sobre al trabajo, aproveche la hora de descanso para abrirlo y encontré esto – muestra el contenido a Sherlock – Si… es una fotografía mía, la debió tomar cuando regrese de trabajar. Debe tratarse del mismo sujeto lunático que envió las anteriores fotos a nuestro piso. Qué demonios está buscando para mantenernos vigilarlos.

— Quisiera saber lo mismo… - mira con detalle la fotografía en sus manos, buscando algún indicio que le ayude a deducir. Jhon aprovecha el momento y da una pequeña inspección al móvil del detective.

— Sherlock, ¿estas ocultándome algo? – cuestiona muy serio, pero el otro concentra su atención en la imagen. - ¡Sherlock! -.

— A que te refieres – alza la mirada, encontrando un rostro furioso y su móvil cerca de sus ojos - Con que era eso. Hace un par de días dos personas sospechosas se mudaron cerca de nuestro piso. Estuve siguiendo sus pasos a través de mi red, pero misteriosamente hoy no tengo ningún reporte de ellos. También les pedí que te mantuvieran vigilado por precaución.

— ¡Eso no es necesario!, tengo suficiente que un lunático me vigile y ahora tú. En que demonios estas pensando Sherlock - frunciendo el ceño y cruza los brazos.

— Tu seguridad. No es necesario decirte lo que va a suceder; sabes a que me refiero. De todos modos, la opción correcta sería dejar de visitarme y quedarte en casa descansando. He notado en estos últimos días tu cansancio reflejado en esas ojeras, inestabilidad emocional, rostro pálido, entre otros factores. Diría que perdiste algo de peso - le mira de abajo hacia arriba - Insisto, ese trabajo te va a matar-.

— ¡Comprendo! – suspira profundo – Entiendo tu posición, también deberías considerar mi opinión; siempre dejándome de lado. Se supone que somos una pareja, ni se te ocurra alejarme de tu lado – toma sus manos – Ya bastante tiempo estuvimos separados y por poco te pierdo; no seas egoísta- siente las manos cálidas de Sherlock en su rostro, aproxima sus labios que terminan junto al otro. Un beso casto compartieron.

 

Por normas del hospital Jhon abandono la habitación pasada la media noche, como era de suponer en Baker street estaba deshabitada. Bajó del taxi, se apresuro por abrir la puerta, ya que tenía trabajo más tarde y era necesario descansar lo antes posible o sino terminaría durmiendo en su consultorio. En el momento preciso de meter la llave, percibe la presencia de dos personas aproximarse a él. A lo lejos escucha a alguien gritar – Jhon al suelo - rápido obedece la orden y empieza una balacera en medio de la calle, al levantar la cabeza con cautela, observa al inspector Lestarde detrás de un automóvil.


— ¡No te muevas de ahí – grita, recarga el arma y va detrás de los atacantes.


Varios disparos resuenan en las calles, enseguida un silencio invade el lugar. Agitado regresa Lestrade en busca de Jhon para cerciorarse que nada malo le sucedió. Despejando sus dudas intenta recobrar el aliento, pero es interrumpido por las preguntas del doctor Watson, quien alarmado exige una explicación al suceso reciente.

— No sé bien los detalles, pero Sherlock envió un mensaje alertándome que tu vida corría peligro. Tuve que dejar mi papeleo a medias por venir aquí, ni siquiera tuve tiempo para traer refuerzos.¡Maldición, por poco logro capturar a esos desgraciados, sino fuera por las municiones!. Mejor entremos, ahí estarás seguro – A los pocos segundos tocan la puerta, con pistola en mano abre.

— ¿Lestrade? Que haces aquí, donde esta el doctor Watson – cuestiona Mycroft y de un costado sale Jhon con una cara de confusión - Vine a darte mi protección, así que sube al auto-.

— Acaso soy una maldita damisela en peligro para que todo mundo este cuidándome. ¡Estoy harto!... saben que – empuja a Lestrade afuera - retírense antes que pierda la paciencia, tuve suficiente por hoy. Buenas noches y gracias - cierra la puerta en la cara a ambos hombres.

— Que humor la de Jhon… yo también me voy - guarda su arma y se dispone a retirarse, pero Mycroft le sujeta de la muñeca y ordena subir al auto - No Mycroft, tengo que regresar, gracias a tu hermanito tendre que trabajar toda la noche en mis informes-.

— No colmes mi paciencia, estoy harto de tus caprichos - Le jala fuerte mientras abre la puerta para meterlo dentro - ¡me canse! - se sube y conduce hasta un callejón.


El inspector trata de convencerlo en dejarlo libre ya que llevaba varios días sin dormir bien porque los casos absorbían todo su tiempo, dejando escasas horas que tenía por compartir entre descanso y alimentación. Mycroft responde con una cara seria, sube las ventanas y tira los asientos atrás; así tendrían mas espacio. Como un felino se acerca a Lestrade, roba un beso cargado de pasión, extasiado intentan suplicar piedad pero su cuerpo se apega más al otro, en busca de contacto.


— Siempre estas de humor no es así- sujeta bruscamente su entrepierna- quiero jugar contigo toda la noche ya que me iré por un tiempo… ya sabes que hacer ¿no?-le muerde el cuello.


Después del grito de placer, Lestrade baja la bragueta, con manos temblorosas lo coge, aproxima su lengua, pero solo lo roza con los labios. Enseguida empieza a degustar esa parte que tanto amaba dentro de él. Ver el rostro serio de Mycroft lo excitaba, provocando espasmos y a mover las caderas. Aleja al inspector jalando sus cabellos y con otro jalón acerca su cuerpo a él, quien con agresividad despoja las prendas; dejándolo desnudo. – Esta duro como te gusta, ahora móntate sobre el - ordena fríamente mientras se acomoda y le da una nalgada. El otro no protesta, al contrario, se ubica rápido a la entrepierna. Sube y baja tal como le ordenó; sumergiéndose en un mar de éxtasis, cada vez que sentía el miembro de la persona que amaba en lo más profundo de sus entrañas.

Mientras su amante estaba en ello, Mycroft estimulaba su pecho con caricias y mordidas - ¡salta! quiero oír el auto rechinar - volvió a ordenar, esta vez ayudo presionando sus caderas contra la suya; así la conexión era mas profunda y estimulante. Seguían más rápido llegando a venirse ambos al mismo tiempo. Mycroft abraza el cuerpo de Lestar que estaba a punto de caer por el esfuerzo; se queda dentro de él durante varios minutos antes de salir y dejarlo descansar en su pecho.


— ¿A donde iras esta vez? – pregunta el inspector aun exhausto.

— Es un secreto de estado. Imposible responder esa pregunta, pero si te diré que estaré fuera durante un mes, así que estarás un tiempo solo- Siente las manos del otro rodear su espalda; corresponde el abrazo cariñosamente, algo que jamás mostraba era amor - Por ser nuestra última noche juntos voy a complacerte toda la noche - besa su cuello dejando múltiples marcas, saboreando su piel tocando cada rincón.

— ahhggg... apúrate, necesito sentirte -

— Lo sé- coloca el cuerpo de Lestrade en cuatro y le penetra sin prepararlo-nngg ya casi no aprietas nada- embiste haciendo chapotear su entrada.

— Más… Más por favor – suplica ante tanto placer obtenido.

— Disfrutas esto ¿no?- jadea en su oído mientras lo lame y con una mano estimula el miembro del inspector mientras la otra presiona uno de sus pezones duros.


Las embestidas cada vez eran mas duras y profundas, logrando mover el vehículo y resonaron en ese callejón los gritos de placer. Tal como dijo Mycroft, toda la noche se dedicaron a sumergirse en el placer al unir sus cuerpos una y otra vez. Hizo de todo con el cuerpo de Lestrade, consumiendo toda su vitalidad en cada ronda, aun así el otro no estaba satisfecho y volvía a tomarlo con más agresividad que la anterior ronda. Lo dejó al borde de colapso porque cada parte de su anatomía fue marcada por el dueño de esa boca sádica.


— Lestrade...mi estúpido inspector...- jadea y susurra en su oído- te amo estúpido...- sonríe enamorado pero su amante no le escucha -Reacciona- le da unas palmadas en el trasero- ¡vuelve en ti! ¿Tanto te gusta? Ya es tarde, tengo que llevar a la cenicienta a casa- bromea acomodándose la ropa.

Casi al instante reacciona, desorientado por completo; le tomó unos segundos en volver en si. Recogió su ropa regada en el piso del auto, enseguida se vistió en silencio, en todo el trayecto ninguno de los dos hablo absolutamente nada. A consecuencia del dolor en su parte trasera, prefirió recostarse en el asiento de atrás. Alzó la vista para contemplar a Mycroft de espaldas, mediante el espejo retrovisor sus miradas se encontraron, pero al instante cada quien tomó rumbos distintos. El automóvil frena y el conductor con voz autoritaria le pide que se baje o prefería ser cargado hasta la puerta de su casa. Avergonzado se dispone a bajar lo antes posible antes que lidiar con sus inesperados cambios de planes.


— Estaremos en contacto. Si quiero una buena noche te llamare a mi regreso- sube al auto dejándole parado en medio de la calle.


Entra a su habitación botando su saco al piso, arroja los zapatos por los aires, antes de irse a dormir envía un mensaje a Sherlock; informó que logró llegar a tiempo al lugar, pero en el proceso los sospechosos escaparon y a Jhon nada le sucedió. No tarde en obtener una respuesta.


Eres un incompetente Lestrade, una tarea sencilla y lo arruinas

SH

 

 


Renegando termina de leer el mensaje, de un golpe manda al móvil lejos de él. Maldice varias veces a los hermanos Holmes, por la culpa de ambos su vida se convirtió en un verdadero desastre; recibiendo órdenes de ellos y él tranquilamente los acataba. El sueño logró callar su monólogo, cayó rendido sobre la cama y en un segundo quedó completamente dormido. Un segundo mensaje llegó.


Gracias por proteger a Jhon

SH

 

 

Durante toda la noche, la cabeza de Jhon se llenó de pensamientos referente a las fotografías; quería involucrarse en la investigación a pesar de la negativa de Sherlock. Así fue sorprendido por el amanecer, de nuevo solo durmió unas horas. Alisto con prisa sus cosas para irse al trabajo, también un maletín extra; tenía la intención de pasar la noche en el hospital junto al detective. Por falta de tiempo solo podía visitarlos un par de horas, como al día siguiente no tenía que ir a trabajar, aprovecharía la oportunidad. Con la ayuda de dos bebidas energizantes logró atender a todos sus pacientes durante el día. A media tarde el cansancio era evidente, Sarah fue la única persona en percibirlo; quizás fue porque siempre estaba pendiente de él, a pesar de terminar su relación, todavía eran muy buenos amigos y colegas.


— Deberías ir a descansar, solo falta una hora y termina tu labor. A demás ya no tienes mas pacientes, mejor ve a casa a dormir; lo necesitas – sugiere Sarah.

— Esta bien, primero iré a ver a Sherlock.

— Siempre él fue tu prioridad, en el pasado y ahora; eso nunca cambiara.

— Sherlock es la persona más importante en mi vida. -coge el maletín - Es cuestión de tiempo para que le den de alta, ha mejorado notablemente; calculo una semana como máximo. Gracias Sarah por todo- abandona el lugar para dirigirse donde se encuentra su amante. A pesar del cansancio, el deseo por verlo mantiene su cuerpo activo por ello camina a toda prisa.

Notas finales:

Queria consultarles si les gusta el lemon Mycroft/Lestrade, para asi incluir mas adelante a esta pareja. Necesito de sus sugerencias!!!!!!!!!! D: 

 

Gracias por tomarse el tiempo para leer n.n

PD: si no hay reviews Irene  Alder tocara indevidamente a Sherlock ...


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