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Cuando habla el corazón 2 por Mayura

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Julian miró a Kei asustado y después a su alrededor, posiblemente en busca de una via de escape aunque su cerebro aún no era capaz de pensar bien sobre ello. Estaban en un servicio publico, abierto a cualquiera, pero, por supuesto, a Kei eso le importaría poco aunque se lo hiciera ver. Se mordió el labio con fuerza y sintió el sabor de la sangre, sólo que en esta ocasión no sintió alivio en el dolor, no bajo la atenta mirada de Kei y apartó rápidamente los dientes, escondiendo los labios mientras conseguía que la sangre dejara de fluir.

—¿Necesitas que te lo vuelva a repetir?

Julian se encogió.

—No…

—¿Entonces prefieres que te desnude yo?

—¡No! No…

Julian retrocedió hasta golpearse con uno de los lavabos y se puso rígido, dándose cuenta de que Kei no se había movido.

—¿No? —la voz de Kei fue un siseo apenas perceptible.

—Kei...por favor...

Julian se llevó la mano a los ojos y se limpió torpemente las lágrimas, una y otra vez mientras seguían humedeciéndole la piel.

—Por favor, ¿eh?

Kei chasqueó la lengua y salvó la poca distancia que los separaba, deteniéndose justo frente a él y deslizó una rodilla entre sus piernas, obligándole a abrirlas mientras inclinaba la espalda hacia él. Julian cerró los ojos con fuerza y se encogió completamente, dejando que las lágrimas fluyeran libremente.

—Sí, eso mismo, Julian, por favor —Kei arrastraba las palabras y Julian contuvo la respiración, sintiendo dentera—, desnúdate antes de que tenga que hacerlo yo.

—No... —Julian no podía respirar y trató de cerrar las piernas, retorciéndolas entre la de Kei—, aquí no.

Ni siquiera tenía valor para levantar la cabeza y mirarlo, pero se sorprendió, aún encogiéndose más, cuando Kei se apartó y retrocedió unos pasos, permitiéndole moverse.

—¿Prefieres desnudarte en casa? ¿Es eso? ¿Te preocupa hacerlo en un baño público?

Pese a las palabras, Julian sintió el esfuerzo del tono suave que el chico rubio había usado para hablarle. Y no ayudó a que se sintiera mejor.

—Yo...

—Mejor no lo intentes. Si tengo que tratar de ser amable para ayudar a tu terapia, me ayudaría considerablemente que a menos que seas capaz de decir algo sin balbucear y una frase completa, te ahorres intentar hablar.

Julian no respondió y Kei lo empujó del hombro, obligándolo a caminar a su lado. Durante todo el camino, el chico rubio permaneció callado, manteniéndose a su lado y lo obligó a caminar a su paso hasta que alcanzaron el edificio de apartamentos donde vivía.

—Hemos venido a mi casa como querías —rompió Kei el silencio en el ascensor. Julian lo miró através del pelo, sin levantar mucho la cabeza y su corazón se desplomó cuando vio que Kei no lo estaba ni mirando. Mantenía fija la mirada en la puerta de metal, moviendo las llaves distraídamente en la mano—, espero que comiences a desnudarte sin que tenga que recordártelo.

—Pero estoy bien...

Se le trabó la última palabra cuando el ascensor se detuvo y Kei salió del interior sin esperarlo. Julian dudó antes de salir, pero la idea de lo que podría ocurrir si no lo hacía le asustaba más que el hecho de que Kei viera las heridas en su cuerpo; se armó de valor y se apresuró a seguirlo.

—¿Qué le ha dicho la médica? —se interesó Oshi asomando la cabeza con un delantal lleno de corazones.

—No mucho en realidad —soltó Kei dejando la cazadora a un lado del sofá—, necesita cariño.

Por una vez, Oshi no respondió rápidamente; los miro sorprendido y después se adelantó unos pasos tímidos hacia el salón, saliendo de la cocina.

—Pero Kei —dijo en un tono muy serio—, ¿qué hace aquí entonces?

—¡Oshi!

Rykou apareció del mismo lado y lo agarró del brazo, tirando de él.

—¿Qué? —protestó Oshi caprichosamente—. Yo también quiero aportar en su recuperación —Hizo fuerza para impedir que Rykou lo empujara hacia la cocina y se tiró al suelo—. ¡Si se lo dejamos todo a Kei el cachorrillo no se recuperará nunca! ¡Oh! ¡Es verdad! Kei también necesitaría ese tipo de terapia a ver si consigue dejar de ser tan... ¡Ah! ¡Rykou malo! ¡Eso duele!

—¿Por qué no te comportas por una vez?

Rykou lo soltó y Oshi se sentó en el suelo, cruzando las piernas y sr aferró a la pierna de su amigo cuando intentó alejarse.

—No me dejes —sollozó Oshi a gritos, tirando del pantalón hacia abajo.

—¡Suéltame!

—Noooo, estás siendo muy malo conmigo. Yo solo necesito un poco de cariño.

Y siguió tirando del pantalón.

—Oshi, suéltame.

Julian desvió la cabeza hacia Kei que había ignorado a sus compañeros y había revisado el correo que habían dejado encima del sofá y se encontró con su mirada en el momento que tiró las cartas sobre la mesa.

—Puedes elegir —dijo, girando el cuerpo hacia él—. Te desnudas aquí o en la habitación, pero hazlo rápido.

—Ey, ey —Oshi dejó de tirar del pantalón de Rykou y, aunque mantuvo la mano sujeta a su pie, usó la otra para señalarlos con el dedo, primero a él y luego a Kei—. Creo que estáis yendo un poco rápido, ¿no os parece? Está bien y esas cosas de darse cariño. Todos queremos —asintió efusivamente con la cabeza—, pero las prisas no son buenas, ¿qué hay de empezar con un beso?

—Decide —insistió Kei, ignorando a Oshi.

Julian miró a Oshi con un nudo en el estómago.

—Un beso —repitió Oshi, dando vueltas a la mano cada vez con mayor intensidad.

—En la habitación —susurró en un hilo de voz, bajando la cabeza mientras veía como Kei comenzaba a caminar hacia el cuarto. Julian no se atrevió a mirar a los otros dos chicos cuando lo siguió, manteniendo las distancias.

—Un beso… un besito… jooo, si vais a divertiros por lo menos no me dejéis atrás, yo también estoy falto de amor. ¡Ehhhh! ¿Nadie me escucha?

—Cállate de una vez —chilló Rykou, intentando soltarse—. ¡Kei!

—Haz con él lo que quieras —dijo Kei tranquilamente, mientras se apartaba de la puerta lo justo para dejarle entrar el primero—. No te cortes por mí.

—¡Eso que has dicho que sepas que suena muy cruel! ¡Monstruo! ¡Insensible! Ayyy, ayyy, eso no, Rykou, prefiero un besito… vaaaale, si no quieres un besito estoy abierto a negociaciones…  ¡Julian, socorro! ¡Sálvame!

Kei cerró la puerta nada más Julian cruzó la puerta y se adentró a la habitación en penumbras, con las manos pegadas a las caderas. Habían comenzado a sudar a mitad de camino y le costaba respirar.

—Desnúdate —ordenó Kei, ignorando los gritos que aún se oían desde la sala.

—Kei, eso…

—Hazlo rápido y hazlo de una vez.

Kei fue hacia la cama y se sentó sobre ella, sin apartar la mirada de él. Julian bajó la cabeza una vez más y comenzó a desnudarse con las manos temblorosas, quitándose la cazadora, el jersey y después la camiseta, dejando al descubierto las marcas de las heridas que se había hecho en algún momento de los agonizantes meses, incluso la de los brazos, demasiado visibles en su piel pálida.

Julian no dijo nada y tampoco se movió, aceptando el análisis de Kei a la espera que dijera algo, pero cada minuto que pasaba, cada segundo, se le hacía una tortura.

—Quítatelo todo —ordenó Kei.

Julian no se movió.

—No… hay nada más —musitó.

—Todo es todo. No me hagas repetirlo. ¿O es que prefieres que vaya yo a quitártelo? Puedo hacerlo si quieres.

Le costaba respirar. Julian intentó que el aire llegara a sus pulmones pero comenzaba a dolerle el pecho. Temblando, se desabrochó los pantalones y los dejó caer al suelo.

—Todo, Julian.

Julian se estremeció e hizo lo mismo, vacilando con los slips antes de dejarlos caer al suelo junto a los pantalones, curvando la espalda hacia delante, bajando aún más la cabeza cuando vio los pies de Kei moverse, levantándose de la cama y estuvo a punto de echarse hacia atrás, retrocediendo, pero no lo hizo y dejó que Kei lo rodeara, que lo observara completamente desnudo. Daba igual lo que pensara de él, daba igual lo que le hiciera. Él simplemente quería permanecer a su lado, sí, era lo que quería aún sabiendo que la sombra que cubría el alma de Kei esta vez era su culpa. Contuvo un sollozo y dio un respingo cuando el chico rubio se detuvo frente a él y le agarró la barbilla, obligándolo a enderezarse y levantar la cabeza.

—¿En qué estabas pensando?

Julian intentó desviar la mirada, pero Kei le apretó la yema de los dedos en la piel y Julian se apretó los labios con fuerza.

—No… yo no… pensaba en nada —contuvo otro sollozo.

Los ojos oscuros de Kei se entrecerraron y finalmente le soltó la barbilla, dejando que volviera a encorvarse.

—Eso es evidente —siseó Kei, volviendo a rodearle.

—Lo sient….

Julian se calló bruscamente cuando sintió los dedos del chico rubio deslizándose por su espalda, recorriendo las viejas cicatrices de Ángela y acarició suavemente su piel, obligándole a contener la respiración cuando se detuvieron en sus hombros y descendieron por sus castigados brazos hasta unirse a sus manos, entrelazando los dedos.

—Es suficiente, Julian —la voz de Kei rozó suavemente sus oídos y Julian sintió como las lagrimas volvían a agolparse en sus ojos y apretó con más fuerza los dientes en los labios, intentando contener las lágrimas—. No es tu culpa, nunca lo ha sido. Ya puedes detenerte.

Julian dejó escapar un sollozo, notando como las lagrimas humedecían su rostro y descendían por sus mejillas y su barbilla. ¿No era su culpa? Sí, era tan egoísta que era eso lo que quería oir, quería que Kei le dijera esas mismas palabras aún sabiendo la verdad. ¿Por qué no decirlo y terminar con aquella agonía de una vez? Podía… pero no quería.

Comenzó a convulsionarse con los sollozos y se hubiera dejado caer al suelo si Kei no le hubiera agarrado, abrazándolo mientras lo apretaba con fuerza contra su pecho.

“Perdóname, perdóname, perdóname, perdóname” Pese a que era lo único que deseaba decir en aquel momento, ninguna de ellas salió de su boca, aceptando el abrazo de Kei, permitiendo que lo calmara en sus brazos mientras los sollozos se iban deteniendo y una parte de él se sentía completamente miserable.

Sí, se sentía miserable y se odiaba, pero lo que sentía por Kei era mucho mayor que cualquier otra cosa y si solo podía estar a su lado… si solo podía permanecer junto a él como en ese momento… si tan sólo podía verlo cada día, sólo con ello Julian creía que podría soportar aquella carga. Necesitaba creerlo.














Notas finales:

Añadí una frase al final del capitulo anterior porque se entendió un poquito mal la intención de Kei al pedirle que se desnudara xD
Hay dibujos de la historia en facebook :)
Muchas gracias por leer y comentarios ^^

https://www.facebook.com/pages/Mayura/294130544045735


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