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El Rey y su perro por samuesselmo

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Notas del capitulo:

El nombre del capitulo no tiene nada que ver, pero creo que lo que hace en este capitulo es lo más bueno hasta ahora (?) xD

 Muy buenas a todos y todas! Primero que nada, gracias por sus comentarios! Gente muy linda!

 La verdad, me sorprenden sus comentarios. Me encanta ver cuando sacan sus conclusiones. Todo puede pasar! Yo... bueno, ya tengo el final y todo, por eso me rio. Me siento Akashi (?) 

 Les voy a presentar a una pareja (requeterecrack) que se me vino a la mente! *Música épica* Disfruten y sorprendanse! 

Se preguntaba qué pasaba con Kise, después de la gran fiesta no se logró comunicar con su mejor amigo en todo el fin de semana. Y cuando llegó el lunes, se lo notaba más idiota y distante que antes. Kasamatsu lo regañó por haberlo dejado plantado sin decirle nada, pero el rubio sólo hablaba de un tal Aomine Daiki. El azabache no entendía nada, y quería creer que era uno sus tantos polvos. También le sorprendió cuando dijo que iría a buscar a su “amado”, corriendo hacia el lado puesto de la ruta que siempre usaban.

 Ahora que  estaba solo, el sentimiento y las ganas de confesar sus sentimientos por la persona que le gustaba de Yosen podrían concretar. Siempre llevaba la carta encima, pero al estar todo el día con Kise se volvía imposible. Muchos chicos salían de la escuela, incluso aquella persona. Nervioso y con la carta en la mano iba a acercarse a saludarlo, pero una presencia en su espalda lo detuvo.

Volteó, encontrándose con un pelirrojo que sonría levemente –Deberías decírselo de frente –Dijo Akashi, dejando perplejo al azabache. Y así lo dejó, caminó junto a su guardián hasta alejarse.

 Miró la carta entre sus manos y apartando los nervios, corrió para enfrentarse con esa persona. Rápido lo alcanzó hasta pararse frente a él, sabía que sus mejillas estaban rojas de la vergüenza pero tomando aire, exclamó –¡Me gustas!

 Okamura Kenichi, abrió los ojos con sorpresa, mirando hacia todos lados –Ya me hicieron esa broma muchas veces –Dijo cansado dispuesto a seguir caminando.

 —¡Es verdad! –Sin rendirse volvió a pararse frente a él.

 —¿Me conoces? –Preguntó el más alto incrédulo.

 —Desde primero, te admiro –Contestó con un brillo en los ojos. Kasamatsu debía levantar la vista para poder encarar al mayor –¡Te vi en todos tus partidos de basket, eres un gran capitán!

 Okamura se sonrojó levemente, era la primera vez que ocurría algo como eso. Nunca tenía suerte, ni con chicas ni chicos. Y siempre que tenía un rayo de esperanza, resultaba ser una broma de alguien —G-gracias –Se limitó a responder.

 —Soy Kasamatsu Yukio – Se presentó entregándole la carta –Realmente me gustas, Okamura.

 Leyó los sentimientos del azabache que estaban plasmados en la hoja –Eres muy lindo –Admitió sonriéndole a Yukio después de leer lo escrito. El aludido se sonrojó más, agachando la cabeza para ocular su tímida sonrisa. Inseguro, Kasamatsu fue acercando su pequeña mano hasta la mano ajena, rozando sus dedos en busca de contacto. Kenichi aceptó con gusto y caminó de la mano con el menor.

 –¿De verdad te gusto? –Volvió a preguntar inseguro el mayor.

 —Sí, desde hace mucho.

 —Pero, ¿por qué? – Agregó desconfiado. Okamura opinaba honestamente que ese chico era lindo, pero por otro lado, no lograba entender el porqué de esa confesión –Dicen que soy gorila.

 Kasamatsu rió ante las ocurrencias de Kenichi diciendo –La verdadera belleza está en el interior – Contestó, y en eso recordó a Kise. Su amigo siempre fue demasiado superficial, hasta llegar al punto de crear su propia “política” de “sólo acostarse con chicos atractivos” –Cuando te veía jugar y liderar al equipo, me enamoré. Además, me gustan los gorilas –Tras decir ello, sorprendió al más alto con un ligero beso en la mejilla.

 

 Luego de la fiesta en la mansión, había despertado con un fuerte dolor de cabeza, rodeado de gente que creía haber visto antes, y entre ellos estaba Wei Liu. Pero el que llamó su atención fue su, ahora, Rey. Akashi sonreía levemente sin dejar de mirar los dorados ojos. Después de una larga charla, Seijuurou le dio toda la información de Daiki, algo que el rubio recibió con gusto. Y, ahora, Kise corría sonriente en la búsqueda de Aomine, dirigiéndose a la escuela Toou a toda velocidad.

 Llegó a tiempo a la hora de la salida, y ahí estaba el moreno. Hablaba con su mejor amigo y su pareja, con su típico aire despreocupado. Sonreía con demencia, acercándose al par hasta abrazar con fuerza el brazo de Daiki.

 —¡Aominecchi! –Exclamó con una chillona voz refregando su rostro por el musculoso brazo del moreno, inhalando el varonil aroma de su ropa.

 —¡¿Q-quién eres tú?! –Preguntó escandaloso intentando a duras penas de sacarse el cuerpo del rubio de encima.

 —Kise Ryouta –Respondió de inmediato con una sonrisa enorme -¡Te amo, Aominecchi!

 —¡Suéltame!

 Kagami y Sakurai miraban con miedo la escena, algo no andaba muy bien con ese chico. Daiki lo insultaba con todo lo que tenía, pero ese rubio no se inmutaba y repetía una y otra vez las mismas palabras.

 —¡Te amo! –Volvió a exclamar, pero un fuerte empujón lo desprendió del cuerpo del moreno. Éste tomó la mano de su novio, que no paraba de mirar los hechos confundido, y corrió del rubio. Éste se paró enseguida e intentó seguirle el paso a la pareja, pero los perdió de vista rápidamente –¡Aominecchi, te encontraré! –Gritó sin parar de sonreír.

  Caminaban tomados de las manos, a pocas calles de la mansión. Murasakibara masticaba la última gomita en forma de oso que tenía en la bolsa, mientras comentaba –Muro-chin no vino a la escuela hoy.

 —Tatsuya no irá jamás a la escuela –Respondió apretando su mano contra la de su guarda. 

El gesto asustó un poco a Atsushi, decidió cambiar de tema, pues odiaba ver enojado o triste a su Majestad –Fue muy lindo de tu parte en ayudar a ese chico a confesarse.

 Akashi se limitó a asentir, no iba a decir que quería un “peón” más en su juego. Pero como todo Rey, quería lo mejor para sus súbditos, y sacar beneficios de eso. Ahora debía esperar información, esperar a que lleguen noticias de satisfactorias sobre Aomine Daiki. La guerra no iba a terminar para Seijuurou.

 Por otro lado, Murasakibara también estaba enojado con esa persona, pero no quería llegar a ciertos extremos. Amaba a su Aka-chin, pero no deseaba pelear con él, tan sólo le dolía ver que la mente del pelirrojo no estaba del todo bien. También dolía no admitirlo, y dejarlo pasar todo el tiempo.

Notas finales:

 Quiero saber lo que opinan de esa pareja crack que se me ocurrió :DD (No sé si ya existía, pero sería genial que haya sido la primera en emparejar esos personas... )

 Si tengo faltas de ortografía perdonen u.u El fanfic lo hago sola y no tengo a nadie que revise por mi y a veces se me escapa algo...

 Espero sus comentarios, quejas y sugerencias! Nunca están de más y es gratis. En realidad, todo es gratis, al menos un "ME GUSTA" o un "NO ME GUSTA"

 RW si la web no se hace responsable del contenido de mis fanfics! (eso me dice acá la página)

 By Selmo


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