Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Rey y su perro por samuesselmo

[Reviews - 57]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 Pido disculpas, ayer empecé un nuevo proyecto: "Los cinco guardianes" y por esa razón no actualicé. Si les interesa y tienen tiempo pasen a leerlo.

 Bueno, acá el nuevo capitulo! Espero les guste! Gracias por comentar!

 Los claros ojos de Takao se abrieron después de un largo sueño. Había tenido una apasionada noche con su pareja, y al parecer lo había dejado durmiendo. Sonrió al recordarlo, pero sintió la presencia de Midorima allí, levantando la vista para toparse con éste, quien se hallaba en su escritorio observando una fotografía.

 —¿Me estás engañando, Shin-chan? –Preguntó haciéndose el ofendido para ponerse a su lado. Miró con interés la foto, en ella reconocía al padre de su novio, a éste mismo y otro niño más. No sabía de quién se trataba, era pelirrojo y sus ojos eran de colores diferentes -¿Quién es él? –Volvió a preguntar apuntando a ese chico que era desconocido para él.

 —Se llama Akashi Seijuurou –Respondió notando la desnudez de Kazunari –Mi padre se encargó de él una temporada.

 —¿Encargó? –Melosamente, el azabache se colgó del cuello de Shintarou, pero prestándole suma atención a las palabras del peliverde.

 El progenitor de Midorima , parecía tener una muy buena relación con el padre de Akashi, y al morir éste, se hicieron cargo del pequeño Seijuurou. Sin embargo, se notaba la falta de atención que ponía el pelirrojo en todo momento, como si su cabeza estuviera en otro lado. No le había afectado para nada la muerte de su padre y sólo pensaba en estar al lado de un peli lila, el cual hacía llamar “guardián”. Siempre lo regañaba, y lo único que hacía el de ojos bi color era desafiarlo, diciendo que era un “rey” y podía hacer que le corten la cabeza. Con el tiempo, el señor Midorima le advirtió que era muy probable que se encontrara enfermo, pero a la hora de hablar con el pequeño “monarca”, pasaban rápidamente a los gritos y la alteración. Sin embargo, en poco tiempo, Akashi volvió a la mansión que legalmente era suya y no apareció frente a Midorima desde entonces.  

 —¿Quieres que tu padre lo interne? –Preguntó Takao algo intimidado al escuchar el caso en que quería meterse su pareja.

 —Internarlo no es algo malo –Aclaró al ver la cara de horror del azabache mientras acomodaba sus gafas –Sólo quiero ayudarlo.

 —Pero eso debería ser elegido por él.

 —Es un enfermo mental, Takao – Respondió Shintarou poniéndose de pie volviendo a tomar la foto donde aparecía Seijuurou.

 —Los locos me dan miedo –Kazunari se abrazó a sí mismo fingiendo un temblor.

 —No es un loco, es un desequilibrio mental –Corrigió de inmediato poniéndole atención a su novio.

 —Es igual.

  Le había tomado un par de días averiguar todo sobre el moreno que había robado su corazón –y cabeza. Sabía dónde vivía (y que lo hacía solo), sus horarios, pero cada vez que lo acorralaba, Aomine lograba zafarse y huir de él, aunque desde el punto de vista de Kise, sólo eran juegos de niños. Ya no se hablaba mucho con sus amigos, y de hacerlo no paraba de mencionar a Daiki. Incluso había peleado con Kasamatsu, pues se había burlado del poco atractivo de su pareja, a lo que el azabache respondió que era un egoísta y superficial. Pero no parecía importarle mucho el caso, incluso, con sus ahorros consiguió un equipo para adentrarse a la casa de la fuente de su acoso excesivo. Al saber los horarios, entró en la casa antes del anochecer. Aomine estaría aún en las prácticas de baloncesto, por lo que se dio tiempo a explorar la morada.

 Observó a su alrededor, los muebles y la decoración, inhalando con gusto el aroma del aire. Con interés miró las fotografías, y se molestó al ver una de él con su pareja. Disgustado, tiró el portarretrato al suelo, dejando el vidrio por todo el suelo. Divertido se dirigió al cuarto, tirándose sobre la cama, oliendo las sábanas y almohadas. Se fue desvistiendo, dejando sus ropas en el suelo hasta quedar completamente desnudo.

 Al llegar la noche, Aomine volvió a su casa luego de despedirse de su pareja. Entró como siempre, encendiendo las luces y dejando las llaves en una mesita al lado de la puerta. Pero al ver el autorretrato roto en el suelo se sorprendió. Bien sabía que era imposible que eso haya llegado allí como si nada, el mueble estaba lejos como para que cayera. Lo levantó con cuidado y miró sonriendo levemente la fotografía. Era él besando una sonrojada mejilla de Sakurai mientras se abrazaban. Sacó del portarretrato la foto y guardándola, luego compraría un nuevo cuadro para ella.

 Caminó con pesadez hasta su cuarto, tiró en el suelo su mochila y se dispuso a cambiarse para usar algo más cómodo. Pero antes de quitarse la camisa, notó algo extraño en su cama, y es que él la había hecho pulcramente antes de ir a la escuela. De nuevo estaba esa incómoda sensación, como si fuera una presión sobre sus hombros. Lento miró hacia atrás, pero ahí no había nada ni nadie, y la puerta estaba cerrada. El toque de la puerta lo hizo alterarse, pues no provenía de la entrada, se podía ver debajo la sombra del otro lado. Había alguien en su casa, pero había jurado que cerró bien la puerta. Aomine no quería aceptarlo, pero estaba asustado, a pesar de eso, abrió de golpe la puerta para enfrentarse a lo que sea.

 Allí estaba, sabía que esa sonrisa no era sana, daba miedo, esa mueca era en algún sentido enferma y desquiciada. A parte de eso, el rubio estaba desnudo, dejando a relucir un cuerpo esbelto y casi perfecto. Cuando daba un paso, el moreno retrocedía otro.

 —Aominecchi –Murmuró nervioso Kise sonrojado –Lo siento, m-me estuve tocando –Agregó. Haciendo que la mirada de Daiki se posara entre las piernas del rubio, de las cuales descendía alguna clase de fluido.

 —¡¿Qué haces tú aquí?! –Tras gritar la pregunta, tapó su nariz y boca. Conocía ese aroma, un fuerte afrodisíaco cubría el cuerpo ajeno.

 —¿Qué pasa, Aominecchi? –Seguían avanzando hacia atras, hasta toparse con los pies de la cama y caer de espalda -¿No te gusta mi perfume?

 Ryouta se acostó sobre el cuerpo paralizado de Aomine y no tardó en besarlo con fuerza. Kise estaba feliz y excitado, saboreando los labios del moreno. Con energía refregaba su entrepierna contra el cuerpo tendido, gimiendo entre besos. El fuerte aroma ya había invadido las fosas nasales de Daiki, causándole una gran y dolora erección. No tardó en terminar desnudo con el esbelto cuerpo del blondo, que empezaba a auto penetrarse con desesperación.  

 —¡Aominecchi! –Eso era lo único que gemía y jadeaba mientras subía y bajaba las caderas -¡Te amo!

 La noche sería larga para Aomine, de alguna manera, estaba siendo violado por un psicópata ¿Qué pasaría al día siguiente a ese? 

Notas finales:

 Bueno, depende como vaya el nuevo fanfic, actualizo mañana o no. Si merece la pena el nuevo proyecto, actualizaría simultaneamente los dos, pero eso depende. Mañana veré.

 Muchas gracias a la gente que comenta! 

 Saludos!

 By Selmo

 RW Para que mejore mis lemon (?) xD

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).