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El Rey y su perro por samuesselmo

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Notas del capitulo:

 Me alegró ver que de la noche a la mañana había tantos capitulos! Y más el leer unas tres veces seguidas "es muy original", me puso muy feliz. Así que no esperé más y decidí subir el siguiente capitulo.

 Además de MuraAka, van a aparecer más parejas, pero serán casi en segundo plano. Y probablemente una que otra será demasiado Crack... Pero, los que hayan leido mi anterior FanFic, no me gusta spolarlos con una lista de parejas. 

 Espero les guste este capitulo...

 El recreo inició, y sobre los angostos hombros de Murasakibara, iba sentado el pelirrojo. Tenía cara de sueño, la clase parecía aburrida para ese par. Se dispusieron a salir al patio para comer un par de dulces. El peli lila los amaba desde siempre, Akashi siempre estaba dispuesto para aceptarlos de su mano. Tomaron asiento en unas escaleras, alejados de la mayoría de los alumnos. Seijuurou murmuró que no se le permitía estar cerca de plebeyos, así que simplemente decidieron encerrarse en su propio mundo. Pero,  tan lejos de ellos, tres alumnos los miraban divertidos, en especial el azabache que encabezaba el grupo.

 Se acercaron a la pareja, y tomando la palabra, Himuro, comenzó a parlotear –Me gustó mucho el teatro que hicieron en el salón – Rió con una elegante carcajada, además de mirar y comerse con la mirada al más alto. Aquello no pasó por alto ante los ojos de Akashi, y se puso de pie junto a su orgullo.

 —¿Teatro? No sé de qué hablas –Se cruzó de brazos asesinando a Tatsuya con la mirada. Luego recorrió el cuerpo de los otros que estaban detrás del azabache. Ambos eran altos y atléticos, y probablemente, uno de ellos no era japonés. Ni siquiera parecían de primero.

 —Ellos son Wei Liu –Al ver que el pelirrojo observaba analítico a sus amigos los presentó, empezando con el más alto. Por el nombre, ese chico era chino – Y él es Kenichi Okamura –El otro era el más grande, y aparentemente el más maduro, sonreía simpático a los presentes. Ese trio se había conocido en la entrada y de inmediato se hicieron amigos. Himuro se había unido al equipo de baloncesto de la escuela y el capitán del él era Okamura.

 —Himuro Tatsuya ¿verdad? –Preguntó Akashi callando al azabache.

 —¿Cómo sabes mi nombre? –Himuro ni siquiera había hablado con él antes, así se sorprendió el hecho de que sabían su nombre. Incluso sufrió un pequeño escalofrío.

 —El maestro te nombró en la lista –Seijuurou respondió de lo más normal, acercándose hasta quedar pecho a pecho con el chico del lunar –Te sugiero que no me busques pelea, porque no vas a ganar.

 Tatsuya volvió a reír y soltó –Ya sé, eres un “rey” –Tras decir ello se alejó. Pero sus acompañantes se quedaron un par de segundos más, admirando la fuerte personalidad del menor. Aun así, volvieron a retomarle el paso al azabache.

 —No me quedaré con los brazos cruzados –Susurró Akashi, y fue escuchado claramente por el mayor. Murasakibara hizo un gesto de disgusto al no ser visto por su Majestad, porque deseaba que nadie saliera lastimado. Pero teniendo a Seijuurou enojado, no había mucho por hacer y siempre estaba ahí para seguirlo hasta el fin del mundo.

 El día continuó pasando sin cambios, y amor y sirviente estaban de camino a la mansión. Ésta tenía sirvientas y damas que limpiaban o cocinaban. Aunque debido al poco uso de la casa, algunos cuartos se fueron deteriorando. En los días de tormenta, la casona parecía abandonada. Los dos dormían en una cama tamaño King, y siempre hacían lo que querían, es decir, lo que quería Akashi.

 En el camino, pasaron frente a una joyería. El Rey quedó boquiabierto, admirando una corona pequeña que no pasaba los 10 centímetros de ancho. Era de oro genuino, y tenía unos pequeños diamantes incrustados. Por primera vez, después de mucho tiempo, Akashi admiraba una corona de verdad. Pero lo que no veía, era el cartel que estaba junto, que decía “No está a la venta”.

 —Quiero esa corona, Atsushi –Dijo sin quitarle la vista de encima a la enorme joya –Es mucho mejor que la que tengo en el castillo.

 Desconcertado, Murasakibara miró su pareja, era cierto que era una corona preciosa que podría ser expuesta de forma maravillosa sobre la cabeza de Akashi, pero también admitía que él leía claramente el cartel de junto. No la vendían, y de hacerlo, debía valer demasiado. Tomando el brazo de su Rey, Atsushi debía hacerle entender a Seijuurou ese hecho, pero sabiendo que no iba a ser posible, debía usar a su favor la falta de cordura del pelirrojo –Tengo una corona mucho mejor en casa, Aka-chin.

 —¿Nueva? –No quería sonar emocionado, pero cuando se trataba de ese juego eterno saltaba un lado infantil del pelirrojo que muchos desconocían. Y lo mismo pasaba con Atsushi, que de vez en cuando tenía que optar por tomar una personalidad madura.

 —Te la iba a dar otro día, pero puede ser hoy.

 Entretanto, un par de amigos caminaban en dirección opuesta, chocando con la pareja. Uno de ellos era pelirrojo, su cabello hacía juego con sus ojos. Mientras que el otro de los muchachos tenía el pelo azulado, y su piel era exquisitamente morena. Los dos eran altos y acudían a la escuela Toou, el uniforme que llevaban lo decía todo –Intenten no ocupar toda la acera –Habló fastidiado el peli azul empujando uno de los hombros de Akashi. Esto le hizo sentir una especie de corriente eléctrica, y de forma inevitable recordó algo.

 —A ti te conozco –Comentó su Majestad con el ceño fruncido algo confundido –Eres el niño que me empujó.

 —¿Eh? –El moreno intentó hacer memoria, y de forma vaga recordó un poco del hecho, sacándole una risa –¿Tú eras el niñato que decía ser un príncipe?

 —¡Que soy un Rey! –Exclamó sonrojado del enojo el menor apretando sus manos en forma de puño.

 —Y tú eres que me dio una paliza después de eso –Con una mueca de disgusto, ignoró y se concentró en el más alto. El peli lila lo miraba con el ceño fruncido, pues sabía que debido a eso, Akashi no fue el mismo en todo sentido –Pero olviden el pasado, soy Aomine Daiki y él es Kagami Taiga -El pelirrojo mayor no sabía qué hacer exactamente ante la situación, sólo hizo un asentamiento de cabeza en forma de saludo.

 La pareja siguió su camino después de ese inesperado encuentro y llegaron a la mansión. Una vez allí, Akashi se sentó en su “trono”. Era un sillón muy cómodo y grande, sólo para él. Estaba en lo alto de las escaleras principales, a su lado había otro sofá más pequeño pero igual de cómodo para Murasakibara. La mansión era elegante, y tenía buena presencia, de no ser por una que otra mancha de humedad. Siempre estaba limpia y ordenada, digna de un Rey. A las sirvientas que limpiaban y dejaban impecable cada rincón, no se sorprendían de la personalidad absolutista y monárquica de su amo. Sino que más bien, decían que estaba enfermo e intentaban ignorar su chocante actitud como Rey.

 —Aka-chin –El nombrado levantó la vista, topándose con su guardián. Y su lado, un chico casi de su misma altura, con cabellos y ojos celestes. A penas era presenciarlo, y eso sorprendió al Rey –Él es Kuro-chin, va a tomar el trabajo.

 El chico tenía la misma edad que Seijuurou, llevaba aún puesta la ropa del instituto de Seirin, y miraba todo a su alrededor de forma curiosa. Kuroko Tetsuya, sabía disimular muy bien su nerviosismo, pero nada se le pasaba por alto a Akashi. Éste sonrió, mirando de arriba a su nuevo “empleado”.

 Hacía unos días, Akashi buscaba a alguien dispuesto a ser su “dama de compañía”. No era que quería reemplazar a Murasakibara, pero no le venía mal un asistente a su lado. Además, con ese chico a su lado, comenzaría a poner a algunas personas a en su lugar. 

Notas finales:

 Quiero agregar, que en el fic no hay personajes malos ni buenos, todo queda a criterio de ustedes. 

 Muchos saludos! Ahora responderé sus lindos comentarios, que me ayudan un montón!

 By Selmo


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