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El Rey y su perro por samuesselmo

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Notas del capitulo:

Muy buenas a todos! 

 Quiero empezar a decir que, no sé si habrá lemon, es decir, es posible que lo insinue. El tema es que si escribo lemon, e probable que no deje lugar para la historia. Desde mi punto de vista, la historia es más importante, o al menos creería yo eso si leo un fanfic de este estilo, pero eso queda en la opinión de cada uno. Me gustaría leerlo de ustedes, si creen que debe haber lemon haganmelo saber.

 Como sabrán algunos, soy de actualizar rápido, aunque no haya muchos comentarios... Por el momento eso es todo. Aquí el capitulo:

 Kuroko Tetsuya había aceptado el trabajo, aunque inicialmente se había ofrecido como niñero, terminando en una mansión que creía abandonada que era habitada por un par de chicos de su edad. Al principio se quejó, después de todo no era lo que él quería hacer, él necesitaba el trabajo para familiarizarse con los niños, iba a ejercer para profesor de jardín una vez finalizados sus estudios. Pero, luego de tanta charla, llegó a un acuerdo con el dueño de la casa. Le pagarían más de lo que él deseaba.

 Ahora estaba sentado con el peli lila, en una gran mesa de la sala. Ésta estaba llena de papeles, cartulinas y revistas. Además de útiles escolares, como lápices y fibrones. Había pasado una semana desde que aceptó el empleo, y aún no entendía lo que debía hacer. Siempre le encargaban mandados, y algunos eran muy personales con su “amo”, como esperar a que el pelirrojo termine su baño para luego secar sus cabellos y peinarlos. No se acostumbraba a ver el cuerpo desnudo de otra persona, pero parecía algo muy normal entre los que vivían allí.

 Aparentemente, estaban haciendo tarjetas de invitación para una fiesta de disfraces y máscaras, que se realizaría el fin de semana en la mansión. Por alguna razón, ninguna decía de quién era, ni para quién. Pero lo más sorprendente, era ver la cantidad de invitaciones que habían hecho hasta el momento. Había terminado una de las docenas de tarjetas que tuvo que hacer, y dejándola sobre la pila, se volteó para hablar con Atsushi.

 —Murasakibara-kun –Éste se giró al verlo, estaba masticando una goma de mascar y rostro se veía fatigada -¿Por qué hacemos todo esto?

 —Porque Aka-chin lo dijo –Respondió haciendo un globo, como si fuese lo más obvio del mundo.

 —¿Es decir que tú tampoco lo sabes? –Volvió a preguntar el peli celeste tomando una nueva cartulina para empezar desde cero con otra tarjeta.

 —Aka-chin es el Rey, él sabe lo que hace –A pesar de responder de una forma segura, Murasakibara por dentro no se sentía del todo de acuerdo con ello. Realmente, ¿por qué hacía todo lo que Akashi le decía?

 —La fiesta será divertida –Comentó sonriendo levemente Kuroko decorando la carta – Aunque, creo que son demasiadas tarjetas.

 —Vendrá mucha gente –Atsushi también estaba emocionado, él sabía muy bien que Seijuurou iba a darle muchos dulces en esa fiesta.

 Ya era inicio de la semana cuando a Kuroko le tocó hacer una “misión importante”, tal como dijo Akashi. Debía llevar dos tarjetas a la escuela Toou. Le había dado las descripciones de las dos personas que debía encontrar a la salida. Por alguna razón se sentía nervioso, su cuerpo temblaba levemente y parecía que tenía el corazón en la garganta. Hasta que el momento llegó y juró que su corazón se paralizó del miedo, como si estuviese por hacer algo terrible. Se acercó con temor a esas personas, y sin decir una palabra extendió ambas tarjetas.  

 —¿Qué es eso? –Preguntó cansado el moreno mirando con el ceño fruncido las cartas. Mientras que el pelirrojo, que siempre estaba su lado, admiraba los zafiros cristalinos que había frente a él. Sin dudarlo tomó la carta y la miró por afuera. Aomine, al ver a Kagami, siguió su acción y agarró de manera desganada la tarjeta.

 Entretanto, mientras los dos amigos leían el contenido, el pequeño peliazul huyó corriendo de allí, escondiéndose en un callejón. Con la mano al pecho, su corazón latía a alta velocidad después de ver los grandes rubíes del pelirrojo. Podía jurar, que sus mejillas iban a estallar debido al calor.

 

 Después de un largo baño, Akashi estaba acostado mirando divertido un tablero de ajedrez. Estaba junto a la cama en una pequeña mesa, y en el tablero había pocas piezas, ya que las demás estaban apartadas a un costados. Por otro lado, Murasakibara, observaba preocupado al pelirrojo, no sabía exactamente en qué pensaba, y eso le preocupaba.

 —Aka-chin, deja de jugar –Le susurró con una sueva voz apenas apoyando una de sus manos en los pies de su Rey.

 —¡No es un juego! –Exclamó girándose para encarar el rostro del peli lila con el ceño fruncido. Ya habían tenido ese tipo de discusiones, y esa noche no quería tener que repetirla. Lento se acomodó para sentarse al lado de su Majestad, y así también, poder contemplar el tablero. Besó la mejilla del pelirrojo, y éste siguió con el tema –El Rey soy yo –Declaró levantando la pieza de ajedrez que representaba al Rey.

 —Es lindo como tú, Aka-chin – Murasakibara admiró la figura blanca que tenía la punta pintada de roja. Luego vio que tomó un alfil con la punta morada –¡Ese soy yo! –Exclamó sonriente. Akashi igualmente sonrió contento asintiendo, acomodando en el tablero las piezas.

 Continuaron mirando el juego como si fuese la cosa más interesante del mundo. Mientras que Seijuurou pintaba un par de piezas más -¿Quiénes son ellos? – Preguntó Atsushi señalando a los dos caballos color negro. Ambos tenían la parte superior pintada también, sólo que una era azul y la otra tenía un rojo oscuro.

 —Daiki y Taiga –Respondió con simpleza dejándolas sobre la tabla.

 —¿Kuro-chin está aquí?

 Akashi levantó una torre celeste y la colocó junto al Rey. Luego tomó un simple peón y mirándolo con desprecio, dijo –Este es Tatsuya.

 —¿Muro-chin también jugará con nosotros? –Preguntó inocente el guardián, ganándose una mirada reprobatoria de Akashi.

 —No por mucho –Masculló tirando el peón a mitad del tablón de ajedrez.

 —¿Y esos dos caballitos? –Volvió a preguntar Murasakibara con la idea de cambiar de tema. Al castado del tablero, estaban parados dos caballos, justo al lado de las pinturas que usó hace uno minutos.

 Akashi no respondió y simplemente se abalanzó sobre el titán, con ganas de probar sus labios. Compartieron sus alientos hasta hacerlo uno, hasta quedar el menor encima del mayor. Atsushi no se podía estar más dispuesto, aceptó con gusto las caricias, y atendió hasta dormirse, las necesidades de su Rey. Dejaron de lado el juego de ajedrez, y comenzaron los ruidos de las sábanas y el rítmico sonido de la cama golpeando la pared.

 

 Estaba por dormir, pero su celular sonó con insistencia y no pudo negarse a ver el mensaje. El azabache tanteó con una mano para buscar su teléfono que descansaba sobre su mesa de noche. Con dificultad leyó el mensaje, era de Kise y parecía que no iba a descansar hasta saber lo que quería. Kasamatsu y Kise eran mejores amigos, a pesar de la diferencia de edades, y ahora, al estar en la época de la adolescencia, el rubio era realmente insoportable.  El tema comenzó a la salida de la escuela, ambos caminaban y trazaban la misma ruta de siempre, pero esta vez, el azabache estaba distraído y no escuchaba las eternas historias de Ryouta. La cuestión, en Yosen había una persona que llamaba la atención de Yukio.

 Al parecer, los hechos no pasaron desapercibidos para el rubio, y con insistencia, intentaba averiguar quién había robado el corazón de su senpai. Casualmente el grupo que miraban era el de Himuro Tatsuya, y ahora debía aguantar los mensajes molestos –Era el extranjero ¿verdad, senpai? –Decía el mensaje. Cerró con firmeza el celular y suspiró cansado, dispuesto a dormir.

Notas finales:

 Bien! Aparecieron dos personajes más en la historia. Kasamatsu es un personaje que me gusta mucho jajaja

 Muchas gracias a los que leen y comentan. Me ayudan mucho! El proximo capitulo tendrá más acción! 

 Saludos! 

 By Selmo

 P.D. ¿De qué país son?

Yo soy de Argentina


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