-Baka Usami por tu culpa no he adelantado nada de trabajo-se quejo Misaki. La verdad es que lo había arrastrado por una semana y se lo había llevado sin que el pudiera coger nada. Así que ahora andaba apurado para tener todo el trabajo listo.
Estaba en el departamento que le había buscado su hermano para empezar a recoger sus cosas, solo las necesarias dejaría las suficientes para aparentar que aun seguía viviendo ahí. Le había sido imposible convencer a Usami de que retirara su condición.
Su móvil comenzó a sonar –beep…beep
-Dígame, Misaki al habla.
-Misaki, soy yo Takahiro- respondió la persona al otro lado de la línea telefónica
-¿Qué paso Nii-chan?
-Llamaba para saber como estábamos ayer llame y no contestabas ya que acordamos que solo te llamaría una vez a la semana al menos podrías contestar-le recrimino. Claro que no podía contestar su móvil no tenía llamadas internacionales.
-Disculpa estaba liado con el trabajo-mintió-de hecho ahora lo sigo estando.
-¿Pero no cogen la semana dorada libre?
-Hablo de trabajo en casa Nii-chan-aclaro Misaki
-Entiendo, pero sabes no debes dejar tus obligaciones para el ultimo minuto-lo regaño-Y sobre el otro asunto referente a tu relación con Usami…-dudo en hablar-¿Qué has pensado?
No se esperaba para nada esa repentina pregunta.
-Yo…yo…-le costaba admitir lo que realmente quería ¿Le estaría causando algún problema a Nii-chan? Pero su mente y corazón no coincidían por lo que todo resultaba aun más difícil.
-Puedes decir lo que deseas Misaki-animo Takahiro.
-Yo no creo que mis sentimientos cambien-admitió finalmente.
-Ya veo-dijo en tono pensativo.
En esto sintió un ruido como algo cayéndose proveniente del departamento de Takano
-Lo siento Nii-chan tengo que dejarte
-Espera Misaki…-colgó antes de escuchar lo que tenía que decir.
Al llegar al departamento de Takano vio que la puerta no estaba cerrada por lo que paso sin llamar.
-¿Takano-san se encuentra bien?
Al llegar a la cocina vio a Takano enfrente del fregadero con la mano ensangrentada y en el suelo había platos y vasos rotos. Al ver está situación se apuró,
-Takano-san eso hay que tratarlo-dijo señalando la mano del herido- ¿Dónde está el botiquín?
-Debajo del sofá-respondió desganado dando una repuesta vacía.
Inmediatamente empezó a tratarle las heridas y recoger el piso
-Takano-san siéntese luce muy cansado y demacrado ¿Ha comido algo? ¿Ha descansado lo suficiente?-Takano tenía el rostro pálido lo que hizo preocupar a Misaki e hizo que preguntará esas cosas.
-No-respondió simplemente.
-Tiene que comer-y dicho esto se propuso hacer la cena-aunque entiendo su situación y más después de todos los problemas por lo que han pasado…-soltó descuidadamente.
-¿Entonces tu conoces nuestra historia?-se quedo sorprendido
-Bueno…lo siento…accidentalmente…lo supe-respondió nervioso
-¿Entonces me puedes explicar por qué reconoce a la mayoría de la gente salvo algún detalle a la primera y todo lo relacionado conmigo es casi todo inventado salvo alguna minucia?
-No lo se, lo que le explico el doctor es lo que paso-respondió angustiado Misaki
-Lo sé. Pero aun así duele y más cuando dice que está enamorado de otra persona delante de mí-ese recuerdo lo atormentaba a pesar de no querer pensar en ello le volvi y más con lo que había pasado hoy…
-Ya vera como todo se arregla pronto-trato de animarlo
-Eso espero-suspiro, lo peor era la incertidumbre de no saber si Onodera lo recordaría pronto o si alguna vez sería capaz de recordar todo lo que vivieron.
-Por cierto puedo pedirle algún consejo sobre mi trabajo-trataba de evitar mencionar a Onodera.
-Sí claro-cualquiera cosa que lo distrajera de Onodera aunque solo fuera por un rato era bienvenido.
-Enseguida vuelvo voy a traer los materiales-así se fue a buscarlos.
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Misaki se apuró a llegar a la casa de Usami tras haber trabajado con Takano ya tenía todo listo para el día siguiente, estaba preocupado por los niños. Al menos sabía que Aikawa estaba ahí. Aunque tal vez no fuera de mucha ayuda. Al llegar vio que la escena no era tan mala como la había imaginado era peor, la típica sombra negra cubría Aikawa y Usami. Los niños lloraban sin consuelo Aikawa trataba de dar a la bebe un biberón que soltaba humo y Usami estaba apunto de darle una palmada al bebe que si Misaki no llega a detenerlo le saca los pulmones al pobre niño. Con la presencia de Misaki parecieron tranquilizarse lo siguiente que hizo luego de detener a Usami fue enfriar el biberón con agua fría y mezclarla con leche de la nevera. ¿Que hubiese pasado si no pudiera haber llegado esa noche? No quería pensarlo.
-Eres muy bueno con los niños-dijo Aikawa agotada
-Bueno he cuidado a veces a Mahiro.
-Y sensei el manuscrito…-reclamaba ya apenas sin fuerza.
-Ya se, ya se tome-le extiendo unas hojas con su historia.
-Gracias-se marcho apurada.
Con sus últimas fuerzas Usami se fue a su habitación.
-Supongo que él está agotado
De momento no tenían donde ponerlos a dormir así que los acostó en el sofá por que si los ponía en la cama se podían caer por un lado. Los cubrió con una manta y se acostó al otro lado para evitar que rodaran y se cayeran.
Al día siguiente Misaki se levanto temprano, incluso a pesar de las constantes veces que tuvo que levantarse para atender a los niños, por lo que las ojeras eran visibles y de gran tamaño. Cuando se dispuso a hacer el desayuno el timbre sonó.
-¿Residencia Usami?-se oyó preguntar por el telefonillo
-Si es aquí-confirmo Misaki
-Era para dejarle unas cajas. Al abrir varios mozo entraron con cajas varias veces hasta que dejaron el salón totalmente lleno
-¡¡¡Usami!!!-grito mosqueo Misaki ya tenía una idea de que eran esas cajas.
El nombrado bajaba por las escaleras en ese preciso momento.
-¿Qué es todo esto?-lo enfrento Misaki
-¿Nos has mirado dentro?-pregunto aun un soñoliento Usagi.
-No, pero me imagino que son trastos inútiles-le regaño.
-Son cosas para los niños-respondió.
-Usami deje de despilfarrar el dinero, seguro que no son necesarias tantas cosas-le seguía regañando- ¿Al menos hay alguna cuna entre tantas cosas?- inquirió.
-Si de hecho hay 15 desde colores cálido hasta fríos…-le cortaron la explicación.
-Con dos era suficiente-se le comenzó a hinchar la vena de la frente.
-Por cierto no tienes que apurarte ¿No comienzas el trabajo hoy?-le hizo percatarse Usami a Misaki
-Si ya se, pero después de lo que sucedió ayer ¿Cómo demonios puedo dejarte sólo con los niños?
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En la editorial dos fax habían llegado uno era Misaki comunicando que no podría ir a trabajar ese día “por asuntos personales” y en el adjuntaba el trabajo que tenía pendiente y que si había algún problema o tenía algo más se lo comunicaran a través de ese medio.
El otro fax el remitente era de Onodera renunciaba a la compañía y cambiaba su domicilio a la casa de sus padres cuya justificación era que aun no se encontraba recuperado.
Al ver este comunicado Takano corrió rápidamente al complejo de edificios. Él ya había salido del hospital lo lógico era que fuera a recoger sus cosas. Al llegar vio un camión de mudanzas cuyo asiento del copiloto se encontraba Onodera que miraba al lado contrario del punto en que venía Takano. Trato de correr lo más rápido que pudo, en momentos como esos odiaba vivir en una cuesta. Estando a cinco pasos de llegar el camión arranco alejándose del edificio.
Llamarlo tenía que llamarlo lo más rápido posible eran los pensamientos que recorrían por la mente de Takano. Al llamar al número de Onodera escucho un mensaje de voz que hizo que sus esperanzas fueron destruidas.
-El número al que llama no pertenece a ningún número existente.
¿Como que ese número no existe? Era el número de Onodera lo había llamado varias veces, conocía perfectamente bien aquel número, lo siguió intentado muchas veces más pero la repuesta que obtenía era siempre la misma- el número al que llama no pertenece a ningún número existente -decía la voz robótica producida por programas informáticos.
Entonces si no podís llamar a Onodera…Su madre…al menos podría llamar a la madre de Onodera podría ser la solución pero Takano no tenía el número ¿Por qué había sido tan descuidado? ¿Por qué no había guardado ese maldito número cuando tuvo el móvil de Onodera?
¿Dónde se lo llevaban? ¿Por qué no podía comunicarse con él? Tras la larga espera de diez años nuevamente los habían separado de nuevo de la forma más cruel posible.