Ya era viernes, después de aquel día en el que apareció el sujeto en la escuela las constantes alucinaciones y el vapor de la boca de Danny habían cesado, se podría decir que se la paso bien los demás días pero no fue así, algo lo angustiaba podría ser la incertidumbre, el pensar que cuando menos lo espere algo lo atacara de entre la paz y la calma, había otros sentimientos ocultos aunque no quisiera asimilarlo, no solo era preocupación por el sino también por lo que lo seguía, claro que no podía ir parloteando con sus amigos el hecho de sentir preocupación por algo que lo acecha, claro que no.
-entonces nos veremos en la casa de Sam a las seis_ tan sumido estaba en mis pensamientos y en mi negación que no me di cuenta de que Turke y Sam ya habían planeado que hacer en viernes, solo podía dar una confirmación por mi parte.
-me parece bien, solo intenten llegar temprano_ recalco Sam, claro que odiaba que llegáramos tarde, ¿a quién no?, pero tenía que recordarnos siempre que quedábamos de acuerdo en algo, ya era costumbre.
-está bien, por mi _ agregue sin muchos ánimos, el día era nublado, casi sin nadie a la vista, solo pasee mi visión por las aceras de enfrente, parecía que llovería ese día.
Mis amigos se limitaron a mantenerse callados, hacia los días que se dejó de sentir esa presencia y por algunas razones me sentí cabizbajo, cuando mis amigos intentaron preguntar los evitaba, no tenía sentido hablar sobre algo que no tiene pues… sentido, ellos se rindieron y dejaron de lado el tema hasta que quisiera tocarlo por mi cuenta, son muy buenos amigos ¿no?
Después de unos minutos afinando detalles sobre la visita me decidí en preguntar apropiadamente, pues el motivo de la visita a la casa de Sam lo desconocía.
-y entre todo esto, ¿para que iremos a tu casa Sam?
-bueno pues parece que estas tan distraído que no te has dado cuenta_ ella sabía que así era, pero me lo recalcaba siempre que podía- iremos a hacer una sesión.
-¿una sesión?_ me intrigo es palabra, ¿sesión para qué?
-sí, Sam dice que hay sesiones para llamar creaturas malignas, incluso preguntarles cosas.
A no, ya con eso me vasto para saber sobre todo su plan, lo sabía pero pensar que lo que me seguía era maligno, se sobrepasaba de la raya y mucho.
-así que ¿creen llamar a lo que me sigue y preguntarle como amigos del alma porque está aquí?_ enarque una ceja, eso o era perturbador o absurdo, mi tono de voz estaba a la defensiva.
-pues no exactamente así, tu solo tranquilízate_ intento remediar todo Sam.
-si viejo, no tenemos otra opción, más que esa_ prosiguió Turke, ayudando a Sam, la verdad no era tan mala idea, aunque no me agradara intentaban ayudar, a su manera pero lo intentaban, deje las cosas así, prometí ser puntual y me despedí de ellos.
Deseaba estar solo, deseaba volar y así sentirme mejor pues aunque suene raro me encariñe tanto con mis poderes que comencé a depender de ellos cuando tenía sensaciones intensas de cualquier tipo. Solo bastaba estar entre las nubes y todos mis demonios internos se esfumaban como un mal sueño, emprendí el vuelo quería despejar mi mente por unos segundos, decidí pasar por encima del parque de la ciudad, no había casi gente así que sería sencillo estar a solas, ya que estaba nublado el cielo, todo estaría despejado de personas.
Después de volar unos minutos en soledad y con bastante lentitud estaba a punto de llegar a la parte más profunda del parque cuando una gota de agua callo sobre mi nariz, se escurrió y después de unos segundos otra más callo en mi omoplato derecho, sonreí levemente, el agua me relajaría aún más.
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El día es nublado, después de sentir esa carga tan pesada en mi corazón decidí relajarme un poco, seguir a ese muchacho por una semana no fue difícil, aunque tengo que admitir que solo lo hice la primera semana para estar seguro, tenía que estar seguro de mis sospechas, solo que esta semana pues, lo hice por pura voluntad propia, quería saber más sobre el así que, así lo hice lo seguí, ya ni siquiera me moleste en ocultarme a la perfección, había veces en las que me olvidaba por completo que lo estaba estudiando y por accidente me veía pero al darme cuenta de mi error volvía a ocultarme.
Esa foto me provoco un dolor inmenso, aunque no tengo idea de la razón, estando en un lugar tan bonito y pacifico no es hora de pensar en cosas lastimera para el alma.
No podía dejar de pensar hasta que lo sentí, una pequeña gota callo de una nube hasta mi mejilla derramándose en mi piel y después otra más en mi frente, incitando a sus amigas a salir, amenazando en dejarme empapado mientras reposo con sutileza bajo su mirada y figura.
De todos modos no me importo, aquello me relajo aún más, tendido en el aire, de un lugar apartado de aquel parque, nadie podría verme absolutamente nadie, camuflaje mi espalda con una parte del cielo más, no me moleste en camuflajear mi parte delantera además ¿Quién podría verme? lo dudaba de sobre manera, a no ser claro que alguien me observara desde el cielo, nadie más que la bóveda celeste estaba seguro.
Entonces un relámpago se hizo presente y las gotas cayeron libremente en la tierra, seguí inmóvil tan solo me regocije ante el tacto del agua fría en mi piel, lance una sonrisa al aire.
No sé cuánto tiempo seguí en esa posición, pero estoy seguro que fue bastante ya que pude sentir mi traje negro bastante apretado a mi piel, pase mi mano por mi pecho inspeccionando que tan empapado estaba y entonces decidí abrir mis ojos color rosa pastel y observar por mi cuenta, ya estaba bastante mojado así que decidí darle un último vistazo al cielo, cuando lo vi, como no pude darme cuenta antes, un joven de cabello blanco y ojos verdes levitaba en el aire, me observaba perplejo acercándose a mí con cautela.
Yo proseguí observándole, sabía que estaba mal que lo hiciera, sabía que no era correcto, pero tenía que hacerlo por más tiempo, solo fueron un par de minutos, puesto que todavía no era momento de conocernos, esboce una sonrisa hasta el resignado y me hundí en la que antes era mi sostén en el cielo hasta llegar a un árbol y ocultarme.
Tenía la respiración acelerada y mi pecho se movía de arriba a abajo con desespero, escuche como el gritaba intentando buscarme en el preciso instante en que llegue al árbol, mis piernas flaquearon y me derrumbe en el pasto, con mi espalda en la corteza húmeda, tome mis rodillas entre mis brazos y comencé a derramar lágrimas.
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Ninguno de los dos jóvenes bajo la tormenta se percató de tres presencias ajenas a ese plano, que los observaban ocultas.
-¿crees que nuestro señor cumpla con la misión?_ una voz femenina emergía de entre las tinieblas para darle paso a una gran incógnita, al no tener respuesta de sus compañero prosiguió.
-¿Lilith, que…?_ una sonrisa macabra y tenebrosa emergió de entre las sombras dando un silencio absoluto.
-tiene que hacerlo, el planeo todo_ otro ser se hizo presente, este tenía una voz gruesa pero delicada a la vez.
-pero míralo, ni siquiera puede con un mocoso_ el ser de voz femenina sonaba alterado y parecía estar a punto de armarse una pelea.
-¿¡entonces que aremos!?, ¡si lo abandonamos, nos despellejara vivos cuando tenga la oportunidad!_ la voz masculina sonó desgastada e irritada.
-chicos, chicos_ en ese instante los que discutían observaban atentamente al ser que hasta ahora era ajeno a la conversación.
-es verdad Isis, no puede ni siquiera con un mocoso y si lo abandonamos nos mandara a lo más profundo del séptimo infierno pero, eso solo porque es nuestro líder, un líder que no puede ni siquiera con un niño no merece ser líder y es nuestro deber revocarlo de su mando, Isis, Asmodeus_ miro a los dos con complicidad sonriendo macabramente- es hora de tu final, mi señor_ y todo quedo de nuevo en el susurro de la lluvia incesante.
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Mis ojos me engañaron, otra vez esas alucinaciones llegaron, tuve que regresar después de esa alucinación tan profunda, esa piel blanca, esa figura esbelta, su cabello mojado y sus ojos del mismo tono, todo fue solo una alucinación causada por el estrés, si eso debía de ser.
Ahora estoy en mi habitación dando vueltas como gato enjaulado, no puedo pensar en nada, todo esto me confunde más de lo que ya estaba, no puedo dejas que me afecte, pero esa sonrisa fue tan profunda, algo que me decía dolor a pesar de todo, no eso es imposible.
No puedo ni siquiera pensar en paz, alguien llama por teléfono, no puedo esperar a que mi hermana abra conteste pues no está al igual que mis padres salieron y me dejaron solo como siempre. No queda más opción corro por las escaleras y conteste enfadado.
-¿bueno?
-amigo, por fin respondes, te he intentado localizar desde hace un buen rato
-a Turke, lo siento es que estuve distraído, ¿Qué pasa?
-como que, que pasa, recuerda que nos veríamos en casa de Sam, te estamos esperando y como no contestabas tu celular nos preocupamos, ¿qué tanto hacías?.
-¡Es verdad!_ observe bastante alterado la hora ya era las seis y media- lo siento hermano voy para allá_ ni siquiera deje que me respondiera, tome mis llaves y una chamarra para salir corriendo de mi casa. Aunque no esperaba encontrarme esa sorpresa al salir.
Al girar el picaporte y abrir la puerta de golpe, pude ver como un niño estaba al parecer a punto de tocar la puerta de mi casa cuando abrí la puerta y con el susto que se dio callo de espalda, intente sostenerlo pero en vez de caer como lo espere se desvaneció como si lo engullera el aire y apareció a un lado de las escaleras en la acera en cuclillas. Me quede en shock, no creyendo quien era ni como paso, sus ojos rosa pastel miraron mis aturdidas pupilas, el intentar dar un paso fue un error fatal, pues en el instante el niño salió huyendo.
Lo perseguí por unas cuadras pensé que lo alcanzaría rápido, con mis 16 años podía correr más rápido que un niño pero a pesar de lo que creí no lo logre alcanzar su capa negra voló por el aire aun aferrada a su espalda para perderse en una esquina, solté un bufido y hasta dije maldiciones entre dientes. Entonces me percaté de que estaba cerca de la casa de Sam y seguí caminando.
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Ya dentro de la casa de Sam, todo estaba preparado, por suerte mis amigos no me abordaron con preguntas sobre mi desaparición y solo se concentraron en terminar de buscar un libro que contenía el ritual que aria Sam.
-entonces, déjame ver si entendí bien_ le dije a Sam_ ¿invocaras a un espíritu para que te de información?_ era irónico ¿no?.
-bueno no exactamente_ me respondió cerrando su libro –no tenemos ni idea de que sea esa cosa por lo que intentaremos comunicarnos.
-esto es absurdo_ rectifique colocando mi codo en mi rodilla y mi cara en mi mano- es ridículo, él no es un fantasma.
-¿el?_ me interrogo Turke y ciertamente ya que solté información de mas.- ¿Cómo sabes que es “el”?
-pueeess…yo…_ no pude terminar de pensar en una mentira ya que el vapor carmín de emano de nuevo de mi boca y tal vez como una extraña coincidencia vino después un estruendoso grito de dolor.
Nos asomamos por la ventana con algo de temor y observamos un ser que levantaba algo entre las manos, lo más rápido que pude me transforme en Danny phantom y Salí de la casa llevando a mis amigos conmigo.
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No podía creerlo fui un tonto al huir corriendo, pero tenía miedo, aquella mujer me siguió y pude verla en el techo de su casa, sonriendo sínicamente, no tuve más remedio que huir de ahí para que no pasara nada, siento su presencia me sigue aún no sé qué quiere pero no es bueno.
-me reporto mi señor_ la mujer emerge de entre las sombras aun con esa sínica sonrisa, entonces lo siento viene de nuevo.
la cabeza del joven de traje negro se agacha y de sus labios emerge una carcajada burlona, levanta la cabeza de nuevo observando a su invitada con sus ojos rojos sangre inyectados de cinismo.
-me sorprendes, pensé que tardarías en llegar, eres buena para asustar a ese mocoso ¿sabes?
-oh, mi señor no fue mi intención_ se arrodilla frente a la figura del niño con burla, provocando una risa del de ojos rojos.
La mujer es de cabellera larga y blanca, piel igualmente blanca, ojos violetas y vestido blanco griego, con una armadura de pecho negra, una armadura de sombras.
-¿Qué es lo que quieres?_ pregunta arrogante el infante.
-veo que no puede controlar a ese insolente angelito o me ¿equivoco? _ el rostro de la mujer refleja burla mientras que el del niño refleja molestia y enfado.
-¿qué intentas insinuar?
-yo no insinuó nada, usted no puede ni siquiera con un niño, no merece gobernar los siete infiernos, es débil, nos levantaremos contra usted, lo relevaremos de su puesto y después iremos por ella_ el ser se desvanece quedando enfrente de la mujer, la tira al piso de una bofetada y pone su zapato negro en su garganta
-cuidado con lo que dices mocosa, deberías de ser agradecida, tan solo eras un diablo insignificante cuando te encontré, yo te ofrecí ser lo que eres deberías de cuidar tus palabras y tenerme respeto_ Esboza una sonrisa victoriosa- ni siquiera se les ocurra tocarla ¿me oyes?_ restriega su zapato en su garganta produciendo un gemido de dolor de la mujer.
La mujer sonríe cínica y empuja al contrario poniéndose de pie- no tiene derecho de nada de ahora en adelante.
Con sorna observa a la figura adelante y sacudiendo su traje responde-si regresas por donde viniste y te redimes tal vez sea misericordioso_ esboza una sonrisa.
La mujer se irrita y se deja ir en contra del sujeto, que con facilidad evita el golpe, la peliblanca enfurecida arremete con brusquedad mientras son esquivados cada uno de sus golpes.
-¿así piensas gobernar los siente infiernos? No me agás reír_ el ser se carcajea fuerte y la peliblanca aprovechando arremete un golpe contra el en el estómago pero el peli rosa se esfuma en el aire y aparece a un lado de ella dándole una fuerte patada que la tira al piso, se acerca con su sonrisa burlona hasta ella. De pronto se detiene y mueve su brazo izquierdo hacia su lado izquierdo pero este parece ser tragado por el aire y al sacarlo emerge con él una espada que está encendida en fuego.
-la espada demoniaca_ sentencia la peliblanca, con los ojos bien abiertos.
-Así es, es hermosa ¿no?, es una espada fleiming borpalina, esto quiere decir que si logo darte un golpe certero te decapitara al instante, además de que su fuego contiene la fuerza de los siete infiernos unida_ la alza en diagonal y cuando está a punto de llegar al cuello, se detiene tomando con su mano izquierda su cabeza lanzando un grito de dolor al aire.
-¡¡MALDITO MOCOSO, DEJAME EN PAZ, ESTUPIDO ANGEL Y SU ALMA DIVINA!!!_la mujer aprovechando da una patada provocando que el ser quede en el piso soltando la espada, ella la toma y le quema las manos, así que con furia observa al que ase un momento era su verdugo, revolcarse en el piso de dolor con las manos en la cabeza.
Ella se burla y camina hasta el con la espada en manos que aún le quema la piel, le pone un pie enzima de su pecho dejando ver su pierna perfecta, con la punta de la espada aun encendida levanta la barbilla del niño que abre los ojos dejando ver unos ojos rosa pastel que desbordan temor, levanta la espada con mucho ego.
-matarte a ti va a ser más fácil, hasta nunca mi señor_ y entonces un rayo de energía impacta en la espada logrando que caiga al piso, el niño tiene la respiración cortada y tiene los ojos llorosos.
-no debería de aprovecharse de un niño_ un joven de cabello blanco con ojos verdes hace su aparición.
-esto no te incumbe mocoso_ entonces el pequeño viendo la oportunidad rueda quedando fuera de su opresión y de un brinco para atrás se levanta, la peliblanca al observar tal escena avienta una ráfaga de juego contra el peliblanco y otra al pecho del niño logrando que empujarlo varios metros hacia atrás asiendo que su espalda golpe un muro con fuerza y caiga al piso inconsciente.
-no logro entender cómo eres el objeto de confort de ese mocoso de allá, pero no me interesa_ sonríe con los tres jóvenes y les manda un beso y camina hasta el niño, pero el mitad fantasma lo impide con un lamento fantasmagórico, pero la mujer solo detiene su caminata y observa al joven.
-no eres un simple mortal lo reconozco y tu poder es grande pero no tan grande como el mío y tu_ observa a la chica gótica- tu altar fue fuerte lo reconozco pero interfirió en mis planes, dándole fuerza al que hasta ahora sigue siendo el príncipe de las tinieblas, aunque cambiare eso_ esboza una última sonrisa siguiendo con su caminata, el peliblanco insiste con sus poderes y logra doblegarla con un rayo que lanzo por última vez.
-mocoso insolente_ logra pronunciar la peliblanca- te are pagar caro.
-no lo creo_ pronuncia el mitad fantasma y la mujer abre los ojos perpleja al ver como un vórtice de energía la absorbe, un vórtice que emerge de un termo que es sostenido por la chica gótica y cuando por fin es absorbida la mujer, la joven cierra el termo.
-eso fue extraño_ menciona Turke rompiendo el silencio.
-Dany ¿a dónde vas?_ la gótica observa como su amigo se dirige levitando a un bulto negro que esta tirado debajo de una pared.
El mitad fantasma se detiene frente al bulto camina unos pocos pasos más y baja una tela negra, al hacerlo un rostro es descubierto un rostro que mantiene los ojos cerrados, su nariz es fina su piel blanca y su cabello es rosa pastel. Las pupilas de Dany se dilatan, no hay duda es el…