Doflamingo se llevará a Kid fuera de la mansión, y una vez fuera, lo llevará hasta la parte contraria de donde está su habitación para que tú no puedas verles por la ventana. Tirará a Kid al suelo mientras las venas de su frente empiezan a marcarse, sin embargo, no quitará de su rostro una sádica sonrisa que anuncia que nada de lo que va a pasar va a ser bueno. “aléjate de mi hijo”, ordenará Doflamingo usando su voz más intimidante, que hará que Kid comience a temblar ligeramente. El pelirrojo se golpeará mentalmente por dejarse intimidar así, pues lo que estaba en juego no era cualquier tontería, era SU Law. Calmándose un poco, pondrá él también la mejor voz intimidante que pueda y dirá: “ni lo sueñes, pajarraco desplumado… Law es mío, así que no creas que le voy a dejar ir otra vez”. A pesar que le intentará hacer ver el mismo infierno con la mirada, a Doflamingo las intimidaciones del menor sólo le darán ganas de reír. De todas formas, no es muy recomendable insultar a un hombre que te saca unas cuantas cabezas… “Fufufu… Entonces supongo que seré yo el que debe alejarte de Law por la fuerza”, dijo Doflamingo poniendo un pie en la barriga de Kid. Empezará a ejercer fuerza contra la barriga de Kid, avisándole de que si eso ya le dolía lo que seguiría iba a hacer que deseara la muerte. Kid quedándose sin aire cogerá un puñado de tierra del suelo y se la lanzará a Doflamingo, aprovechando que éste se distraerá conseguirá quitarse su pie de encima para poder levantarse.
Ambos se golpearán, aunque claramente la ventaja en todo momento será del alto rubio, pues el otro no estará a su altura. Un jadeante y agotado Kid será elevado del suelo por el cuello, mirando borrosamente un puño que amenazará con impactar contra su rostro. Pero Doflamingo se quedará confundido al ver que el pelirrojo sonreirá en vez de estar asustado. “¿estás seguro de lo que vas a hacer?”, preguntará ensanchando su sonrisa. “¿por qué no debería estarlo?”, preguntará Doflamingo, confundido. Cuando el rubio le haya soltado, Kid se masajeará el cuello y dirá: “porque tu hijo me ama. Si me haces algo y Law se entera el perjudicado aquí no seré yo, serás tú. Pues Law me seguirá amando con la cara destrozada o sin ella, pero a ti te odiará por haberme hecho daño. Y si piensas separarle de mí mejor borra esa idea de tu mente, porque no me gustaría tener que llevármelo lejos de su familia para mantenerlo a mi lado, y créeme cuando te digo que lo haré. ¿Quieres que tu hijo sea un desgraciado y acabe llevándomelo lejos de ti? Entonces golpéame y apártale de mi lado; pero como comprenderás no es lo más rentable.” Esas palabras harán que las venas de la frente de Doflamingo estén a punto de estallar y que su sangre hierva en sus venas. Nadie le había amenazado así jamás, y de repente un cualquiera tenía los cojones de hacerlo en su propia cara. Y lo más frustrante para él, el pelirrojo tenía razón, si no hacía lo que decía el único que iba a salir perdiendo sería él.
Satisfecho de su pequeño discurso, Kid se dispondrá a volver a su casa, ya que hacía 5 días que sus amigos no tenían noticias de él. Pero por otra parte, en un mísero segundo se puso un poco en la situación de Doflamingo, la de haber visto a un desconocido en la cama con su hijo. Se podría decir que hasta le dará pena, por eso dirá: “si te sirve de consuelo, yo amo a tu hijo de verdad. Sé que no te lo vas a creer así por las buenas, pero si te sirve de ayuda… Me he enfrentado y he amenazado a un tío que me saca más de tres cabezas y que tiene más influencia que Jesucristo, y sólo por Law”. Dicho esto, Kid se irá, dejando a Doflamingo desconcertado.
Kid posiblemente habrá elegido las mejores palabras, sólo posiblemente… Pero lo que estará claro es que habrá dejado a Doflamingo en una situación de la sólo podrá escapar si le cede del todo a Law.