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Proyecto vida por Wan chan

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Notas del capitulo:

No tengo justificante para justificarme (¿?) del porque no he actualizado... solo puedo decir que la escuela es cruel, fria y desesperante... ¡como un iceberg! D:

Bueno, un nuevo capítulo... espero que los disfruten :D

A darle!

Capitulo 2. Dejar atrás y caminar.
Parte IV. Hacia el punto verde.

 

Hyuuga se deja caer de sentón, masajeando sus sienes mientras mira hacia abajo -llegaremos mañana después de medio día, claro… si bien nos va...- voltea, viendo a Chihiro mantener el equilibrio perfectamente mientras está de pie y ve por las rendijas de la tela que cubren la cabina -hubiera sido antes de no ser porque te fuiste a jugar por ahí-.

Mayuzumi ni se inmuta, está más concentrado en encontrar algo sospechoso que atender a lo que dice su "compañero". O eso es lo que parece, sus ojos se desvían de vez en cuando a las risitas que Izuki suelta después de que Himuro dice o hace algo probablemente interesante.

-Hyuuga, no hables así de Mayuzumi... Por él fue que pudimos venir por Akashi- Izuki reprende, tratando de calmar al de lentes, queriendo ayudar al peligris.

Tsk…” suelta Chihiro en su mente al escuchar las palabras del pelinegro. Realmente prefería mil veces que no lo hiciera o dijera algo con su nombre saliendo de sus labios.

-¿Y luego?... El "señorito planea todo" fue quien se tardo de igual manera. Esto de ser niñera no va conmigo-.

-Junpei, no sé como procesa la información tu minúsculo cerebro, pero al menos yo, que aun guardo clase no me ando llamando a la gente por apodos sin siquiera conocerle- la voz de Akashi denota molestia y un tanto de alteración, como si las palabras de Hyuuga le hubieran lastimado el orgullo.

-Cierto cierto... Ya no eres "señorito" o "joven"... Al ya no ser virgen se te quita ese titulo de cierto respeto... Solo eres alguien que folló y terminó preñado... -.

Akashi trata de levantarse, pero le es impedido por el mismo Furihata que lo haga -cálmate, por favor Sei...- Akashi respira, un tanto más tranquilo, la paz que su novio le transmite le hacen serenarse.

-No pensé que alguien con semejante aire de grandeza se detuviera por un inútil como ese-.

-Hyuuga-san, le pido por favor un poco más de respeto... Sei y yo no estamos acostumbrados a esto... Ni siquiera me siento preparado- la voz de Furihata cae levemente, sintiéndose tenso y con miedo, más que nada por algo que pueda hacer en contra de Akashi o su hijo.

-Vaya, tienes agallas al contestarme- Hyuuga se levanta, tomando de la ropa a Kouki y tirarlo al suelo -no entiendo cómo es que un niño miedoso como tu está en esto- lo toma de nuevo, dispuesto a golpearle. Akashi grita, y Junpei lo único que siente es como su espalda toca el suelo después de "volar" por los aires, todo en unos simples segundos.

Una navaja en su cuello y otra en el pecho le hacen quedarse sin movimiento -es suficiente... Si tan cabreado estás por la misión, nunca debiste haber venido. Si quisiera que alguien viniera hablando pestes de todo, le hubiera pedido el favor a Miyaji-.

Hyuuga frunce el entrecejo, alzando sus manos para acomodar sus lentes que han sufrido una leve quebradura -comprendo- menciona, con el orgullo un poco lastimado.

Por la ventanilla, la cabeza de Koganei hace acto de presencia -oigan... Me toca manejar de noche y trato de dormir... Y Mitobe dice "cállense"- un puchero, inflando las mejillas para después desaparecer por la misma ventanilla mientras se queja entre dientes y responde las cuestiones que le hace el pelinegro y Teppei ríe por los gestos y las contestaciones que hace Koganei.

Himuro suspira, Mayuzumi ha regresado a su lugar con la diferencia de que ahora ha tomado asiento, pero igual de alejado y solo que al principio. Sus miradas se cruzan por un breve instante, y Chihiro voltea con rapidez para evitarle. Tatsuya por un momento piensa en ir a preguntarle directamente qué le pasa, pero las acciones de Chihiro le han quitado las ganas de hacerlo.

-Oye, Izuki... ¿Esto siempre es así?-.

Una risita llama su atención, Izuki le sonríe con cierta alegría -verás, esto es solo una porción- Tatsuya alza la ceja, dándole a entender de que explique un poco mas -Mayuzumi y Hyuuga no se llevan, sobre todo porque Mayuzumi es tranquilo y exigente, y Hyuuga es mandón por naturaleza. Mitobe no habla, pero por alguna razón Koga siempre le entiende. Teppei es quien apoya a todos y trata de sacarnos adelante, también es el mediador de las peleas; si él hubiese estado aquí atrás Furihata-kun no hubiera sufrido daño. Y Mayuzumi siempre está solo... Creo que así le gusta, es… como el chico misterioso del grupo-.

-Izuki, deberías de saltar del camión ahora mismo- Hyuuga le regaña a su manera, volviéndose a masajear la cabeza. El golpe contra el suelo ha cobrado factura y ahora siente como su cráneo retumba y punza por la parte de atrás.

El resto del camino sigue silencioso, con una tensión muy leve en el ambiente. Solo paran para estirar las piernas y cambiar de conductor.

La noche se aproxima, siendo un cambio rápido de luces, donde en el cielo gris no se nota el atardecer, donde no hay nubes de diferentes formas y de color blanco que se tornan del color del sol al ocultarse... Solo una densa masa de contaminante, gris, opaca, sin vida.

El camino les lleva lejos de la ciudad, donde la noche les atrapa y envuelve en su oscuro manto cuando cruzan grandes campos de sembradío seco abandonados. Donde los campos de arroz ahora solo son grandes hectáreas de lodo fétido e inservible, y las plantas se encuentran completamente secas, volviéndose solo yesca para un futuro imponente incendio. Aquellos campos donde se había puesto una esperanza, pero donde la notable contaminación de las aguas hizo que todo se marchitara, muriera y se pudriera.

Porque así fue cuando el gobierno quiso restaurar su economía, mandando a las personas del campo y a inmigrantes a trabajar, pero el agua fétida y la tierra sin nutrientes no dieron fruto. La capa gris que cubre la Tierra no dejaba pasar los preciados rayos de sol, y sigue sin dejar que las plantas crezcan con la rapidez con la que solían hacerlo.

Los árboles incluso se han visto dañados. Ya no crecen, ahora se rompen y caen a pedazos. Su hojas son oscuras y sus troncos un poco huecos, con frutos amargos o insípidos. Donde el follaje cae a montones y las ramas lampiñas predominan en su mayoría.

Himuro despierta de golpe, puede oír a lo lejos detonaciones y explosiones. Voltea y mira una silueta conocida. Chihiro observa en completo silencio mientras Tatsuya se le acerca quedando justo a un lado suyo, admirando secretamente el inexpresivo rostro que el otro tiene siendo enmarcado por las nítida luz de la luna que alcanza a colarse por los casi inexistentes huecos de aquella nube gris, ayudada por la lejana luz naranjosa de un incendio. Aquel joven le gusta un poco, aunque por ahora lo mantenga como un oscuro secreto.

-Ahí... ¿Lo ves?- levanta su mano y apunta a una luz resplandeciente entre los edificios y arboles que se quedan atrás de ellos -dos explosiones y un ataque de fuego cruzado. Terroristas y soldados- deduce con su oído experto.

-Los escucho perfectamente. Me he levantado por eso... ¿No has dormido?- su mano va hacia la mejilla de Chihiro, tocando con suavidad y deslizándose lentamente mientras él se acerca con clara intención de besarle.

-Un poco, aunque también tú debes descansar... Buenas noches- se aleja siendo más frio de lo usual, dejando a Tatsuya con las ganas de probar sus labios.

Chasquea los dientes con molestia, le gusta que Chihiro no sea tan fácil, pero le es desesperante tener que seguir su jueguito siempre. Regresa a su lugar, donde Izuki duerme de lo más pacífico. Si, lo admite, Izuki es un chico muy lindo, de facciones sencillas y finas. De cabello tan negro como el suyo y una piel más blanca.

Se ha perdido un momento en las facciones del chico, sin saber que del otro lado del transporte Mayuzumi les observa, con molestia.

Teppei abre los ojos, contemplando la oscuridad de alrededor. Levanta el rostro, topándose con la negrura del cielo. Suspira, volteando a ver a Mitobe quien duerme plácidamente en su hombro y a Koganei manejar completamente concentrado.

-Siempre me va a sorprender que veas muy bien en la noche-.

-Es instinto- una sutil risa sale de sus labios, haciendo que Mitobe frunza el entrecejo por el intento de interrumpir su sueño.

-Realmente está oscuro-.

-Si… Sabes… antes de la guerra solía ir con Mitobe a un arroyo cerca de nuestras casas, nos pasábamos horas ahí solo para poder ver las estrellas y escuchar a los grillos… era hermoso y pacifico- Teppei sonríe –pero desde que inició la guerra, todo eso se fue al caño. En una de las exploraciones de reconocimiento del área pasamos por ese sitio… y el arrollo era rojo, con cuerpos en él, y ya no se escuchaban los grillos, pero… si mirabas al cielo… aun veías estrellas, y eso me daba esperanza…-.

-Pero ahora no hay nada-.

Koganei niega con la cabeza, desviando un breve momento la vista del camino hacia el cielo –no, ya no hay… aunque… ciertamente estoy aquí por otra esperanza-.

La sonrisa de Koganei se amplia, haciendo que Kiyoshi sonría tenuemente.

El sol se asomaba entre las montañas, entre los edificios y entre los árboles, pero, al igual que el atardecer, ya no hay un amanecer marcado. Las personas saben que es de día porque se ilumina un poco a través de la capa de nubes, dando un aspecto de querer llover.

Con lentitud Mitobe abre los ojos, sonriendo al ver a Koganei.

-Buenos días también Mitobe… ¿Cómo dormiste?-.

-…-.

-Jajaja… lo sé, Kiyoshi no es la persona más cómoda del mundo, pero me hubiera sido molesto a mi tener que lidiar contigo y el camino-.

-…-

-De acuerdo, solo deja avanzar un poco más y te cambio el lugar-.

Una sonrisa calmada se apodera de la expresión de Mitobe, acercándose y plantándole un fugaz beso en la mejilla a Koganei, sacándole un sonrojo furioso al chico, haciéndole sentir demasiado avergonzado y sentir que el rostro le quema y de sus orejas sale humo.

-Koga, ¡Eres un tomate!-

La voz de Teppei les saca de su pequeñito mundo, haciendo que Koganei quiera que la tierra se lo tragara por verle así de romántico con Mitobe.

-Mitobe, es tu turno-.

El camión se detiene por unos momentos, haciendo que Mayuzumi despierte de golpe, en un extraño estado de alerta al escuchar quejidos.

-Lo siento, ¿te despertamos?- susurra Furihata mientras soba la espalda de Akashi –Sei no se siente muy bien hoy, e-es por el bebé que le hace amanecer así-.

Akashi jadea con pesadez, siente que todo le da vueltas y que su estómago amenaza con vaciarse en cualquier momento. La voz de Furihata le estabiliza por momentos, pero incluso eso no es suficiente –necesito… necesito caminar-.

Chihiro asiente, golpeando la ventanilla y dando órdenes de parar, cosa que Hyuuga no toma muy bien.

-A este ritmo jamás llegaremos-.

-Vamos Hyuuga, se más positivo… ¿Qué no ves que toda tu mala vibra se transmite al bebé?- Teppei le palmea el hombro, haciendo que el de lentes frunza el entrecejo.

Himuro sale del camión, colocando una expresión seria justo cuando toca el suelo. Busca con la mirada a Mayuzumi y cuando le encuentra ambos sostienen una mirada fría y seria. Izuki baja poco después, sintiéndose incomodo ante la intensidad de aquella forma de mirarse.

-¿Todo bien?- cuestiona, tratando de llamar la atención de Tatsuya.

-Si, pero hay algo que me hace sentir mal estando aquí-.

Entre quejidos Akashi se incorpora, se siente incomodo teniendo que ser el centro de atención en ese momento. Busca con la mirada a Kouki, teniendo de respuesta una sonrisa de apoyo por parte del castaño y poder regresar al transporte lo más rápido posible.

-Vámonos- ordena Chihiro. Él al igual que Himuro sentía una extraña sensación en cuanto se bajaron del camión, haciendo que de inmediato se ponga en marcha.

Un duro silencio inunda la parte trasera del vehículo, tensando el ambiente y sintiéndose un tanto sofocante. Tatsuya prepara su arma, cargándola de balas hasta el límite permitido. Izuki le mira extraño, cuando estuvieron en aquel lugar no pudo percibir nada importante con su privilegiada vista, pero lo más extraño para él es ver que igual que Himuro, Chihiro juguetea con sus navajas.

“¿Qué les está pasando?” se pregunta a si mismo mentalmente.

De repente un sonido agudo les llama la atención, a lo lejos pueden ver un par de motocicletas acercarse a gran velocidad haciendo que todos tomen una pose defensiva.

-¡Cuidado!- grita Koganei en cuanto ve como por el costado del camino, justo de entre los arbole, sale gente corriendo contra ellos. Mitobe trata de esquivarlos, agachando la cabeza cada que escucha disparos y se impactan en el vehículo.

Una de las motocicletas logra pasar el camión. Hay dos personas sobre el pequeño transporte y la persona de atrás comienza a disparar contra el vidrio que les separa.

Koganei se aleja, pero la sangre llega a mancharle el cuerpo –Mi… Mi… Mitobe…- susurra con dolor en cuanto ve como la sangre desciende del cuello del azabache -¡Mitobe!-.

Teppei actúa, de inmediato cambia lugar con el pelinegro, acercando el cuerpo herido a Koga quien presiona con fuerza la profunda herida en el cuello. Presionando casi a fondo el acelerador, Teppei termina por arrollar a ambos motociclistas.

-Resiste… M-Mitobe…-.

El aludido solo alcanza a sonreírle tenuemente, susurrando unas palabras que el castaño llega a escuchar justo antes de jalarle con delicadeza y darle un muy pequeño beso, dejando los labios de Koganei con un sabor metálico.

Por la parte posterior suenan disparos. Himuro trata de atinarle al conductor pero falla en contadas ocasiones. Escuchan como la tela es cortada y tipos se quieren escabullir por el techo.

-¿¡Como demonios llegan haya arriba!?- Hyuuga apunta, comenzando a deshacerse de esa extraña gente.

Kouki abraza fuertemente a Akashi, ambos aferrándose el uno al otro mientras Mayuzumi se interpone entre ellos y un tipo frente a él. De un momento a otro Chihiro le deja fuera de combate, desarmándolo y disparándole con su propia arma. Con paso rápido llega junto a Himuro, comenzando a disparar de igual manera, obteniendo el mismo resultado.

-¡Háganse a un lado!- Hyuuga voltea, tomando una de las bancas  que se encontraban en la cabina con la ayuda de Izuki lanzándola contra el motociclista, haciendo que pierda el equilibrio y caiga.

La velocidad con la que Teppei maneja les hace alejarse demasiado rápido, poniéndose a salvo una vez fuera de aquel tétrico bosque. Lentamente el camión se detiene, y Kiyoshi mira a Koganei sosteniendo el cuerpo de Mitobe.

-Me siento culpable…- susurra Shinji, abrazándose al cuerpo –sabes… yo… yo… yo lo amaba… era como mi persona ideal… pero… nunca le dije algo porque tenía miedo de perder su amistad… y ahora… ahora…- rompe en llanto, ocultando el rostro en la curva del cuello y el hombro de Mitobe.

-Hay que ser fuertes Koga…-

-Pero duele… mucho… sabes, me acaba de decir que le gusto- fuerza una sonrisa dolorosa, sintiéndose impotente.

El viento sopla con lentitud, moviendo el cabello de todos ellos. Han parado de nuevo, con el simple hecho de despedir a su amigo y compañero, de enterrarle en un profundo hoyo y decirle adiós o hasta luego.

Disfrute cada momento que pasamos en el arroyo, me gustaba verte sonreír y señalar las constelaciones… realmente me gustas, Koga

Koganei se abraza a sí mismo, pasando sus dedos por sus labios que aun mantienen el sabor metálico –también me gustas, Mitobe-.

Un doloroso adiós para una persona que amo casi toda su vida, a la cual no pudo decirle lo mucho que le gustaba por temor y miedo de perder esa amistad de años.

Los demás comienzan a retirarse para subirse al camión, mientras él se queda solo frente a la tumba, con una cruz de madera improvisada.

De nuevo el viento sopla, acariciando su rostro y ondeando sus cabellos, un adiós susurrado que solo él alcanza a escuchar, a entender… a interpretar.

Decidido suspira profundamente, regresando al camión y comenzar a ponerlo en marcha.

Quiere un mundo donde pueda volver a ver las estrellas, donde los grillos canten y aquel arroyo marque la vida de demás personas como lo hizo en la suya. Ha tomado la decisión de dar esperanza al mundo.

Notas finales:

Un poco de acción, drama y tristeza en este capítulo. En serio, no me agradó la idea de matar a Mitobe, me encanta el MitoKoga, y me duele hacerle eso... U_U pero tengo que poner sabor a la historia (?)

En el siguiente capítulo (¿):

El humano se junta con otros, y al igual que los animales hacen una manada.

Llegar al punto de reunión entre disparos no es como pensaban hacerlo. Un reencuentro inesperado para Himuro y la gloria para otros de “llegar a casa”.

Capítulo 2. Dejar atrás y caminar.
Parte V. En el punto verde.

Porque ese chico… es su “hermano”.

Saludos!


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