Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Proyecto vida por Wan chan

[Reviews - 52]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aló, aló. Wan chan reportándose después de no poder actualizar desde hace bastantito tiempo. Sin más, les dejo leer el capítulo de hoy.

Capitulo 3. En búsqueda de la esperanza.
Parte I. Entre el pasado y el presente, lo siento.

 

“Porque desde hace varios días, la vida que tengo dentro no siento que responda a mis llamados como antes”.

Recuerda perfectamente la primera vez que lo vio.

Fue en las filas de reclutas; llamaba la atención tan sólo por el color de su piel y su cabello, y también por su actitud, ganándose el primer castigo de esa generación al haberle contestado de esa forma al teniente. Recuerda que los habían llevado bajo el sol, en aquel entonces radiante, tan sólo parta gritarles y hacerles cambiar de opinión acerca de enlistarse en la armada. Incluso recuerda que él estaba a un lado suyo.

-¿¡Por qué está aquí soldado!?-.

-La verdad en este instante estaría en un refugio, pero mi padre pensó que sería buena idea…-.

Ni siquiera terminó de hablar cuando fue interrumpido por su superior –Soldados como tú no duran ni siquiera en el entrenamiento-.

-No importa, ¿o sí?-.

La molestia se notaba en el viejo rostro, arrugando más el entrecejo al grado de unir esas marcadas arrugas –mándenlo al “sauna” por dos días-.

Suspira. Desde aquel momento fue flechado por un  chico tan rebelde como él. ¿Podría decirse que fue amor a primera vista? Tal vez.

Porque cada que veía o escuchaba algo de él no evitaba quedarse hasta el final de la conversación, mostrando cuan fan era de ese chico de piel morena, sintiendo la adrenalina correr por sus venas y sus ojos iluminarse cada que su nombre salía de sus labios o profanaba sus oídos, sentía que el corazón se le saltaba del pecho siempre que le observaba en el campo de entrenamiento y su rostro quemaba con intensidad ante un inesperado sonrojo.

-Primer puesto en cuerpo a cuerpo… –susurra para sí mismo mientras ve la lista de lugares frente a él.

-Si quieres saber algo más acerca de Aomine-kun, puedes preguntarme-.

Sakurai se tensa completamente, aquella repentina voz le tomó desprevenido logrando sacarle un grito de miedo, un tanto nada masculino.

-¿De-Desde cuando estás aquí?... No, más importante ¿¡Quien eres!?-.

-Kuroko Tetsuya, un gusto Sakurai-kun. Soy compañero de cuarto de Aomine-kun-.

-¿Cómo es que sabes mi nombre?-.

Kuroko sólo saca una pequeña libreta, la cual hojea hasta dar con lo que le interesa –Eres Sakurai Ryo, soldado y practicante de francotirador-.

-Eres de inteligencia y espionaje, ¿cierto?-.

No hay respuesta con palabras, tan sólo una sonrisa muy sutil pero captable para Ryo.

En aquel momento no sólo había conocido a alguien, sino que había conocido a un gran amigo y futuro compañero de misiones.

Entre sus recuerdos, llega la primera vez que le habló. Aunque no fue una conversación muy fluida o en un momento adecuado.

Tres disparos y tres cuerpos caen al suelo. Recargar el arma y volver a apuntar para dar a otras tres personas de aquel pequeño grupo. En ese momento sólo tiene que esperar a Kuroko para poder salir de ahí.

No se siente muy seguro. Mientras almorzaba sus superiores les mandaron llamar para decirles acerca de una misión estándar. Según ellos rápida y sencilla, pero el hecho de siquiera salir de la villa de entrenamiento significaba exponerse a los terroristas que rondaban cerca y morir.

-Sakurai-kun, es todo. Ya hay órdenes de regresar-.

-De acuerdo-.

Ambos bajan las escaleras del edificio con cautela, pero en un descuido Sakurai sale de la estructura sin fijarse primero; frente a ellos hay tres hombres que les apuntan y gritan para que dejen sus armas en el suelo. Entre jaloneos y golpes les obligan a arrodillarse ante ellos, pero antes de que puedan jalar del gatillo Aomine llega disparando hábilmente a los tres tipos.

-¡Aomine-kun!-

-¿Qué sucede Tetsu?... Te creía un poco más cauteloso-.

Los ojos de Daiki se desvían hacia la cabellera castaña, posándose después en esos grandes ojos cafés. De repente Aomine se ve extendiéndole la mano para ayudarle a levantarse.

-N-No culpes a Kuroko, fue error mío-.

-Como sea. Hay que darnos prisa o se irán sin nosotros-.

Y en aquel momento, aunque Sakurai no lo creyera, había captado la atención de Aomine Daiki.

 

-/-/-/-/-/-

 

El rostro de Sakurai está completamente rojo de vergüenza.

El simple hecho de levantarse e ir caminando solo para despistar a los demás y poder estar a solas era lo que quería. ¿Razón? Tenía ganas de ir al baño. Pero como siempre, no contaba con la habilidad de Aomine de seguirle el rastro, y cuando según él no había nadie alrededor, Daiki hizo acto de presencia.

-Esto es vergonzoso-.

-Solamente tienes que orinar, ¿cierto? Pudiste haberme dicho antes y te acompañaba-.

-Ese era el punto, estar solo. M-Me da vergüenza el hacer esto frente a ti-.

-No es como si estuviera viendo algo nuevo Ryo-.

Sakurai termina, acomodándose la ropa y yéndose del lugar lo más pronto posible para poder lavarse las manos con poca agua. Aomine le sigue y antes de que se aleje más logra tomarle del brazo y voltearle para poder besarle con pasión, acción que Sakurai corresponde.

De repente, entre la calma del bosque Sakurai siente ganas de hablar sobre algo muy serio con Aomine, pero al ver como Daiki sonríe ampliamente y sentir que todo en su entorno se ilumina no puede evitar guardar silencio. Total, cuando lleguen al siguiente punto le dirá la verdad.

 

-/-/-/-/-/-

 

Kuroko corre las cortinas de la ventana, dejando que la luz entre por ella. Ha terminado de hacer sus quehaceres de la mañana con total satisfacción. Tender su cama, bañarse, alistarse y mantener limpio el cuarto, excepto una parte de este. Y el bulto sobre el área que corresponde a la Aomine se lo deja más que claro.

Simplemente es un chiquero esa parte de la habitación, más que nada la basura mal oculta debajo de la cama del moreno, y en sí, sobre la cama desarreglada el mismo Aomine es un asco total.

Para Kuroko, el moreno es el único capaz de dormir sudado y apestoso después de un intenso día de entrenamiento, y lo peor es que también apesta el lugar.

La primera vez que Aomine no arreglo su parte del cuarto, ambos terminaron con una sanción. Que fastidio.

-Aomine-kun, es hora de levantarse –pero no recibe respuesta, tan sólo un quejido y que Daiki se enrede más en las sábanas –Aomine-kun –y obtiene el mismo resultado.

Molesto, Kuroko toma un pequeño megáfono, propiedad de uno de sus superiores que le dio a cuidar. Entonces cuando Aomine se da la vuelta, Kuroko tiene la libertad de hablarle suavemente por el aparato.

-Buenos días Aomine-kun-.

Ante el ruido Daiki despierta de golpe, tapándose los oídos y sentándose sobre la cama.

-¡Joder Tetsu! ¡Es día libre!-.

-Sólo quiero recordarte que el desayuno se sirve en menos de quince minutos, tu parte del cuarto lo tienes que arreglar y además de eso algo mucho más importante, báñate-.

Aomine bufa con molestia viendo como Kuroko abandona el cuarto, pero antes de que pueda salir casi por completo Daiki le habla:

-Tetsu, tengo un pequeño trabajo para ti-.

-No me interesa-.

-Pagaré, efectivo-.

-Habla-.

-Tráeme todo lo que sepas acerca de Sakurai Ryo-.

Kuroko sonríe para sus adentros, tal vez puede ayudar a ambos con esa peculiar nueva “relación”.

 

-/-/-/-/-/-

 

Silencio. Sólo eso.

Han enfrentado al menos a tres grupos de terroristas en un lapso de tiempo muy corto, demasiado para el gusto de Hyuuga.

Ante la tención soba su cuello mientras bebe un poco de café instantáneo. Suspira y regresa su vista al mapa sobre el cofre del transporte. Se le hace de lo más extraño que les hayan emboscado tan rápido y sobre todo que hayan predicho sus desviaciones. Ilógico.

-¿Todo bien?-.

-Claro-.

Teppei sonríe ampliamente como es su costumbre, usando sus grandes manos para palmear la cabeza de Hyuuga y acomodarse a un costado de él.

-Hay una ciudad a unos kilómetros de aquí, podemos cruzar por esta para desviarnos un tanto del bosque-.

-Sabes que no es lo correcto, una ciudad es igual a robots-.

-Y un bosque a terroristas. No importa por donde vayamos, siempre tendremos que enfrentarnos a algo –suspira con frustración, sus propias manos no son suficiente para poder masajearse los hombros y cuello –estoy comenzando a dudar de mi mismo-.

-Si tú dudas de ti, entonces nos llevarás a todos a un abismo oscuro. Mantente firme como siempre Hyuuga, y saldremos adelante-.

Jumpei tan sólo sonríe dedicándole un “idiota” con un tono de voz suave.

Himuro trata de respirar profundamente, pero siente que el aire no sale de sus pulmones y que se asfixia con lentitud. Afloja un poco el chaleco antibalas que le cubre el pecho, pero no es suficiente.

Furihata se le queda viendo, con un semblante de preocupación marcada en su rostro. Sabía perfectamente que si Himuro continuaba así esa enfermedad regresaría gradualmente, como siempre lo hace.

-Te dije que te cuidaras-.

-No es momento de regaños mamá. Sólo tengo que descansar-.

Akashi niega con la cabeza, realmente está en desacuerdo con el trabajo que se exige Himuro, pero fue decisión de él, y Akashi la respeta.

Entonces, cuando Mayuzumi pasa al frente de ellos puede darse el lujo de ir a sentarse junto a Tatsuya y sonreír un poco sínico.

-¿Asma?-

-Si-.

-Médica o psicológica-.

-Psicológica-

-Si lo obtienes ¿te sentirás mejor?-.

-Por supuesto-.

Entonces Chihiro lleva su mano a uno de los tantos bolsillos de su pantalón, sacando un pequeño inhalador y pasándoselo a Himuro –no te sobre esfuerces-.

-No lo prometo-.

Sin más que hacer, Mayuzumi se retira bajo la mirada de Himuro que no ha dejado de sonreír suavemente ante ese repentino acercamiento del peli gris, jugueteando un par de veces el inhalador en sus dedos antes de llevárselo  a la boca para poder respirar mejor.

Aunque no es el único que le miraba. Izuki, desde lo alto de un árbol se había percatado de cómo Chihiro se acercaba a Tatsuya, y eso para Shun no fue agradable, ni siquiera el que le haya ayudado con su problema.

-¿Nada nuevo Izuki?-.

-No realmente Hyuuga. Aunque no lo creas está despejado-.

-En ese caso sigamos adelante-.

 

-/-/-/-/-/-

 

Caliente, sólo las palmas de sus manos tienen el privilegio de estar así gracias a la pequeña fogata, en cuanto siente que el calor comienza a quemarle retira sus manos y las posa sobre su frio rostro. Estar sentado en el hielo no es buena idea para recuperar el calor, pero no hay de otra, tiene que esperar al rescate o un milagro, lo primero que se presente.

-Si tanto frio tienes deberías de arrojarte las brasas encima-.

Mayuzumi no contesta, sigue enfocado en su nada peculiar forma de calentarse. Entonces siente como un peso extra le cubre parte del cuerpo.

-No tienes que ser tan cruel Hanamiya. Nadie es tan anormal como tú y poder tolerar el frio-.

-¿Quién dijo que lo tolero? ¡Se me está enfriando el culo en este refrigerador! –Makoto chasquea los dientes con fuerza –esos imbéciles no llegan-.

Chihiro sigue en silencio, acomodando la chaqueta contraria en su cuerpo para poder continuar manteniéndose caliente. Sonríe, acción que no pasa desapercibida por su “salvador”.

-Deberías de sonreír más, le favorece a tu rostro-.

-Gracias –susurra Mayuzumi mientras trata de hundirse en el abrigo.

-Vaya escena tan más cursi… puede que los dos sean el uno para el otro-.

Ante aquello Mayuzumi está listo para reclamar, pero las palabras le son ganadas ante la respuesta del otro –Tal vez-.

Al principio de la guerra Mayuzumi se había deshecho de sus emociones después de haber recibido órdenes de matar a su propio padre que se había vuelto un terrorista, mostrando así lealtad a su país y al ejército. Sin embargo, después de un tiempo peleando pudo estar en un equipo de elite, con gente extraña y desconocida para él, y ahí fue donde los conoció.

Se despierta al momento en que el camión se detiene, el aire le hace falta de repente. No le gusta ese sentimiento de sofocarse y sobre todo, no le gusta el hecho de estar con viejos recuerdos. Simplemente le molesta.

Varios comienzan a bajar para inspeccionar de cerca el sitio donde se encuentran.

-La noche se aproxima. Tengan cuidado, para cuando el sol se oculte tenemos que haber salido de esta ciudad- menciona Hyuuga mientras baja del camión –Izuki, echa un vistazo-.

Mayuzumi respira profundamente, al igual que Himuro sufre de asma psicológico, pero es muy inusual de su parte, pensaba que ya lo había superado. Sin más, se pone de pie y baja de un salto del camión para después comenzar a caminar lejos del lugar e inspeccionar a su manera.

-¿Te acompaño?-.

-Puedo hacerlo solo. Quédate con el resto, Himuro-.

Tatsuya no dice nada, se queda viendo cómo es que Chihiro se pierde entre los escombros de la ciudad.

Sakurai baja con cuidado del camión, siendo ayudado por Aomine y Kagami, seguido de Kuroko quien también es auxiliado. Sólo cuando están en suelo, Sakurai le hace un gesto a Kuroko para que le siga y poder hablar a solas.

Daiki les sigue, y Ryo infla las mejillas con molestia notoria.

-Quiero hablar con Kuroko a solas-.

-Es peligroso-.

-No iremos tan lejos. Además, es cosa de “mamás”-.

Aomine bufa y se aleja lo suficiente como para darles espacio y que hablen todo lo que quieran; antes de que se alejen Daiki le lanza una pistola a Sakurai, sólo por si acaso.

Ryo sigue caminando y justo cuando siente que es suficiente puede darse el lujo de detenerse súbitamente y voltear a ver a Kuroko.

-Pase lo que pase, primero salva a Daiki-.

Para Kuroko, esas palabras son como un deja vú.

 

-/-/-/-/-/-

 

La misión era peligrosa, con un porcentaje alto de no regresar con vida. El tener que infiltrarse a una de las bases de los países bajos y sacar información no era sencillo, y Kuroko lo sabía a la perfección.

La computadora frente a él estaba demasiado lenta como para cooperar, a parte el tener que teclear una infinidad de códigos y claves que le dejaran pasar desapercibido en el sistema era agotador. Pero lo último que quería hacer es verse ridículo llevándose todo el equipo en brazos. Aunque no por nada era uno de los mejores en su rama, y justo cuando apago el sistema operativo de los robots cazadores pudo sentirse realizado y festejar rápidamente de manera interna.

El auricular en su oído no dejaba de soltar ruidos extraños y mandar mensajes para todos. Entonces una llamada inesperada a su persona.

-¡Tetsu! ¡Sal de ahí!... No…. detenerlos…. Tiempo… -.

-Entendido-.

Kuroko corre, subiendo a las ventilas y salir de ahí lo más rápido que puede llegando a un callejón donde es rápidamente resguardado por varios de sus compañeros y Aomine, quien habla por la radio dando indicaciones.

-Ryo, enséñanos el camino-.

-Si, lo siento por la demora-.

-¡No te disculpes!-.

-¡Lo siento!-.

A un costado de ellos sale un tipo armado con una bazuca, pero de inmediato Sakurai se hace cargo de él.

-Takao, ¿Dónde más?-.

-Dispara, a las nueve y diez hay dos. A las ocho son tres y a las once dos-.

-Entendido-.

De inmediato los disparos no dejan de salir por el arma de Sakurai, hasta que Takao ve algo fuera de lo común.

-¿Traes el arma grande?-

-¿Es necesaria?-

-¿Tu qué crees?... a las diez, robot cazador-.

Detrás de un edificio sale un extraño robot de cuatro patas metálicas, lo suficientemente alto como dos pisos y armado en la parte central de su cuerpo con cuatro cañones. Sakurai no tarda mucho en hacer un cambio de arma y disparar justo en el centro vulnerable del robot.

-¡Excelente tiro Ryo! Ahora tú y Takao salgan de ahí de inmediato-.

-¡Vamos para haya! –menciona por el comunicador.

Cuando llegan con el resto de equipo suspiran con alivio, ahora sólo es cuestión de llegar al camión que los llevara a la villa asegurada, pero todo cambia cuando un segundo robot de caza hace aparición. Los escáneres detectan movimiento y no hay registro de ellos en su base de datos, entonces la masacre comienza, disparos por los cuatro cañones no se hacen esperar, los edificios se derrumban a sus costados y de la parte de abajo del cuerpo céntrico sale una especie de ametralladora que cuando carga lanza una ráfaga de proyectiles contra ellos.

-¿¡Que no los habías desconectado Tetsu!?-.

-Ese no es de este circuito-.

Los robots tienen un sistema operativo de corto alcance. Los países bajos comenzaron a producirlo de inmediato y por regiones, las cuales son custodiadas por las maquinas y los centros operativos que pasan desapercibidos.

El equipo se ve forzado a salir corriendo, tratando de llegar al camión y huir.

En su carrera, Sakurai toma con fuerza el arma que tiene entre sus manos y sus pasos disminuyen. Es el único que se encuentra hasta atrás y sin protección alguna.

-¡Ryo!-

-Aomine tiene un mejor futuro que yo…-.

-¡Sakurai-kun! ¡No hay tiempo!-

-¡Y-Yo se los daré! ¡Escapen por favor!-.

-¡No es tiempo de ser héroe! ¡Ryo!-

Kuroko llega a un costado de él, tomándole del brazo y jalándolo –Sakurai-kun-.

-Por favor Kuroko, déjame-.

Tetsuya logra ver esa decisión en la mirada de Sakurai, y sin decir palabra alguna termina por asentir con la cabeza.

-Pase lo que pase, primero salva a Aomine-.

El robot de caza hace presencia mientras el resto huye en el camión. Sakurai suspira y apunta, es muy diferente apuntar acostado que de pie. Entonces el escáner del robot detecta peligro, pero antes de que pueda disparar es Sakurai quien tira primero dando en una de las piernas metálicas y haciendo que pierda el equilibrio.

Ryo corre a un mejor lugar de refugio, aunque detrás de un motón de escombros no es lo adecuado. El robot comienza a emitir una señal sonora para alertar al resto, ante eso Sakurai comienza a disparar contra el robot logrando comenzar a desarmarlo. A lo lejos puede divisar otro robot de caza y puede sentir que este es su fin cuando se queda sin municiones.

De repente el sonido de una motocicleta llama su atención, y cuando esta se detiene frente a él con un Aomine un tanto molesto puede darse el lujo de respirar y subirse mientras repite muchos “lo siento”.

-¿En qué pensabas?-.

-Lo siento-.

-No importa, me las cobrare después-.

-Realmente lo siento-.

 

-/-/-/-/-/-

 

La pequeña nave pasa el escáner sobre los escombros sin detectar algo que valga la pena traer la artillería pesada.

Después de que se va, Mayuzumi puede salir sin peligro alguno de su escondite improvisado, esa ha sido la tercera nave de rastreo de una maquina de asalto. Lo sabe, el número de serie de la nave le señala eso. Tal parece que se han metido en un lio muy grande al entrar en la ciudad, incluso puede que haya perdidas.

Suspira profundamente cuando no se siente vigilado por nadie. En ese momento su corazón late con fuerza y un poco desenfrenado. Siente algo de miedo y desesperación, sentimientos extraños al saberse lejos del peligro, y al igual que esos sentimientos, sus pensamientos acerca de Himuro brotan de repente. Y eso le hace dudar de su decisión. ¿Estuvo bien dejarle el camino libre a Izuki sin pelear? ¿Era lo mejor para la misión y para Tatsuya? ¿Por qué le sigue doliendo que haya corrido primero con Izuki después de aquella repentina pelea?

Tonterías. Debe despejar su mente y alejar todo eso por ahora. Ya habrá tiempo después, probablemente.

Sintiéndose seguro puede seguir caminando con cautela, buscando el por donde estará la gigantesca máquina. A pesar de no haber mucho sol por culpa de las nubes de contaminantes, se siente un poco más caluroso que en otros lugares, y al ser sólo reconocimiento se dio la libertad de dejar las armas pesadas en el camión, con el resto del equipo.

-Sin ti, mi misión sería tan aburrida, Chihiro-.

Mayuzumi voltea de inmediato, topándose de frente con el dueño de aquella voz. Sus ojos enfocan a los negros contrarios volviendo a ver ese odio que recordaba, odio que ciertamente se le contagia al instante.

-¿Q-Qué…-.

-¿Qué hago aquí? Esa respuesta incluso tú ya la sabes, Chihiro –suelta una risa un tanto maniaca para después poner su mano sobre su boca y doblar el dedo índice –gratias tibi ago Domine occasionem dandi*-.

-Esa falsa religión tuya me molesta…-.

-A ti todo te molesta, siempre ha sido así-.

-Sea como sea, terminemos con esto de una vez –Mayuzumi saca un cuchillo grande, comenzando por optar una pose defensiva.

-Digo lo mismo, cuando acabe contigo me pertenecerás como se debe… sin esos ojos que tanto aborrezco, Chihiro-.

-No si antes yo te mato, Hanamiya-.

Porque para ellos siempre fue así, una extraña rivalidad entre el desprecio y el odio, al mismo tiempo la admiración.

En este mundo, siempre va a haber alguien a quien realmente desprecies.

Notas finales:

Pues bien, espero les haya gustado y sé que se siente un poquito cortado, pero prometo traer más acción y mas sentimiento en el siguiente cap, pero antes les juro que mi amor por los personajes de esta serie es indiscutible, amo más a unos que a otros aunque no parezca con este fanfic. Aclaraciones:

Gratias tibi ago Domine occasionem dandi= Gracias señor mío, por darme la oportunidad.

En el siguiente capítulo:

Las personas se han enamorado alguna vez en su vida. Sin embargo ¿Qué pasaría si ese amor no es correspondido? Hay diferentes maneras de superar ese trago amargo… o simplemente no se supera.

Mayuzumi pelea por el odio en ese cruel pasado que Makoto le arrancó por sentir algo parecido al amor.

Capitulo 3. En búsqueda de la esperanza.
Parte II. Amor, idolatrar, odio y venganza.

Porque ese chico… hizo algo imperdonable.

¡Nos vemos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).