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Proyecto vida por Wan chan

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo! Aquí Wan chan presente... ¿me creería si les digo que casi me quedo completamente dormida por un día?

Jue horriiiiibleeee.... ;-;

Bueno, después de mi traumate largo sueño(?) sólo vengo a decir que (como siempre) muchas gracias por las lecturas y reviews, me alegra ver que el fic este siendo vien recibido.. mi kokoro hace doki doki cada que veo mas y mas lecturas y explota con sus comentarios :'3

Emm... sólo para recalcar, creo que si hice más larguito este cap, pero lamentablemente no por eso signifique que el resto será así, verán, no sabía donde cortar este y pues decidí ponerlo completito.

La parte de arriba es cómo una introducción al segundo capitulo, donde ya veremos más personajes y ese anhelo por poder saber más acerca del dichoso "Proyeccto vida".

Disfruten~

El sonido ensordecedor de las balas inunda el sitio. Un encuentro se lleva a cabo en ese instante; terroristas vs soldados orientales. Gritos de guerra, disparos y detonaciones.

-¿Lo tienes?- susurra un castaño alto a un chico acostado en el suelo.

-¿Tu qué crees, imbécil?- contesta, mientras saca un bufido de su boca y ajusta la mira, posando el dedo en el gatillo.

El castaño suelta una risa mientras que el chico pecho suelo dispara, dando justo en la cabeza de un terrorista.

-Gira 45°, hay dos cerca de nuestro disque protegido- menciona un tercer chico, de cabello negro y complexión delgada.

-Lo tengo- contesta el del suelo, ajustándose los lentes en la parte superior de su cabeza.

Dichos terroristas no iban en contra del supuesto protegido, más bien de unos inmigrantes que se encontraban ahí en un mal momento. Los gritos de las mujeres se lograban escuchar claramente mientras los terroristas jalaban a los hombres y les apuntaban con sus armas, pero antes de que el francotirador pudiera disparar dos navajas hicieron el trabajo de acabar con las vidas de aquellos terroristas. Molesto, enfoca el nuevo objetivo, viendo que se trataba del supuesto chico al cual tenían que proteger –maldito…- menciona con una voz enojada.

Desde el suelo cómo si supiera donde se localizaban, Mayuzumi les mira retóricamente. El francotirador sólo se levanta y da una pequeña orden de retirarse después de acomodarse sus lentes.

Sin más, Chihiro sigue caminando cómo si fuera ajeno a la lucha de terroristas y soldados, pasando cómo es su costumbre desapercibido por los otros.

 

Capitulo 2. Dejar atrás y caminar.
Parte 1. Regreso.

 

De repente despierta. El sentimiento de estar un tanto desubicado se hace presente, y es que últimamente le ha pasado así: siempre que duerme una siesta se despierta cómo si no supiera donde estuviera, y lo peor era que últimamente se ha dado la libertad de tomar una siesta diaria. Aunque ya sabe perfectamente a que se debe, y también sabe a que se deben ciertos mareos que le acompañan de vez en cuando.

Un beso en su mejilla le hace reír suavemente, se voltea para llenar de besos la mejilla contraria. Al igual que las siestas y los mareos, desde hace unas semanas que se siente con un comportamiento extraño, un tanto cariñoso y tranquilo, aunque de repente triste y molesto. Pero ahora tiene ahí a su novio, dándole mimos y cumpliéndole uno que otro capricho.

Aún así el momento no les dura mucho, el sonido del golpeteo en la puerta rompe su burbuja de amor haciendo que el pelirrojo se moleste y sufra un pequeño dèjá vu. Pero esta vez es el castaño quien se levanta y llega hasta la puerta, abriéndola después de preguntar quién es.

-Disculpen la molestia- la neutra voz de Mayuzumi inunda el sitio, haciendo que Akashi se levante y vaya directamente a la puerta.

-Pudiste- susurra antes de dejarle pasar y ofrecerle de unos bocadillos a medio comer.

-¿Acaso dudaste de mí?- la neutra voz se agrava un poco, dándole un toque de molestia mientras niega lo ofrecido.

-Ma-Mayuzumi... por favor, no le hagas enojar- Furihata se interpone, antes de que los dos se vuelvan a agarrar en una pelea verbal –Sei está…- suspira, guardando silencio antes de decir más cosas.

Chihiro se da cuenta y termina de interpretar las palabras cortadas del castaño. Bufa en un tono cansado antes de hablar: -cómo sea, sólo para que te lo sepas, cumplí con mi objetivo y no tardarán en llegar al punto de reunión, así que mejor prepárate para partir mañana en la mañana- se levanta, caminando hacia la puerta y antes de salir voltea –por cierto, la reunión será en el punto verde… hay cigüeñas cuidando, y una cosa más… felicidades-.

-Gracias- contesta Akashi tocando su vientre aún plano -¿A dónde planeas ir?- cuestiona antes de que Mayuzumi cierre la puerta.

-Tengo un asunto importante que resolver- su puño se cierra con firmeza y su rostro muestra una molestia marcada.

Sólo después de caminar unos metros de aquella casa se detiene, mirando a un chico castaño y alto frente a él: -se supone que hay que cuidarlos a los dos, nos complicas el trabajo, Mayuzumi-.

-Te lo diré sólo una vez- Chihiro camina, pasando a un costado del chico –no te preocupes por mi y cuida a ese par, Teppei- el castaño sonríe, despidiéndole con un “cuenta conmigo” y haciendo ciertos ademanes para indicar algo a lo que parece nadie.

Mayuzumi camina, dejando atrás a la pareja y a sus “guardianes” que le  cuidaban desde cielo hasta tierra.

Llega a la estación y la pasa de largo, camina dos estaciones más, gira y camina cinco cuadras hacia el centro y otras dos hacia mano derecha para después volver a caminar hacia el centro. Llega a un edificio donde entra y sube al tercer piso llegando a la habitación 26. Suspira estando frente a la blanca puerta, tratando de relajarse lo más que puede.

Escucha el sonido característico de la puerta al ser golpeada. Es un toque uniforme y suave, por lo que se permite bajar la guardia. Abre, quedándose sorprendido ante la persona al otro lado del umbral –Mayuzumi- susurra para después parpadear un par de veces procurando que no sea una ilusión óptica causada por su propio cerebro.

-¿Me vas a dejar entrar?, ¿o planeas dejarme aquí en el frio?- arquea una ceja de manera retorica.

Himuro suspira, es extraño, pero puede jurar que extrañaba esa forma de ser del peli gris. Claro, no es como si hubieran vivido juntos por mucho tiempo, pero luchar en un enfrentamiento en la sala de tu casa no pasa con cualquiera. El pelinegro rasca su cabeza, dejando la puerta abierta para que él entre y la cierre con seguro.

-Sabes… es estúpido, pero sólo han pasado un poco más de dos meses desde que te fuiste sin decir nada… luego supe por Akashi, que fuiste a visitar a alguien…- Himuro no termina de hablar, Mayuzumi le ha tomado por el hombro y estampado un golpe en la mejilla; el golpe fue tan fuerte que le hizo trastabillar hasta el suelo y dejarle una marca rojiza en la misma mejilla -¿¡Pero qué mierda te pasa!?-.

Himuro le grita, queriéndose levantar, pero Mayuzumi se lo impide. Se tira sobre él lanzando un nuevo golpe el cual es esquivado –eres un maldito- menciona Chihiro con odio.

Tatsuya se lo saca de encima, quedando ahora él arriba y proporcionándole un golpe en el brazo gracias al intento de Mayuzumi por protegerse el rostro –no sé de qué mierda me estás hablando-.

La molestia en ambos crece, Chihiro logra tumbarlo, tomando impulso para levantarse y proporcionar una patada, la cual Himuro le bloquea, tomando la pierna y usar su codo para golpear justo en la parte de atrás donde se dobla la rodilla haciendo que Chihiro tambalee, de inmediato Tatsuya patea su otra pierna haciendo así que el peli gris caiga, acto seguido Himuro se coloca encima de él, doblando ambos brazos hacia atrás de la espalda, sosteniéndole con fuerza.

-¡Suéltame maldito ladrón!-.

-¿¡Ah!?... ¿de dónde mierda sacas que soy un ladrón?-.

-Porque lo eres, ya que da la puta casualidad de que después de quedarme aquí, mis papeles hayan desaparecido-.

-¿Papeles?... ¡Ah! Esos papeles- Himuro sonríe con cierta culpabilidad –vale que si te los quité, porque tu no querías decirme nada de ti, así que los tomé prestados un rato… aún así no sé donde estén, no recuerdo donde los dejé-.

-¿Qué?- Chihiro trata de voltear la cabeza para verle con enojo –suéltame joder-.

-Lo haré, con la condición de que me prometas no golpearme de nuevo-.

Mayuzumi forcejea un par de veces dándose cuenta de lo inútil que es el intento de zafarse por su propia cuenta. Suspira, relajándose y haciendo sonreír un poco a Himuro quien después de verle sumiso le suelta y se levanta dándole su espacio.

Ambos sacuden sus ropas. Chihiro camina un par de pasos antes de hablar: -Quiero mis papeles para mañana…-.

-¿O si no que?- Himuro reta, incluso con la mirada.

Mayuzumi voltea, quedándose mirando al otro. Una pequeña batalla con las miradas se lleva a cabo, siendo cortada por el peli gris quien suelta un suspiro mientras cierra los ojos –mañana dije… o tendré que tomar otras medidas para poder obtenerlos- sus palabras suenan serias, pero solo sacan una risa de Himuro.

Le ignora y sigue caminando hasta salir del pequeño departamento, pero justo cuando va bajando las escaleras se percata de un grupo de soldados. Las preguntas típicas que hacen cuando inspeccionan los edificios cómo ese suenan en cada puerta.

Una rutina que se realiza cada tres días, con tal de encontrar inmigrantes y llevarlos al campo de marginados. Y sí encuentran inmigrantes en tu hogar, te tachan de traidor y te ejecutan de inmediato. Pero, para los soldados es una rutina cada tres días, pero para la gente cómo ellos se llama día de limpia.

La tención sube por su cuerpo, esas escaleras es lo único que conecta a la calle. Puede saltar de una ventana, pero con el riesgo de morir. Traga en seco, una diminuta maquina de rastreo escanea departamento por departamento en busca de inmigrantes ocultos.

-Demonios- susurra antes se volver a subir las escaleras y golpear repetidas veces la puerta de Himuro -¡Oye!... ¡Ábreme! ¡Himuro!-.

La puerta se abre, dejando a la vista a un Himuro molesto portando un arma en la mano –si no escucho tu molesta voz te hubiera disparado… ¿sabes qué? Mejor lo hago, así ya no busco nada- suelta a manera de broma, sonriendo un poco.

-Deja de decir tonterías, quiero mis papeles… ¿Y por qué demonios no dices que hoy es día de limpia?- entra, cerrado la puerta con seguro.

Himuro se queda quieto un momento, guardando el arma entre su ropa puesta y guiando a Mayuzumi al cuarto –no te dije nada, porque hoy no toca-.

-El sistema…-.

-Esos hijos de puta del gobierno lo cambiaron de nuevo- se rasca la nuca exhalando un par de veces mientras entra al cuarto -¿Quieres tus papeles? Ayúdame a buscarlos… los dejé en alguna parte del cuarto- Chihiro asiente y ambos comienzan a buscar.

El tiempo de la búsqueda no dura mucho, el golpeteo de la puerta se escucha claramente. Los soldados llaman a la puerta y ellos aún no encuentran nada.

-Sigue buscando- menciona Himuro, pero los golpes se intensifican y la puerta tambalea –joder, ¿Qué tienen contra mi puerta que les gusta romperla?-.

-Deja de quejarte y sigue buscado- Mayuzumi regaña mientras remueve la ropa de los cajones.

-Esto es inútil, hay que conseguir tiempo- de repente tiene en manos su arma, a lo cual el peli gris se sorprende –no pienses mal… soy bueno en lo que hago, pero ellos tienen mejores armas que la mía- se acerca, dejando la pistola en el cajón que Chihiro buscaba –oye, necesito pedirte un favor- susurra en la oreja, pegando su cuerpo al contrario –quítate la ropa y metete a la cama-.

Un sutil rubor se posa en sus mejillas. Voltea lanzando un golpe el cual es esquivado -¿En qué demonios piensas?-.

-¡En conseguir tiempo! ¿Por qué siempre me mal interpretas?... venga, que no tardan en entrar- de inmediato Himuro se quita la camisa, dejando expuesto su cuerpo de la cintura para arriba –si te incomoda, quédate con la ropa interior, solo vamos a fingir… a menos que…-

-Ni siquiera lo pienses- Mayuzumi contesta, haciendo sonreír a Tatsuya momentáneamente.

Se siente estúpido al hacer eso, pero el motivo de que necesiten tiempo le llevo a elaborar un plan de lo más tarado que se pudo haber imaginado. Pudieron haberse escondido, pero ciertamente no quiere problemas con el pequeño robot que sabe se encuentra con ellos. Voltea, de nuevo la imagen del cuerpo semi desnudo de Mayuzumi le atrapa, el momento en que se quita la camisa y se deshace del pantalón con un pequeño movimiento de la cadera que le hace ponerse un tanto tenso, sobretodo de cierta parte del cuerpo.

Pero claro, él no tiene la culpa de que ese chico tenga un jodido cuerpo definido de esa manera.

-¿Terminaste de fantasear?- y cómo la vez anterior, la burbuja se rompe por el carácter agresivo del chico.

El golpe en la puerta suena con fuerza, a lo que Himuro jala a Mayuzumi a la cama, dejándolo arriba –móntame- dice, ganándose una expresión de no entender –anda, ya sabes- y de nuevo la expresión en el rostro de Chihiro –está bien, está bien… ¿alguna vez has hecho RCP?- el chico asiente con la cabeza –es casi lo mismo… sólo coloca tus piernas a cada lado de mi, yo hago el resto-.

Un tanto indeciso Mayuzumi se coloca sobre Himuro, quedando justamente sobre el miembro contrario. El pelinegro le jala, haciendo que sus rostros queden demasiado cerca, una tentación grande les recorre a ambos, el tener los labios del otro a milímetros de sus bocas. Es extraño, pero quieren besarse.

Teniendo en cuenta eso, Himuro se encarga de romper el encanto. Toma con firmeza la cadera de Mayuzumi, haciendo que se restriegue en contra de su miembro. Pueden sentirse a través de la tela, esa leve dureza que se extiende en ambos. Un jadeo, luego otro. Tatsuya se arriesga y muerde con sutileza la oreja mientras aumenta el ritmo del roce. Un poco de sudor se hace presente y con ello Himuro coloca una sábana sobre ambos. Sólo un poco más la tentación sigue, haciendo que Tatsuya vaya colando sus dedos por debajo del elástico en la ropa interior de Chihiro.

Pero se han olvidado del porque comenzaron eso y el repentino golpe a la puerta del cuarto les regresa a la realidad y al hecho de que ahora están siendo vistos por los soldados y siendo apuntados con sus armas -papeles- menciona uno con una firmeza en la voz a pesar de cierta pose en ambos chicos.

-Hey oficial, ¿me podría hacer un favor?- no hay respuesta, sólo un movimiento con el arma de que siga hablando –verá, creo que nos encontró en mal momento… ¿podría darnos al menos diez minutos de privacidad? Ya sabe… para terminar- una sonrisa se posa en sus labios logrando con sus palabras hacer que los soldados bajen sus armas.

Chihiro está que no se la cree, siente completa vergüenza ante la forma tan inesperada de pedir tiempo, aun así procura mantener su rostro oculto en el cuerpo contrario y evitar cualquier contacto visual con los sujetos a su espalda.

-Tienen cinco- menciona el soldado haciendo que se retire el resto y dejen privacidad a los chicos.

Una vez solos Himuro sonríe –no puedo creer que haya funcionado-.

De inmediato Mayuzumi se levanta, comenzando a vestirse –tu eres un imbécil de primera, ¿cómo demonios fue que se te ocurrió semejante estupidez?... ahora sólo somos un par de pervertidos a sus ojos-.

-No lo creo… vamos, no es cómo si ellos no lo hubieran visto o hecho-.

-¡Es demasiado diferente!... ¿Acaso tu cabeza está llena de aire? No puedo creer que tan alto llega tu estupidez-.

-¿Alto?...- Himuro se detiene a pensar un momento, colocando su barbilla sobre sus dedos y logrando dar con algo en su mente –alto… ¡eso!- se acerca, tomando a Chihiro de los hombros –ya sé donde están- menciona antes de soltarle y jalar un banco hacia el ropero –recuerdo que los arroje alto, pero no acordaba en donde… después, me acordé de tu cuerpo y ahora ya sé donde están-.

-Hubieras omitido eso… pervertido-.

Tatsuya le ignora y termina por subirse al banco, pero no encuentra nada –que extraño…- se asoma por la pequeña rendija que hay entre el mueble y la pared, al fondo logra ver algo y cuando enfoca la vista puede distinguir perfectamente la carpeta –ya la vi- de inmediato se baja y lucha por querer alcanzarla, entonces piensan que todo va bien, pero la puerta es amenazada con ser tumbada de nuevo a punta de golpes si no es abierta.

Himuro lo logra, entregándole los papeles a Mayuzumi justo antes de que entren los soldados para revisar. Un poco de tención se siente en ese momento, los papeles son leídos con detenimiento y el pequeño robot escanea el lugar –están limpios- menciona un soldado mientras les devuelven sus papeles.

El departamento se despeja. Himuro camina hasta la entrada principal y sobrepone la puerta, colocando una silla para que no se caiga tan fácil –eso estuvo cerca, ¿no crees?-.

Voltea a ver a Chihiro quien alza la mano con el fin de darle una buena bofetada, pero se detiene, bajando el brazo y respirando profundamente –no hubiera pasado nada de esto si tu no hubieras tomado cosas que no te pertenecen… ¿cómo demonios es que eres tan egoísta? ¡No tienes una idea de cómo batalle para poder escapar todo este tiempo de los soldados! ¡Hubiera sido un problema si me hubieran agarrado!- su respiración se escucha agitada, y con molestia comienza a caminar para salir de ahí. Pero Tatsuya le detiene, tomándole de la mano y acercándolo para acorralarlo en contra de la pared.

-Tú eres el egoísta. No dices nada y te vas sin decir un maldito adiós o despedirte tan si quiera… ¿¡Acaso crees que puedes ser cómo se te pegue la gana!?-.

-¿¡Qué!? Ahora resulta que yo soy el malo de la historia. Deberías de fijarte más en tus acciones, de dejar de ser un imbécil y de beber tanto… porque de seguro tu maldito refrigerador sigue igual. ¡Tú eres el que debe de dejar ser egoísta! ¡Tú eres el que hace lo que le da la maldita gana! ¡Idiota!-.

-¡Basta!- colérico, Himuro golpea la pared, justo a un costado de la cabeza de Mayuzumi –basta…- menciona de nuevo, pero a manera de susurro. Y es que de nuevo están demasiado cerca el uno con el otro, teniendo el aliento cerca y los labios contrarios separados por un pequeño espacio -¿Por qué?...- lentamente Himuro lleva sus dedos a los labios de Mayuzumi, tocándolos con suavidad y lentitud, delineándolos con paciencia -¿Por qué no puedo enojarme tanto contigo?-.

Se acercan cada vez más, Chihiro quiere fundirse con la pared y escapar, pero ese empuje que siente por querer posar sus labios sobre los de Tatsuya es más grande. Hay un roce muy, pero muy sutil entre ambos y el que se aleja es Himuro, negando repetidamente con la cabeza –iré a caminar… lo siento…-.

Cuando deja de escuchar sus pasos por el pasillo, Mayuzumi se desliza por la pared hasta tocar el suelo. Lo odia por completo. Himuro hace que todo su esfuerzo por mantener sus sentimientos ocultos sea en vano –idiota- susurra, mientras posa sus manos en sus ojos tratando de evitar que las lágrimas salgan por ellos.

Notas finales:

Admito que me encanta dejar esa tención sexual que existe entre Himuro y Mayu... alguien me pedira que ya pasen a segundo plano, pero espero y el "adelanto" de la siguiente semana salven mi trasero uvu <3

 

En el siguiente capitulo(?):

El humano tiene sentimientos que en ocasiones trata de ocultar. No quiere verse débil, pero tiene una razón para sufrir por dentro y no expresarlo.
Himuro abraza a Mayuzumi. Quiere ver todas y cada una de sus expresiones: felicidad, sufrimiento, tristeza... placer.

Capítulo 2. Dejar atrás y caminar.
Parte II. Sentimientos.

Porque ese chico... es más frágil que muchos de nosotros.

 

Nos vemos!!!


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