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A TU LADO... por Lilit Yuu Jaganshi

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CAPITULO 3: SOMBRA DE LO QUE FUE...

Draco apareció en un bosque a 20 metros de donde se encontraba el pueblo. Hasta ahí se podían escuchar los gritos de terror de los Muggles y las voces de magos que gritaban diferentes hechizos y maldiciones.

Sin perder el tiempo se apresuró a llegar al pueblo. También llovía, pero eso fue lo que menos le importo al rubio, lo único en lo que podía pensar era en Harry, y en como estaría...

Cuando llegó a los limites del pueblo pudo ver a los Muggles corriendo hacia el bosque en busca de lo que sin duda seria un refugio seguro a aquel fenómeno que escapaba a su realidad, pero no les prestó atención y varita en mano se dirigió a buscar a los de la Orden sin bajar la guardia ni un solo momento.

No tardó mucho en verlos: Varios de los miembros de la Orden luchan en una batalla encarnizada contra los Mortífagos que los superan en numero, así que los de la Orden debían pelear con mas de 2 Mortífagos a la vez, ya que los demás se encargan de evacuar el pueblo y conducir a los Muggles a un lugar seguro.

Tampoco presto mucha atención a eso, pues lo primero que hizo fue buscar con la mirada al Chico Dorado. Era algo que llevaba haciendo desde que ambos se separaron: Apenas llegaba al campo de batalla y lo primero que hacia era buscar a Harry, sintiéndose molesto al no poder acercarse, al no poder ayudarle, al no poder protegerlo...

Un Mortífago se acerco por detrás a Draco, pero un conjuro que provino de la izquierda lo congelo a mitad del camino.
- ¡Presta atención Malfoy, es peligroso que te quedes ahí parado! – le reprendió Tonks que en aquel momento se batía con 3 Mortífagos a la vez, aun que era notorio que ya no podía mas...
- Lo siento – respondió Draco dirigiéndose a ayudarla.

Aun cuando se encontraba peleando, en la menor oportunidad que tenía intentaba buscarlo con la mirada, sin embargo no había rastros del Chico Dorado, ¿Acaso no lo habían llamado?, ¿O tal vez no quiso acudir?, quizás Dumbledore no quiso que fuera o lo esta entrenando en algún lugar mas seguro...
- ¡No lo veo Ron! – la voz de Hermione llego hasta oídos de Draco, quien se volteo de inmediato buscándolos con la mirada, pues sabia que si Hermione estaba ahí, eso quería decir que Harry también, pues ni Hermione ni Ron podían acudir a los enfrentamientos contra los Mortífagos si no estaba Harry con ellos, pues era el deber de ambos estar a su lado para protegerlo, cosa que Dumbledore les había dejado muy claro cuando los 3 ingresaron a la Orden...
- ¡Tranquilízate Hermione! – le pidió Ron acercándose hasta ella – No debe de andar muy lejos, hace poco estaba aquí. ¡Ya se! Busca a Lupin y avísale, yo lo buscare – Hermione asintió y se separo del pelirrojo mientras este a su vez se alejaba entornando los ojos.

Aquello le dio mala espina a Draco, pues si Harry no estaba con ellos, eso quería decir que nuevamente se había alejado, seguramente cansado de que lo cuidaran como si no fuese capaz de defenderse por si mismo mientras ellos arriesgaban sus vidas para mantenerlo seguro y lo mas lejos posible del peligro... Sabía como se sentía y no podía culparlo, a él también le molestaría que lo dejaran continuamente fuera de las batallas argumentando que aun no estaba listo y que tenía que prepararse más, o que cuando lo dejaran pelear, lo mantuvieran lo más lejos posible del peligro...

El caos poco a poco comenzó a extenderse y la tormenta no cesaba, aun que por un lado eso resultaba bueno, pues apagaba los incendios que los conjuros desviados ocasionaban al chocar contra las casas o los árboles, además, los de la Orden ya casi habían evacuado a todos los Muggles del pueblo, mas como siempre, para Draco eso pasaba a segundo plano, pues lo que mas le apuraba era encontrar a Harry, sobre todo al saber que Ron y Hermione lo habían perdido de vista nuevamente... Era peligros que estuviese solo...

Ante la mirada estupefacta y aterrorizada de varios miembros de la Orden, enormes figuras se alzaron entre las casas y detrás de los Mortífagos.
- ¡Gigantes! – grito Neville mientras brincaba hacia atrás para esquivar el golpe de uno de aquellos enormes monstruos. Neville había ingresado a la Orden del Fénix poco después que el Trío Dorado, y aun que aun era algo olvidadizo y torpe, sin duda había mejorado mucho, eso sin mencionar que Ron y Hermione lo ayudaban a entrenarse cada vez que podían.

Al parecer la presencia de los gigantes dio la confianza necesaria a los Mortífagos, pues habían comenzado a usar las maldiciones imperdonables, mas los miembros de la Orden habían encontrado una manera de combatirlas, sobre todo la mas peligroso, pues cuando alguien se las lanzaba, lo que hacían era simplemente desaparecer y aparecer en algún lugar seguro desde el que pudieran desarmar a su oponente...

Dumbledore seguía firme en su postura de capturar a todos los Mortífagos con vida, y aun que al inicio Draco no participaba de esa ideología, con el tiempo y la ayuda de cierto chico de negros cabellos revueltos, logro comprender y apreciar la vida tanto propia como ajena... Aun que eso no le quitaba las ganas de usar el Avada Kedabra contra aquellos malditos enmascarados.
- ¡¡Harry!! – grito Ron aliviado de encontrarlo por fin al tiempo que corría a ayudarlo, pues el Gryffindor se batía en duelo con un Mortífago, aun que aquello parecía mas una disputa personal que un duelo en el que se busca salvar la vida de algún inocente.

Aquellos ojos verdes como la esmeralda ocultos tras las gafas, resplandecían de furia y cólera, mientras cada movimiento que trazaba el Gryffindor parecía efectuado por el mas experto de los duelistas en el mundo mágico... Eso fue lo que le dio a Draco una pista de quien era la persona que se escondía tras la mascara, pues era la única aparte de Voldemort, capaz de sacar de sus casillas al Gryffindor, obligándolo a pelear como jamás lo haría contra cualquier otro mago, además, era una persona a quien el Slytherin se avergonzaba de alguna vez haber llamado tía: Era Bellatrix...

Uno de los conjuros repulsares de Harry le dio de lleno en la cara tumbándole la mascara y confirmando las sospechas de Draco: Era Bellatrix, y miraba con odio y burla al Chico Dorado.
- Muy astuto Harry, por lo menos ahora pareces ser capaz de dañar un poco a tu oponente, ¿Acaso Dumbledore sigue sin permitirles usar las maldiciones imperdonables? ¿O es que son demasiado buenos para usarlas? – Harry apretó fuertemente la varita, mirando y fulminando a aquélla mujer con la mirada; Claro que era capaz de usarlas, Snape se las había enseñado por petición de Dumbledore, quien al parecer creía que las necesitaría en su enfrentamiento contra Voldemort, pero le había advertido no usarlas contra nadie, de hecho le había dicho que si tenía alternativa, mejor no las usara y así lo había hecho, nadie sabia que era capaz de utilizarlas y hacerlas funcionar tan bien como cualquier otro Mortífago.
- ¡Petrificus Totalus! – exclamo sin deseos de contestar, solo con un objetivo en mente: Si no podía matarla, entonces la capturaría, la capturaría y la regresaría a Azkaban, aun cuando él mismo tuviese que custodiar su celda por la eternidad para evitar que escapara de nuevo.

Bellatrix soltó una carcajada mientras creaba un escudo que la protegió de aquel hechizo.
- Eres tan tonto como mi primo y al igual que él morirás: ¡Avada Kedavra! – Sin saber por que, Harry cerró los ojos, casi como si meditara si en verdad debía quitarse del camino de aquella maldición o permitirle terminar lo que hace 18 años comenzó...

Sintió unos brazos aferrarlo por la cintura al tiempo que ambos desaparecían y la maldición se estrellaba contra el suelo en el sitio en que Harry había estado parado.
- ¡Maldición Harry, no vuelvas a hacer eso! – exclamo Ron cuando ambos reaparecieron detrás de una casa lejos de todo aquello; Estaba rojo, aun que Harry no sabia si era a causa del coraje o de la preocupación - ¡Te pudo haber matado! ¡¿Qué rayos pensabas?! – Harry no respondió, por que lo que le habría gustado responder habría hecho estremecer a su amigo y no quería preocuparlo más.
- Lo siento – respondió mirando hacia el suelo, maldiciendo que su amigo fuera mas rápido que aquélla maldición...
- ¡Harry, Ron! – Hermione corría hacia ellos y Lupin la seguía. Ambos estaban pálidos y parecían sumamente preocupados.
- ¿Qué sucedió?, ¿Están bien? – pregunto Lupin cuando llegaron.
- ¡Dios santo Harry!, ¡¿Por qué no te moviste?! ¡Te pudo haber matado! – le reprocho la chica mirándolo preocupada, pero nuevamente Harry prefirió apartar la mirada.
- Lo siento – repitió torpemente.
- Será mejor que regresen a casa... – los 3 miraron a Lupin asombrados.
- Pero... –
- Casi todos los Muggles han abandonado este pueblo, así que nuestro trabajo termino. Y creo que necesitas descansar – agrego mirándolo con dureza para evitar que protestara mas.

Harry maldijo en voz baja, odiaba que todo mundo lo tratara así, pero no podía culparlos cuando él mismo sentía repulsión hacia su propia existencia. “Das lastima” se burlo una vocecita dentro de su cabeza, pero no podía quejarse, por que sabia que era verdad.
- Descansa Harry, te hace falta – le aconsejo Lupin tomándolo de los hombros y obligándolo a verlo a los ojos.

Durante los últimos años Harry había crecido mucho, aun que no era mas alto que Ron, que aun le sacaba cercas de 5 centímetros.
- Nosotros te acompañaremos – le dijo Hermione sonriéndole con ternura mientras lo tomaba dulcemente de la mano, mas Harry fue incapaz de devolver aquélla sonrisa que su amiga le regalaba; Se sentía como un verdadero estúpido.
- Creí que dijiste que... –
- Mañana hablaremos de eso Harry – le interrumpió Lupin con dureza. No estaba enojado, pero debía hacerle comprender que lo mejor era retirarse ahora que podían.
- ¿Y los demás? – pregunto mirándolo inseguro, mas Lupin comprendió el enigma que esa pregunta encerraba.
- Descuida – le respondió sonriéndole cariñosamente – En cuanto regrese les daremos la retirada para que regresen a sus casas. Y yo mismo me encargare de que todos se vayan – añadió al verlo poco convencido.

Harry intento sonreírle, aun que en el estado en el que se encontraba, ya era mucho si podía conseguir otro gesto que no fuera el de vacía tristeza...
- Todo ira bien, Harry – le animo Hermione sonriéndole.

Como odiaba que la gente le sonriera esperando recibir a cambio algo que ya era incapaz de hacer, pero más odiaba que la gente se tragara aquellos gestos falsos de felicidad...

Le sonrió levemente.
- Todo ira bien, Harry – le dijo Lupin dando un paso hacia atrás al tiempo que los 3 amigos desaparecían en medio de la basta tormenta.

Quizás a nadie le importara, o quizás nunca nadie lo sabría, pero en aquel momento en el que los 3 desaparecieron, el único pensamiento del Gryffindor fue cierto rubio que estaba peleando en algún lugar entre la multitud, mientras deseaba y anhelaba con el corazón estar a su lado, sin saber que el Slytherin pensaba y anhelaba lo mismo...


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Hola!!!

A VerO y sara muchas gracias por dejarme su opinion sobre la historia... Espero que este capitulo les halla gustado, se que no era el encuentro que muchos esperaban entre Draco y Harry, pero hay que tener en cuenta que aun no se ven frente a frente... ^^

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