Cuando volvió con las toallas a la habitación Spencer aún seguía sentado en la cama, Billy seguía nervioso por la situación vivida hace unos momentos atrás, así que le entregó las toallas sin mirarlo al rostro y es que simplemente no podía soportar esa extraña mirada y sonrisa que tenía el menor estampada en la cara.
-¿Qué sucede? ¿Acaso el gran Billy Joe Cobra esta avergonzado?-preguntó con burla el menor, esto no le estaba gustando nada al fantasma, el castaño lo estaba desafiando.
-¡Claro que eso no es cierto! Fue solo un pequeño juego ¿no?- exclamó acercándose de sobremanera a su primo observándolo directamente a los ojos.
-Tal vez sí…Tal vez no, quien lo sabe-Spencer tomó nuevamente por sorpresa al espectro jalándolo de un brazo y recostándolo a su lado, para luego posicionarse sobre el- ¿esto te parece un juego?- preguntó de manera sensual observando a Billy fijamente.
-¿Q-qué te s-sucede? – Pregunté nervioso el espectro- acaso ya te has vuelto loco amigo…- susurró bajito
-No, nada de eso…- comenzó a dar pequeños e inocentes besos por todo el rostro del mayor, que no ponía resistencia al cariñoso ataque, eso era algo malo, el pequeño se daría cuenta de su sentimiento oculto hacia él, lo apartó con cuidado y se fue por la ventana rápidamente.
- Creo que me pasé- reflexionó el menor observando como su amigo se alejaba
En lo que resto de día, Billy no se volvió a aparecer por la casa esto llamó la atención de Spencer, el fantasma nunca desaparecía más de 1 hora, odiaba estar solo, en especial porque nadie podía verlo y no le gustaba ser ignorado, solo habían 3 personas en todo el mundo que podían verlo, tal vez estaría con alguno de sus amigos, buscó su teléfono y escribió un mensaje a Shanilla “Billy esta con ustedes?” pasaron unos segundos y el teléfono sonó, había llegado la respuesta “no está aquí”, después de eso guardó el aparato sin dar respuesta y pensó ¿Dónde podría haberse metido ese fantasma?, de repente se escuchó un fuerte estruendo en el estudio de música del fantasma, el castaño subió inmediatamente encontrándose a Billy estampado en el suelo y algunos instrumentos rotos y regados por ahí, el castaño devolvió los instrumentos a su lugar y se sentó en el suelo junto a su amigo que no se había levantado del suelo.
-¿Qué te sucede?- preguntó el menor preocupado.
-Nada que te importe, enano- dijo mientras levantaba su cabeza para observar al menor con el ceño fruncido
-¿Eh? “nada que te importe”…”enano” ¿enserio? ¡Ahora que te hice!- exclamó Spencer molesto por la actitud de su amigo.
-¡Lo que hiciste fue enamorarme! ¡Ese es tu crimen!- confesó el fantasma dramatizando, levantándose para sujetar de los hombros a su amigo obligando a mirarlo- Y lo que hiciste hoy en la mañana fue un acto de crueldad total, hermano-saurio-soltó un par de lágrimas falsas para hacer más dramático el momento
-¡¿Q-qué t…t-tú estás e-enamorado de m-mí?!- apenas logró pronunciar el pequeño de la sorpresa- P-pero tú y yo…s-somos hombres, además tú ni siquiera estas vivo- dijo ya un poco más calmado.
-Gracias por decir lo obvio-entristecido se marchó a la cocina a buscar su crema de maní sin trocitos, eso lo animaría un poco