-bueno, ya que están acá los dividiré en parejas para poder terminar esta hedionda fiesta de calenturientos- kakashi, quien hablaba desde enzima de la tarima del escenario-armado para la fiesta de fin de año-había mandado a reunir a todos los estudiantes de último grado en ese lugar después de clases; con el fin de terminar con la fiesta que se celebraría en una semana y media.
-bien, como sé que si los dejo elegir pareja se harán con su mejor amigwis y no harán más que parlotear sobre alguna persona que los ponga cachondos, seré yo quien elija. Así que empecemos de una buena vez: chouji akimichi y ten ten bollito...-nombres, nombres y más nombres, naruto solo decidió ignorar al profesor, concentrándose en la charla que tenían su dos amigos.
-ojala nos pongan juntos, de lo contrario no pienso mover ni un dedo de mi cuerpo para ayudar- dijo kiba, estirándose como felino. Hinata rodo los ojos.
-ya escuchaste a kakashi, probablemente le hayan comentado con quienes comparten más cada uno de nosotros, así que no me sorprendería que la última persona con quien me juntaran sería…-
-hinata hyuga, kiba inuzuka…- escucharon los tres, haciendo que les rebelara una gótica estilo anime. Naruto bufo, fastidiado.
-claro, ese hombre debe estar súper informado, hinata. Culpo definitivamente al puto libro de porno que tiene ese hombre- completó, tratando de levantarse el ánimo; haciendo reír a los otros dos.
Suerte tan buena la suya, mientras que sus mejores amigos estarían juntos charlando él tendría que trabajar con algún idiota. Bueno, del lado positivo, tendría tiempo a solas para seguir pulverizándose la cabeza sobre cierto tema provocado por un imbécil y, para completar, tenía que ir a trabajar como niñero de una pequeña que probablemente le quería sacar los ojos.
-sasuke uchiha, naruto uzumaki.- naruto rodo los ojos, “no se la esperaba”. Era como si el mundo estuviera conspirando para que el uchiha y él terminaran juntos en todo lo que tenía que hacer (o quizá un libro yaoi)- Bien, si se preguntan por qué esas parejas, lo único que hice fue unir apellidos por orden alfabético, así que no molesten y bañan a hacer algo útil para terminar esta cosa rápido…- kakashi pegó un papelito en una pared y luego se retiró. Todos se acercaron junto a sus parejas y leyeron la hoja, donde decía lo que cada pareja tenía que hacer durante el resto de la semana.
-“decoración de pasillos (secundaria). El inventario está ubicado en el cuarto de limpieza (llave bajo alfombra)”- leyó. Vio que sasuke le sonrió alzándole las cejas, así que lo golpeo en el hombro. Quizá si no se hubiera trasnochado terminando sus deberes por haber estado pensando el resto del día en cierto beso, no estaría de mal humor.
-vamos, entre más rápido termine más temprano podré salir de aquí- sasuke se alzó de hombros, no tenía ninguna razón para oponerse. Pero no negaba que le sorprendía el que naruto hablara así del instituto; cuando a pesar de su apariencia seguía siendo el mismo cerebrito de antes
¿Y por qué lo tratas diferente al resto de nerds?
Mmm… porque él es diferente; fue su única respuesta ante la repentina pregunta mental. La verdad no tenía mucha ciencia, después de todo aún estaba en juego su apuesta; tendría un buen polvo con el rubio y luego lo abandonaría a su suerte; pero… ¿Qué sería ese extraño hueco en su pecho al pensar lo segundo? Quizá le había cogido un poco de cariño al revoltoso del dobe. O quizá..
-¿todo bien? Estas algo… distante- interrumpió el rubio, sacándole de sus vacilaciones. Los dos caminaban por los pasillos del instituto hacia el cuarto del aseo; o al menos sus piernas lo hacían, porque los dos adolescentes estaban más centrados en su propios pensamientos- más de lo normal-bromeó. Demasiada tentación como para no aprovechar.
-muy gracioso, dobe. Tienes suerte de no ser algo mío, de lo contrario te hubiera follado aquí mismo ante tal atrevimiento.- finalizó con un disimulada palmada en una de sus posaderas. Naruto se volteó a verlo, sofocado y rabioso, pegándole una patada de las buenas en una de sus canillas.
La verdad no sería capaz de hacerlo, solo disfrutaba ver el bermejo de los mofletes del blondo, quien lo miraba desde arriba, sonrojado de ira y rabia.
Naruto le levanto el dedo del medio, murmurando en bajos toda la clase de vulgaridades que se materializaban en su mente, disfrutando de como estrangulaba al bruno en su cabeza.
-no me confundas con tus pirujas, porque yo sería capaz de partirte el pene si te atreves otra vez a tocarme sin consentimiento- habló un poco más alto después de asesinar al moreno en su “yo” interno, haciendo que sasuke se carcajeara un poco, era su placer ver a naruto defendiéndose con garras y colmillos. Se levantó del suelo y siguió caminando, siendo seguido por el rubio.
Cuando llegaron, abrieron la puerta con la llave, ya no tan secreta; sacaron los útiles necesarios y volvieron por su camino hacia los pasillos asignados.
-nos repartiremos los salones, tú decoras de sexto a octavo y yo de noveno a once ¿preguntas?-al parecer ya se habían calmado los humos de instantes antes; además, estaba algo afanado, su madre POR FIN después de casi “medio siglo” llegaría esa noche, por lo que tendría que pedirle a sasuke un día libre de su trabajo y un pequeño adelanto de su paga.
-como quieras…- fue su única respuesta. Cada uno cogió su camino y después de unas tediosa hora acabaron con todo, solo faltaba colgar los carteles al techo.
-¿Qué estas esperando? Móntate…- dijo empujando al bruno hacia los carteles.
-¿Por qué debo hacerlo solo?- ninguna persona le daría ordenes mientras estuviera vivo.
-porque si no te has dado cuenta, yo mido metro sesenta y cinco y tu unos ¿dos metros?- buen punto… por algo naruto y apenas y le llegaba a la barbilla, pero en realidad media uno con ochenta.
-que fastidio…- resopló fastidiado. Así que mientras el pelinegro terminaba con colgar los carteles, el rubio se sentó a terminar con sus labores escolares, ya que no tendría tiempo después.
-teme ¿necesitas un poco de ayuda?- preguntó al ver como sasuke ni saltando lograba colgar un cartel en el techo. No era que el pudiera hacer mucho más, pero quizá si sasuke lo cargaba…
lo ignoró.
-¡no escuchas, teme!- preguntó, gritando. Al verse ignorado ante sasuke, se levantó y camino hecho furia hacia el azabache; dispuesto a voltearle ese perfecto y delicado rostro de un puñetazo. Ya con la mano arriba, (¡cintura sola, da media vuelta. danza… ops XD)vio que sasuke tenía puestos unos audífonos; así que solo bufó y se regresó a su puesto.
Vio como sasuke seguía saltando, haciendo que los musculos de sus brazos se tensaran y tomaran forma. Detallo su cuerpo, tan perfecto como el de un dios griego y tan blanquecino que podrias llegar a pensar que brillaba en la oscuridad.
-malnacido…- gruñó, algo celoso. No podía evitar sentir algo de envidia al ver la grande y fuerte, a su vista, espalda del azabache; sus piernas, torneadas y gruesas; y esos sus glúteos, redondos y duros que daban ganas de desinflarlos con algún alfiler…
Aunque claro, él no tenía por qué envidiarle nada sobre lo último, ya que desde pequeño había estado bastante dotado respecto a “esa” voluptuosidad; él y apenas hacía ejercicio y tenía de sobra para regalar, pero a diferencia de los de él, los del azabache se veían como unas rocas irrompibles y gruesas…
…
…
Definitivamente había perdido la cabeza…
-¿Qué es lo que tanto me morboseas, dobe pervertido?- dio un pequeño brinco al verse descubierto. Sus mejillas se tiñeron de rojo, encontrándose así mismo casi babeando por el que consideraba un completo imbécil.
-n…nada- balbuceó, atemorizado.
Bajó su mirada; tratando de no verse atravesado por la oscura mirada de su opositor. Sasuke solo se dignó a carcajear, disfrutando de la vista.
-¡no te rías!- gritó, con la cara bañada en color; produciendo que la risa del bruno se acentuara aún más. Gruñó, a segundos de lanzársele encima.
Era la primera vez que escuchaba a sasuke reír tan duro y amistosamente; y aun que, muy a su pesar, era en esa situación, le gustaría escuchar esa risa más seguido.
-oh, vamos. No te enojes. Solo estoy jugando- le corrió unos mechones rebeldes del rostro a naruto. Este se sonrojo ¿Cuándo se había acercado tanto?
-sasuke, no podemos hacer es…- sasuke le corto, usando dos de sus dedos para apretar sus labios.
-me gusta cuando pasan estas cosas…- susurró, detallando el delicado rostro del rubio. Aplicó un poco de presión al ver que el rubio hablaría, mientras cortaba poco a poco la distancia que los separaba.
-a mí no…- murmuró el rubio, cuando sasuke tuvo que retirar sus dedos.
Sus labios se tocaron en un suave contacto. Acariciaron superficialmente sus belfos, como si los dos tuvieran miedo de quemarse con el contacto. Después de unos segundos, el pelinegro se aventuró más, acariciándolos con la legua, pidiendo al rubio permiso para poder adentrarse a su boca. Naruto suspiraba, desesperado porque dejara de jugar y se dignara a profanar su cavidad bucal; porque él lo sabía, él sabía que sasuke estaba esperando por que le suplicara. Pero no estaba en animó de juegos, así que abrió su boca y encerró la lengua del uchiha dentro de ella, invitándola a profanar todo lo que se le viniera en gana.
-estás jugando sucio- jadeo el uchiha, cuando se separaron para tomar aire. Naruto sonrió, acercándose nuevamente.
-tú empezaste- al fin, después de casi diez y seis horas, por fin había podido vengarse, porque gracias al imbécil con el que se estaba besando, había tenido que aguantar toda la noche anterior “espantosos” sueños donde se besaban; y pensar que todo por un inepto roce en la mejilla.
Cuando por fin se separaron, se miraron a los ojos, tratando de hablarse con la mirada. Ellos dos se preguntaban si tendrían que decir algo más o simplemente olvidar lo sucedido, como si solo hubiera sido una pequeña jugarreta de “amigos”
Sasuke evito que naruto hablara, acercando su boca al cuello moreno para repartir besos por toda su extensión, donde las palabras de naruto quedaron convirtiéndose en suspiros y…
Nar…
Naru…
Naruto…
-¡DOBE!- abrio los ojos asustado, lanzando un derechazo a la mancha que estaba frente a él-¡ahggggg! ¿¡Por qué me golpeas!?- se quejó el pelinegro desde el suelo. Naruto logro enfocar la mirada. Él sobre el frio suelo del pasillo, sasuke también (solo que por razones diferentes XD), sus libros regados alrededor de él. No había ningún rubio besándose con algún pelinegro.
-l-lo siento, es que… es que- ¡no podía serrrrrrrr! No había sido más que otro sueñoooo. Se quitó los audífonos con rabia. Probablemente todo haya sido culpa de la mugrosa canción que se reproducía en ese momento -“call me maybe de carly rae jepsen” – lo siento, sasuke, estaba dormido y pues… me asustaste-
¿Qué bicho le habría picado ahora? ¿naruto se estaba… disculpando… con él?
Naruto afilo la mirada al adivinar los pensamientos del pelinegro, eso le pasaba por tratar de ser amable. Se incorporó un poco adolorido, no había sido buena idea haberse quedado dormido en el suelo con un libro de unos cinco kilos encima de sus piernas.
-auch- dijo al levantar el libro, dejando a la vista la marca roja que había quedado en su piel. Sasuke no pudo evitar degustar un poco de la vista. naruto estaba un poco abierto de piernas revisándose las marcas, mostrando a sus ojos la parte interna de sus muslos, donde eran finalmente tapados por ese desgraciado short que estaba empezando a odiar.
-yo me largo, no pienso quedarme en este sepultero más tiempo- se levantó de un salto. Organizó todo en su maletín y se lo colgó al hombro- ¿no vienes?- preguntó al ver que el uchiha seguía sobándose en el suelo.
-espera un momento, creo que me partiste la mandíbula- dijo levantándose.
-no exageres, solo te golpee un poquito. Nada que no te merezcas…- dijo lo último con una sonrisa de lado.
-ja-ja. Pues la próxima vez que estés durmiendo en el suelo voy a dibujarte un pene en la mejilla y luego voy a subirte a internet- dijo con burla. naruto no pudo evitar reírse, eso le daba gracia.
-hazlo y te parto la madre, uchiha-bastardo- dijo con un tono de gracia.
Se vieron interrumpidos ante la música que provenía del rubio. Este un poco asustado por la repentina vibración, saco de su bolsillo trasero su móvil y contesto sin ver quien llamaba.
-habla naruto…- dijo el rubio.
-hola, Naru- se sintió sorprendido al escuchar el tono algo preocupado de utakata.
-uta-kun…- murmuro inconsciente- ¿paso algo?-preguntó. No era muy común que su “novio” lo llamara, en especial porque habían estado conversando entre clases ese mismo día.
-naru… tenemos que hablar-
El rubio tembló ante sus palabras ¿Qué quería decirle? Le hiso señas a sasuke de que esperara un momento y se alejó unos cuantos metros de él.
-¿estás bien, uta-kun? Te oyes un poco…- la verdad no sabría cómo explicarlo, solo no le gustaba su tono de voz.
-no es nada grave… creo ¿mañana estarás ocupado en la noche? Necesito verte-
-no, no. Solo que tendría que ser por ahí a la 8; ya sabes, mi madre llega esta noche, debo ir a trabajar, aguantar al bastardo.
-sí, a esa hora está bien. Nos estamos hablando- y sin más que decir, este le colgó.
Naruto se sintió mal ante su voz, pues alguna vocecilla en su cabeza lo atormentaba; diciéndole a su mente que utakata ya lo sabía todo ¿Qué era todo? Le preguntaba él. Este le respondía que aun que no era físicamente, él era la peor escoria del mundo al engañar a su pareja mentalmente… en sus sueños. Guardo su celular en su bolsillo y escondió las manos en su abrigo ante el repentino frio que sentía.
Miro hacia donde había llegado un momento, y fue cuando se enteró de que de no ser por sasuke, quien caminaba hacia él, probablemente hubiera reventado en lágrimas.
-¿todo bien?- pregunto cuando estuvo a un par de metros. Sasuke buscaba su mirada, pues en esos ojos no encontraba nada parecido al rubio de hace unos cinco minutos. Naruto no supo si fue por su voz tranquila, su presencia dominante, o su aire de confianza, que su cuerpo empezó a hipar, tratando de contener las lágrimas que asomaban sus zafiros. Acomodo su cuerpo de tal forma en que el uchiha no podría darse cuenta de sus ojos acuosos y su interminable movimiento en el pecho.
-si…- dijo en un suspiro, escondiendo su rostro debajo de sus rubios de la presencia que interrumpía sus lamentos. Salto de la presencia del uchiha y paso de largo, caminando hacia las afuera del instituto siendo seguido de cerca por el pelinegro.
¿Qué le estaba pasando? Siempre pensó de qué utakata era el que lo hacía temblar con tan solo una sonrisa, que con una de sus miradas se derretiría cual helado en verano; entonces por qué… ¿por qué ya no sentía lo mismo?
No estuvo seguro de cuánto tiempo estuvo inmerso en sus pensamientos, pero luego de un rato caminando por la calle, escuchó:
-naruto ¿te iras caminando a casa?- paro en seco ¿sasuke lo había seguido? No lo había sentido en todo el rato...
Obligo a sus ojos a tragar las lágrimas que estaban al abismo de sus parpados, se volteo, viendo al uchiha a la cara; y preparándose mentalmente, pudo responder:
-sí, no te preocupes. Hace un momento hable con kiba para que me recogiera en unas cuadras- sasuke sonrió de lado, dándole a entender que su vil mentira no se la creería ni siquiera un loco ignorante. El rubio sonrió, tratando de darle más credibilidad a sus palabras; sin embargo, más que una sonrisa, parecía una mueca con los labios
-vamos, entra al carro- nadie le creería si llegara a decir que no había notado el carro siguiéndolo todo el rato, ni cuando se volteo a responderle al uchiha, pero obviamente se guardaría su sorpresa para sí mismo, de lo contrario lo creerían loco…
-gracias…- fue todo lo que pudo responder. Abrió la puerta del coche y se subió en él. Cuando naruto estuvo listo, sasuke arranco.
-si quieres pon la radio, o la calefacción, mira que está empezando hacer frio- naruto asintió, moviendo unos botones para que empezara a salir aire tibio. Movió otros pocos para que de un parlante se escuchara la música, girando cada nada el botoncito que cambiaba la emisora. Se recostó en su asiento al sentir en sus oídos música de gusto. Miro a través de la ventana, observando el sol ocultarse en las montañas lejanas. Mire la hora en la radio. Seis y treinta y cinco. Su madre no debería tardar mucho en llegar.
-sasuke…- dijo el rubio, una vez cargado con el suficiente valor.
-dime- dijo este, sin despegar la vista de la carretera.
-es que mi madre llega esta noche, así que me preguntaba si me podría dar un pequeño adelanto para comprarle una sorpresa- dijo nervioso, jugando con sus dedos.
-no hay problema- con una mano saco su billetera y se la aventó al rubio- ahí hay 600 dólares. Cógelos.- naruto sonrió, apenado.
-¿Por qué estas así? Tan… amigable- preguntó con curiosidad, dejando la billetera en el bolsillo de la camisa del pelinegro.
-no sé, solo te puedo decir que no quiero amargarte aún más de lo que estas.- el rubio sonrió, avergonzado, evitando la mirada del uchiha a pesar de que este ni siquiera lo estaba observando.
-qué bonito detalle, idiota- dijo, bromeando, pero con palabras cargadas de sinceridad. Sasuke solo asintió, mirándolo de reojo, para después guiñarle un ojo.
-lo se…- naruto enfurruñó sus labios, disgustado ¿Por qué tenía que arruinar el momento con sus palabras egocéntricas? Rodo los ojos, empujando un poco el hombro del uchiha.- y… ¿Qué le vas a regalar a tu madre?- pregunto después de unos minutos de silencio. Faltaba poco para llegar.
-pensaba en una cena casera, algo simple, pero la verdad no sé muy bien que darle ya que siempre es lo mismo…- arrugó el ceño inconscientemente.
-¿Por qué no salen a comer?- preguntó el azabache.
-no veo la diferencia, sasuke- dijo naruto, para luego seguir murmurando la canción que estaban pasando por la radio.
-ahhh… como quieras- dijo resignado. Naruto rio, al parecer había vuelto el sasuke gruñón.
-aquí es- dijo al ver su hogar a unos cuantos metros.
-bueno… llegamos.- dijo el azabache al frente de la casa uzumaki ¿Cómo se despediría esta vez? Miro a naruto, inseguro. Quizá si volvía a besar al rubio, este cumplía su promesa y le partía el pene XD
-sí…- dijo naruto, con incomodidad ¿acaso tenía monos en la cara? ¿Qué era lo que sasuke le miraba? Pero esto no se quedaba así, esta vez lograría vengarse.-muchas gracias por traerme, sasuke- se acercó y beso ligeramente sus mejillas, sobresaltando al azabache. Salió del coche rápido, dio un último despido con la mano y caminó-corrió hacia su puerta. Vio como el carro arrancaba otra vez. Al menos el uchiha había hecho que se le pasara el mal genio…
Bueno, no tenía tiempo que perder, debía ir a la tienda a comprar lo necesario para su cena de bienvenida.