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:;:;Porque en el amor nadie decide;:;: por uchiuzuma lover

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Notas del capitulo:

QUIERO MI COMENTARIOOOOOO D:

 

 

los amo...

 

 

 

 

 

 

-¡Tío naruto!- grito el pequeño desde la ventanilla del auto, observando a naruto, quien conversaba junto a su madre con una de esas figurillas de piedra que había en el gran jardín del “cementerio”.

 

El rubio volteo con una sonrisa y le saludó con la mano.

 

-¿Le trajiste a un cementerio, hinata?- acusó naruto picando el ojo. La pelinegra suspiró abatida.

 

-Se me escapó que ibas a estar acá, no dejó de joder hasta que acepté traerlo. Está en el carro con su abuela.-

 

Naruto dirigió su mirada hacia la lápida, limpiando levemente la parte superior de la piedra, ilegible por tanto polvo acumulado. Sintió la mano de Hinata posarse sobre  su espalda.

 

-Fue más valiente que Kiba y yo. Vengo con frecuencia a agradecerle que nos haya salvado aquella noche. Que te haya salvado.- La pelinegra volteo con disimulo a mirar a su pequeño angel, que jugaba distraído con algún muñeco de su enorme colección, molestando a su madre desde la parte trasera del vehículo.

 

-Me molesta que nunca me haya enterado por qué hizo lo que hizo. Hoy se cumplen tres años de la muerte de uta-kun… parece casi un sueño.- Susurró lo último para sí mismo. Miró su reloj de mano.

 

-Ya es tarde. Ven, yo te acerco al apartamento de sasuke.-Hinata le hizo un ademan con la cabeza, indicando el camino al carro.

 

Los dos bajaron con cierta prisa. Naruto no dejaba de afanar a su amiga, pues había quedado con el Uchiha para hacer algo esa noche.

 

-¿Fue verdad eso de que lo tuviste en abstinencia durante un año?-Preguntó con picardía Hinata. Las malas lenguas decían que el uzumaki había privado al moreno del goce sexual. Como Naruto solo iba un par de meses antes de regresar a  Boston, nunca había tenido tiempo (ni se acordaba) de preguntarle.

 

Naruto soltó una carcajada, abriendo la puerta del coopiloto e ingresando. Hinata entró segundos después.

 

-Siendo sinceros… solo aguante medio año. El teme supo jugar bien sus cartas. Se apareció por mi apartamento unos días antes de que tomara el vuelo para acá después de que acabara el primer semestre y no paró de cantar hasta que lo dejé entrar. – todos rieron con sorna, mientras el pequeño se pasaba al asiento de adelante para sentarse sobre las piernas de su tío. – ¿Debería darle la noticia hoy?-

 

-¡Himaru, no saques el brazo por la ventana!- regañó la pelinegra. La madre de hinata le llamó y lo pasó a la parte trasera del vehículo. -¿No crees que se enoje cuando se entere que piensas venirte para acá?-

 

-neh… igual no puede hacer nada al respecto ¿Entonces vas a verte con kiba y neji?- Preguntó con intención de cambiar de tema. Hinata asintió, parando tras el semáforo en rojo.

 

-A neji le ha dado con que debíamos salir esta noche. Dejaré a Himaru con su padre y nos veremos en el centro.-

 

-y… ¿cómo vas con eso del D-I-V-O-R-C-I-O?- El rubio miro cuidadosamente al pequeño, esperando que aún no supiera deletrear.

 

-No estoy casada, tarado. Era menor de edad cuando pasó todo.-le susurró con burla.- Agradezco que haya acabado de forma civilizada. Solo hemos hablado y acordado como cuidaríamos del bebe de mamá- Himaru sonrió como bobo ante el apodo.

 

-vale, vale… si con eso quiere decir que se siguen cogie…-

 

-¡LLEGAMOS! Baja del auto, enano traidor.- Gruñó con ira mientras el rubio reía desde la acera. Todos agitaron la mano antes de que el vehículo se alejara.

 

El rubio miró con detenimiento el edificio tras él, viendo si era el lugar correcto. Sasuke había decidido que como cualquier adulto independiente quería vivir solo, por lo que se había trasladado a un “pequeño” pent-house en el centro de la ciudad.  Una vez estuvo en el ascensor decidió llamar a su madre para avisar que hoy llegaría un poco tarde  a la casa… o quizá ni llegaba.

 

-mamá, hola, era para avisarte que no me esperaras despierta. Sí, estaré con sasuke. No, ma, él me llevará a la casa cuando acabemos.-El rubio sonrió mientras hablaba, mirando su reflejo en el espejo ¿Sasuke se daría cuenta de la sorpresa antes de  que él se la dijera?- Lo sé, lo sé. Diviértete con mikoto y shizune, las saludas de mi parte. Sí, yo te guardo postre. Bye.- Oprimió nuevamente el botón que abría las puertas del cubículo. Estaba tan ensimismado mirando su reflejo que ya había llegado al piso y ni cuenta se había dado.

 

:;:;:;:;PQND:;:;:;:

 

-¡Saasukeeeeee!- Escuchó desde su cuarto. Naruto acababa de llegar a su apartamento. Cogió las llaves y su cartera y se dio un último vistazo en el espejo antes de correr hacia el rubio. -¿Había que vestirnos formalmente?- Preguntó el rubio con un par de mofletes, viendo el traje tan elegante que llevaba encima el moreno. Él llevaba unos jeans y una camiseta de “lana del rey” que le quedaba algo grande. –Creí que iríamos a comer unas hamburguesas o algo así… ¿sabes que se me antoja? Un smoothie de aguacate y pepino… mmmm, se me hizo agua la boca.-

 

Sasuke se acercó con una sonrisa y le beso con suavidad, era la forma más rápida para que se callara ¿Había dicho aguacate y pepino?

 

-Te ves hermoso así, dobe. Vámonos que la reservación es en media hora.-La verdad es que el aspecto del rubio le quitaría un poco de magia al momento, pero la ropa sería lo de menos para lo que tenía planeado esa noche.

 

Al final sasuke tuvo que prestarle la chaqueta al rubio, pues de otra forma no lo dejaban entrar al restaurante. Naruto había discutido un rato con el camarero, pero se había resignado debido a que sasuke se veía muy ilusionado con la velada. Hablaron con calma, contándose anécdotas sobre lo que vivían en la ausencia del otro, recordando el arduo trabajo que había realizado el azabache por ganarse nuevamente al rubio.

 

-Igual te iba a perdonar, solo que me volví medio dramático después de haber empezado a ver Grey´s anatomy .- Bromeó, haciendo reir al Uchiha. Este último entrelazó sus dedos con su acompañante,  mirándolo fijamente. Las velas sobre la mesa le daban un brillo especial a las perlas celestes de naruto.

 

La comida no tardó en llegar y, entre risas y bromas, terminaron el delicioso banquete. El postre apareció como un manjar de caramelo caído del cielo, según naruto, pues la crema de mar le había dejado un toque salado en la lengua.

 

Sasuke, desde su asiento, miraba la cuchara del rubio hecho un manojo de nervios ¿y si el chef había hecho algo mal? No podía darse el lujo de fallar, había gastado mucho tiempo para que esa noche fuera perfecta. Esto era evidente para el rubio, quien notaba que la mesas a su alrededor seguían vacías, a pesar de que fuera del lugar había una fila del tamaño de un tren.

 

-Amor…-

 

-Dime.- respondió sasuke, aguantando la respiración ¿Habría encontrado la…?

 

-estoy embarazado.- confesó finalmente, apretando sutilmente la mano que los unía.

 

Sasuke se levantó de un salto, mareado hasta la médula, procesando lo que estaba sucediendo en ese momento.

 

¿Cómo? ¿Cuándo?

 

-¿E-es mío?- preguntó lo primero que se le vino a la cabeza,  señalándose a sí mismo.

 

-¡NO, idiota, es del mesero! ¿Es enserio? Estúpido…- Naruto lo miró con mirada fulminante. Se levantó con furia, empujando la silla para atrás. Sasuke agarró su muñeca antes de que se alejara de la mesa.

 

-¡no quise decir eso! Perdón.-Fue alrededor de la mesa para posicionarse frente al Uzumaki y abrazarlo por la cintura deteniendo su escape.- Estamos hablando de un bebe, naruto. Seré padre… SERÉ PADRE. OIGA, USTED, SERÉ PADRE.- le gritó a la pareja que comía plácidamente un par de mesas más allá. El hombre levantó su pulgar en signo de aprobación.

 

Naruto bufó, conmovido por la reacción de su novio. Se sonrojó fuertemente y su pulso se aceleró al ver cómo, frente a todos, el uchiha se posicionaba frente a su ombligo y apoyaba su oído sobre él.

 

-solo tiene tres meses, bobo, no vas a escuchar nada más que mis gases de embarazado.- Sasuke se separó con una sonrisa, tomando entre sus manos la cara del rubio. Cuanto habían cambiado los dos después de todo lo que había pasado, y sin embargo, cada día sentía que naruto se hacía más indispensable para él. –y antes de que preguntes, todo esto es tu culpa por no llevar preservativos a Boston, no es como si yo tuviera en la mesita de noche.-

 

-No me importa.-y besó con pasión sus labios, que sabían empalagosamente a chocolate. Vaya postre se había pedido el rubio.

 

 

-¡El postre!- exclamó alarmado, mirando a sus espaldas el plato vacío donde yacía la torta.

 

-ha estado muy rico ¿quieres seguir probándolo?- Sugirió el rubio con picardía, sentándose nuevamente y lamiendo provocativamente su labio inferior.

 

Sasuke puso una expresión de confusión, luego rió a carcajadas y segundos después volvió a sumergirse en angustia.

 

-¿estás bien?- Cuestionó naruto, temiendo que la noticia del bebe haya sido la culpable de ese extraño comportamiento.-Deberíamos irnos, creo que necesitas procesar lo que te he dicho y…- fue interrumpido con el fuerte agarre de sasuke en sus muñecas.

 

-Naruto. Justo ahora, en este momento, estoy indudablemente seguro que quiero pasar contigo el resto de mis días. Hemos luchado contra la adversidad y hemos ganado. Te amo, más que a mi vida, más que a mi ego. Cásate conmigo, naruto. Quiero tenerte para mí, despertar cada mañana a tu lado y besarte aunque tengas mal aliento…-

 

-no lo arruines, cabrón.- Le murmuró el rubio, llorando de felicidad mientras sentía que su corazón saltaba frenéticamente. Sasuke carraspeó nervioso al escuchar las risas de las personas a su alrededor, que miraban expectantemente el momento.

 

-Quiero arrugarme junto a ti, mientras me quedo calvo y me sale panza de cervecero. Te lo ruego, Naruto. Sé mío.-  Una vez había terminado el Uzumaki se lanzó encima de su, ahora, prometido, gritando hasta el cansancio un “Sí”. Todo el local se llenó de aplausos, incluso la gente que veía desde el ventanal vitoreaban con alegría.

 

-Me voy a casar. ME VOY A CASAAAAR.-imitó naruto a su novio, mientras todos elevaban el pulgar en signo de aprobación. Sasuke frunció el ceño y aprovechó para besar nuevamente a naruto con una sonrisa.

 

La multitud se quedó en silencio, esperando a que el beso acabase, para volver a aplaudir cuando se separaron.

 

El local volvió a la normalidad después de unos segundos.

 

-¿y el anillo?- bromeó el rubio, tomando asiento nuevamente. Obviamente no esperaba que tuviera uno, después de todo, la propuesta había sido improvisada ¿no?

 

-te lo has comido, dobe tonto. Lo tendrás contigo en un par de días.-respondió con burla, esperando que su novio estallara en carcajadas.

 

-¿¡Me has hecho comer mi anillo de compromiso!?-Exclamó alterado, llamando nuevamente la atención de todos. – ¿Qué mierda les pasa a los hombres que creen que eso es romántico?- Sasuke  hizo una mueca de molestia. Por supuesto que naruto le pelearía por un estúpido anillo…

 

-¡No me quieras acusar de culpable, no es mi culpa que tragues como cerdo!- Gritó en respuesta, olvidando a todos los expectantes, que empezaron a retirarse rápidamente del lugar.

 

-¡Porque estoy embarazado, idiota, tengo antojos!  ¿Cuál es tu excusa de que seas retrasado? una mujer el año pasado murió ahogada después de atragantarse porque su novio intento esa pendejada, i-ignorante ¿E-es que acaso q-quieres matarme?- las lágrimas empezaron a caer repentinamente, terminando de descolocar a sasuke.

 

-ohhh…-entonces sasuke comprendió que debían ser las hormonas. Se levantó y dejó un fajo de billetes sobre la mesa para luego llevar a su novio hacía la salida, quien no dejaba de disculparse por armar tanto alboroto.

 

-¡No me toque! Estoy embarazado, no inválido.-le gruñía cada vez que intentaba ayudarle.

 

Últimamente habían discutido demasiado, pero siempre asumía que el rubio era un cabezón que disfrutaba discutir. No pensó que había algo más tras eso.

 

Una vez en el auto, con los dos un poco más calmados, emprendieron rumbo hacia la casa del rubio, quien se entretenía  mirando a través de la ventana las luces que decoraban el camino de manera majestuosa. Faltaba poco para la época navideña y a naruto esa combinación de rojos y verdes le parecía espectacular.

 

-¿A dónde vamos?- Preguntó con sorpresa el uzumaki, al ver que atravesaban la avenida por donde debían girar. Miró de soslayo al pelinegro, que no dejaba de sonreír bobamente hacia la carretera.

 

-Hacia el futuro- Bromeó con ese tono cursi que hacía sonrojar a naruto.

 

El rubio soltó una carcajada y subió un poco el volumen de la radio antes de contestar:

 

-A mí no me engatusa, Sasuke Uchiha. Donde vuelva a portarse como un bruto… para el sofá-Le amenazó, refiriéndose a dos días atrás, cuando había llegado del vuelvo. El azabache le había llevado a casa, y fue que se enterara que su madre no estaba para que se le aventará como un loco precoz.

 

El Uchiha rio con maldad ante el comentario, recordando cómo habían disfrutado esa tarde. Extrañaba tanto los gemidos de su chico.

 

-No prometo nada…-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

No es dulce, ni salado, es esta historia que se ha acabado. :D

Ahora que la imaginación del lector vuele mmgvos, que mis padres llegan en la noche y tengo que enviar esto pero shaaaaaaaaaa.

PREGUNTA DEL CAP: ¿Qué fue lo que más te gustó de la historia y porcua?

Espero les haya gustado un poquito más el epílogo. Lo sé, la boda y el bebe son súper repentinos, pero es que una buena historia cliché debe terminar así.

LOS AMOOOO. BAI.


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