Di algo.
No te des por vencido.
Donde quiera que estés, te seguiré.
Yo te dije...
“Quizás podrías luchar contra la marca durante años, quizás siglos, como lo hizo Caín. Pero no puedes luchar para siempre. Y cuando al final te tuerces… y te torcerás… Sam… y a todos quienes conoces, todos a quienes quieres… podrían estar muertos desde hace tiempo. Todos excepto yo…”
Detente, no corras.
Puedo escuchar tus miedos… tus anhelos.
¿Puedes oír al ángel llorar?
No vayas, no corras.
Las lágrimas caen.
Tú eres el único a quien amo.
Lo siento, tengo que detenerte.
¿Puedes oír al hombre llorar?
Sólo hay un camino… lo veo en tu cara, Dean.
Lo escucho en tu voz.
Cubro mis ojos, pero las lágrimas siguen fluyendo… siguen cayendo.