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El secreto de mis hermanos por NaniNan_chan

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Notas del capitulo:

Buano, aquí el segundo cap. 

Disfrutenlo.

Hoy no los vi por la mañana. Y en verdad lo agradezco. En el instituto no pude concentrarme en ningún momento. Como me tocaba gimnasia a última hora decidí saltármela e irme directa a casa. Al llegar, esta se encontraba demasiado en silencio como para que mis hermanos se encontraran allí, aunque en verdad ya deberían de haber regresado porque tenían un horario diferente al mio y cuando yo volvía, ellos ya estaban para andar jodiéndomecon sus mamarrachadas. Subí a mi habitación y dejé las cosas, me cambié el uniforme por unos shorts tejanos y una camisa roja sin mangas, larga y ancha, a juego con las bailarinas del mismo color que me había puesto. Decidí dejar los deberes para más tarde y abrí mi ordenador. Pero cual fue mi sorpresa cuando al abrirlo, empezó a reproducirse a tiempo real lo que pasaba en la habitación de mis hermanos. Ya no recordaba que cuando los había pillado infraganti solo había cerrado de golpe la tapa, sin cerrar siquiera la ventana ni nada.

 

Lo que aparecía por pantalla era peor que lo que me encontré la vez anterior. Pero peor era no apartar la vista y seguir mirando como si nada.

 

Ambos estaban completamente desnudos, con la respiración acelerada. Miguel estaba arrodillado entre las piernas de Leo y este estaba sentado en el borde de su cama. Mimi enterraba su cabeza en la entrepierna del mayor a un ritmo acelerado, apoyando sus manos en las rodillas del alto para poder abrirle más las pierna y tener un mejor acceso a la hora de hacerle la felación. El moreno tenia una de sus manos en la cabeza castaña, agarrando un puñado de pelo, mientras marcaba el ritmo que quería. Leo parecía estar disfrutando de la mamada que recibía por parte de su hermano porque los gemidos bajos que se escuchaban al principio, se fuero haciendo más sonoros y roncos mientras los minutos pasaban y las manos del castaño se unían a su boca para ayudarle a masturbar la parte donde esta no llegaba, porque, hay que reconocerlo, el mayor estaba muy bien dotado y, excitado, su ya de por sí grande hombría crecía más. La mano libre de Miguel se dedicaba a acariciar los testículos del contrario. Haciendo así que en unas pocas succiones más llegara al clímax por toda la atención brindada a su intimidad. La esencia caliente de Leo fue tragada por el menor, salvo por un poco que resbaló por su comisura. Digno de una película porno.

 

-Ese último gemido sonó muy alto- le decía el de ojos marrones al de mirada profunda- ¿Qué hubiera pasado si llega a haber alguien más en casa?-

 

Me empezaba a partir de risa yo sola, a sabiendas de lo equivocados que estaban. Sí había alguien más en casa. Yo no tenía la culpa de que no se hubieran enterado y siguieran a lo suyo.

 

-Pues que ahora no te pasaría esto- y le saltó encima. Literalmente. Dejándolo tumbado en el suelo, debajo de él, mientras le devoraba la boca. Adiós risa y hola a ojos como platos. Lo que veíaseguíasuperándome pero no apartaba la vista para nada.

 

Miguel se separó un poco del beso, no sin esfuerzo, aún rozando, para lo salvaje de la situación, tiernamente su nariz con la del mayor y le dijo:

 

-Iba en serio. Lya está a punto de regresar. Si nos pillara...- dejó la frase incompleta. Leo miró la hora, pensando momentáneamente en lo que su hermanito le acababa de decir. De hecho ya pasaban quince minutos de la hora en la que volvía y no habían oído subir a nadie. En esos casos significaba que había ido a dar una vuelta con las amigas y eso significaba más tiempo para ellos, hasta que volviera.

 

-Aún no ha vuelto. Aún hay tiempo.- y no le dio tiempo de responder que ya volvía a devorarle con lujuria esos labios rojos de tantas mordidas, succiones, lamidas, que le había echo. Entonces el moreno comenzó a simular embestidas, sin entrar, pero restregándose mucho, rozando todo lo que podía, llevando al límite al castaño. Se acariciaban todo el cuerpo mutuamente, de forma sumamente erótica y que lo único que hacia era encenderlos más. Me planteé dejarles su intimidad, pero... 1) Eran mis hermanos, esa palabra entre nosotros no existía. 2) Tenia que seguir investigando su relación. 3) La curiosidad era demasiada. Al fin y al cabo solo soy una adolescente con hormonas revoloteando por todo su interior.

 

Leo se levanto, ayudando a levantarse a Miguel y tirándolo a la cama rudamente. Antes de situarse entre sus piernas fue a su mesita de noche y abriendo el primer cajón cogió un botecito. ¡¿Era lubricante con efecto?! ¿En serio ellos utilizaban ese tipo de cosas? Abrió las piernas del menor y se puso en medio. Metió tres de sus dedos en el bote y empezó a tantear la entrada del castaño, mientras empezaba a jugar con sus botones rosas. La expresión de Mimi me dijo que ya le habían metido un dígito. Efectivamente, podía ver como Leo movía su mano, en círculos, intentando dilatar para meter un segundo dedo. Cosa que se que izo cuando el bajo dejo escapar un sonidito entre placer y dolor. Ahora los movía en tijereta. Hoy estaban más cerca del ordenador y se podía apreciar mejor sus movimiento. Sin previo aviso metió un tercer dedo y Miguel movió como por instinto sus caderas, buscando más fricción. Realmente lo estaba disfrutando. Jadeaba entrecortado, pero lo suficientemente alto como para que yo lo pudiera escuchar.

 

-Shhh...Cariño, hoy no seas tan ruidoso. No sabemos cuando volverá Lya.- dijo Leo.

 

Espera, espera, espera. ¿Cariño? ¿Había escuchado bien? ¿Entonces eran algo o no? A mi modo de ver la "investigación" (por que ya no sabia que era) se estaba complicando.

 

-Le-Leo...aagh...entra ya...aghh- Miguel intentaba controlarse, igualmente. Pero sin éxito. Era demasiado bueno lo que le estaba haciendo su hermano.

 

Este retiró sus dedos del interior, ahora bien dilatado para su palpitante hombria, de su hermanito. Metió la punta del miembro dentro de la cavidad y de una estocada fuerte y certera se introdujo del todo en esas paredes que le apresaban y succionaban y le hacían sentir tan bien. Masturbó el olvidado miembro del pequeño, en parte para que olvidara el casi inexistente dolor y se acabara de acostumbrar a la intromisión.

 

Empezó a moverse, lentamente, disfrutando de la estrechez que le era proporcionada por parte del bajo. Después de unas cuantas estocadas, ninguno se reprimía al gemir, y tuvieron que acallarse besándose.

Leo pasó a lamer su cuello y hacerle diferentes chupetones en toda la extensión desde su cuello hasta su vientre, añadiendo más marcas a la colección de "tengo dueño".

 

Ahora me pregunto ¿cómo no he podido darme cuenta de todas esas marcas? Creo que es porque era lo suficientemente inocente como para pensar que se las hacían cuando peleaban casi cada noche. Después, eso. Peleaban cada noche. Pero ahora pienso que tal vez no pelearan , sino que hicieran otras cosas.

 

Volviendo a la realidad. El alto puso las piernas del bajo sobre sus hombros para así tener un mejor ángulo para embestirle, haciendo el acto más salvaje, profundo, rudo. El movimiento era ya desenfrenado, llegando a salir en ocasiones, pero la hombría de Leo se conocía el camino de memoria. El mayor sentía que pronto se vendría, así que bombeó más fuerte el miembro entre sus manos. Finalmente Miguel se corrió, manchando la mano de su hermano y parte de sus vientres. Una, dos, tres estocadas después y el otro le llenó con su semilla. Leo bajó las piernas que tenía apoyadas en los hombros, dejándolas suavemente sobre el colchón, salió de de Miguel y se acomodó a su lado, mientras se abrazaban y se daban un último beso, ya no con prisas, desesperado, lleno de lujuria, sino, dulce, lento, de forma que demostraba el amor que se tenían.

 

Cuando recuperaron el aliento Miguel habló:

 

-Creo que iré a ducharme primero- dijo incorporándose.

 

-Creo que yo también iré primero- habló en moreno, con una sonrisita en los labios, algo traviesa.

 

-Nooo. Quieto ahí, fiera. ¿En serio quieres más?-le preguntó ya poniéndose de pie, con las manos por delante de él y andando lentamente hacia atras, como si eso le fuera a salvar del mayor.

 

-Jajajaja ¿Lo dudabas? Me vale verga que tenga que venir quien tenga que venir o que nos pille quien nos pille. Solo una vez más ¿Si?- su puchero le quedaba muy bien a pesar de tener 19 años, el pelo alborotado, con algún que otro mechón aún pegado a la frene e ir aún desnudo. Mimi le miraba juguetonamente, aunque se hacia el enfadado.

 

-Solo una vez más.- y ahí Leo se le abalanzó y comenzó a besarlo, mientras le abrazaba, rodeando su cintura. Miguel le rodeo el cuello y le susurró -Abusador de menores-

 

-Sí, pero en la cama, a mi merced, no te lo parezco- le contesto con una risita.

 

El de piel clara fue a coger unas toallas para ambos. Andó para el baño seguido del moreno de piel canela, que tenia una sonrisa pe oreja a oreja, sabiendo lo que ocurriría en brebes momentos.

 

Salieron de la habitación, así mismo del campo de visión de la webcam y no supe que más pasó. Pero ahora estoy más confundida ¿Son pareja o no? Ademas su comportamiento también me lía y sorprende porque se comportan diferente de como se comportan con los demás ¿Será el amor? La primera vez que los vi era Miguel quien quería hacerlo con Leo. Tal vez influyeron los chocolates. Hoy era Leo el que quería repetir. ¿Quien mandaba entre ellos? Había visto claramente que era Leo pero... No importa seguiré "investigando".

 

 

Notas finales:

Pues eso.

¡L@s quiero!


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