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Futuro hoy. por samuesselmo

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Notas del capitulo:

 Muy Buenas a todos (ahora responderé comentarios! ) Muchas gracias a todos por comentar... En realidad iba a actualizar si llegaba a las 16 RW, pero con 13 me conformo jajaja

 Espero les guste, éste capitulo no es tan WOW, pero en próximo será más emocionante... no quiero spolearlos (?)

 Se removió un poco, despertando debido a los rayos de Sol. Giró su cuerpo para taparse con las sábanas pero su mano chocó con el cuerpo de Midorima. Se despertó del todo, abriendo sus ojos como platos. Su marido estaba allí mirándolo preocupado. Eso quería decir que en realidad no era un sueño y que dormir no le sirvió de nada para volver de vuelta a su tiempo. Con lentitud se incorporó, sin atreverse a mirar directamente al peli verde. Seguía recordando lo de anoche ¡Y cómo no! ¡Casi tiene su primera vez con Shin-chan! Inevitablemente todos los colores le subieron a las mejillas de tan sólo pensarlo.

 No quería abrir la boca, debía medir bien las palabras. Pero se sentía vulnerable. Como todo niño extrañaba a sus amigos de Shutoku, pero más que nada a su madre. De sólo pensar en ella se le llenaban los ojos de lágrimas, ¡pero debía ser fuerte! Esa mujer fue la única en la familia de Takao, la única que lo había criado -¿Podemos ver a mi madre? –Preguntó directo, mirando esta vez los finos ojos verdes. Aunque éstos lo miraron afligido.

 —¿Ahora? –Preguntó inseguro, pero al ver la afirmativa del menor accedió- Bueno, sí. Podemos comprar flores allí. Escuché que abrieron una florería en el cementerio –Respondió algo inseguro. Pero cuando vio el rostro de Kazunari decidió callar. Otra vez aparecieron las lágrimas, corriendo sin consuelo por las sonrojadas mejillas del azabache. Lloró con fuerza, peor que en la noche, volvieron a acostarse, pero esta vez escondiendo su rostro contra la almohada.

Midorima no sabía qué hacer. Simplemente no sabía qué hacer con su pareja, sólo quedarse allí con él para consolarlo. Cuando notó que el llanto había parado y Takao se quedó dormido, decidió salir de cuarto y dejarlo a solas. En la puerta estaba su pequeño hijo, mirando a su madre con una mueca de disgusto –Vamos, hay que desayunar –Habló en voz baja el adulto alzando al niño.

 —¿Qué pasa con mamá? –Preguntó con el ceño fruncido, como si estuviera regañando a su padre de algo. Shinko era muy parecido a su mamá, tenía una personalidad explosiva, pero Midorima se había encargado mantenerla controlada todo el tiempo.

 —Él no se siente bien, todavía –Respondió bajando con cuidado las escaleras hasta llegar a la cocina. El niño lo interpretó a todo como un “mamá está triste por algo”, así que ahora debía pensar bien en cómo alegrar su corazón. Su madre era realmente alegre, no sabía por qué ahora había cambiado, pero haría todo lo posible.

 

 No sabía cuánto había pasado, pero al despertar de vuelta sentía un fuerte dolor de cabeza y afuera parecía que era el atardecer. Había estado llorando demasiado, ahora, debía olvidarse de las cosas malas y pensar las buenas. Pero, ¿cómo? Acababa de enterarse la muerte de su madre, se sentía realmente mal. Una terrible y dolorosa presión en el pecho…

 —Cariño, a Shinko se le ocurrió una buena idea –Comentó sonriéndole Midorima, quien se había sentado al lado de su marido antes de que Takao despertara –Podemos ir a pasear…

 Kazunari no se negó, además de que había sido una idea de su hijo. El auto parecía ser incómodo, pero la voz del niño cambiaba un poco las cosas. Mientras el azabache miraba el paisaje por la ventanilla, la vocecita de Shinko logró sacarlo de sus tortuosos pensamientos -¡Mami, vayamos a la feria! –Exclamó sonriente, desde los asientos de atrás. Los mayores no se negaron y se dirigieron hasta la gran feria que se quedaría todo el fin de semana.

 La cara de Takao cambió por completo, para alegría de Shintarou. ¡Y tenía una buena razón para hacerlo! Era el festival más grande que había visto Kazunari en su vida. Todo parecía una fantasía, las luces, los juegos sacados de parques de atracciones, los puestos de juegos y comida. Todo lleno de colores y brillo, tal como la sonrisa y ojos del azabache en ese momento.

 Apenas paró el auto, Takao se desabrochó el cinturón y como todo niño corrió gritando -¡Vamos! –Su hijo tampoco tardó en salir corriendo para alcanzar a su madre. Mientras que Midorima sonrió al ver que el humor de su esposo volvía a ser el mismo de siempre, tal vez un poco más infantil, pero con verlo sonreír así no podía quejarse.

 La pasaron como una familia, iban de juego en juego. Primero a los juegos que daban premios, como tirar las botellas. Allí Takao admiró que su Shin-chan continuaba siendo bueno en el basket o al menos lo era su puntería. Pinchar los globos, Takao lo hizo sin problemas con su vista de halcón, sorprendiendo a su pequeño hijo, que a medida que pasaban de estante en estante iba cargando cada vez más premios. Comieron mucha comida rápida y dulces, algo que molestó un poco a Midorima, pero no lo expresaba. Hasta que al azabache se le ocurrió la loca idea de subir a la montaña rusa, sin embargo tuvieron que omitirlo debido a Shinko quien era menor.

 Ahora, la familia estaba sentada en una mesa, un poco alejados de la feria comiendo helados. El único que se negó fue Shintarou que miraba el reloj de su muñeca, sabía que en cualquier momento empezarían los fuegos artificiales –Papi, ¿no quieres helado? –Preguntó Shinko acercando el helado que casi chorreaba derretido por la mano del pequeño azabache.

 —¡Si, come helado, Shin-chan! –Exclamó entre una carcajada Takao, golpeando con palma abierta la ancha espalda del peli verde. Esto provocó, ante la sorpresa del mayor, que el helado completo del niño acabara embarrando su rostro. El azabache no tardó en reír con fuerza -¡Shin-chan! ¡Tu cara!

 —Lo siento, papá –Se disculpó el chico tentado, siendo contagiado por la “melodiosa” risa de su madre. Ahora, Takao, con su propio helado en su mano, embarró de vuelta el rostro de su marido a propósito, para luego continuar riendo.

 —¡Takao! –Exclamó para sorpresa de su familia. Incluso Takao paró su risa, sonriendo abiertamente, feliz. Adobara hacer enojar a Midorima, extrañaba su lado tsundere en muchos sentidos –Lo siento, no quise gritarte –Pidió perdón de inmediato limpiando su cara con una servilleta.

 —Extrañaba eso –Admitió sonriente, mirando fijamente las mejillas sonrojadas del mayor. Quería que volviera a gritarle, quería hacerle pasar vergüenza con tal de ver ese rostro –Extrañaba a mi Shin-chan tsundere.

 —No digas esas cosas –Respondió apenado el peli verde, una vez más sonrojado. Eso le bastaba al azabache. Eso significaba sólo una cosa, en el fondo, todos debían seguir siendo ellos mismos, es decir, los de antes. Takao rió y abrazó feliz a su esposo.

 Los fuegos oficiales decidieron verlos desde el auto, puesto que estaba empezar a hacer frio y no era bueno para ninguno de los tres. Midorima y Takao se habían tomado la mano de manera inconsciente, o al menos así era para Kazunari. Shinko, a mitad de tantas luces y colores se había dormido, probablemente del cansancio de ese largo día. Cuando terminaron volvieron a la casa, al pequeño lo dejaron en su cuarto –Cuando despierte podría hacerle algo de comer –Comentó el padre de familia saliendo de la habitación –Me dijo que extrañaba tu comida –Takao simplemente asintió, después de todo él no sabía cocinar pero ya vería como se las arreglaba.

 El peli verde se había ido a bañar después de esas palabras, diciendo que tenía helado en el cabello algo que hizo reír a Takao de vuelta. Apenas escuchó la ducha abrirse caminó hasta la sala, volvieron a mirar los cuadros y fotos. Más tarde le preguntaría a Shin-chan dónde estaban los álbumes familiares, se había perdido tantas cosas que tenía curiosidad sobre ciertas cosas. Entre pensamientos el molesto ruido del teléfono lo hizo voltear para cogerlo.

 — ¿Diga? –Atendió nervioso, y al escuchar la voz del otro lado de la línea quiso tirar el teléfono lejos de él. La voz era de Miyaji Kiyoshi ¡Su capitán! ¿Habría cambiado mucho?

 —¿Takao, estas ahí? –Preguntó la voz del otro lado.

 —¿Miyaji-senpai? –Se atrevió a preguntar para salir de sus dudas.

 —¿senpai? ¿Por qué…? ¿Takao? –Hubo un momento de silencio del otro lado, hasta que la voz del rubio volvió a hablar -¿Eres tú? Quiero decir… ¿Cuántos años tienes?

 —Yo… -Por un momento dudó ¿por qué le preguntaría algo? ¿Acaso sabía lo de él? Prefirió arriesgarse –Tengo 16 años.

 —A ti te pasó lo mismo ¿verdad? –Habló serio, casi en un susurro.

 —¿A qué te refieres? –Preguntó nervioso sentándose en el sofá sin separar el tubo de su oreja.

 —Te contaré lo que me pasó a mí –Dijo suspirando, al parecer también se había sentado –Hace tres años me desperté y a mi lado estaba acostada la persona menos esperada, Hayama Kotaro. Al perecer estaba esperando un bebé que era mío y estábamos comprometidos. Pasó el tiempo y no podía volver a mi tiempo, por lo que debí adaptarme al lugar. Ahora tengo un hijo de tres años y vivo como si nada hubiese pasado.

 —No entiendo, hace dos días estabas con nosotros en la escuela ¿por qué dices que hace tres años te pasó todo eso?

 —No lo sé, pero estuve en este futuro tres años y no puedo volver a mi tiempo. Además, ahora… -En ese momento una voz agudo interrumpió al rubio, Takao llegó a escuchar con claridad un “papi ¿con quién hablas?”  -Amo a mi hijo y a Kotaro –Admitió Miyaji, para luego responderle a su hijo “con un amigo”.

 —¿No voy a poder volver nunca más? –Preguntó con un nudo en la garganta, Kazunari.

 —No sé qué decirte, Takao. Yo no logré volver aún.

 —Entiendo… -Respondió suspirando. Miyaji estuvo en ese futuro mucho tiempo, y tal vez se quede toda la vida –Creo que “viajar” en el tiempo es complicado –Dijo riendo para relajar la situación.

 —Takao, conociéndote, no dudo que lo superarás – Esas palabras le dieron ánimos e hizo sonreír al azabache –Voy a cortar, ya olvidé por qué llamaba…

 —Bueno, ahora creo que debo cocinar, ¡pero no sé ni hacerme un sándwich!

 Aquella charla con Miyaji-senpai le fue de mucha ayuda. Él debía adaptarse al contexto de todo. Pero eso no significaba que no podía lograr cambiar a ciertas personas, empezando por Shin-chan. Quería ver a ese tsundere de vuelta…    

Notas finales:

 Espero les haya gustado o no xD 

 Me alegra que les guste la historia y pronto escribiré una nueva, pero snfsfn Tengo que terminar los demás fanfics! Cuando me emociono se acumulan las cosas...

 Éste fin de semana actualizaré Los 5 Guardianes! Lo prometo!

 Muchos saludos a todos!
 

 By Selmo 


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