Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Marioneta De Cristal por Satan666

[Reviews - 112]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les agrade esta historia, es completamente original. Fue editada, por lo que si la seguías hace unos años, te recomiendo que las vuelvas a leer. 

  Si me quieren apoyar en wattpad también subo mis historias en la plataforma.    https://www.wattpad.com/user/karenvruz  

También hice un trailer para esta historia en la plataforma de tiktok, espero les guste.    https://vm.tiktok.com/ZMeykhEHp/  

Mis otras historias están en proceso de edición. 

Capítulo XIV. (Miedo I)

POV Jacobo

— Ya estamos aquí, lamento la tardanza Bruno.

— No te preocupes, falta Darío.

— De acuerdo. – George me ayudo a tomar asiento.

— ¿Sucede algo? Pareces algo consternado. – Le pregunto George.

— Sucede de todo, no sé que es lo que debo decirles o no, porque conozco el carácter de cierta persona, pero... — Miro a George.

— ¿Entonces esto es sobre Adrián? – Le pregunte.

— Precisamente. – Gruño.

— Muy bien, voy a intentar ser maduro y escucharte antes de hacer algún comentario. – Le dijo George y la verdad me sorprendió que se tomara la situación con tanta tranquilidad.

— Bueno, eso lo agradezco.

— Ya vine, lamento la tardanza, estaba lidiando con... no importa. – Darío también se sentó, cruzo las piernas y nos miro a los tres.

— Parece que estamos listos. – Le indique a Bruno.

— Esta bien, voy a intentar ser lo más cuidadoso que pueda con lo que les voy a decir, necesito que mantengan la mente abierta y que no juzguen la situación en base a sus sentimientos. – Susurro.

— Me estas comenzando a preocupar ¿Qué es exactamente lo que sucede? – Le pregunte, pude sentir que George me puso una mano en la rodilla.

— No me lo tomen a mal, pero Adrián no me gusta absolutamente nada, intente verlo de otra forma, confiar en él por ustedes, pero no puedo. – George y yo intercambiamos una mirada, Darío suspiro.

— Creo que tienes un prejuicio contra él porque es de la zona azul, eso me parece, nosotros hemos pasado tiempo juntos estos días, es buen chico, pienso que le esta costando acostumbrarse a estar aquí y que por eso algunas veces actúa de forma inusual. – Dijo Darío, encogiéndose de hombros, Bruno lo miro, pero en lugar de contestarle algo solo saco un cigarro, se lo puso entre los labios y lo prendió con un encendedor.

— Nunca fumas. – Le señale.

— Lo necesito ahora. – Susurro, pude darme cuenta de su cansancio, o tal vez su frustración, lo que sea que tenga, lo esta afectando, porque solo fuma cuando se siente estresado.

— ¿Dormiste unas horas como te dije? – Pregunto Darío.

— Lo hice, no te preocupes.

— Bruno, eres nuestro amigo y sabemos que nos cuidas, haces un buen trabajo como líder, siempre intentas dejarnos bien parados, pero quiero que entiendas que no podemos elegir bandos, Adrián es importante para nosotros. – Le aclare.

— No estaba esperando hacerlos cambiar de opinión, simplemente quería darles mi punto de vista con respecto al príncipe y su situación conmigo en este lugar, nosotros intercambiamos una que otra palabra, estamos en una situación realmente mala.

— Te pido que le tengas paciencia, si Adrián estuviera haciendo algo que se escapara de lo ordinario, sería el primero en darme cuenta. – Le dijo Darío, estuve de acuerdo con un asentimiento.

— George te noto muy callado. – Le dijo Bruno y efectivamente me había dado cuenta de que tan pronto como comenzó el tema George cerro la boca y se encerró en su propio mundo.

— Lo siento, estaba...

— Pensando y eso esta bien, no te preocupes, se que el tema no es fácil ya que ambos le tienen aprecio a ese chico, pero como su amigo, también les quería exponer mi punto, les advierto que voy a estar vigilándolo, a pesar de que la idea posiblemente no les guste.

— Si te sientes más cómodo con eso, entonces supongo que no podemos hacer nada, aunque yo te dijera que no lo hicieras, no creo generar algún cambio en tu decisión. – Le indique.

— Tienes razón. – Confirmo.

— Por cierto cariño, se que estas cansado, pero necesitamos hablar de las nuevas medidas de seguridad y comenzar a implementarlas ya mismo.

— Si, tienes razón. – Bruno suspiro, y sentí un poco de lástima por él, aun cuando soy yo el que tiene el brazo inmovilizado.

— Entonces vamos, a trabajar, tengo otras cosas que hacer. – Darío se puso de pie y comenzó a caminar de esa forma tan característica suya.

— En un momento los alcanzamos, necesitamos unos minutos. – Mire a George, pero él no pareció darse cuenta de ello, o de nada realmente.

— Estaremos en el salón principal. – Me dijo Bruno, estoy seguro de que se dio cuenta de la situación, es bueno leyendo a las personas, me limite a asentir y hable solo después de verlos salir.

— Dime que sucede.

— ¿Qué? – Pregunto confundido y miro la habitación.

— Ya se fueron, los chicos, simplemente quedamos en una advertencia de parte de Bruno hacia nosotros, sin mala intención.

— Está bien. – Se puso de pie.

— Espera, George.

— ¿Qué pasa?

— Eso es lo que debo preguntarte a ti, escuchaste lo de Adrián y tal vez sepas algo que yo no, porque pareces intranquilo.

— No está pasando nada, si me quede pensando en algunas cosas, pero...

— ¿Pero?

— No son importantes, no tienes de que preocuparte.

— ¿Ahora nos escondemos secretos? – Lo fulmine con la mirada, suspiro.

— Cuando Adrián llego a este lugar, lo acompañe al baño, en ese momento no quería hablarle, pero si lo observe lo suficiente como para saber que le estaba pasando algo, estaba tan molesto que no le pregunte, algo me dijo que de todos modos no obtendría una respuesta sincera.

— ¿Y todo eso que quiere decir? Puede que solo estuviera confundido, por todo este cambio.

— También lo pensé Jacobo, pero lo que quiero decir es que básicamente, puede que Bruno tenga un poco de razón en lo que dice, Adrián se está comportando extraño desde que llego ¿Es que no lo has notado?

— Sé que no es el mismo de siempre, pero solo asimile que todo esto fue un cambio demasiado abrupto, pensé que estaba tratando de sobrevivir aquí, sigo pensándolo.

— No sé, todo esto me tiene bastante confundido.

— ¿Qué exactamente George? Tengo este presentimiento de que intentas decirme que Adrian tuvo algo que ver con lo que paso aquí la otra noche o algo peor, sigue siendo nuestro Adrián y sé que no nos haría daño. – Le mostré mi brazo.

— También lo creo incapaz de hacerte daño, es que se comporta extraño. – Dijo consternado.

— Bruno te está metiendo cosas en la cabeza, todo esto es una tontería. – Coloque la cabeza en mis piernas, pude sentir su mano en mi cabello.

— Todo estará bien.

— Estoy preocupado por todo esto.

— Perdóname. – Susurro.

— La persona que me disparo era bastante hábil, pude notar de inmediato que no dudo un instante, también se movía de forma rápida y cautelosa en la oscuridad, es más, puedo jurar que no me mato solo porque no quería, es imposible que Adrián conozca a semejante persona. – Le dije.

— Solo intento ser lógico con toda la situación, aunque hay mucho que no termina de cerrar en mi mente, siento que falta algo.

— George, necesito que me digas que no estás pensando estupideces sobre Adrián, dímelo. – Hice que me mirara fijamente tomando su mentón.

— Te pido que seas razonable Jacobo, esta situación tampoco me gusta para nada, puede que solo sea una confusión de mi mente, como dijiste antes, lo que dice Bruno siempre te deja pensando bastante.

— Estoy nervioso, esta situación no me gusta para nada. – Le dije.

— A mí tampoco, también tengo miedo, pero tú querías saber lo que estaba pensando, y te lo dije.

— ¡Es que todo esto es completamente ridículo! – Grite, algo que no suelo hacer nunca.

— Yo también estoy preocupado por toda esta situación, porque se trata de Adrián ¡Es nuestro Adrián!

— ¡Deja de hablar como si fueras el único que se preocupa por él! – Cerré los ojos con fuerza.

— Sé que no soy el único que se preocupa por él, sucede que... — Bajo la voz.

— ¿Qué? Por favor dime lo que sucede ya mismo.

— Lo amo. – Dijo apenas con un hilo de voz, pero lo escuche.

Existe un momento en la vida dónde tenemos que sufrir cierto dolor, ese que tratamos de tanto evitar, pero es inevitable, no se puede ignorar esto, de ninguna forma, es simplemente demasiado doloroso, como si te estuvieran enterrando un cuchillo en el pecho una y otra vez. Tratamos de vivir de sonrisas hipócritas y mentiras, también negamos lo evidente, aunque lo tengamos justo frente a nosotros. Y dicen que no hay mayor dolor que el que se siente al morir, pero estoy seguro de que existe uno mucho peor, se llama realidad, nos toca la puerta todos los días y la mía se partió en miles de pedazos, como los cristales de un vaso, solo por una palabra.

— ¿Me puedes dejar solo un momento?

— Jacobo. – Intento tocarme, pero le pegue en la mano.

— Déjame solo un maldito momento, solo un momento. – Pude ver que dudo, pero asintió y salió de la habitación, me deje caer en el sofá.

Me recosté sobre mis piernas y cerré los ojos con tanta fuerza que comencé a sentir un fuerte dolor de cabeza, pero no pude tranquilizarme hasta que escuche el sonido de la puerta y comencé a llorar, tal vez por minutos o por horas, lo hice por tanto tiempo como lo sentí necesario, para que todo siguiera funcionando como siempre. La última vez que llore con tanto dolor fue a los diez años, lo recuerdo muy bien, porque me cambio por completo la vida y entonces empezaba a entender que mi existencia solo me traería sufrimiento, había sido un error nacer.

Mi cuerpo fue utilizado y destruido como el de una marioneta, por esa persona en la que tanto confiaba, la misma que me sonreía y prometía que todo estaría bien, pero fue solo una mentira. Todo en mi vida era mentira, pero pude soportarlo porque George estuvo siempre conmigo, consolándome, prestándome su hombro y su tiempo. Después apareció Adrián y ambos se convirtieron en mi vida, en todo lo que necesite para darme una familia, pequeña y extraña, pero nunca nos dejamos solos, las clases sociales no importaban, todo eso nos parecía irrelevante, una porquería.

Aunque ellos nunca dejaron de darme la estabilidad que tanto necesite en los peores momentos, fingir que nada pasa no es fácil, el dolor no se olvida, no importa que tanto se disfrace con sonrisas y promesas. Nunca podré olvidar que si no fuera por George, probablemente no estaría vivo, porque la única razón de su personalidad desconfiada y su altanería, es mi culpa. Él me protegió con uñas y dientes hasta el último momento, hasta que no fue suficiente intentar ser un héroe todos los días, sin cometer algún pecado. Terminó así por mi culpa, se llenó las manos de sangre, éramos unos niños, pero cargamos con sentencias más grandes que los adultos.

No nos importó que nos señalaran o juzgaran, porque estábamos juntos, no nos importaba ser asesinos, mientras nos tuviéramos el uno al otro. La única razón por la que George soporto todo eso, fue por mí, siempre me sentí tan mal, trate de compensar, trate de amarlo con todas mis fuerzas, lo cuide cuando estuvo enfermo y me ocupe de que comiera todos los días, nunca me aleje de su lado, por más que fuera difícil lidiar con él por su personalidad. Entonces no entiendo porque me vuelvo en un ser invisible cuando Adrián está cerca de nosotros.

Si confieso mis sentimientos ahora mismo realmente quedaría como una horrible persona, en el fondo de mí siempre supe de todo esto, era muy evidente, solo estuve intentando negarlo pero se sintió completamente real cuando las palabras salieron de su boca, de verdad. No puedo evitar sentirme culpable porque a veces siento que lo odio, a veces siento que no podría vivir sin él, porque Adrián es lo más importante que tenemos con George, cuidarlo y protegerlo se convirtió en una necesidad, nunca importo otra cosa, porque sabíamos que su soledad era tan grande como la de nosotros.

Lo que George dijo hoy cambia absolutamente todo, el mundo que yo logre construir a base de ignorancia, se destruyó. Aunque no debería sentirme mal por el hecho de que George ame a otra persona,sé que eso no quiere decir que no me tenga aprecio, y de verdad me gustaría que sea feliz, eso me basta. Siento que su felicidad es más que suficiente, puedo enterrar todo lo que siento, ser el mismo de siempre, sacar a luz la ignorancia y cuidarlos a ambos en silencio.

Ya que lo son todo para mí, y sé que para ellos es lo mismo, todo mi sentir. Siempre hemos sido nosotros tres, quiero pensar que siempre seguiremos siendo los tres, puedo soportar esto y no aferrarme a lo que podría terminar arruinando lo que tenemos.

...

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza, me senté y de inmediato me queje por el peso de mi brazo, tome el celular de la mesa para ver la hora, me desubique al ver que pasaban de las cuatro de la tarde, la última vez que estuve consiente seguía siendo de mañana. No me di cuenta cuando me quede dormido. Suspire sintiéndome un poco inútil, intente levantarme, pero me sentí mareado y volví a caer sobre la cama, espere un momento y volví a levantarme, tomando un suéter que estaba sobre la cama para ponérmelo con dificultar por el yeso.

Entre al baño para lavarme la cara y los dientes, esperando que mejorara mi semblante, pero mi apariencia dejaba mucho que desear, como llore hasta el cansancio mis ojos se ven rojos y cansados, mi rostro parece maltratado, es como si no hubiera dormido en días. Lejos de volverme a dormir, comencé a pensar como distraer mi mente.

Sé que no essano vivir así, pero la ignorancia es la mejor medicina para un asesino, no podemos vivir con remordimientos, con culpas o rencor, porque eso siempre termina en un desastre. La pretensión que dejamos ver en público es un disfraz, como todo lo demás, vivimos como ratas, porque no sabemos vivir de otra forma. Temo que mi teatro se caiga a pedazos tan pronto como vea a George, no voy a llorar más, seguiré las reglas de este lugar, para sobrevivir.

Camine por el pasillo con la intención de bajar por las escaleras al primer piso, hasta que me llegaron al oído voces distantes, risas, entre otras advertencias de que en una de las habitaciones estaban reunidos varios de los chicos. Me acerque con cuidado, encontré la puerta abierta y me asome, encontré a variosviendo la televisión o solo conversando, como si fueran las personas más felices del mundo, sin preocupaciones, sentí envidia. También vi a George, pero antes de darme la vuelta para que no se encontraran nuestras miradas, él me vio y se puso de pie lo más rápido que pudo.

Se acerco e intento de tocarme, pero instintivamente retrocedí un poco, ambos nos sorprendimos por eso, fue completamente inesperado, nunca lo había hecho, me sentí mal cuando pude ver su expresión consternada, por lo que intente sonreírle.

— No deberías estar de pie todavía. – Susurro.

— Estoy bien, no me duele mucho ahora. – Mentí.

— Necesitas tomarte la pastilla. – Su preocupación y su expresión son todo lo que no necesitaba ver en estos momentos.

— No te preocupes más por mí, ya te dije que estoy bien. – Dije un poco más brusco de lo que pretendía en realidad.

— ¿Qué no me preocupe por ti? – Exhalo, pude ver que intentaba entender lo que le estaba diciendo.

— Lo lamento, solo pienso que deberías preocuparte más por, ya sabes Adrián. – Dolió.

— Me preocupo por ambos, ustedes son todo lo que tengo. – Tuve que desviar la mirada, porque mis ojos se volvieron a humedecer.

— Me siento bien, te lo prometo. – Le dije en un intento de parecer yo mismo una vez más.

— Está bien, entonces ven a sentarte. – Sé que está confundido y que se siente inseguro con sus acciones, lo conozco.

— Por cierto, voy a probarte que lo que dijiste hoy es falso, sé que Adrián no tiene nada que ver con todo lo que paso. – Susurre.

— Sé que te molesto lo que dije, lo lamento, estuve pensando por horas en todo eso y tienes razón, es estúpido desconfiar de él.

— Gracias por decir eso.

— Ven a sentarte, aunque te advierto que Darío está peleando desde hace rato de nuevo por el celular.

— ¿Por el mismo problema? – Pregunte sentándome.

— Parece que sí. – Los demás me saludaron, hice lo posible por responder con buen semblante.

— ¿Por qué tengo que buscarte? No eres mi responsabilidad, tienes a una madre viva a la que puedes joder todo el día, no me interesa, realmente voy a terminar asesinándote, eres mi dolor de cabeza personal y un inútil. – Dijo Darío y colgójusto antes de dejar escapar un gruñido.

— ¿Es él de nuevo? – Le pregunte.

— Si, quiere que lo busque, de verdad lo voy a hacer pedazos.

— ¿Por qué tienes que buscarlo? – Le pregunto Benjamín.

— Parece que debe hacerlo un representante.

— ¿Y que hizo esta vez?

— Me dijo que alguien lo golpeo en el instituto, es un inútil, lo juro.

— ¿Y tu m—...?

— No me menciones a esa mujer por favor, no tengo la menor idea de dónde se metió, tengo dos meses sin verla, tal vez esta muerta, esa sería una buena noticia, regreso más tarde. – Se levanto y se fue.

— ¿Por qué Darío odia tanto a su hermano? – Le pregunte a George.

— Porque no es su hermano de sangre, nunca lo has visto, pero cuando lo hagas vas a darte cuenta que no tienen ningún parecido, pero lo que realmente le molesta a Darío es hacerse responsable de él.

— ¿Va al instituto? Entonces sigue siendo un niño.

— Es una rata de biblioteca, es uno de esos chicos que se la pasan todo el día estudiando, los que se hacen odiar en las escuelas. – Dijo Bruno, entonces fue cuando repare en su presencia, estaba muy callado.

— ¿Es de la zona roja?

— Claro que lo es, pero no lo parece, su apariencia es lamentable.

— Ahora tengo curiosidad de conocerlo. – Susurre.

— Tal vez lo traiga, ya veremos.

— Ahora que lo pienso ¿Y Adrián? – Pregunte, tanto Bruno como George se pusieron tensos al escuchar ese nombre. 

Notas finales:

Les agradezco por leer, espero que disfruten esta historia. Preguntas, dudas y sugerencias en los comentarios.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).