-¿¡¡¡¡¡¡ZIM!!!!!!!!?-
El joven de ojos ámbar observo detenidamente a quien tenía frente a él con una expresión impactante en el rostro.
-¡Así es, humano-despreciable! ¡¡YO SOY EL GRAN ZIM!!- Alzo los brazos junto con un rostro lleno de orgullo.
-Am… ¿Qué rayos estás haciendo aquí?- pregunto Dib confundido.
Ante el comentario de este Zim no puedo evitar sonrojarse levemente.
-¡Ha! Este… y-yo… yo… ¡Yo asisto a esta escuela humano!-
-… obviamente Zim…- dijo el chico más alto con un tono sarcástico- a lo que me refiero es, que estabas haciendo en ese árbol…-
-L-lo… que… pasa es… es que…. Am…- el chico de ojos violetas sin duda no tenía ninguna excusa.
Definitivamente no le podía decir que lo había estado espiando. No era la primera vez, desde algunos meses atrás avía empezado con esto, y para ser sinceros no savia exactamente el por qué de su comportamiento. Lo único que sabía es que no podía estar lejos del mono- Dib, de alguna manera se sentía… agradable. Nunca avía sentido algo así, se sentía confundido, exaltado, algo muy extraño dentro de su squeedly-spooch de una forma cálida, pero, ¿porque?.
-¿Qué…? Acaso…- Dib lanzo una mirada acusadora al pequeño- ¡¡ Me estabas espiando!!- más que una pregunta fue una afirmación.
El pequeño de ojos violeta se puso muy nervioso y más sonrojado ante la acusación del mayor.
-¡¡¡¡ P-P-P-POR SUPUESTO QUE NOO DIB- GUSANO!!!!-Sin estaba más rojo que un tomate.
-Humo… entonces, ¡dime!-le lanzo otras de sus miradas acosadoras reprochando-¡¿Por qué estabas ahí arriba espiándome?! ¡¿Heeee?!- le reclamo
Zim definitivamente no tenía respuesta para aquella pregunta por lo que lo hizo ponerse un más nervioso
-Am… ¡¡¡E-EL GRANDIOSO ZIM NO TIENE POR QUE DARTE EXPLICACIONES!!-dijo el pequeño chico desviando la mirada poniendo una cara supuestamente enojada-Y-yo puedo hacer lo que quiera cuando quiera, oíste Dib-gusano, a-además
- …como sea…- el mayor no lo dejo a terminar y comenzó a caminar para retirarse del lugar.
-¡¡He!! Pero… ¡¿A dónde RAYOS VAS APESTOSO-HUMANO?! –Zim renegó por la actitud de este, la cual se le hizo muy extraña viniendo del humano Dib , tal vez … la razón de ello era por lo que avía pasado hace algunos momentos atrás con esa fémina a la que llamaban Zita.
-¿No ves…? Me largo de aquí Zim…- dijo sin mirar atrás con una expresión seria en el rostro.
Zim ante esto no pudo evitar correr hasta Dib, Lo jalo de un brazo lo que provoco que el mayor se volteara involuntariamente entrándose con el rostro de Zim. Dib se sorprendió ante la actitud de este.
-¡Humano asqueroso! ¡¿Como te atreves…?!, ¡¡NADIE DEJA HABLANDO SOLO A ZIM, YO SOY ZIM!! –Dib con un movimiento rápido y seco, se quito la mano de encima junto con una expresión de frustración en el rostro de aquel chico de ojos ámbar.
-estoy hablando en serio Zim déjame solo , no estoy de humor para tus estúpidas cosas…-esas simples palabras impactaron a Zim, jamás lo avía visto de esa manera, tenía una expresión muy peculiar en el rostro, una mirada sin vida, con un tono de voz que le causo escalofríos, la cesación que sintió al momento en el que Dib lo miro le causo una cierta sensación en el pecho, pero no como las otras veces, esa diferente, no podía explicarlo, pero si tuviera que describirlo diría que es como un dolor en su pecho muy adentro.
Después de esto Dib prosiguió su camino dejando dolo al pequeño irken.
Pasaron un par de días, y todo marchaba normal… bueno, casi.
Durante los últimos días Zim y Dib no avían hablado desde su ‘’conversación’’ cerca de aquel árbol de almendro, y eso de alguna manera le disgustaba a Zim. A demás que notaba algo muy extraño en Dib, más de lo habitual.
Se comportaba de una manera nada común, nunca hablaba, a presar de que es muy inteligente últimamente sacaba notas muy bajas, siempre se le miraba con una cara seria in expresiva en el rostro, y lo más extraño era que a la hora del almuerzo nunca se le veía, sin olvidar que ni una sola vez se avía infiltrado en su base para tomarle fotografías en su apariencia irken o para darle uno de sus típicos sermones sobre cómo le revelaría al mundo que es un extraterrestre, que el tenia la razón y bla bla bla…
Llego la hora del almuerzo y como era de esperarse, Dib salió rápido del salón de clases, Zim decidió seguirlo para averiguar que tramaba aquel chico de la cabezota, pero era muy difícil seguirle el paso ya que si se descuidaba podría ser arrastrado por la multitud de mastodontes que había entre los pasillos repleto de adolecentes hambrientos, además que con su tamaño a comparación de los demás no le daba mucha ventaja.
Lo siguió hasta un lugar al que llamaban biblioteca, era grande y peculiar, los humanos casi no iban ahí a la hora del almuerzo, es más, no iban por voluntad propia, a la mayoría no les interesaba mucho la literatura, pero para un excéntrico chico amante de lo paranormal como Dib, era de esperarse .
-este patético lugar es enorme…- dijo Zim pensando en voz alta mientras buscaba por los largos y solitarios pasillos observando detalladamente.
Y ahí estaba, parado en un estante enorme de libros y un letrero que decía ‘’misterio’’, a pesar de que se comportaba extraño eso lo le quitaba su obsesión con los misterios y las cosas paranormales.
Zim al notar la presencia de este, se escondió detrás de uno de los enormes estantes y lo miro detenidamente. Dib tomo un libro de la variedad de libros que avía y tomo asiendo en el lugar que le pareció más cómodo.
Por unos momentos todo estuvo tranquilo, pero después Zim noto qué por los ojos de Dib salían unas cosas pequeñas y cristalinas salían de los ojos de Dib y caían por sus mejillas. Zim lo miro extraño con una expresión de preocupada en el rostro. Zim volvió a sentir un dolor en el pecho, sentía tantas cosas al ver a Dib, jamás en su vida se había sentido de esta manera, pero ese chico cabezón le provocaba tantas y nuevas sensaciones, pero al mismo tiempo lo frustraba al no saber lo que es.
Salió de su escondite y sin pensarlo Zim se dirigió hacia el lugar donde se encontraba el solitario chico.
Lo toco dudoso por el hombro, a lo que Dib se sorprendió y volteo por reflejo, encontrándose con lo menos inesperado. Dib lo miro detenidamente con los ojos llorosos y con esas cosas cristalinas en los ojos que acompañaban ese color que se comparaba con la miel, Zim por su parte volvió a sentir ese dolor de hace unos instantes pero se presento de una manera más fuerte.
-Humano-Dib…- Dijo Zim por la peculiar expresión que se encontraba en la cara de aquel chico, nunca se imagino ver de esa forma a Dib
-Zim… que haces aquí… -
-Humano Dib, que son esas cosas… - señalo a las lágrimas que caían de sus ojos y algunas que se encantaban en ellos.
-E-eso no te incumbe Zim…-dijo un poco avergonzado
El de los ojos violeta tomo asiento al lado del extravagante chico, a lo que este lo hizo que se sorprendiera.
-vamos… tal vez… el grandioso Zim te…pueda ayudar…-Dib se impresiono por la insistencia del pequeño alíen.
-S-si... tanto insistes… es por… Zita …- dijo con una mirada triste. Zim no le gusto oír eso.
- ¡¡ESA HUMANA APESTOSA!! DEFINITIVAMENTE SE LAS VERA CON EL GRANDIOSO ZIM ¡¡YO SOY ZIM!! - dijo exaltado. Pero su actitud dejo impactado al joven chico amante de lo paranormal.
-Zim… porque te importa…- le miro confundido
Bufo el menor-Sinceramente no se que le ven a esa despreciable humana… cuando todos la ven se quedan como idiotas… incluso tu…- dijo ruborizado y un poco disgustado- y... y no sé por qué… pero, n-no me agrada…- desvió la mirada y estaba más rojo que un tomate.-¡¡ADEMAS ESA HUMANA NO MERECE QUE TE PONGAS ASI POR ELLA ENTENDES!!-
-Zim…- lo miro mas sorprendido que nunca al ver la preocupa con del chico verde- pero porque me dices eso… -
Ante esas palabras Zim no supo que contestar- Y-yo… no lo sé… l-lo único que sé es que… al verte de esa manera... m-me dieron ganas de… hacer algo, de… de protegerte humano-apestoso… y... no sé porque…- seguía con el tono rojizo en su cara…- n-no, quiero ver al humano cabezón de esa manera de nuevo… por nadie ni por nada…-
Dib le dedico una sonrisa dulce y calmada – gracias, Zim… ¡y no estoy cabezón!- al ver la cara de Dib, Zim volvió a sentir algo dentro de el, le gustaba ver esa cara…
-S-si… em… como sea… n-no es para tanto...-dijo con orgullo y satisfacción- y dime humano porque tenías esas cosas en los ojos-
-se llaman lagrimas Zim, y es lo que pasa cuando estas triste-
-… y estabas triste por esa fémina…-dijo disgustado
-si…-
-Entiendo, es por eso que estabas extraño estos últimos días ¿cierto?-
-Si… – asintió el mayor con un tono triste.
- no quería que nadie me viera de esa manera… y por eso vine aquí, pensé que si me distraía un rato, ya no pensaría en Zita… pero al parecer no funciono…- Zim frunció el ceño. Cada vez que Zim hablaba de Zita se le revolvía el estomago y hacia que la despreciara mas- y… por qué no querías que nadie te vieran de esa manera…-
-porque… todo se burlarían de mi…-
-yo… yo no lo haría….-
Ante estas simples palabras ambos se miraron y se dedicaron mutuamente una sonrisa angelical llena de dulzura.
-Humano cabezón… por que no le comentaste a otro terrícola acerca de cómo te sentías…-
-¡Que no estoy cabezón! y no se lo dije a nadie porque… no hay nadie que esté a junto a mí para decirlo… mi padre nunca está en casa, y si se lo digo a Gaz seguro que me goleará… además no tengo ningún amigo… es por eso…- el chico más alto bajo la cabeza con nostalgia. Zim al verlo de esa manera, tan solo y tan indefenso, solo quería protegerlo aun más.
-si… si quieres… yo puedo estar junto a ti…- el pequeño de ojos lila lo miro decidido con un tono purpura en sus mejillas.
-si… si quiero Zim, gracias-
De nuevo se miraron mutuamente acompañados de esas sonrisas tiernamente cariñosas. Y fue de esa manera en la que Zim ofreció quedarse al lado de Dib para protegerlo…
CONTINUARA...