Capítulo 2: Por fin te encuentro
Misaki junto a Chiaki y Shinobu crecieron siendo unos niños buenos y amables. Fue imposible quitarle el mal genio a Shinobu, pero con el paso de los años se fue haciendo mucho más unido a sus compañeros y desde luego, trataba a las demás personas de manera más cálida. En cambio Chiaki, no había mucha diferencia, seguía siendo el mismo niño inmaduro e inocente que era hace 6 años. Y qué decir de Misaki, en sus 15 años de vida había crecido como el mejor de los hijos, desde su llegada había iluminado los corazones de todos como nadie nunca había hecho.
Ahora que ya era mayor ayudaba a sus padres con el orfanato, hacía los quehaceres del hogar, como por ejemplo cocinar -lo cual por cierto hacía muy bien- y también ayudaba con la limpieza -no era fácil limpiar una casa tan grande y mucho menos con tantos niños- sin embargo a él le hacía feliz ayudarlos con la mayor pequeñez, con tal de ver el orfanato en el que había crecido, en buen estado.
Actualmente adoptaban niños más seguido, había disminuido el número de niños en el orfanato, hoy día solo tenían a 12 niños a su cuidado (contando a Misaki, Chiaki y Shinobu). Pero no importaba mientras no los separaran a ellos tres, todo estaba bien. Ellos eran felices conociendo a los niños que llegaban y si los adoptaban significaba que ese era su destino para ser (o no) felices, tal vez encontrarían una familia que los amaran e incluso podrían encontrar el otro extremo de su hilo rojo.
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- Misa-chan! Vamos a jugar! – aquellas voces pertenecían a las pequeñas gemelas Hikari y Haruhi (6 años, pelo rubio y ojos dorados). Hablaron al unísono como regularmente lo hacían, parecía como si estuvieran sincronizadas.
- Okay, ahora voy – Misaki se encontraba sentado a lado de su árbol favorito, hasta hace unos minutos se encontraba leyendo un libro pero ahora simplemente se dedicaba a observar el cielo.
- Vamos! Rápido, rápido- dijeron esto y cada una agarro un brazo del ojiverde para jalarlo hasta el centro del jardín donde se encontraban todos listos para jugar.
- Misaki! – ese era Chiaki, que al ver que el mayor se acercaba levanto ambos brazos en señal de saludo.
- Y bueno… a que vamos a jugar? – pregunto Misaki cuando llego con el resto de los niños.
- ¡A las escondidas! – soltaron Kou y Shouta gritando al mismo tiempo.
- De acuerdo – prosiguió el castaño – entonces, yo cuento.
- HAI! – gritaron todos los demás, amaban que Misaki contara.
- Ya voy a comenzar! – dicho esto enterró su cabeza en su antebrazo, el cual estaba recargado en el tronco de un árbol, y comenzó a contar – 1!... 2!... 3!... – escuchaba las risas y voces de los más pequeños por todo el jardín – 4!... 5!... 6!... – pero en particular escuchaba 2 voces que se encontraban muy cerca – 7!... 8!... 9!... ¡10! – despego su rostro del árbol y se dispuso a buscar a los dos más cercanos.
Dio unos cuantos pasos para poder llegar hasta una gran roca lo suficientemente grande como para ocultar a dos niños.
- Shhh…aquí viene – se escuchó un voz susurrando.
Se acercó lo suficiente como para ver por encima de la piedra y… - ¡Los Encontré! – sentaos en el pasto se encontraban Kou y Shouta tomados de las manos.
- Ves! Te dije que guardaras silencio – dijo Shouta dando un leve empujón al otro.
- Pero, Shouta-san! – replico el otro. Yukina Kou un niño d 8 años, cabello y ojos color miel, un niño muy lindo y amable que, a pesar de su corta edad, parece un príncipe de cuentos. Kisa Shouta un pequeño de pelo negro y ojos oscuros que, para tener 10 años, se ve muchos más joven que Kou. Esos dos siempre estaban juntos y parece que nunca va a cambiar.
Misaki seguido de Kisa y Yukina, continuaron buscando por el jardín , caminaron unos segundos más, hasta que el mayor divisó una sombra detrás de un árbol, se acercaron un poco y…- Te encontramos Chiaki! – el tronco del árbol en el que se encontraba escondido, no era muy grueso por lo que el cuerpo del ojiazul no quedaba completamente escondido.
- Ahhh! Eso no es justo! – con su tono infantil.
- Si lo es – contestó Misaki burlonamente.
Así siguieron un rato más buscando y encontrando niños. Encontraron a las gemelas Hikari y Haruhi corriendo tratando de cambiar su lugar de escondite, pero las pillaron y no tuvieron tiempo. Luego encontraron a la más pequeña, Yun (5 años) debajo de una mesa que adornaba el jardín, era una niña muy linda, tenía el pelo color negro azulado y sus ojos eran de un color morado, tenía el pelo corto que siempre recogía con 2 coletas y moños. Después de Yun le siguieron Mino y Yuu, los encontraron casi en el mismo lugar , ya que, primero encontraron a Yuu, (un niño de ojos color rubí y cabello castaño claro) detrás de un muro, pero en ese mismo lugar atravesaba otro muro, el cual, se encontraba Kanade con su característica sonrisa y su pelo café, por alguna razón siempre tenía sus ojos cerrados, nadie sabía porque, simplemente no los mostraba. Seguidos de ellos encontraron a Kaoruko y a Yuki que estaban entre unas plantas cerca del estanque. Kaoruko una niña muy seria de 9 años, con cabello muy lacio y negro, y sus ojos también negros; en cambio Yuki también tenía 9 años, pero su pelo era color plata y sus ojos tenían un tono celeste. El último que faltaba era Shinobu.
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- SHINOBU!!!
-SHINOBU-KUN!!!
-SHINOBU! Sal ya de donde quiera que estés! – todos gritaban buscando a Shinobu. Ya llevaban más de 15 minutos buscando al ojigris por todos lados pero, nada. Fue entonces que la pequeña Yun fijo su vista hacia arriba.
- Misa-chan! Misa-chan! Arriba – llamo la niña a su mayor apuntando hacia arriba. Allí en la rama de un árbol se encontraba Shinobu sentado con una expresión en su rostro de que se había cansado de esperar. El árbol era muy frondoso, tal vez esa era la causa de no haberlo visto antes..
- Te encontramos – suspiró cansado – Pero, como subiste ahí? – dicho esto el ojigris tomó impulso y de un salto bajó del árbol, cayendo de pie justo a un lado de Misaki.
- Subiendo – contesto Shinobu ante la pregunta del ojiverde. Pudo haber jurado que vio una gotita estilo anime cayendo de la cabeza de Misaki.
- Misaki! Ven aquí un segundo – era la voz de Aoi que lo llamaba desde adentro de la casa. Su voz sonaba diferente.
- Ya voy!... Chiaki te toca contar – a Chiaki no le gustaba contar.
- Ahhh!? Pero porque yo!? – después de su pequeña discusión Misaki se dirigió junto a su madre.
Entro en la casa, al parecer sus padres se encontraban en la oficina donde arreglaban los papeles de adopción, y si mal no lo recordaba hace unas horas había entrado un hombre junto a sus padres, tal vez querría adoptar a alguien. Pero…¿Para qué lo querían a él?
Tocó la puerta de la oficina y después de oír “pase”, abrió la puerta y entro al cuarto. Ahí se encontraban Aoi y Shirogane sentados enfrente del hombre que había visto entrar hace escasas horas.
- Misaki te presento al señor Akatsuka Ryu – hablo su padre con un nudo en la garganta – él es… - se paró en seco por lo que estaba a punto de decir – él es tu verdadero padre.
Misaki abrió los ojos sorprendido ¿Había escuchado bien? ¿Su verdadero padre?
- Misaki... al fin te encuentro! – el hombre que estaba sentado inmediatamente se puso de pie y abrazo a Misaki protectoramente.
Pero Misaki no pudo corresponder a ese abrazo, ya que, sintió como las lágrimas se acumulaban en sus ojos y su cabeza se llenaba de pensamientos y dudas…
Muchas dudas…