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Amor en el tiempo por Misaki Heartfilia

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Notas del capitulo:

Misa: hola, sé que ha pasado más de un mes, pero como algunos saben, tuve varios problemas familiares, e inclusive, estuve al borde de una pequeña depre u.u pero ya estoy mejor.

Este capi, contiene cosas muy importantes para el fanfic a futuro, así que, presten atención.

Por cierto, muchas gracias por las casi 20.000 leídas y por los más de 150 review. Me tienen muy feliz. Y también, muchas gracias por acompañarme este año 2014 que ya se nos va, a pesar de que soy bastante irregular en las actualizaciones, me alegra que todavía me sigan ^^

Ya no molesto más y les dejo leer ¡Que tengan un feliz año nuevo!

Capítulo 10: Encuentros.

 

 

El sábado, se presentó con un oscuro día nublado. Pero eso no importaba ni para Hinata ni para su hermana Hanabi, ya que aquel día debían ir al aeropuerto a buscar a su familiar el cual, hacía más de tres años que no veían. Ambas se pusieron muy contentas cuando recibieron ese mail diciéndoles que regresaba el sábado. Por eso se encontraban ahí, mirando a los pasajeros del vuelo de las 10:30 am que venía directo desde Kumogakure con destino a Konoha a ver a qué hora lo divisaban.

 

Ambas esbozaron una sonrisa en cuanto lo vieron caminar hacia ellas con sus maletas mientras las dos, no dudaron en salir corriendo en su dirección y gritando:

 

— ¡Neji nii-san! —gritaron al unísono mientras Neji, un castaño de largo cabello y ojos perla, dejaba sus maletas para extender sus brazos y recibirlas en un fuerte y cálido abrazo.

—No saben cuánto las extrañe primitas.

—Y nosotras también —dijo Hinata mirándole con una sonrisa.

—Están muy grandes las dos ¿dónde quedaron aquellas niñitas que podía cargar sin problemas?

—En el pasado —contestó Hanabi, quien era de cabello corto castaño y ojos perla.

—Ya me di cuenta —dijo Neji con una sonrisa y soltando a ambas chicas—. Ahora, será mejor que nos apuremos en encontrar un taxi porque me muero de cansancio.

—No hace falta, nos trajo nuestro chofer y nos está esperando allá afuera —dijo Hinata.

— ¿En serio? —ambas asintieron— Genial. Pues entonces, vamos.

 

Los tres fueron hacia el auto y en el camino hacia la mansión Hyuga, Neji no paraba de pensar en cierto rubio que le había robado el corazón y el aliento hace tres años; Naruto Namikaze. En aquel entonces, había recibido una oferta para trabajar en un bufete de abogados muy reconocido y bueno en Kumogakure, al cual, siempre había querido pertenecer y eso había sido justo cuando su relación con Naruto, iba por buen camino. Bueno, ellos sólo tenían una relación de amistad, pero él estaba seguro de que si se hubiera quedado y le hubiera pedido que fueran novios, Naruto habría aceptado y que actualmente lo más probable era que estuvieran casados y con hijos. Hijos de ambos eso sí, ya que sabía que Naruto tenía un hijo de una relación que tuvo cuando era joven y que el desgraciado sólo había jugado con él. Apretó los puños con fuerza al pensar en lo mal que lo habría pasado su adorado Naruto. Como le gustaría tener al maldito delante para darle su merecido. Ese tipo no se merecía el privilegio de tener un hijo con Naruto.

Suspiró con pesadez. Muchas veces se preguntó cómo sería el hijo de Naruto. Si en el hipotético caso de que él hubiera llegado a tener algo con Naruto, también se preguntaba si tendría una buena relación con él; a quién se parecería, si a Naruto o a su padre varón. Esa y varias incógnitas le azotaron la cabeza durante mucho tiempo. Ahora esperaba poder descubrirlas.

 

—Neji nii-san ya llegamos —le dijo Hinata cuando el auto se detuvo a esperar que las puertas del gran portón de la entrada se abrieran.

—Vaya, siento como si no hubiera venido aquí en siglos —comentó con algo de entusiasmo.

—Es una casa muy grande para nosotras dos y eso nos hace sentir muy solas ya que nuestro padre no está casi nunca pero ahora que estarás tú, eso ya no será así —Hinata le sonrió con alegría.

—Claro que no. Regresé para quedarme y ver si puedo recuperar lo que dejé ir —le dijo Neji.

— ¿Te refieres a aquel doncel del que te enamoraste hace tiempo? —le preguntó Hinata justo en el momento en el que el auto comenzaba a avanzar para detenerse frente a la puerta de la mansión.

—Sí. Espero y todavía tenga oportunidad.

—Estoy segura de que sí.

—Ánimo Neji nii-san —le animó Hanabi.

—Gracias. Y será mejor que nos bajemos del auto —las instó Neji.

—Sí, vamos, que adentro te espera un gran desayuno.

 

 

Hiroshi bostezó con pesadez cuando terminó de tender su cama. Desde pequeño había aprendido de su ojii-san a hacerla y a ordenarla él solito. Si dependiera de su obaa-chan, su cama quedaría toda mal hecha. Por eso prefería hacerla él.

 

—Hiroshi —Naruto entró sin siquiera tocar la puerta.

— ¡Oto-chan! —Reclamó— Al menos toca la puerta antes de entrar, podría estarme cambiando y tú llegas y entras.

—No veo cual es el problema. Ya te he visto. Te cambié los pañales varias veces cuando eras bebé, además, de que ambos somos donceles. No te pongas quisquilloso.

—Está bien —refunfuñó y se cruzó de brazos.

—Yo me voy a la tienda ahora y tú te vienes conmigo. Necesitas ropa.

— ¿Qué? No, claro que no. Además, no me gusta la ropa que tiene tu tienda.

—En Rasengan tenemos ropa de calidad y normal, no la ropa rara que te gusta usar.

—No es rara y me gusta vestir así. Estoy lo bastante grande como para decidir cómo vestirme ¿no te parece? —Hiroshi vio cómo su oto-chan fruncía el ceño. Conocía esa expresión; lo había hecho enojar.

—Sólo quiero que te vistas como un doncel normal y no quiero que me discutas. Me obedeces porque sí. Sin réplicas.

—Pero...

— ¡Dije sin réplicas! Y nos vamos ahora.

 

Naruto salió del cuarto y Hiroshi le siguió. Era mejor obedecer. Si su oba-chan era terrible furiosa, su oto-chan lo era mucho más. Así que no le quedó de otra más que seguirle al auto e irse con él.

20 minutos después, Naruto estacionaba el auto en el estacionamiento del local y ambos se bajaron dirigiéndose hacia el recinto. Al entrar, los dos empleados del local los recibieron con una sonrisa.

 

—Jefe, bienvenido —le saludó una joven de cabello largo rojizo. Su nombre era Karui.

—Le estábamos esperando —dijo un joven de cabello blanco. Su nombre era Omoi.

—Qué bien. Espero y tengan todo listo —dijo Naruto.

—Claro.

 

Los dos chicos dirigieron a Naruto y a Hiroshi hacia un montón de ropa, lo que le indicaba a Hiroshi, que tendría que ponerse todo eso.

 

—Yo no me voy a poner todo esto —dijo mientras agarraba y veía una camiseta verde.

—Lo harás —Naruto juntó un pantalón color pastel, una polera roja con motivos blancos y unas zapatillas blancas.

—No.

—Sin réplicas —Naruto le entregó la ropa y Hiroshi a regañadientes, la recibió y entró en un vestidor.

 

Tras una hora, entre prueba y prueba de ropa, Naruto terminó por rendirse y le dijo que escogiera lo que quisiera a lo que Hiroshi, eligió varias prendas que eran más o menos de su estilo. La verdad, nunca pensó que algún día la tienda de su oto-chan tendría algo que le gustara.

Después de que Omoi y Karui les guardaran en una bolsa lo elegido por Hiroshi, los dos donceles se despidieron y salieron del recinto para ir al auto y guardar las bolsas en la parte trasera.

 

—Tengo hambre —se quejó Naruto— ¿Quieres comer en alguna parte? —le preguntó a Hiroshi.

—Sí. Y ya sé dónde —respondió y guio a Naruto hacia el lugar.

 

La verdad, era que ir a Bijuu's Burger un sábado al mediodía, no era una buena idea. Primero, por la larga fila para hacer el pedido; segundo, por los niños chiquitos que corrían de allá para acá gritando y que ya le estaban crispando los nervios a Naruto; y tercero, que se podría decir a simple vista que no había ninguna mesa desocupada.

 

—Está lleno así que nos vamos a otro lugar —declaró Naruto.

—Pero yo quiero comer las hamburguesas de aquí. Si quieres, yo hago la fila y tú buscas una mesa —suplicó Hiroshi.

— ¿Estás loco? No creo poder aguantar un segundo más aquí.

—Pero...

—Pero nada —le interrumpió Naruto—. Nos vamos a un restaurante.

 

10 minutos después, ambos entraban en un restaurante modesto de ésos a los cuales va la familia en un típico sábado de paseo familiar.

Para alivio de Naruto, no tardaron en atenderlos y mucho menos en traer la orden. Después de un gran almuerzo, los dos siguieron visitando más tiendas y comprando cosas que según ellos, eran "necesarias".

Ya finalizado el día, decidieron volver a casa, pero no sin antes comprar el helado de chocolate con menta, que tanto adoraba Hiroshi. La verdad, era que a veces Naruto sentía que lo consentía demasiado en ese aspecto, o ¿tal vez no? Bueno, si él podía darle esos gustos —y claro que podía— lo hacía y ya para eso trabajaba, para que a su hijo nunca le faltase nada y recibiera una buena educación como la que otorgaba el Konoha High School y que él sabía era excelente por experiencia propia.

—Procura no ensuciar —le dijo Naruto a Hiroshi cuando se subieron al auto.

—Tendré cuidado —Hiroshi le sonrió y regresó su vista a su helado. Naruto encendió el auto y partieron de vuelta a la casa.

 

 

Neji se alegró mucho al recordar a la perfección la dirección de la casa de Naruto. Ahora solo esperaba poder encontrarlo y que éste no se haya mudado a otro lugar o estaba perdido.

Tocó el timbre y esperó pacientemente a que le abrieran. No tardaron mucho en hacerlo, ya que la puerta se abrió mostrando la cabellera roja de una mujer, mujer, la cual si Neji no mal recordaba había visto en una ocasión, era la mamá de Naruto; Kushina Uzumaki.

— ¿Sí? —le dijo la mujer al verlo.

—Disculpe. Me presento, soy Neji Hyuga. Ya nos habíamos visto una vez. Yo solía salir con su hijo hace tiempo.

—Neji Hyuga —repitió la mujer tratando de recordar— ¿Tú eras el que salía con mi hijo hace tres años y que se fue al extranjero?

—Sí, ese mismo, señora.

—Vaya, ¿y qué te trae por aquí?

—Pues, he regresado y quise visitar a Naruto para saludarlo —sonrió.

— ¿Viniste a eso o a saber si todavía tenías oportunidad con mi hijo? —Kushina arqueó una ceja.

—Bueno pues —Neji se puso claramente nervioso—… también. Honestamente, yo no he podido olvidar a Naruto y pienso luchar esta vez por él si todavía puedo —confesó.

—Mmm —Kushina meditó un poco—… me gusta tu honestidad. Me caíste bien. Pasa. Naruto salió con su hijo de compras y todavía no llegan así que puedes esperarlo adentro —Kushina abre más la puerta e invita a Neji a entrar.

—Gracias —Neji entra y Kushina después de cerrar la puerta, lo invita al living a sentarse—. Toma asiento ¿quieres un té, un café o un jugo?

—Un té estaría bien si no es mucha molestia —se sienta en un sofá de tres.

—No, para nada. Ya lo traigo —Kushina se retiró a la cocina y en menos de 5 minutos ya traía un té, tanto para Neji como para ella—. Aquí tienes —se lo entrega.

—Gracias —Neji lo recibe.

—Entonces dime —Kushina se sienta en el mismo sofá de Neji, solo que un poco más allá— ¿te volviste por mi hijo?

—Bueno, esa fue una de las razones, esa y que además extrañaba a mis primas.

—Ya veo, pues, estás de suerte, porque Naruto sigue igual de soltero que siempre. Como me gustaría que encontrara un buen hombre que lo quiera de verdad, no como el bastardo del padre de mi nieto.

—Kushina-san, disculpe el atrevimiento, pero ¿usted conoció al padre del hijo de Naruto?

—No, ni siquiera sé su nombre. Su relación con Naruto no duró mucho —Kushina arrugó el entrecejo—. Se apresuraron demasiado. Recuerdo, que Naruto estaba muy entusiasmado en aquel entonces y que sólo me mencionó que se había hecho novio del chico que le gustaba, pero un par de semanas después, nos salió con que esperaba un hijo y que el muy desgraciado lo había despreciado por eso y ya después no volvimos a tocar el tema.

—Y su hijo ¿lo sabe?

—Hiroshi cuando era más pequeño, solía preguntar mucho por su padre varón al darse cuenta de que no tenía, pero nosotros siempre le evadíamos el tema. No fue sino hasta hace un año que Naruto le dijo la verdad, o bueno, parte de ella —se encogió de hombros—. Seguramente algún día se la dirá completa —le dio un sorbo a su té.

—Me encantaría poder conocer al hijo de Naruto —expresó Neji.

—De antemano, te advierto que es un doncel muy complicado, pero es un buen chico —Kushina sonrió.

Tras unos minutos de charla en la cual ambos se habían caído bien, escucharon la puerta del garaje abrirse y el sonido de un auto entrando, lo que indicaba que Naruto y Hiroshi habían llegado.

No tardaron mucho en abrir la puerta y entrar con las manos llenas de bolsas.

— ¡Mamá, ya llegamos! —gritó Naruto cerrando la puerta tras de sí con el pie.

—Bienvenidos —apareció Kushina—. Oh, Naruto, llegas en buen momento ya que tienes visitas.

— ¿Quién? —preguntó curioso, ya que él nunca recibía visitas.

—Ve a ver.

Naruto dejó las bolsas en el suelo y fue ver quien era no pudiendo creerlo cuando lo vio.

— ¿Neji?

—Sí, soy yo. Hola Naruto.

—Hola, bueno yo… la verdad, no te esperaba.

—Lo sé, pero quería darte una sorpresa.

— ¿Vienes de paso?

—No, volví definitivamente y esta vez no me iré.

Naruto sonrió. Estaba feliz de que un gran amigo como Neji haya vuelto, porque a pesar de que los dos habían tenido un buen prospecto de futuro, Naruto sólo lo había visto como un amigo y una persona capaz de ser una buena pareja, pero nunca lo había visto como algo en el plano sentimental, ya que él se veía incapaz de volverse a enamorar, de poder amar a alguien como había amado a Sasuke. Maldición, el maldito le salía hasta en la sopa ¿Por qué había tenido que pensar en él en esos momentos? El maldito siempre estaba ahí, podía no estarlo físicamente, pero… siempre estaba en su mente y pensamientos.

—Ah, Neji-san —la voz de su madre sacó a Naruto de sus pensamientos—. Te presento a Hiroshi, mi nieto —dijo Kushina a la vez que acercaba a Hiroshi hacia Neji.

—Mucho gusto. Eres un doncel tan lindo como tu padre.

—Él es Neji Hyuga, un amigo de Naruto que vino a visitarlo —dijo Kushina.

— ¿Es cierto oto-chan? —le preguntó por si acaso.

—Eh, sí.

—Bueno, yo iré a preparar la cena. Neji-san ¿te quedas a cenar? —preguntó Kushina.

—Eh, no gracias yo…

—Tonterías —Kushina hizo un ademán con la mano restándole importancia—. Te quedas y te aseguro que no te arrepentirás de haberlo hecho. Además, así aprovechan de charlar más ustedes dos —habla refiriéndose a Neji y Naruto—. Hiroshi ¿Por qué no llevas tus cosas arriba? —mira a su nieto con cara de “déjalos solos”.

—Sí, eso haré. Con permiso —va a la entrada a buscar sus bolsas y las lleva arriba.

—Pueden ponerse cómodos, yo avisaré cuando tenga la cena lista —Kushina se retira rápidamente hacia la cocina.

—Disculpa si mi mamá se comporta media rara —dijo Naruto mientras se sentaba en un sofá individual y Neji volvía a sentarse en el mismo lugar de antes.

—A mí no me pareció rara, más bien, simpática.

— ¿En serio?

—Sí.

—Bueno y entonces ¿Qué tal es Kumogakure?

—Es muy ajetreado y…

Ambos siguieron charlando hasta que Kushina los llamó para cenar. Ahí, Naruto notó que su madre parecía muy entusiasmada con que Neji y él salieran a alguna parte, mientras que con Hiroshi, parecía ser todo lo contrario ya que tenía una cara de fastidio que no se la quitaba nadie.

— ¿Puedo retirarme ya? —preguntó Hiroshi cuando terminó de comer.

—Cómo te vas a retirar, tenemos visitas —le dijo Kushina y siguió hablando amenamente con Neji.

—Está bien —dijo Hiroshi.

—Retírate si quieres —le dijo Naruto y Kushina le miró frunciendo el ceño—. No creo que tenga nada más que hacer aquí —se excusó.

—Bueno, puedes irte —permitió Kushina resignada.

—Gracias por la comida —agradeció Hiroshi y se levantó de la mesa para subir las escaleras e irse a su cuarto.

—Este niño. Espero que lo disculpes Neji-san —pidió Kushina.

—No se preocupe, no hay problema —le dijo Neji con una sonrisa conciliadora—. Por cierto, su comida es una exquisitez.

—Oh, no es para tanto. Vas a hacer que me sonroje.

—Pero sí sólo digo la verdad.

 

Naruto suspiró. Estaba seguro de que su mamá hacía todo eso para que él saliera con Neji. Ya había perdido la cuenta de todas las veces que su madre trató de emparejarlo y ésta era otra de esas veces. Ya qué podía hacer.

Una hora después, Neji se despedía de su mamá mientras que él lo acompañaba a la puerta y aprovechaban de intercambiar números.

 

—Entonces estamos en contacto —le dijo Neji.

—Sí.

—Eh, Naruto yo... bueno, quería saber si te gustaría ir a cenar conmigo el próximo sábado —preguntó Neji algo nervioso.

—Sí, por qué no.

—Bueno, nos vemos —salió de la casa.

—Adiós —Naruto cerró la puerta y alcanzó a divisar una cabeza roja que se escondía—. Mamá, ya te vi y te pediría que por favor no te metas en esto.

—Pero... —quiso replicar Kushina.

—Pero nada —le cortó Naruto y subió las escaleras.

 

 

 

Sasuke iba entrando en un local de esos en el que la gente se junta a compartir y a beber.

En la tarde, su amigo Suigetsu le había llamado para que se juntaran ese día en la noche en un local llamado Sharingan a eso de las 10 de la noche. Honestamente, Sasuke no tenía ganas de salir, pero pensó en que le sentaría bien salir a otro lugar que no fuera el instituto, además, de que Suigetsu no lo dejaría en paz hasta que aceptase ir.

Un poco más allá, vio a su amigo que le hacía señas para que fuera, notando ya más de cerca que éste no se encontraba solo sino que eran... justo uno de ellos se volteó hacia él para levantarse de inmediato y correr en su dirección diciendo:

 

— ¡Sasuke! —gritó una chica pelirroja a la vez que se abalanzaba hacia él para abrazarlo.

—Karin —le habló sonriendo. Su amiga solía ser algo loca siempre, pero él le había tomado mucha estima y claro, la había extrañado mucho.

Karin deshizo el abrazo y lo cogió de una mano para llevarlo a la mesa en donde estaban los demás.

—Tú no te aguantas ¿verdad Karin? —le dijo Suigetsu.

—Cállate Suigetsu, además, ¿Qué querías que hiciera? Hace mucho que no veo a Sasuke y me emocionó verlo —contestó Karin para después sacarle la lengua a Suigetsu en un gesto infantil.

—Ellos no cambian —le dijo Juugo, el otro miembro del grupo quien era de cabello naranjo y ojos marrones cuando Sasuke se sentó al lado suyo.

—Ya veo que no. Ellos siempre se llevaron así. Si no cambiaron en esos años de universidad, dudaba que lo hicieran ahora —dijo Sasuke mientras veía a los otros dos discutir.

—Pero bueno ¿Qué sería de Taka sin esos dos peleando a cada momento? —Juugo le sonrió en un gesto cómplice a Sasuke y éste hizo lo mismo.

—Oigan —Sasuke llamó la atención de Suigetsu y Karin quienes pararon su pelea y le voltearon a ver—, no vine aquí solo para verlos pelear como lo solían hacer siempre.

—Tienes razón Sasuke —Karin acercó su silla muy cerca de Sasuke—. Hoy nos juntamos para celebrar tu regreso y el hecho de que Taka esté reunido de nuevo completamente. ¡Pidamos unas cervezas para celebrar! —chilló eso último.

—Así se habla. ¡Ey mesero!, ¡Cuatro cervezas grandes acá! —le gritó Suigetsu a un camarero.

 

Una hora más tarde, ya todos llevaban varios tragos encima, pero aun así, se mantenían de lo más bien. Habían hablado de muchas cosas y claro, el que más había tenido que responder preguntas era Sasuke, ya que él era el que tenía más que contar.

— ¿Y qué tal todo con tus clases? —le preguntó Juugo.

—Bien, los chicos no dan mucho problema —contestó como si nada.

—No sé qué clase de chicos tengas, porque a mí me tocan puros mocosos insolentes —dijo Karin para después darle un gran sorbo a su cerveza. Ella también era profesora, pero de inglés y en una de esas fue que conoció a Sasuke y se llevaron tan bien ya que ambos estudiaban pedagogía.

—Jajajaja, es que tú los sacarás de sus casillas Karin —dijo Suigetsu con burla—, con ese humor de mierda que te cargas.

—A ti nadie te preguntó idiota —le jaló el cabello.

—Por cierto ¿en dónde estás trabajando? —preguntó Juugo.

—En el Konoha High School.

— ¿En esa escuela para riquillos? Te compadezco —dijo Karin.

—Aunque no lo crean, la gente es bastante agradable, tanto los maestros como el alumnado —respondió Sasuke.

—Mmm… ¿Y pagan bien? —preguntó Karin.

—Sí, bueno, bastante bien la verdad.

—Yo no sé si podría trabajar enseñándole a un montón de niños presuntuosos.

—Eso lo dices, porque ahora no tienes trabajo, pero estoy seguro de que si te ofrecieran un trabajo, lo aceptarías de inmediato —le aseguró Suigetsu.

—Si puedo trabajar al lado de Sasuke, sí —la pelirroja sonrió para sí misma.

—Todavía sigues con eso. Yo que tú me rindo, además, Sasuke me dijo que hay alguien que ya tiene ocupado su corazón desde hace mucho tiempo.

—Suigetsu —le reprochó Sasuke.

— ¿Es cierto eso Sasuke? —le interrogó Karin.

—Sí.

—Vaya, no pensé que ya tuvieras pareja —dijo Karin con un deje de tristeza.

—En realidad no tengo.

—Él sólo me dijo que estaba enamorado —se apresuró a decir Suigetsu ante la mala mirada puesta de parte de Karin.

— ¿Entonces esa persona no te corresponde o no te le has confesado? —preguntó la pelirroja.

—Es algo complicado.

Karin de nueva cuenta miró a Suigetsu y éste de inmediato se defendió.

 

—Ey, yo no sé nada más. Y aunque supiera no voy a decir más si Sasuke no quiere.

—En eso Suigetsu tiene razón —le apoyó Juugo.

—Creo —Sasuke habló y los demás le prestaron atención—... que es mejor que les cuente algo que debí haber tenido la confianza de contarles antes.

—Adelante, nosotros te escucharemos —Karin le tocó el hombro en un gesto de confianza y los otros asintieron.

—Gracias. Verán, como ustedes saben, yo tenía una pésima relación con mis padres la cual ha mejorado un poco. El hecho es que, ellos estaban molestos y decepcionados por algo que hice hace mucho y de lo cual me he arrepentido todos estos años —a Sasuke se le estaba dificultando hablar, pero era algo que necesitaba sacar, que necesitaba decir a sus amigos por lo que se armó de valor y siguió—. Cuando yo tenía 15 tuve un novio —sonrió al recordar a Naruto—. Él era el doncel más hermoso que jamás haya visto y.… tuve la suerte de que se enamorara de mí y yo de él, aunque yo no me hubiera dado cuenta a tiempo. Ambos compartimos muy buenos momentos, pero yo cometí la estupidez de no conformarme sólo con él y le empecé a engañar a sus espaldas —Sasuke vio las caras de asombro de sus amigos, pero al ver que ninguno al parecer diría nada, prosiguió—. Primero fue con una y después otra y luego inclusive con la que era su mejor amiga.

— ¿Su mejor amiga? Vaya novio y amiga que tenía el pobre doncel —dijo Suigetsu.

—Suigetsu —le reprocho Karin.

—Deja Karin, él tiene razón —dijo Sasuke—. Ella y yo comenzamos una relación. Al parecer, yo le gustaba y no le importó que yo fuera el novio de su mejor amigo. Los dos nos divertíamos, ella era muy inteligente y nos gustaban las mismas cosas lo que hizo que nos lleváramos bien. En el fondo sé que ella pensaba que yo me terminaría enamorando de ella, pero yo sabía que eso no pasaría. Al final todo se terminó sabiendo.

— ¿Cómo? —Preguntó Karin— ¿Ella lo dijo?

—No. Fui yo, yo le confesé a él la verdad diciéndole que le engañaba.

— ¿Por qué hiciste eso? —preguntó está vez Juugo.

—Para librarme de él —todos se quedaron en silencio durante varios segundos sin saber que decir. Sasuke volvió a hablar—. Yo necesité librarme de él porque me dijo que —Sasuke hizo una pausa. Era muy probable que sus amigos lo odiasen por lo que iba a decir después, pero eso no lo sabría hasta no hacerlo—... me dijo que esperaba un hijo mío.

Sasuke vio las caras de horror que pusieron sus amigos. Y los entendía. Él le había hecho muchas cosas malas a Naruto y estaba muy consciente de eso.

 

—Sasuke eso... es terrible —dijo Juugo.

—Lo sé, y no sabes cuánto me arrepiento, cuánto he sufrido todos estos años por el daño que hice, por no saber si mi hijo vivía o no y por ser tan imbécil por no darme cuenta de las cosas bellas que tenía y por haber dejado ir a la persona que amaba y al fruto de nuestro amor —dijo todo esto mientras lágrimas caían de sus ojos.

—Sasuke —Karin le extiende un pañuelo y Sasuke lo acepta viendo la indescifrable expresión en el rostro de la chica— ¿Cómo... cómo se llamaba el doncel? —titubeó al hacer la pregunta.

 

Sasuke dudó en responder. ¿Por qué Karin quería saber eso? Suponía que era para ayudarlo, así que lo dijo.

 

—Naruto, Naruto Namikaze.

— ¡¿Qué?! —dijeron Suigetsu y Karin al mismo tiempo dejando a un desconcertado Sasuke. Acaso ¿conocían a Naruto?

Continuará....

Notas finales:

Misa: oh, yo sé que pasaron muchas cosas -se esconde antes de que le tiren tomates- y debo confesar, que el teme me conmovió un poco al final. como me hacen tener sentimientos encontrados en este fic TT^TT

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Matta ne n.n, nos vemos hasta el otro año


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