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Amor en el tiempo por Misaki Heartfilia

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Notas del capitulo:

Misa: antes que nada ¡Feliz año atrasado!

Esta es la primera actu del año, pa' que vean que todavía sigo viva xD

Me disculpo por el retraso, pero ya saben, el final de año es muy duro, pero gracias a Dios, todo el esfuerzo valió la pena y aprobé todos mis ramos, así que ahora puedo disfrutar de mis vacaciones ^u^

Mi primer año de diseño gráfico, está superado wiiii

No tengo nada más que decir, sólo que hice un dibujo de mi Sakura.

Así es como se ve ella en mi fic:

Link devia: http://misaki-heartfilia.deviantart.com/art/Sakura-haruno-fanfic-amor-en-el-tiempo-by-Misaki-581750397

Bueno, ahora, a disfrutar del capi y nos leemos más abajo.

Disfruten, rían, lloren (?

PD: todos sus reviews contestados.

 

Capítulo 18: Inesperado.

 

Sakura caminaba con paso tranquilo por las calles del centro de Konoha. Al ser invierno, los días eran sumamente helados por lo que estaba obligada a usar abrigo.

Más tarde, se entretuvo mirando la vitrina de una tienda llamada “Rasengan”, parecía tener muy buena ropa, así que decidió entrar, pero cuando lo iba a hacer, un tipo apareció de la nada y a toda velocidad le tiró la cartera del brazo y salió huyendo.

— ¡Ayuda, por favor! —Sakura salió corriendo detrás del ladrón, pero el tipo era rápido y ella estaba usando tacones, por lo que no le quedó de otra que seguir gritando a todo pulmón— ¡Por favor, se lleva mi cartera! —gritaba desesperadamente.

Hiroshi iba caminando tranquilamente por el centro de Konoha, cuando unos gritos pidiendo ayuda, le alertaron. Pudo ver que de frente, venía un tipo corriendo a toda velocidad y cargando una cartera… de mujer.

Sin pensárselo dos veces, lo esperó y de un certero empujón lo botó al suelo, quedando encima del sujeto aprisionándolo.

—Ah, maldición —se quejó el tipo.

—¡Policía! —Hiroshi oyó a una mujer que se acercaba corriendo a paso torpe. Pronto la mujer llegó a su lado y detrás de ella, un policía— ¿Tú detuviste al ladrón? —Hiroshi asintió— Vaya, pero qué valiente. Muchas gracias.

—De nada señorita. Oí sus gritos a los lejos y vi a este sujeto por lo que lo detuve.

—¿Esta es su cartera señorita? —le preguntó el policía a Sakura mostrándole la cartera color marrón.

—Sí.

—Bien, me gustaría que me explicara lo que pasó —Hiroshi se levantó de encima del sujeto y el policía de inmediato lo esposó.

—Claro —Sakura le explicó de manera simple lo ocurrido.

—Bueno, en cuanto lleguemos al cuartel investigaré a este sujeto. Y tú muchacho —miró a Hiroshi—, fuiste muy valiente. Ojalá existieran más personas como tú.

—Gracias.

El policía se llevó al ladrón y pronto se escuchó una serie de aplausos hacia Hiroshi.

—¡Eres todo un héroe! —le chilló Sakura.

—No es para tanto —Hiroshi se sentía avergonzado.

—Claro que sí, me has salvado. Aquí en mi cartera traigo cosas y documentos importantes que no puedo perder.

—Ya veo.

—¿Puedo invitarte un café en agradecimiento?

Hiroshi se la pensó. Si mal no se equivocaba, su obaa-chan ese día saldría con unas amigas y no volvería hasta la noche. Además, no tenía tarea, por lo que aceptó.

—Claro.

—¿Sabes si hay una cafetería cerca? Hace mucho que no camino por estas calles.

—Hay una doblando por allá.

—Muy bien. Tú me guías.

Pronto llegaron a una cafetería llamada Susanoo. Sakura le dijo que pidiera lo que quisiera y Hiroshi pidió un café con una rebanada de su amada torta selva negra, mientras que Sakura pidió un cappuccino y una rebanada de pie de limón.

—Bueno, yo soy Sakura Haruno de Akasuna ¿y tú?

—Yo soy Hiroshi.

—Pero que nombre más adorable tienes.

—Gracias —Hiroshi se sonrojó.

—Estoy segura de que tus padres estarán muy orgullosos de ti cuando les cuentes que salvaste a esta pobre mujer de un robo.

—No, no lo creo.

—¿Por qué no? Yo estaría muy feliz y orgullosa.

—Yo… no tengo padre varón y a mi padre doncel dudo que le importe —Hiroshi bajó la mirada, algo triste.

Sakura se golpeó mentalmente por hacer una pregunta que no debía. En ese momento, llegó la mesera a dejarles su orden, así que decidió cambiar de tema.

—¿Y en donde estudias?

—Eh —Hiroshi volvió a levantar la vista—, en el Konoha High School.

—Vaya, debes ser un gran estudiante para estar ahí.

—No, ni tanto.

—Por cierto —Sakura miró discretamente detrás de Hiroshi—, ese chico de ahí —apuntó con su cuchara disimuladamente—, no te ha quitado la mirada de encima desde que llegamos.

Hiroshi se volteó y vio que en efecto, un chico le estaba mirando, ya que en cuando le vio éste desvió su mirada.

—¿Siempre eres así de popular?

—No, claro que no.

—Estoy segura de que en tu colegio traes a varios babeando por ti y tú no te das ni cuenta.

—No es cierto. Usted suena igual que mis amigos.

Sakura no pudo evitar carcajearse. Ese pobre doncel al parecer no se daba cuenta de su gran atractivo.

—¿Sabes? Yo solía tener un amigo igual que tú. Él tampoco era muy consciente de su popularidad, además, siempre que alguien se le declaraba, lo rechazaba.

—¿Y qué pasó con él?

—Se fue a fijar en el peor de todos y acabó mal.

—Ya veo.

—Espero ahora le esté yendo mejor.

—De los errores se aprende ¿no?

—Es cierto. Yo lo único que espero es que ahora sea feliz como se merece, por eso Hiroshi, cuando creas que ya estés listo para tener una relación, piensa bien con quien y conócelo, porque la gente puede ocultar muchas cosas.

—Lo sé —de repente, la imagen de Ryu se le apareció por la cabeza, golpeándose mentalmente por eso. A él ya no le gustaba Ryu, para nada.

—Entonces, ¿no hay nadie que te guste? —Hiroshi negó con la cabeza— Mejor. A tu edad, lo que la gente tiene que hacer es disfrutar de la adolescencia y pasarla bien, pero claro, sin excesos.

—Yo sé por experiencia muy cercana, lo que no se debe hacer a esta edad.

—¿En serio?

—Sí. Mi padre doncel me tuvo a esta edad.

Sakura abrió los ojos como platos. No creía que hubiera más gente que hubiera pasado por lo mismo de Naruto.

—Vaya, debió ser muy duro.

—Sí, pero ha sabido superarlo.

—Me alegra —en ese instante, el celular de Sakura sonó, por lo que ella dejó la cuchara de su pie de limón en el plato y sacó el móvil de su cartera para contestar—. Aló… Hola querido… Sí, estoy en un rato… Nos vemos, un beso —colgó su celular y lo devolvió a su cartera—. Bueno, yo ya me tengo que ir —se comió apresuradamente su pie y le dio un gran sorbo a su cappuccino— Voy a pedir la cuenta.

—Claro.

—¡Mesero, la cuenta por favor! —pronto el mesero llegó y Sakura pagó todo y fue ahí cuando Hiroshi se dio cuenta que la mujer andaba con una gran cantidad de efectivo encima. Con razón estaba tan desesperada cuando le robaron la cartera— Bueno, yo me tengo que ir. Fue un gusto hablar contigo Hiroshi —le sonrió.

—El gusto también fue mío.

—Adiós —Sakura se despidió y salió del local dejando a Hiroshi solo.

Hiroshi decidió terminarse con calma su rebanada de pastel, total, ya estaba pagada. Estaba tan absorto comiendo que no se dio cuenta cuando alguien se le acercó.

—Ho-hola —oyó la voz de alguien volteando a ver, dándose cuenta de que era el chico que lo había estado mirando antes.

—¿Hola? —fue lo único que acertó a decir.

—¿Me puedo sentar? —preguntó claramente nervioso el chico.

—¿Por? No me conoces.

—Pero me gustaría hacerlo —se apresuró a decir el chico.

—¿En serio? Yo bien podría ser un criminal, o el hijo de unos mafiosos —Hiroshi vio de reojo que el chico había adoptado una pequeña expresión de terror—, pero no lo soy y tampoco tengo nada interesante que contar —Hiroshi se terminó su rebanada y le dio el ultimo sorbo a su café, para luego levantarse, coger su mochila y disponerse a salir.

—Espera, yo me llamo…

—Mira, con todo respeto, no me interesa saberlo. Ahora, si me disculpas —Hiroshi salió de ahí dejando al chico con una expresión triste.

No era su intención ser cruel, ni nada, pero era algo que le salía natural cada vez que hablaba con un varón. Las experiencias contadas por su oto-chan y el hecho de no tener padre varón, eran más que suficientes para que los detestara a excepción de su ojii-chan, claro y bueno… de Ryu.

Ryu había sido el único varón al cual había considerado un amigo y gracias al cual, había llegado a pensar que los varones no eran tan malos y lastimosamente, se equivocó.

Se frotó insistentemente el cabello con frustración. No le gustaba recordar el día en el que Ryu lo había decepcionado enormemente, de hecho, odiaba recordar que alguna vez estuvo enamorado de él y que su ilusión se había ido al demonio el día que vio a Ryu besándose con una chica.

Definitivamente, los varones no eran buenas personas y por suerte, él se había dado cuenta a tiempo acerca de quién era Ryu, sino era muy probable que hubiera terminado mucho peor que su oto-chan.

Rato después, Hiroshi llegaba a su casa viendo que efectivamente, no había nadie, por lo que se fue a su cuarto a dormir.

 

 

Media hora después, Naruto llegaba notado el gran silencio de la casa. De inmediato recordó que al parecer su madre saldría, porque si hubiera estado, ya le hubiera chillado y Hiroshi debería estar en su habitación así que decidió subir las escaleras y tocar la puerta de la habitación de su hijo.

—Hiroshi, ¿estás ahí? —preguntó después de tocar, pero nadie contestó y algo preocupado, abrió un poco la puerta viendo a Hiroshi dormido en su cama, abrazando el oso panda. Aquella imagen de su hijo con el oso le enterneció, a pesar de saber que ese oso, era lo único que Hiroshi tenía de Sasuke, aunque el doncel no lo supiera. Y era mejor así.

Se quedó un rato viéndolo, pensando en si despertarlo o no, para a la final dejarlo ahí. Cerró la puerta con cuidado y bajó las escaleras para dirigirse a la cocina, sacando un poco de jugo para servirse en un vaso y se sentó en una silla.

Le agradaba ver como su hijo permanecía ignorante a todo, pero le atormentaba la idea de que se enterara de todo, ya que iba a sufrir mucho.

Sí, había amenazado a Sasuke con contarle toda la verdad a Hiroshi, pero aquello no había sido nada más que una vil mentira para presionar a Sasuke de aceptar el trato que le había propuesto.

Hiroshi nunca sabría la verdad y Sasuke jamás se presentaría ante él como su padre. Ese era un buen castigo para el maldito.

 

—¡Ya llegué! —chilló Kushina a la vez que abría la puerta, dirigiéndose de inmediato a la cocina— Hola Naru.

—Creí que hoy llegarías tarde.

—Bueno, sí, pero a una amiga la llamaron porque su hija iba a tener a su bebé y salieron todas corriendo para allá —se quejó.

—¿Y por qué tú no fuiste?

—Porque no me interesa.

—Ya —Naruto puso los ojos en blanco. Ni siquiera cuando nació Hiroshi su madre se veía entusiasmada. De repente se preguntó si cuándo el nació, ¿ella se entusiasmó un poco siquiera?

—Como sea, traje pastel —le mostró una cajita.

—Genial.

—¿Y Hiroshi?

—Está durmiendo.

—¿Durmiendo?, ¿a esta hora? Oh, ya me va a oír —Kushina se disponía a subir las escaleras, hasta que la voz de Naruto la detuvo.

—Mamá, déjalo. Ya lo despertamos cuando esté lista la cena.

—Naru dime ¿pasa algo? —preguntó inquisitiva Kushina mientras se cruzaba de brazos.

—¿Por qué lo preguntas?

—Es sólo que, desde ayer estás muy extraño ¿me dirás qué es lo que te pasó? —le preguntó preocupada.

—Mamá yo…

—Oh, ya llegaron todos —se apareció de repente Hiroshi—. Pensé que llegarías más tarde obaa-chan.

—Pero aquí estoy. Por cierto ¿Qué hacías durmiendo a esta hora?

—Bueno, me dio sueño, además, que es viernes y no tengo tarea.

—Uff, más te vale. Bueno, entonces ¿Qué quieren comer?

—¿Quieres algo Hiroshi? —le preguntó Naruto.

—Eh, oh, papas fritas.

—¿Con pollo frito? —le preguntó Kushina.

—¡Sí! —dio una exclamación de alegría.

—Entonces mejor, ya que así no cocino. Naru, llama para ordenar.

—Bien —Naruto llamó al restaurante habitual y en media hora, les trajeron su pedido de papas y pollo frito con bebida.

 

 

 

 

—Entonces ¿Naruto todavía vive aquí?

—Según las investigaciones, sí.

Sakura miró atentamente la casa a través del cristal del auto en el que se encontraba con su marido, mirando lo cambiada de esta que ahora era más grande, con otro color y con otros arreglos más. Ahora parecía la casa de unos millonarios y no aquella casa humilde que ella conoció y que visitó tantas veces.

—¿Y qué harás?

—Iré ahora mismo.

Sasori la miró sorprendido.

—Sakura, no creo que sea el momento…

—Y si no es ahora ¿cuándo lo será? Ya he huido por demasiado tiempo. Necesito hablar con Naruto. Explicarle todo y disculparme como debí hacerlo hace mucho. Sólo te pido que por favor me apoyes.

—Yo siempre te he apoyado.

—Entonces hazlo ahora.

—Bien. Suerte.

Sakura asintió y salió del auto. Caminó, abrió la cerca y se quedó parada delante de la puerta.

Mentiría si dijera que no tenía miedo. Porque estaba asustada, y mucho, pero si seguía con ese miedo y esa cobardía, no lograría nada.

Con mano temblorosa, presionó el botón del timbre una vez. Estaba preparada para lo que sea que viniera.

Finalmente, la puerta se abrió apareciendo delante de ella, la persona que necesitaba ver: Naruto.

—¿Tú?

—Naruto yo…

—¡¿Qué se supone que haces aquí, maldita?!

—Naruto por favor…

—¡¿Por favor qué?! ¡¿Con qué cara vienes a pararte aquí?! ¡Lárgate!

—Escúchame, te lo pido…

—Naru ¿Qué pasa?, ¿Por qué gritas? —apareció Kushina mirando a Sakura, primero, con una expresión sorprendida y después con una de furia— ¿Qué hace esta mujerzuela aquí?

—Kushina-san…

—¡Lárgate!, ¡Si no te vas ahora, juro que te mato! —le gritó Naruto.

—Naruto… —Sakura sólo sintió como Naruto se tiró sobre ella, cayendo los dos en el suelo de la entrada.

—¡¿Cómo te atreves a aparecer después de tanto tiempo?! ¡Tú, maldita traidora!

—Lo siento, de verdad que lo siento, lo que hice estuvo muy mal… —se excusaba mientras forcejeaba con Naruto.

—¡Cállate! —Naruto le dio una fuerte cachetada que resonó por todo el lugar, dejando sorprendidos a todos, a Sakura, al propio Naruto a Kushina y a Sasori, quien en cuanto vio lo que le pasaba a su esposa, salió del auto inmediatamente— ¡Eres una maldita! —Naruto se disponía a pegarle nuevamente, pero esta vez, Hiroshi apareció para detenerlo.

—¡Basta oto-chan!, ¡Déjala! —Hiroshi sostuvo la mano de su oto-chan para evitar que está volviera a dar con Sakura.

Naruto vio que Hiroshi estaba al borde de las lágrimas, claramente asustado, por lo que se detuvo levantándose del suelo lo que hizo que Hiroshi soltara lentamente su mano.

—Vete de aquí y no vuelvas nunca más ¿me entendiste? —Naruto entró a la casa y subió las escaleras muy dolido.

—Ya lo oíste, así que ahora lárgate —le dijo Kushina.

—Está bien —Sakura se levantó siendo ayudada por su esposo y cuando estuvo de pie, volteó a ver a Hiroshi—. Tú…

Hiroshi la miró poniendo la misma expresión que de seguro tenía ella.

—Váyase pronto ¿sí?

—Sí —Sakura y Sasori salieron para adentrarse nuevamente en el auto. No podía creer lo pequeño que era el mundo. El doncel que se había encontrado en la tarde y que había rescatado su cartera, era el hijo de Sasuke y Naruto.

—Sakura…

Pronto Sakura comenzó a llorar. Entendía a la perfección la rabia de Naruto. Si ella estuviera en su lugar, estaría de la misma forma.

—Te dije que…

—Ya lo sé. Y yo estaba preparada para lo que sea, incluso para los golpes que bien merecidos me los tengo.

—Ya déjalo, Sakura. No quiero verte lastimada de nuevo.

—Tienes la dirección de Sasuke ¿cierto?

—Sakura, te dije que lo dejaras.

—No lo dejaré —Sakura levantó el rostro secando sus lágrimas con un pañuelo que sacó del bolsillo de su abrigo para después mirar a Sasori—. Yo hice mucho daño, y quiero remediarlo.

—A estas alturas, ya es muy tarde.

—Nunca es tarde. Y tampoco me quiero retractar, mucho menos ahora que conocí al hijo de Sasuke y Naruto, no después de que traté con él y me di cuenta de la maravillosa persona que es a pesar de no tener a sus padres juntos. En parte, yo soy responsable de que eso fuera así, por eso quiero reparar, aunque sea un poco ese daño.

—No creo que estés ayudando, más bien, vas a abrir viejas heridas ¿Por qué no lo dejas así? Tú misma dijiste que ese chico era feliz, es feliz estando en la ignorancia ¿Por qué entrometerte en su vida?

—Lo entiendo, pero…

—Sakura, ya déjalo, lo intentaste y fracasaste.

—Espera —le detuvo—, déjame hablar con Sasuke y luego tomaré una decisión. Necesito escuchar lo que él tiene que decir.

—Está bien, pero eso será mañana, además, debemos ponerte algo en esa mejilla ¿no querrás que los niños te vean así?

—No —Sakura negó—. Y Sasori —éste la voltea a ver—, gracias.

—De nada —Sasori puso en marcha el auto y se fueron hacia el hotel en el que se quedaban.

 

 

 

Naruto entró a su cuarto cerrando de golpe la puerta y echándose sobre la cama a llorar. En ese momento, tenía un manojo de sentimientos por dentro; ira, frustración, tristeza y… miedo. Todas esas emociones competían en su interior y él no sabía cómo lidiar con ellas.

¿Por qué parecía que su pasado se había puesto de acuerdo para reaparecer en su vida? Es que no lo entendía, el día anterior había sido Sasuke y hoy Sakura. ¿Ellos estarían en contacto?, ¿lo habría planificado todo?, ¿se habían estado viendo durante todos esos años? Aunque así fuera ¿Qué le importaba? Lo único que tenía que importarle en ese momento, era que Hiroshi no se enterara de nada. Ya había amenazado a Sasuke para que no dijera nada, lo que descartaba la idea de que éste estaba confabulado con Sakura, entonces ¿Qué quería esa mujer?, ¿y si ahora que había visto a su hijo, decidía hablar con él?

No, no podía permitir eso. Necesitaba hacer algo.

Se levantó de la cama, agarró unos pañuelos que tenía sobre el velador al lado de su cama y se limpió las lágrimas.

Tenía que dejar de llorar y tomar medidas. Alejar a Sakura de Hiroshi era lo que tenía que hacer. Esa mujer era muy capaz de hablar. Por eso, aunque no le agradaba la idea, tenía que contactar con Sasuke y ver que podían hacer. Sólo esperaba que Sasuke aceptara, porque si no, la verdad igual se sabría aunque él tenía las de ganar, ya que podía tergiversar la historia como quisiera a su favor.

Mañana tendría que hablar con Sasuke, pero ¿Cómo? No se sabía su dirección, ni número, nada. Podría esperar hasta el lunes, pero ¿y qué pasaba si Sakura se le adelantaba? No, no podía quedarse esperando hasta el lunes.

De repente, una idea se le vino a la cabeza.

Ser el ahijado de la directora del Konoha High School tenía sus ventajas ¿no? Y él las aprovecharía.

Mañana temprano se comunicaría con Tsunade y arreglaría todo.

Continuará…

Notas finales:

Misa: como vieron, Sakura no planea rendirse ¿su aparición beneficiará a Sasuke y Naruto o sólo lo complicará más? Espero sus suposiciones ^^

Por cierto, ahora me pondré a escribir el tercer capi de Ese doncel y yo.

Lo que pasó, es que me llegó la inspiración con este y quise terminarlo, así que ahora sigue mi otro fic.

Por cierto, pueden seguirme en facebook, allí subo dibujos, vídeos, avisos o adelantos, de todo: https://www.facebook.com/misaki.heartfilia.ea/

También pueden seguirme en youtube: https://www.youtube.com/channel/UCoeHqafwhGZqYO3k9-z9BkQ

Eso, y que trataré de que en este verano, avanzar lo más que pueda con los fics.

Nos vemos pronto con Ese doncel y yo.

Recuerden, si les gustó, dejen review, por cada review, le sacan una sonrisa a Misaki, a Naru y a Sasuki (aunque no lo crean xD)


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