Capítulo 23: Cuidados.
—¿Estás bien? —oyó la voz de Sasuke-sensei y vio que se trataba de él. Se incorporó y notó que éste le había salvado poco antes de que se estrellara contra el árbol, sin embargo, su sensei se había llevado la peor parte al golpearse contra el éste.
—Sí, pero sensei… se golpeó por mi culpa… yo… yo… —gimoteó.
—No te preocupes —le dijo Sasuke al ver que Hiroshi estaba al borde de las lágrimas.
—Es la segunda vez que me salva, perdón.
—No te disculpes.
—¡Hiroshi! —llegaron sus demás compañeros.
—Sensei ¿está bien? —preguntó Hinata.
—Me duele la espalda, creo que no me puedo levantar.
—Voy a buscar ayuda —dijo el chico que había invitado a Hiroshi anteriormente.
—¡Hiroshi! —se oyó la voz agitada de Naruto quien venía corriendo.
—Oto-chan, yo… Sasuke-sensei… él se lastimó por mi culpa.
—¿Qué? ¿Qué fue lo que pasó?
—Yo… me caí por la colina con los esquís y casi choco con el árbol si no fuera por Sasuke-sensei. Él recibió todo el impacto.
Naruto miró a Sasuke quien estaba tirado en la nieve, pero no dijo nada, sólo acercó a Hiroshi a él levantándole de un brazo. Pronto el chico de antes volvió con algunas personas del hotel quienes traían una camilla en la cual con cuidado pusieron a Sasuke llevándolo de vuelta informándole que pronto llegaría un médico para examinarlo.
Hiroshi ante el sentimiento de culpa los siguió de cerca para saber el estado de su sensei a lo cual Naruto no le quedó de otra más que hacer lo mismo.
Minutos después de que dejaran a Sasuke en su cuarto, el médico llegó a revisarlo.
—Por lo visto no parece tener algún problema en la espina dorsal, aunque sería bueno que se hiciera alguna radiografía para descartar alguna lección grave. Por ahora, deberá guardar reposo y cuidar de los moretones en su espalda con agua fría y tomar estas pastillas para el dolor cada 8 horas.
—Entiendo.
—Bueno, me retiro, si tiene algún inconveniente, no dude en llamarme.
—Muchas gracias por todo doctor —agradeció Sasuke.
En cuanto el doctor salió, fue abordado inmediatamente por Hiroshi quien esperaba impaciente.
—Doctor ¿cómo está el sensei?
—Estará bien, sólo tiene algunos moretones y probablemente le duelan durante el día por lo que deberá descansar por lo menos hasta mañana.
—Ya veo.
—Con permiso —el doctor se fue dejando a Hiroshi y a otros alumnos en el pasillo ya más aliviados.
—Sensei se lastimó por mi culpa —Hiroshi no podía dejar de culparse.
—No es tu culpa —le refutó Naruto.
—¡Claro que lo es! Si yo no me hubiera subido a esa pequeña colina y no hubiera sido tan torpe al deslizarme sin querer, sensei no habría tenido que protegerme.
—Ya déjalo, no es para tanto, no es como si se estuviera muriendo o algo y de todos modos, es su deber como encargado cuidar de sus alumnos —dijo Naruto con cara de poco interés.
—Oto-chan, no digas eso, aunque no sea grave eso no quita que se haya lastimado por mi culpa. Quisiera poder hacer algo por él… —Hiroshi se quedó meditando por unos segundos— ¡Ya sé! ¡Voy a cuidar de Sasuke-sensei hasta que se sienta mejor!
—¿Qué? No digas estupideces Hiroshi.
—Pero el doctor dijo que sensei no se podrá mover y que necesita descanso, así que yo lo ayudaré en lo que necesite…
—¡No! —le interrumpió tajantemente Naruto— Tú no tienes por qué hacer eso.
—Pero…
—¡Pero nada! Se supone que viniste a este viaje para divertirte, no a encerrarte a cuidar de tu sensei.
—Pero sensei necesita que alguien le ayude…
—¡Ya basta de peros! Si él necesita de algo, yo le ayudaré.
—¿En serio?
—Sí.
—No sé si esa sea una buena idea —Hiroshi le miró con duda.
—¿Qué tratas de decir?
—Es sólo que tú… no tienes tanta paciencia para cuidar… a las personas —susurró por lo bajo esto último.
—¿Qué dijiste? No pude oírte.
—¡Na-nada! Es sólo que no deberías molestarte.
—Bueno, se lastimó por proteger al torpe de mi hijo, es lo mínimo que puedo hacer ¿no? —dijo Naruto que, aunque a pesar de que la idea le desagradaba a más no poder, le desagradaba aún más el que Sasuke pasara tiempo a solas con Hiroshi, eso sí que no lo permitiría.
—Sí, tienes razón.
—Bien, entonces iré a ver si necesita algo y ustedes —dijo señalando a Hiroshi y a algunos de sus compañeros que se habían mantenido en silencio hasta el momento—, pueden ir a dar una vuelta, pero nada de ir a deslizarse por colinas peligrosas ¿entendieron? —preguntó severamente.
—¡Sí, señor! —respondieron los alumnos al más puro estilo militar y procedieron a retirarse.
—Me pregunto si estará bien —susurró Hiroshi siendo escuchado por Hinata.
—No te preocupes, estoy segura de que sensei se pondrá bien si descansa, además, tu oto-chan dijo que velaría por él así que debería estar bien.
—Eso es lo que más me preocupa…
—¿Qué?
—Nada, creo que iré a encontrarme con Kiba y Lee para dar una vuelta.
—Te acompaño —le dijo Hinata y ambos emprendieron marcha.
En cuanto vio que ya todos los alumnos y Hiroshi se habían ido, Naruto procedió a abrir la puerta de la habitación de Sasuke sin siquiera tocar y entró viendo la cara sorprendida de Sasuke quien se encontraba sentado sobre su cama.
—¿Qué haces aquí?
—Pues, vine a cuidarlo sensei —dijo en tono sarcástico.
—¿Qué?
—¿Qué no escuchaste o estás sordo acaso? Hiroshi estaba demasiado preocupado y estaba dispuesto a cuidarte, cosa que por supuesto, no iba a permitir así que no me quedó de otra más que hacerlo yo.
—Ya veo ¿debería comenzar a temer por mi vida entonces? —dijo Sasuke con una pequeña sonrisa en tono de broma.
—Quién sabe, esta podría ser una gran oportunidad para deshacerme de ti sin dejar evidencia.
—Bueno, entonces quedo en sus manos Namikaze-san —le siguió el juego de roles Sasuke.
—¿Necesita algo sensei?
—No, gracias, ya tomé la pastilla para el dolor y por ahora quisiera dormir un poco.
—Bien, entonces volveré más tarde.
—Claro.
Naruto abrió la puerta y salió del cuarto cerrándola tras de sí. Tener que intercambiar tantas palabras con Sasuke dentro de una habitación sólo los dos le asfixiaba, pero tenía que aguantar. Era eso o dejar que Hiroshi le agarre más estima a Sasuke de la que ya —lastimosamente para él— le tenía.
Comenzó a caminar por el pasillo para ir a su habitación. Respiró hondo y recordó que el viaje duraría sólo tres días y dos noches, desearía que fuera menos, pero algo era algo.
Abrió la puerta de su cuarto, la cerró, se quitó su chaqueta tirándola a donde sea que cayera y se tiró sobre su cama. Si alguien le preguntara hace un tiempo, si se veía estando con Sasuke y Hiroshi en el mismo lugar tan cerca, obviamente diría que no, que era imposible, pero eso era exactamente lo que sucedía en esos momentos. No sabía si podría ocultarle para siempre la verdad a Hiroshi, antes hubiera pensado que sí, pero ahora con la aparición de Sasuke ya no sabía qué hacer, porque quizá ante cualquier indiscreción suya o de Sasuke, todo podía terminar sabiéndose y eso le dolería demasiado a Hiroshi sobre todo ahora que parecía haberse encariñado algo con Sasuke.
—Maldición —masculló Naruto cerrando los ojos con rabia mientras pensamientos y recuerdos dolorosos ocupaban su mente.
Continuará…