Capítulo 24: Replanteándose.
Naruto dormía plácidamente en su cama después de pasar gran parte de la tarde escuchando las peticiones de los compañeros de Hiroshi de ir a x lugar, de que iban a hacer tal cosa, etc. cuando oyó unos toques en su puerta. Se frotó los ojos y se irguió sobre su cama. Los toques continuaron por lo que tuvo que levantarse a abrir la puerta.
—¿Qué? —abrió la puerta y vio a Hiroshi parado ahí.
—Yo… sólo venía a decirte que es hora de la cena.
—¿Tan tarde es ya?
—Sí.
—Ya veo. Iré enseguida.
—Eh… oto-chan…
—¿Qué?
—¿Y Sasuke-sensei? ¿Lo has ido ver? —preguntó tímidamente Hiroshi.
—Ah, sí, él dijo que no necesitaba nada y que iba a dormir. Seguramente todavía está dormido.
—Entonces habrá que llevarle la cena, si quieres yo me puedo encar…
—Ya te dije que yo me haré cargo de él. Tú ve a comer —contestó tajantemente.
—Está bien. Me voy al comedor —Hiroshi se fue apresuradamente antes de que su oto-chan se molestara con él.
Naruto suspiró. Era cierto, tenía que cuidar de Sasuke, pensó con fastidio. Fue al baño de su cuarto a lavarse la cara y salió rumbo al comedor. Allí, dispuso en una bandeja la cena que le llevaría a Sasuke. Como le molestaba aquella situación, pensaba mientras caminaba por un pasillo. Tener que atender a Sasuke era lo último que se le hubiera pasado por la cabeza hacer. Miró un macetero con una planta que estaba en una esquina ¿Debería echarle tierra a la sopa de Sasuke? ¿escupirle? ¿envenenarlo y verlo mientras se retorcía del dolor? Oh, eso último sonaba genial, si eso pasaba tomaría venganza por todos aquellos años de sufrimiento, aunque lamentaba tener que dejar a Hiroshi huérfano de padre… nah, a quien engañaba, no lo lamentaría en lo absoluto, pero él no quería ser un criminal ni mucho menos por culpa de Sasuke, así que lo mejor era dejar todas esas ansias asesinas de lado… por el momento. Caminó un poco más y se subió al ascensor, cuando este llegó al piso indicado salió y se apresuró a ir al cuarto de Sasuke, al llegar sólo abrió la puerta sin siquiera tocar y vio que Sasuke aún dormía.
—Oh, vaya, qué tranquilo se ve ¿debería de ponerle una almohada sobre la cabeza? —decía Naruto a la vez que dejaba la bandeja sobre la mesita de noche que se encontraba a un lado de la cama.
—No, gracias —dijo Sasuke sobresaltando a Naruto.
—Entonces sólo te hacías el dormido ¿eh?
—Desperté hace unos 15 minutos —decía Sasuke mientras se incorporaba sobre su cama—. Estaba a punto de levantarme para comer, pero veo que ya no es necesario dado que mi cuidador es muy responsable y me trajo la comida —finalizó poniendo una sonrisa de lado que hizo enojar a Naruto.
—Pareces muy confiado ¿qué tal si le eché algo a tu comida?
—Sí, tienes razón ¿debería temer entonces?
—Quizás.
—Bueno, correré el riesgo —Sasuke tomó la bandeja de la mesita al ver que Naruto no tenía intención de dársela. Agarró la cuchara y tomó un poco de sopa ante la mirada expectante del rubio que, aunque no lo admitiera, igual le daba un poco de desconfianza. Tras tomar de aquella cucharada, notó que todo estaba bien—. No parece haber nada anormal, creo.
—¿En serio? —preguntó de forma sarcástica Naruto— Bueno, entonces me retiro, debo de ir a cenar. Volveré más tarde por la bandeja —salió aparentando calma del cuarto a pesar de lo mucho que le asfixiaba estar ahí, pues no le gustaba estar en un espacio tan reducido junto a esa basura llamada Sasuke.
Al día siguiente, Sasuke ya se encontraba mejor por lo que decidió ir con los alumnos, ellos eran su responsabilidad después de todo. Naruto agradeció internamente este hecho porque no estaba dispuesto a atenderlo una vez más, probablemente si le tocara hacerlo de nuevo, le terminaría tirando la comida por encima de la cabeza a Sasuke. Eso, sin contar que el día anterior tuvo que lidiar solo con el grupo de adolescentes y estaba harto, muy harto.
Aquel día pasó bastante rápido. Naruto procuraba no despegarse mucho de Hiroshi y que este se encontrara siempre en su rango de visión. En cuanto veía que este tenía intención de acercarse a Sasuke, lo impedía llevándolo a cualquier lugar o sugiriéndole alguna actividad que lo mantuviera ocupado. Sasuke por supuesto, notó esto y se sintió triste al no haber podido hablar con Hiroshi en todo el día, pero eso era algo que ya suponía de antes ocurriría al Naruto asistir al viaje.
Durante la noche, Hiroshi junto a Kiba, Lee, Shion y Hinata, habían planificado hacer una especie de reunión. Antes de dormir, se reunirían en uno de los cuartos para conversar y comer algunos snacks y volverían a sus respectivas habitaciones para dormir. Para esto, necesitaban permiso, así que fueron a hablar con Naruto durante el final de la cena.
—Oto-chan —se acercó Hiroshi con sus amigos siguiéndolo a sus espaldas.
—Dime —respondió Naruto.
—Con mis amigos —los señaló a sus espaldas— queremos reunirnos en el cuarto nuestro y de Kiba para charlar un rato ahora, ¿podemos? —puso su carita suplicante.
—Por favor —pidieron los demás detrás de Hiroshi.
Naruto se lo pensó unos segundos, si solo era un rato y si eso mantenía a Hiroshi distraído y alejado de Sasuke, mejor.
—Está bien, pero no se queden hasta muy tarde —accedió.
—¡Genial! —gritaron los cinco y se retiraron, sólo Hiroshi se quedó.
—Gracias oto-chan, prometo que nos portaremos bien.
—Más te vale —Naruto vio como Hiroshi salía alegre del comedor para juntarse con sus amigos y se sintió satisfecho de haber logrado su cometido aquel día de mantenerlo alejado de Sasuke.
Naruto terminó de cenar y se dispuso a irse a dormir, agradecía que el día siguiente ya era el último y que ya no tendría que verle la cara a Sasuke, al menos, hasta la siguiente reunión de padres y profesores. Justo cuando se disponía a apretar el botón del ascensor, escuchó que alguien le habló a sus espaldas.
—Disculpe —se volteó al escuchar la voz.
—Dime.
—No sé si me recuerda, pero solía jugar con Hiroshi cuando niños, soy Ryu.
—Ah, claro que te recuerdo, fuiste algunas veces a la casa, pero hace tiempo que no ibas —recordó Naruto, haberlo visto en algunas ocasiones, más porque su padre, Minato, solía invitarlo a comer helado junto a Hiroshi.
—Bueno, actualmente Hiroshi y yo ya no somos tan amigos como antes.
—Ya veo, ¿quieres que hable con Hiroshi sobre eso?
—No, no hace falta, en realidad, la razón por la que le hablé es por algo que me tiene preocupado.
—¿Sobre qué?
—Es sobre Sasuke-sensei —Naruto se sorprendió ¿qué tenía que decirle aquel chico sobre Sasuke?
—¿Ocurre algo con el sensei?
—Sí, verá, he notado que el sensei tiene una fijación extraña con Hiroshi, incluso siento que le trata diferente que a los demás alumnos, he notado que lo observa mucho durante las clases y que siempre trata de ganarse su simpatía, cosa que ha logrado y eso a mí no me da muy buena espina. Se lo hice saber al sensei, pero él negó tener otras intenciones aun así, a mí sigue sin darme confianza, siento que algo quiere con Hiroshi y eso me preocupa. Incluso ayer cuando pasó lo del accidente, el sensei estaba con el grupo en el que estaba yo al borde de la colina y estuvo viendo todo el tiempo a Hiroshi, por eso se puso en marcha en cuando lo vio deslizarse y lo salvó a tiempo. Aunque esto último fue para bien y se lo agradezco.
Naruto no podía creer lo que escuchaba, porque todo lo que Ryu le estaba diciendo era verdad, Sasuke sí tenía otras intenciones con Hiroshi aunque eran distintas a las que probablemente Ryu pensaba. Aun así, lo que lo descolocó es que el chico notara todo eso, si él lo había notado probablemente otras personas también. Tendría que hablar con Sasuke, está bien que le haya permitido interactuar con Hiroshi en la escuela, pero hasta ahí, aquello no podía pasar de la habitual relación maestro-alumno.
—Entiendo, agradezco que me dijeras todo esto, lo hablaré con el sensei para dejarle las cosas muy claras.
—Gracias, eso me deja más tranquilo.
—No, gracias a ti por decirme y por preocuparte —dijo Naruto mientras contenía el enojo en su interior, así como las ganas de golpear a Sasuke.
—Bueno, si me disculpa.
—Claro —Naruto vio a Ryu alejarse por un pasillo. No esperaría más, ahora mismo hablaría con Sasuke.
Por lo visto, Sasuke no estaba siendo para nada sútil en su comportamiento con Hiroshi ¿Qué pasaría si alguien más se da cuenta? ah, pero Sasuke lo tendría que escuchar sí o sí. Naruto se subió al ascensor y se dirigió al cuarto piso, en cuanto llegó dio marcha de inmediato a la habitación de Sasuke, tocó fuerte la puerta y unos segundos después esta se abría mostrando a Sasuke del otro lado quien lo miraba extrañado de que él estuviera ahí.
—Naruto ¿qué haces aquí a esta hora? ¿ocurrió algo malo? porque no creo que estés aquí para una visita nocturna… —Sasuke sólo sintió que era empujado hacia atrás mientras que Naruto entraba en la habitación y cerraba la puerta tras de sí. ¿Y si de verdad era una visita nocturna? ese pensamiento se le pasó de verdad por la cabeza por un par de segundos, pero luego reaccionó en que Naruto no iría a cambiar de parecer así de rápido y fácil.
—¿Te crees muy gracioso? ¿por qué querría hacerte una visita?
—Sólo bromeaba —se excusó Sasuke, no diría que de verdad creyó eso porque eso sólo haría enfadar a Naruto.
—Me acaban de decir hace poco, que han notado que Sasuke-sensei tiene cierta preferencia hacia un alumno.
—¿Qué?
—Me han dicho que el sensei ni siquiera disimula en eso.
—Espera Naruto ¿quién te dijo eso?
—Fue uno de tus alumnos.
—Fue Ryu ¿cierto? —Sasuke recordó de inmediato al alumno que ya le había cuestionado en dos oportunidades su actitud y cercanía hacia Hiroshi.
—Da igual quien fue. Se supone que eres un maestro y que debes comportarte como tal.
—Y eso es lo que hago.
—Pero por lo visto con Hiroshi llevas eso a otro extremo. Tanto así, que hasta él mismo comenzó a alabar al gran nuevo profesor de matemáticas, que con mi mamá nos entraron muchas ganas de conocerlo en persona siendo que él jamás se había referido de esa forma a un profesor.
—Bien, entiendo a donde quieres llegar. Procuraré tratar a Hiroshi de la misma forma que a los demás alumnos.
—Más te vale —Naruto no dijo nada más, se dio la vuelta, abrió la puerta y la cerró tras de sí.
Mientras tanto Sasuke se quedó pensando ¿de verdad él le daba un trato especial a Hiroshi? bueno, si bien era cierto que había ideado las asesorías de los miércoles después de clases para poder pasar tiempo con Hiroshi y de paso ayudarle con las matemáticas y que se quedaba con Hiroshi de último a solas porque este no podía terminar todos su ejercicios, no quería decir que con Hiroshi las cosas eran distintas en comparación con los demás alumnos ¿verdad?
Bien, si lo analizaba de esa forma, sí era extraño, pues ningún profesor le daría tanto tiempo y paciencia a un solo alumno, o al menos, ningún profesor fue así con él ni con nadie en sus tiempos de estudiante.
También estaba el hecho de salir a los pasillos cerca del salón de Hiroshi durante los recesos y el almuerzo para verlo o intercambiar palabras con él como lo pudo hacer en algunas ocasiones cuando no le tocaba clases con su salón.
Tendría que modificar aquellas cosas ¿qué pasaría si algún otro profesor o autoridad de la escuela pensara como lo hacía Ryu? eso podría traerle problemas y él no quería tenerlos.
—Supongo que realmente, sólo debo ser el profesor de mi hijo y nada más —murmuró por lo bajo y se preparó para ir a dormir, todavía le dolía la espalda por el golpe del día anterior y necesitaba descansar.
Continuará…