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Atrévete a mi por Marie Horson

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Claro, cuida a la hija de Bonnibel Glum, decían. Todo sea por 4 mil dólares, decían. Este último tiempo ha sido lo más horrible del mundo. Uno porque Morita es la niña más antipática y consentida y dos porque si bien el dinero me motivaba, ya no es como antes. Lo bueno de todo esto es que el amigo de mi jefa me consiguió trabajo como analista de sistemas en la clínica, así que económicamente las cosas van mejor, aunque con dinero no se pagan las deudas del corazón…definitivamente tenía que dejar de escuchar tanto rap a la hora del almuerzo.

La peli negra entraba a la casa de los Glum y se encontraba con quien se había convertido en la mujer de sus pesadillas: Lumpy Space.

Era la mujer más desagradable del mundo y para colmo de todo era el cumpleaños de Morita y yo debía hacer todo absolutamente bien para que me dieran esas horas extras, pero al parecer todo sería mucho más difícil de lo que pensaba.

- Por fin se digna a llegar – decía la peli morada

- pero Lumpy, estoy llegando 10 minutos antes de lo normal – explicaba Marceline mirando su reloj

- claro…finja que la culpa la tengo yo – decía moviendo de manera desagradable su paño de cocina – la niña está en su habitación llorando con desconsuelo, vaya a hacer algo

- como que llorando? – preguntó Marceline y se acercó hasta la habitación dónde una niña de 6 años se encontraba tirada en su cama

- hola Morita – sonrió Marceline y besó su frente – feliz cumpleaños – la quedó mirando y le entregó una caja de bombones

- gracias Marcie, dejalos en el velador por favor – decía educadamente la muchacha

Ok...Morita está actuando de manera decente…ESTO ES GRAVE

- Ocurre algo Morita? – preguntó algo preocupada la peli negra

- Papi no me llamó - dijo con tristeza

- ahh…tu papá…por tu cumpleaños? – preguntó Marceline

- sí…por qué ahora que mami no está con él ya no me quiere? – preguntó, sus ojos se encontraban llorosos, hacía un pucherito desconsolador y baja el rostro en señal de continuar llorando

- no Mori…Morita no es por eso – explicó la peli negra

- ah, no? – preguntó con tristeza – entonces por qué es? – dijo entre lágrimas

- pasa que a veces los padres cuando dejan de estar juntos se ponen muy tristes…y a veces no hacen las cosas tan bien…porque ellos no son perfectos…entiendes?

- pero papi es perfecto – lo defendía ella

- mmm…papi te ama, Morita…puedes estar segura de ello – acarició su rostro

- no quiero que mami se vaya con el imbécil de Gumball – miraba con odio la nada

- bueno…es que realmente es un afeminado de mierda – se rió

- un afemi qué? – preguntó sin comprender, nunca había escuchado aquella palabra

- un…un hombre muy educado! – se retractó ella – eso es Gumball…y mira Morita… - suspiró profundamente la peli negra – lo único que tienes que tener claro es que tus padres te aman, ellos pueden pelearse entre ellos, pueden incluso matarse! Ok, no… - maldición por qué no tuve psicología en la universidad – el punto es que te aman…y te quieren ver feliz pero también ellos deben estar felices y tranquilos…entiendes?

- si… - dijo ella con tristeza – crees que hoy venga papá? – preguntó Morita

- sí…claro que vendrá… - sonrió Marceline

Pero en panorama en otro hito de la historia no era lo mismo y un gran alboroto se escuchaba fuera de la consulta de Bonnibel Glum

- Cómo que no estarás hoy, Marshall?! - gritaba Bonnibel

- dijimos que el cumpleaños sería en mi casa….no en la tuya – decía un hombre indignado

- pero Marshall! La niña esta ilusionada con que vayas – explicaba la peli rosa

- y yo estaba ilusionado con que fuera en mi casa – decía molesto – mira Bonnibel, si tú quieres hacer un cumpleaños en tu casa perfecto! pero yo también tengo derecho a hacer un cumpleaños y por tanto se divide…así de simple

- eres cruel ¿cómo le explico ahora a la niña que su padre no estará en su fiesta? – preguntó

- de la misma manera que yo tuve que explicarle a mis padres que el amor de mi vida me había pedido el divorcio

- eres un asco! – le gritó – te pedí el divorcio porque las infidelidades ya eran demasiadas

- yo no me quejaba porque no te acostaras conmigo – sonrió con maldad – ahora bien Bonnie… - suspiro e intentó tranquilizarse – si quieres que esto funcione vas a tener que intentar comprenderme porque francamente me siento pasado a llevar con todas las decisiones que estás tomando

- mira Marshall…está bien! Si no quieres venir al cumpleaños no lo hagas! Pero eres tú quien tendrá que explicarle a la niña lo imbécil que es su padre! – y tras un último tipo terminó cortando el teléfono. A los pocos segundos entró Gumball quien la miraba con mucho nerviosismo, pues aparentemente la mujer que amaba se encontraba totalmente mal.

- qué ocurre Bonnibel? – preguntó Gumball al mismo tiempo que la peli rosa comenzaba a sentir su corazón dividirse en pequeños fragmentos

- es el imbécil de Marshall que me dijo que no asistiría al cumpleaños de Mora – decía con tristeza

- pero por qué te dijo eso? – preguntó él

- porque dice que quería que el cumpleaños se celebrara en su casa, ves que es un imbécil? No entiendo como puede preocuparle más el qué dirán a ver a su hija feliz

- quieres que yo hablé con él? – preguntó Gumball

- no…no quiero que hagas eso – decía con tristeza – pero tengo que hablar con él, no puedo dejar que arruine la felicidad de mi vida – dijo molesta – esto no se va a quedar así – decía mientras secaba sus lágrimas

Volviendo a la residencia Glum una muchacha de peli negra se disponía a almorzar junto a la pequeña Morita y la sirvienta Lumpy space

- Muchas gracias Lumpy, moría de hambre – decía la peli negra

- no se come con la boca abierta – decía la mujer molesta – tienes tanto que aprender

- oye Marcie – preguntó Morita – por qué te vistes como hombre? – preguntó la pequeña

- ah? – Marceline y Lumpy la quedaron mirando extrañada

- sí…te vistes como si fueras niño…no te vistes femenina como mi mamá

- eso es porque no tiene clase, querida – dijo Lumpy Space

- pero eso es normal? – preguntó Morita

- querida, se nace con clase y lamentablemente hay gente que nunca la tendrá – decía Lumpy a lo que Marceline la miró molesta

- me viste así porque me siento cómoda, Morita – dijo Marceline – yo no soy una víctima de la moda como otras – mirando con odio a la peli morada

- yo víctima de la moda? Por favor! – sonrió – al menos me veo decente

- al menos yo no parezco la hermana perdida de Úrsula de la sirenita! – dijo molesta

- y yo no parezco la hermana perdida de Kurt Cobain – la miró indignada

- Qué es ser lesbiana? – preguntó la niña pequeña a lo que ambas se quedaron mirando a Morita

- lesbiana? – preguntó Grumosa – de dónde sacaste eso? – la miró de pie a cabeza

- lo vi en la tele el otro día… - dijo haciendo un tierno puchero - es algo malo?

- no, de hecho yo lo soy… - dijo Marceline a lo que la pequeña la quedó mirando

- eso qué significa? – preguntó la pequeña

- significa que tienes un pony escondido en tu closet y si se escapa comerá el pasto del jardín de la casa – se levantó rápidamente la peli morada – ahora Morita! A tu habitación para alistarte! Ya casi llegan los invitados

- pe…pero… - intentó reclamar la pequeña

- ahora! – gritó molesta. Posterior a esto la niña le hizo caso sin entender el por qué de la molestia de la sirvienta-ama de llaves- y auto proclamada dueña de la razón del hogar.

- qué estupidez le dijiste a Mora? – preguntó Marceline – tiene 6 años…

- exactamente..tiene 6 años! – le gritó – no puedes andar pervirtiendola

- pervirtiéndola?! De qué mierda hablas? Es normal que a esa edad sepa eso…es como si todavía pensara que los niños vienen de la cigüeña…

- y qué si lo piensa así?! Es una niña y como tal…es lo que tiene que pensar

- el problema de los adultos como tú es creer que los niños no van entender algo tan normal como es amarse…y lo digo no solo en el caso del lesbianismo…sino en el caso de hacer el amor y producto de eso tener un hijo! – explicó Marceline

- hablaré con Bonnibel y le diré que eres lesbiana! No puedes permanecer más en esta casa! – dijo tajantemente la peli morada

- por qué?! – sonrió molesta – porque puedo hacerle algo malo a Morita? Sí que eres imbécil… - sonrió con sus manos en los bolsillos luego de levantarse – y no te preocupes que luego del cumpleaños dejaré de trabajar aquí…no estoy interesada en trabajar con gente así – la miró fijamente y se fue hasta la sala de estar donde se celebraría el cumpleaños de la pequeña de seis años.

El cumpleaños comenzó y luego de un rato llegó Bonnibel junto a Glum. El cumpleaños era una maravilla de no ser por el padre del año que lamentablemente brillaba por su ausencia. Al cabo de un rato y tras la tristeza de Morita Bonnibel comenzó a llenarse de amargura, hasta que tras un rato se abrió la puerta y apareció un hombre alto y bien parecido de cabello negro con terno. Era Marshall.

- Papá! – gritó Morita y corrió hasta los brazos de su padre y emocionada le dio un beso – llegaste! – lo miró con lágrimas en los ojos

- por supuesto que sí amor – le sonrió y miró de reojo a Bonnibel, quien lo miraba molesta. La mujer se fue directamente a la cocina, seguida de Gumball.

- es que no puedo creerlo…justo ahora…tuvo que esperar que estuviera todo este rato triste y cuando estaba casi a punto de perder la esperanza aparece…cuál es la idea? – quedó mirando a Gumball

- pues claramente esa es su idea…y además demostrarte a ti que sin él, la niña no será feliz – explicaba el peli rosa

- pero por supuesto que se que sin él ella no será feliz, quiero decir, es su padre, por supuesto que lo ama y estoy al tanto de eso, pero hay formas y formas…y esa no es la mejor…evidentemente

- deberías hablar con él después…creo que es lo mejor – decía el doctor

- no sé para qué malgastar mi tiempo con él si no me va a escuchar…nunca lo hace – suspiró con tristeza al tiempo que entraba una peli negra joven

- podemos hablar señorita Glum? – preguntó Marceline

- después, Marceline – dijo Bonnibel – no es el momento

- es que… - siendo interrumpida por el peli negro que entraba a la cocina

- comprendes ahora por qué eres insuficiente para mi hija? – dijo Marshall

- si tenemos que hablar lo haremos en privado – dijo la mujer cruzándose de brazos

- la niña tiene que estar conmigo porque eres una pésima madre…. – Marshall la miró y se acercó

- Marshall esa no es manera de hablarle a Bonnibel…ella no… - Gumball se interpuso entre él y ella – no es la manera, Marshall

- solo quería avisarte que la niña se irá conmigo…ya contraté a mis abogados y… - siendo interrumpida por Marceline

- y te sientes lo suficientemente hombre haciendo eso? – se puso delante y lo enfrentó – sabes lo que me dijo hoy Morita cuando llegué?! Me dijo llorando que su papá no la quería porque no la había llamado por teléfono…y luego apareces casi a las 10 de la noche dándotelas de papito corazón?! – dijo indignada – y además amenazas a la señorita Glum?! Debería darte vergüenza! – gritó molesta – aprende a ser papá primero y luego criticas al resto por lo que hace o no hace…por mucho que te quiera esa niña…que según tu ego de imbécil tienes en la palma de tu mano, demuéstralo, porque esa niña crecerá y recordará el daño que le haces!

y tras decir esto se fue molesto, rojo lleno de ira. Bonnibel estaba cruzada de brazos, su rostro miraba al piso y las lágrimas comenzaban a caer.

- Disculpe…yo solo dije lo que… - Marceline intentó excusarse sin embargo la peli rosa la abrazó y comenzó a llorar

- iré a despachar a la gente – dijo Gumball y se retiró, pues sentía que no era el momento de ser galán y tal vez lo mejor era dejarla con una mujer que posiblemente la entendiera.

- tranquila… - susurró Marceline – tranquila…

- es que no entiende…él…él solo busca hacer daño…- lloraba con tristeza – no lo supero

- debe estar bien… - tomó su rostro – porque él quiere verla mal pero por su hija debe luchar y ser fuerte - besó su frente y tras hacerlo la peli rosa la quedó mirando sonrojada – qué pasa?

- no…nada… - susurró y tras separarse abrió la puerta de la cocina la peli morada

- Bonnibel usted tiene que saber algo de Marceline! – dijo mirando desafiante a la peli negra.

Notas finales:

Espero que les haya gustado este capítulo. No olviden dejar sus comentarios y decirme qué les pareció.

Saludos y no se olviden pasar por mi página en facebook: Mari Morson.

Besos


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