- Porque me besaste Aoi.
- Tus ojos te delataron, y tu voz me lo confirmo.
Tenía razón no había razón para negarlo, se levantó y fue por mas vino, mientras mi mirada se perdía en la ventana, pronto oscurecería y no había donde ir la lluvia estaba más agresiva que nunca entre charlas y risas el reloj marco las 12 el sueño se apoderaba de mis ojos y de los de él .
- Te ves cansado.
- Un poco, creo que me voy.
Le levante para dejar la copa en la mesa y marchar con dificultad a la puerta todo era inestable y mis pasos eran cortos e inseguros, abrió la puerta pero Aoi la cerro.
- Estás loco si piensas que te dejare ir.
- Pero, no vivo muy lejos.
- No me escuchaste.
Tomo mi mano y me condujo al mueble arreglo el cojín busco unas mantas y las puso.
- Muchas gracias.
Dije apunto de sentarme, sus manos me sostuvieron para evitar que me sentara.
- ¿Qué haces?
- Voy a dormir
Dije algo confundido.
- No hay, mi habitación esta al final del pasillo, ves descansa.
- Pero.
Alzo el brazo señalando el lugar, sonríe corto mientras caminaba apoyado de las paredes la cama me hizo una invitación abierta a que me tirara en ella, tan pronto mi cabeza se apoyó en el suave colchón mis ojos se cerraron.
Una gaveta se cerró, desperté confundido y sentado en la cama.
- Lo siento.
Aoi estaba con un pantalón de piyama y el torso totalmente desnudo mis ojos no daban crédito a lo que veían una sonrisa entro en el ambiente.
- ¿Quieres algo?
Pregunto mientras deslizaba suave la camisa por su torso, extendí mi mano y él fue a mi lado en la cama,
- Aun no sale el sol, ven a mi lado.
- Está bien.
Me hice a un lado mientras él se acostaba y deslizaba las sabanas.
- ¿Así?
Afirme, volví a apoyar la cabeza en la almohada mientras sonreía tontamente, su respiración me daba en el cuello mire un poco y había quedado dormido, paso su brazo por mi vientre sonreí aún más y cerré los ojos solo para soñar con aquel momento.
Aoi había logrado despejar las dudas que tenía mi corazón, pero aun así como podíamos llamarle a esto, en el fondo prefería mentirme y decir que el sentía algo como yo, pero algunas veces su actitud frente a los demás me dejaba claro que solo era un juego, un triste juego al que yo me estaba aferrando, las visitas nocturnas a mi casa eran frecuentes besos caricias abrazos jamás faltaban...
La fecha de los conciertos estaba al abrir y cerrar los ojos, era evidente que el tiempo juntos se incrementaría, y sabía perfectamente que yo no sería capaz de disimular mucho, estábamos a punto de salir al escenario intente adelantarme pero Reita me corto el paso.
- Me preguntaba si después tendrías tiempo para hablar.
Mientras esquivaba la mirada de Reita Aoi se alejaba y se perdía en la oscuridad del camerino.
- Si claro.
- Gracias.
Dijo Reita caminando a las escaleras que daban al escenario todo marchaba bien, las canciones las notas y solos hacían enloquecer al público que merecía lo mejor, unos labios posaron en mi mejilla eran únicos, una nota perdida pero rápidamente seguí la corriente el reía de lo que había ocasionado .
- Salud por un éxito más.
Decía Kai alzado la copa a lo que todos le seguimos el alcohol había inundado nuestras venas al menos las mía, aunque me consideraba muy bueno tomando por algún motivo el efecto fue muy rápido, pronto Ruki estaba apoyado en la mesa mientras Kai miraba con análisis profundo de quien debía llevar, Reita tenía una cerveza en la mano pero sus ojos divagaban.
- Yo llevare a Ruki.
Dijo Kai apoyándose en la mesa mientras lo levantaba.
- Yo te ayudo.
Dijo Reita rápidamente dejo la cerveza a un lado y levanto a Ruki, entre ambos caminaban, Aoi estaba en la barra, Kai le hizo seña y el afirmo me levante para ir con ellos, Aoi tomo mi brazo apretando con fuerza.
- ¿A dónde vas?
- A dormir.
- ¿te acompaño?
Afirme, me apoyaba entre las paredes mientras sentía que mis pasos eran lentos, mis piernas fallaron más de un par de veces en el ascensor pero siempre sus brazos lograban darme apoyo, finalmente frente a la puerta el caso las llaves de mi bolsillo y abrió encendiendo la luz, divise la cama mientras me quitaba con los pies los zapatos extendí los brazos y caí en el colchón revotando suave un par de veces.
- ¿Ya quieres dormir?
Pregunto acercándose tirano las llaves en el nochero.
- No lo sé.
- Debes aflojarte el pantalón, ya sabes para hacerlo.
- ¿Hacer qué?
Pregunte confundido, en sonrió mientras desabrochaba mi pantalón y los botones de mi camia.
- Dormir tonto.
Pasó una almohada por mi cabeza y se sentó en una esquina con la mirada baja.
- Aoi.
Dijo mirando a la puerta, me acerque con dificultad a él.
- ¿Que sientes? ¿En qué piensas?
Giro su cuerpo para quedar frente a mí, sus ojos directo a los míos, su mano acaricio mi mejilla con suavidad.
- Estoy perdido Shima, no sé qué hacer.
- Aoi puedes decirme, yo puedo ayudarte.
- No lo sé.
Aparto su cara su mano y todo su cuerpo, marcho frente a la ventana que daba vista a toda la ciudad de turno, mis brazos rodearon su cintura mientras mi cara la apoyaban en sus hombros respirando su aroma, sus manos agarraron la mías, dio giro con suavidad u yo aun sin quitar mis brazos de su cuerpo, levanto mi mentón al su mano mientras sonreía.