Principal Centro Comercial
Ya eran cerca de las dos de la tarde, debido a que estaba comenzado el mes de Diciembre los dueños de tiendas comenzaba con los adornos navideños. Loise miraba tontamente si ninguna de aquellas tiendas buscaba de casualidad ayudantes, aunque sería muy difícil que alguien contratara a niños, no es fueran tan pequeños pero no tenían ninguna referencia por la cual valerse.
Fue hasta que sintió chocar con alguien que puso más atención.
— ¡Lo siento!— el grito se escucho hasta Roma, Loise quedo un poco sorprendida pues muy pocas veces haba escuchado a alguien gritar de esa forma.
—No, yo…— el tipo con quien había chocado usaba lentes por lo que no pudo verle bien la cara, ella también quería disculparse pero salió corriendo, por un momento pensó que le había robado algo, luego recordó que no tenía nada que le robaran por lo que siguió su camino.
—No hay nada, espero que a los demás les este yendo mejor — suspiro resignada para luego seguir buscando.
Ahora que lo pensaba nunca había estado en esa parte de la ciudad, era enorme y bastante cara, la ropa, la comida, todo lo que veía jamás pensó que pudiera llegar tener precios tan altos, no podría pagar absolutamente nada de lo que exigían , no hasta que cumpliera treinta, justo cuando pasaba por una tienda navideña, donde
—Tú, ¿Quisieras trabar? — una mujer no tan mayor le había tomado del brazo.
— ¿Qué? — pregunto cómo sintiendo demasiado desubicada.
—Sí, tu serias perfecta para el trabajo invierno — aseguro con una sonrisa, Loise sabía que debía tener cuidado con ese tipo de personas, pero tenía un buen presentimiento por lo que acepto ir con ella.
— ¿En qué consiste el trabajo? — debía ser rápida en esa cuestión, nadie le engañaría y la pondría a trabajar por nada.
—Una de nuestras ayudantes de santa se enfermo, será una linda ayudante de santa quien recibirá a los niños y los llevara con Santa — eso parecía sencillo, o eso pensó — el día empieza a las 10:00 am y termina a las 5:00 pm… claro eso será hasta el 20 de Diciembre, mientras tanto ayudaras con todo lo referente a decoración y regalos, al igual que repartir publicidad — mencionaba la mujer quien caminaba bastante rápido.
—Me agrada este empleo — tal parecía que sería una buena oportunidad para desarrollarse mientras buscaba algo mejor.
—Por supuesto, ¿Tus padres estarán de acuerdo?, te vez muy joven — antes de que pudiera hacer otra pregunta, ella inmediatamente respondió:
—No se preocupe, a ellos no les molesta— agrego intentado que no le hicieran más preguntas. En ese caso quiero presentarte a tus compañeras, al menos parecía que las cosas irían mejor de lo que pensaba o esperaba.
Loise al ver todo lo referente a la navidad sintió un poco de nostalgia, no tenía en sus recuerdos ninguna navidad donde todo fuera felicidad o algo por el estilo, siempre habían tenido la necesidad de trabajar ese día, sin falta. Siempre tenían de regalo una buena paliza por no cumplir con las expectativas de los que manejaban el orfanato, jamás tuvo la oportunidad de sentirse en familia.
Dejo eso de lado un momento, no era el momento de sentir mal, tal vez esa navidad no sería tan mala como las demás, al contrario, todo parecía indicar que sería una agradable navidad. Ya no se sentiría tan sola.
Hospital: “West”
Takeshi estaba algo nervioso, en el periódico que se dedico a leer en la noche había un anuncio de que reirán personal para la limpieza del hospital, si bien no tenía muchos de los requisitos para trabajar, al menos quería intentarlo.
Al llegar pidió hablar con la jefa de piso, la enfermera le dijo que era muy joven para el puesto, más el contesto que realmente necesitaba el trabajo, la enfermera sonrió y le dijo que esperara un momento a que llamara a su jefa.
Espero unos minutos que alguien le dijera algo, mas en un descuido pudo divisar a una mujer quien recientemente había sido dada de alta en el hospital y posiblemente ahora iba a casa con su esposo y su nuevo hijo, a él le hubiera gustado que se sentirían igual de felices por su llegado, pero como eso era imposible, mejor se decidió a concentrarse en conseguir el empleo. Fue entonces que una mujer se acerco con una gran sonrisa.
—Mi nombre Emma Rowland soy directora de este piso — le menciono a Takeshi quien estaba absorto por lo limpio que estaba ese lugar, los hospitales del otro lado de la ciudad no era tan limpios.
—Mi nombre es Takeshi — no tenía otro nombre o apellido que decir y la verdad no le gustaba mentir.
—Entiendes que quiere trabajar aquí, pero me temo que no cumples con el requisito de edad para trabajar aquí — menciono con amabilidad — pero hay un puesto de archivador si te interesa, es simple y lamentablemente solo duraría hasta enero que es cuando vuelve una de las secretarias que esta de incapacidad —
— ¡Me encantaría!— expreso con emoción, al parecer ya tenía un lugar donde trabajar y eso era bueno en muchas maneras.
La mujer sonrió, le daba algo de ternura el saber que seguramente aquel chico no nació en una familia donde suplieran sus necesidades.
Restaurante muy conocido de Comida Rápida
Taisei se preguntaba cómo es que Masaru había podido convencer al gerente de que los aceptara como ayudantes, más bien el de mesero y el otro en la cocina. Debía reconocer que tenía un buen porte que le ayudaba a conseguir lo que quería.
—Bien chicos solo les pido que sean bastante puntuales, y no dejen que los clientes esperen demasiado por sus ordenes, suelen ser bastante pedantes cuando no se les atiende rápido — agrego el hombre viejo y gordo que reía de pura malicia. A un así los acepto a pesar de que muy presentables no parecían.
—Como diga — agrego Masaru con seriedad.
—Bien ahora tenemos empleo pero…— antes de que pudiera decir algo noto que Masaru lo tomaba por los hombros.
—Todo saldrá bien pequeño antisocial, solo no se te ocurra irte sin mi — agrego sintiéndose un poco tonto al decirle eso.
—A donde iría sin ti, bueno es decir…—
— ¡Nada de holgazanear!— el jefe los tenía bastante vigilados, pues a pesar de ser buena persona no le gustaba que abusaran de su confianza.
Al menos ya no tendría que preocuparse por seguir buscando, las órdenes llovían y ellos tenían que ponerse a trabajar.
Taisei miraba atentamente las mesas que se llenaban de familias felices, as las cuales les resto importancia, si bien el tampoco había tendió suerte con la suya al menos esperaba que algún día pudiera tener algo mejor que solo malos recuerdos. En el fondo hubiera deseado no ser el engendro que le dijeron que era. Que se madre lo había tendido como venganza y al final lo había vendido, al final simplemente quería hacer sufrir a su padre, pero como no lo logro pues a su padre ni siquiera le importo su existencia.
A nadie le ha importado, posiblemente si no hubiera estado a l lado de sus hermanos hubiese sido un malhechor de aquellos que ahora ni siquiera estuviera con vida. Sentía decepción de sí mismo, por lo que mal empieza mal termina o al menos eso era lo creía.
Pasteles y Postres “El Manjar del Emperador”
No sabía por qué se había tenido que parar precisamente en ese lugar, es decir los dulces le trae malos recuerdos pero no el muy masoquista estaba ahí esperando a que alguien lo atendiera.
—Hola mi nombre s Ryan, soy el jefe de la pastelería, tengo entendido que estas buscando empleo — enseguida Natsuki se levanto de la silla donde estaba sentado.
—Sí, bueno…— el hombre lo veía con detenimiento, en un dado momento le dieron ganas de preguntar ¿Que tanto le veía?, pero sabía que a los jefes no les gustaba que les retaran.
—Como sea, estamos faltos de personal debido a que se aproximan las fiestas, tu solo contestaras el teléfono y registraras las ordenes, lo más difícil que te puede pasar es que estemos demasiado ocupados ese día, de ser así busca una manera de que el cliente se sienta satisfecho — le mostro su lugar de trabajo, un pequeño cubículo donde estaría sentado esperando que alguien llamara.
—Gracias — dijo sentándose para empezar, lo bueno es que no tendría que interactuar con ningún dulce o algo parecido.
—Recuerda que esto solo es mientras duren las fiestas, después el personal bastara cubrir todos los puestos requeridos, Natsuki entendía, pero por al menos ese mes quería sentirse un poco más relajado al decir que ya tenía experiencia en algo. El teléfono comenzó a sonar. — Por cierto, dentro de poco tendremos una gran boda, espero que estés preparado…— al parecer las cosas se pondrían interesantes por el hecho de que era su primer trabajo legal que conseguía.
Japón: Residencia Midorima
La noche ya estaba cerca, de hecho todos estaban bastante cansados, Takao había comprado demasiadas cosas en el centro comercial para la fiesta de despida, solo faltaba que llegara el gran día, pues enseguida de la fiesta que más bien era desayuno tomarían un vuelo que los llevaría a América. Residen había llegado, Yuki estaba bastante cando y se lo notaba en la cara, le había agradado pasar la tarde con sus padres, pero para ella habido un día extremo.
—Papi, tengo sueño…— Yuki ya no podía mas, a su corta edad su resistencia era poca, Midorima enseguida la tomo en brazos y la llevo a su cama.
—Yo iré a ver si Key está bien…— Kei era un lindo bebe de un año de edad recién cumplido, sin embargo a pesar de eso aun no caminaba, y con padres sobreprotectores casi nunca salía de casa.
Dentro de poco el desayuno de despedida se llevaría a cabo y viajarían para que Midorima pudiera dar la conferencia que acepto dar.
Y después de unos días de turistear por América, al fin el día de la boda llegaría, al fin la vida que habían estado esperando desde hace casi 17 años, ya era tiempo de que formalizaran su relación y que mejor que en una gran boda.