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HOME por Aria Kimiharu

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Canciones de Cuna son las que entonaba en ese momento, miraba con ternura a su hijo, era tan pequeño, era tan dependiente suyo, pequeñas lagrimas cayeron al verlo. Cada vez que estaba con él no podía evitar recordar a su otro pequeño, a su primer hijo, a veces le daba por ver todas esas fotografías que le saco caundo aun estaba con ellos.

¿De dónde había salido tanta ternura?; Ni él lo sabia realmente, solo deducía que algo había cambiado.

—Es hora de dormir, Meichin quiere que la arropes…— no se percato de la situación hasta que estuvo lo suficientemente cerca —Lo siento...—

—Está bien, enseguida voy — efectivamente, Murasakibara no diría absolutamente nada, no tenía algo que decir.

—Yo me quedo con Isseichin — menciono con un tono dulce.

—Sí, ahora vuelvo —

No se miraron a los ojos, no tenia caso hacerlo, por ahora simplemente evadirían del tema que tanto les hacía daño, a veces ambos se sentían como completos extraños que tenían en común dos pequeños seres que sin pensarlo les recordaban que no eran tan extraños como creían.

Cuando este termino de arropar a su hija entro en la habitación sintiéndose bastante nervioso, más cuando noto como cálidamente su esposo le abrazaba, sonreía en su interior, por que podían tener tantos días malos que no pudieran contarlos, pero final se tenían el uno al otro.

—Te amo Seijuro — menciono con un tono de voz dulce y amable.

—Yo también — a veces las palabras salían sin tener intención de decirlas, pro que venían del corazón eran repentinas, porque en el corazón no se manada por lo tanto nunca puedes esperar que reaccione de una manera determinada, y esa era una sensación que les hacía sentir como su amor de fortalecía día a día.— Hora de dormir , mañana el vuelo sale temprano — anuncio, de seguro les encantaría las sorpresa que les tenía, todo gracias a esa pastelería que casualmente también se encargaría del pastel de bodas.

No podía esperar a probar los pasteles de “El Manjar del Emperador”

 

Ensayo Para la boda

Kagami seguía algo tenso por la conversación que tuviera con su hermano, realmente estaba casando y no tenía ganas de seguir con eso pero debía mostrar una cara de emoción abundante o Kuroko lo mataría.

 —Taiga, ven vamos — de pronto la voz emocionada de Himuro llamo su atención.

— ¿A dónde?—

—Tú solo sígueme estoy seguro de que te encantara — sentía que era una buena idea.

— ¿Y el ensayo?—

— ¿Realmente quieres seguir con ello? — obviamente no, pero no se lo diría de esa forma.

—Solo pienso que…—

—Es tu última oportunidad — ni siquiera termino de hablar cuando este se había levantado de la silla, seguramente se lo pensó mucho antes de dar el primer paso a la libertad.

Himuro solo sonrió al verlo tan emocionado por salir del ensayo de su boda, pero eso no era bueno ¿Cierto?, aunque él en realidad también quería salir de ese lugar, después de cuatro horas cualquiera se cansa.

Ambos caminaron por las avenidas que estaban repletas de gente, ninguno de los dos decía nada, probablemente porque no sabían cómo empezar una conversación sin disculparse por ser tan malos hermanos.

—Es por aquí — le guio, seguramente le encantaría el lugar al que lo llevaría.

Kagami no puedo evitar que una sensación de nostalgia le invadiera, esa era nada más y nada menso que una cancha de Basquetbol callejero, una que estaba llena de jugadores que no se limitaban a emocionarse desde la banca, sino más bien a sentirse jóvenes.

—Miren que tenemos aquí, ¿No son muy viejos para querer hacer deporte? — de la nada solio un tipo alto a encararlos, ambos se voltearon a ver como diciendo “Ay te hablan”.

—No es nuestra intención molestar a la juventud creo…— no sabía cómo tratar a ese tipo de personas.

— ¡Que tal chicos!, ¡Los viejos me están retando!— ¿Cuándo?, estaban sorprendidos por el cambio radical que habían dado las generación de hoy en día, ellos solo habían ido a despejarse de un ensayo de boda.

—Realmente no…—

—Esto será entre ustedes, yo y mi compañero, quien gane le dará al otro quinientos dólares — Taiga entendió que su motivo al iniciar esa discusión no fue otro que quitarles dinero, si que los estaban subestimado. Bastante.

—Como quieran — expreso Kagami emocionado, Himuro solo asintió, no tenia problema con enseñarle a unos mocosos algo de respeto y obtener dinero en el camino.

El sujeto sonrió, claramente pensó que todo sería fácil al desafiar a dos completos extraños que jamás habían visto, turistas tal vez,  la emoción por aplastarlos no podía ser mejor.

 

Restaurante muy conocido de Comida Rápida

Masaru ya estaba cansado de esperar, solo tenían media hora para comer y Taisei no se apuraba, seguramente estaría distraído con alguna cosa. Miro el reloj de una tienda cercana, era bastante complicado no tener uno pues así no sabían en qué momento debían volver.

—Lamento la tardanza — hablando del rey de roma.

— ¿Qué tanto hacías? — miro como su hermano estaba algo fastidiado, este no le respondió nada, se limito a caminar, seguramente algo extraño le había pasado.

Caminaron un par de calles sin decirse nada, Masaru comenzaba a sospechar que tenía algo importante que decir, después de toda la expresión en su rostro era incomprensible para él.

Fue cuando escucharon a la multitud que decidieron por impulso ir y ver de qué se trataba, esquivaron a varios chicos mayores que ellos, hasta que llegaron con uno que parecía estar al borde del colapso por la emoción.

 — ¿Qué sucede? — Taisei era el que meno entendía por qué el alboroto.

—Ese par de ancianos le están ganando a los reyes de la calle — su emoción era palpitadle.

—Escuchaste eso Masaru estos tipos… ¿Masaru? — tal vez fue distracción o algo mas, pero en cuanto puso real atención a lo que sucedía en la cancha no pudo dejar de observar, los movimientos de ambos hombres que no dejaban que en ningún momento les quitaran el balón de las manos, tal parecía que tenían el juego ganado, principalmente al ver a los otros desesperados por alcanzarlos, lo raro era ver a dos hombre mayores entre tanto joven, mas al ver las ropas que lucían, seguramente no eran de ese barrio.

— ¡Sorprendente!— no podía creer lo que sus ojos veían, la forma de dominar el balón, todos esos movimientos que parecían planeados desde un inicio lo llenaron de algo que jamás pensó que existiría.

— ¡Nosotros ganamos!— expreso con emoción el hombre más alto de cabello rojo, de cierta forma le recordaba a alguien.

—Paguen por favor — el otro era más bajito, pero no por eso se quede atrás, al contrario, tal parecía que  ambos eran profesionales.

—Vamos hermanos, hay que hacer esto justo, obviamente ustedes vinieron aquí a intentar quitarnos dinero — ¿Eh? … ambos se le quedaron viendo al tipo con sorpresa. —Hagamos un tres contra tres, es la última oportunidad que tengo de recuperarme —

—Si es lo que quieres — a Kagami no le agrado la idea en lo absoluto, pero si no aceptaba corría el riesgo que esos tipos intentaran otra cosa.

— ¡Vamos Roca!— grito a un hombre alto que poseía una gran musculatura, si seguramente ese sería su plan, el que ese tipo no los dejara pasar el balón  —Escojan de entre el público a su tercer jugador — tenían que pensarlo bien, seguramente esos tipos no serian de ayuda ya que al parecer le tenían miedo al grandote.

— ¿Quieres jugar? — cuando Masaru sintió que esas palabras eran dirigida a él no supo cómo reaccionar, no esperaba que realmente le hablaran, aunque muy en su interior quería probar esa sensación que solo había podido ver.

— ¿Yo? — tenía que cerciorarse de que fuera a él a quien le hablaban.

—Si — este se acerco sintiéndose nervioso, esa era la primera vez intentando algo como eso.

—Mi nombre es Kagami Taiga ¿Y el tuyo? — simplemente no sabía que decir. Sin embargo Kagami sintió que al mirar al joven, que al mirarlo… era como si estuviera viéndose a si mismo hace algunos años.

—Mateo… ¿Tu nombre es Mateo? — por un momento había olvidado la tarjeta que colgaba de su uniforme.

—Sí, si ese es mi nombre — por alguna razón no le dieron ganas de desmentir a su afirmación.

—Mi nombre es Himuro Tatsuya — le extendió la mano en señal de amista, en la tomo sintiéndose algo feliz de que lo erguieran — No te preocupes nosotros te cubriremos ¿Cierto Taiga? — hasta ese momento el mencionado parecía estar en otro mundo.

—Desde luego — sonrió para después ponerse serio, no dejaría que tipos como ese se quisieran pasar de listos.

El partido comenzó, Taisei solo se limito a verlo jugar, sorprendiéndose de la gran habilidad que poseía Masaru, realmente fue asombros verlo desenvolverse por primera vez en ese ambiente, ni con el tipo apodado “La Roca” pudieron contra esos tres, todos los espectadores estaban absortos por el  maravilloso espectáculo dado.

No hubo reproches  cuando anunciaron al ganador, incluso el hombre que los había retado reconoció el talento de los tres, inclusive de Masaru que no podía estar más emocionado, tanto que se le olvido que la ropa que llevaba puesta era la de su uniforme, tanto que olvido que solo tenía media hora comer, tanto que sin pensarlo choco manos con una sonrisa tan energética que solo fue recibida por otra enorme sonrisa proveniente de Kagami.

Ninguno de los dos sabia que decir, por su parte Himuro sintió que… al ver a aquel chico era como recordar el tiempo en la preparatoria, si era como entonces … era porque ese extraño chico le daba un aire pequeño a Taiga.

—Lo siento debo irme — apremio con prisa, no podía creer que algo tan común como el Basquetbol le hubiera distraído tanto, los presentes se sorprendieron al ver al escurridizo chico alejarse como si de ello dependiera su vida.

— ¿Ya te sientes mejor? — pregunto al ver a su hermano ya más relajado.

—Mucho, hace tiempo que no jugaba de esta forma, seguramente mañana me dolerá todo el cuerpo — ambos rieron, realmente la edad ya les estaba afectando —Es hora de que nosotros también nos vayamos, prometí ir a la conferencia de Midorima, ahí recogeré a Kuroko y a Ai — dijo comenzando a caminar, realmente ya estaba más relajado.

—Oh mi pequeña sobrina, no la he visto en un tiempo, debe estar bastante grande… pero ¿Sigue sin poder hablar? — realmente le preocupaba eso, no es que fuera un impedimento muy grande, solo se preguntaba el ¿Por qué?

—Algo así, realmente no es algo que le moleste en su vida diaria pero Tetsuya y yo estamos algo preocupados — lo decía la voz del padre que tenía algo de pánico por el bienestar de su pequeña.

—Creo que te comprendo, pero igual solo es una etapa — realmente esperaba que solo fuera eso.

 

 

Pastelería “El Manjar del Emperador”

 

Con algo de asco observaba el enorme pastel que recién habían terminado los pasteleros, quería preguntar ¿Qué loco comería eso?, pero sintió que no era el momento ni el lugar para esa clase de preguntas.

Observo como su jefe daba algunas órdenes para que se llevaran la gran masa. Escucho el teléfono sonar.

—Pastelería “El manjar del Emperador”, ¿En qué puedo ayudarle? — La voz del otro lado le explico la situación — Jefe quieren hablar sobre el pedido de el Hotel Imperio — inmediatamente el jefe contesto.

Natsuki observo cómo este parecía estar muy nervioso, la orden que tenía en manos era de al menos unos mil pastelillo, eso era bastante, se preguntaba ¿Por qué las personas ricas gastan en tantas frivolidades?, no lo entendía… mucho menos a quien había ordenado tanto pastel, alguien llamado ¿Akashi?, un nombre bastante extraño.

—Tú, mañana iras con el repartidos en la tarde — se lo quedo viendo un momento — Entregaras  los pastelillos a gente muy importante, no lo eches a perder —

—Ok — seguramente las cosas se pondrían algo. — ¿Puedo irme? —

—Sí, mañana te espera un duro despertar —la cara de burla que tenía en ese momento su jefe le dio a entender que probablemente algo tenía en su contra.

Total a él no  le importaba siempre y cuando tuviera un empleo constante. Salio del local sintiendo algo de frio, ya estaba obscureciendo, además de que estar todo el día en  una pastelera sin poder comer algo tenía que caminar hasta el departamento, pues en si no poseía otro medio de trasporte que sus propios pies.

Al caminar por las calles, comenzó a notar como todas se iluminaba por las luces de colores, esas luces destellantes que solo veía de lejos. Fue entonces que vio los copos de nieve caer, eso era malo, de cierta manera para el ya que no tenia donde refigurase, en definitiva el que nevara no era buena señal.

Seguiría caminando hasta llegar a su destino, no pararía por nada, si no seguramente el frio de la noche acabaría matándolo.

 

Centro Comercial

Una linda chica rubia parecía no caber de la felicidad al llevar con ella dos grandes bolsas de comida, al parecer una de sus compañeras tenía planeado una noche romántica con su pareja hasta que este decidió que sería una mejor idea ir donde sus padres.

Lo que significaba que la comida se quedaría para después trias; Desperdiciado, con eso en mente decido regalarlo, pero nadie quería mas comida de la que en su casa ya se estaba preparando. En cuanto escucho la noticia no pudo evitar ir y pedirle de favor que se la diera a ella, la chica con gusto se la dio pensando en que su familia estaría pasando por un momento difícil.

La emoción de llevar algo de comer a casa le hacía dar pequeños saltos de emoción, pero paro en cuanto sintió unos pasos extraños detrás de ella, ese barrio no era muy seguro así que se limito a ir con toda la seriedad posible, sentía algo de nervios al seguir caminando, alguno que otro local comenzaba cerrar, sentía que aquellos pasos se acercaban cada vez más, lo sentía demasiado cerca, el pánico recorría su cuerpo pensando lo peor.

— ¡Loise espérame!— volteo sin quererlo de tal manera que alcanzo a pegarle con las bolsas que tenía en mano.

—Natsuki, perdón — se disculpo al ver a su hermano algo impresionado por la reciente agresión.

—No… si… estoy bien, solo fue la impresión — aunque no lo pareciera la chica era bastante fuerte.

—Enserio perdón, pensé que eras una especie de maleante —

—No te preocupes, de todas formas ¿Qué llevas en las bolsas? — ambos siguieron su camino, en definitiva había sido un día malo para Natsuki.

—Comida, hoy no buscaremos en la basura, una compañera del trabajo me la regalo, realmente tuvimos suerte — para ellos el poder una comida sin la necesidad de preocuparse por morir ya era una ganancia.

Caundo llegaron todos ya estaban en el departamento, al parecer la jefa de Takeshi quería quedar bien con los altos mantos así que lo cubrió por el resto de la conferencia. Masaru y Taisei estaban felices por su increíble día, aunque se llevaron un buen regaño por parte de su jefe, al parecer se tomaba bastante en serio eso de la puntualidad.

Los cinco quedaron fascinados con la comida, en primera por ser comida echa en casa y la otra porque era gratis. Ninguno puso protesta por comenzar a comer, aunque claro se repartió equitativamente.

—Pero… ¿No estás emocionado? — pregunto Takeshi a Natsuki quien no paro de quejarse de que el día siguiente tendría que ir a repartir pasteles a un hotel bastante famoso.

—No, es decir… todos esos dulces, la verdad si no fuera porque me pagan más y comeré gratis ni si quiera me pararía por ese lugar — todos le daban un punto por eso.

—Trae algo de comida, claro si  puedes — ninguno quería que se metiera en problemas, era lo menos que necesitaban en ese momento.

Notas finales:

Hola de new, espero les haya gustado jojo

 Gracias por sus Review me hacen muy feliz Yeiiii

Dejen sus comentarios y Gracias por leer ^_~


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