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HOME por Aria Kimiharu

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Japón: Residencia Aomine

El  vuelo salía exactamente en una hora,  tenían que estar  al menos una hora antes en el aeropuerto, eso lo sabía perfectamente Kise Ryota. Pero eso no le impedía estar en su baño intentando contener las horribles nauseas que le atacaban esa noche.

—Ryota — escucho que tocaron a la puerta. Seguramente su esposo e hijo debían estar desesperados.

—Ya casi estoy listo — se levanto del piso, ya estaba todo listo, solo faltaba que se pusiera en marcha, si no la hacía pronto seguramente Akashi lo mataría por perder el vuelo.

Se miro un momento al espejo, intento poner la mejor cara, aun si suspiro sintiéndose cada vez peor. Dejaría sus malestares de lado para poder convivir con su familia, por no decir que se moría de ganas por llegar a América y ver a Kuroko, ansiaba tanto verlo.

— ¿Por qué tardaste tanto? — pregunto Aomine a su esposo una vez que este estuvo fuera del baño.

—Mis necesidades, ahora vámonos que Akashichi seguramente nos partirá en dos —menciono con poco entusiasmo, bajo las escaleras hasta la sala donde su hijo estaba esperando ansiosamente.

—Vamos o te quedas — amenazo el padre a su hijo.

—Ya voy, ya voy — en cuanto escucho sus palabras decidió que era tiempo de obedecer e ir corriendo a la puerta.

La verdad ambos estaban bastante ansiosos de viajar, necesitaban aire fresco o algo así. Subieron al auto que claramente conduciría Aomine ya que Kise al volante de vez en cuando era un peligro, paso cerca de media hora para poder llegaran al aeropuerto.

En la puerta de abordaje sus compañeros ya le esperaban con una cara de reproche clara.

—Vamos Mine chin, Meichin casi me estaba ordenando irnos sin ustedes — dijo cuando los vio entrar por la puerta de abordaje.

—Fue culpa de Ryota que se encerró en el baño — reprocho para defenderse.

— ¡Daiki no digas esas cosas!— nadie tenía por qué saber que algo le había caído mal.

—Eso no importa, es hora de abordar, nos espera una gran boda — hablo Akashi haciendo que todos los presentes inmediatamente se pusieran en marcha.

Los niños por su parte, tenían sus propias conversaciones;

— ¿Por qué tardaste Taiki?, creo haber sido clara cuando dije que puntuales, además incluso los gemelos llegaron antes — le reclamo Mei en cuanto vio a su amigo.

—Es cierto, incluso Kazuma está sorprendido —en cuanto escucho eso su hermano, le dio un codazo para que no anduviera divulgando sus reacciones ante una noticia inesperada.

—Kazuma no me interrumpas — le exigió Mei al notar el entusiasmó en su compañero.

—Yo solo decía — a veces la niña no llegaba a comprender como eran amigos, ¿Y que si sus padres se la pasaban juntos?, daba igual como lo viera no se sentía del todo a gusto cuando no obedecían lo que ella decía, solo a una persona se lo pasaría, a su pequeño hermano Issei.

—Lo siento, es que mis padres no se daban prisa, yo ya estaba listo desde hacía mucho tiempo — se defendió antes los reclamos de sus amigos.

—Bueno de todas formas no importa, ya es hora de abordar, que bueno que llegaste, si no tendríamos que lidiar con Mei solos   — aseguro Ken.

— ¿Qué dijiste? — otra disputa entre esos dos pequeños estaba por darse cuando Kazuma decidió intervenir, generalmente no lo hacía ya que él lo menos que quería era salir lastimado de esa pelea entre dos personas bastante orgullosas.

—Calma, no es lugar, además de que nuestro padres nos están esperando, hay que abordar y una vez que estamos en suelo Americano si quieren se matan, pero mientras tanto y durante el vuelo hay que tener paz — les dijo a ambos quienes ya estaban listos para comenzar una pelea.

—Hasta que lleguemos a América — casi lo dijeron al mismo tiempo ambos niños. A si los dos se fueron cada uno por su lado y con su respectiva familia.

—Gracias Kazuma, que bueno que vienes con nosotros — Taiki realmente estaba bastante feliz que al menos uno de sus compañeros de viaje estuviera cuerdo si no seguramente el viaje terminaría a la mitad del Atlántico.

En la sala de abordar, todos estaban bastante animados, principalmente porque en unas horas llegarían a ese nuevo país, principalmente Kise quien no paraba de hablar de lo maravilloso que sería cuando estuvieran allá.

—Mako chin, seguramente me extrañaste ¿No es verdad? — se alegro al verlo que inmediatamente fue a abrazarlo.

—No, y abájate que pesas — le regaño al verlo tan animado.

—Vamos los dos que reine la armonía en este vuelo  — se sentía un aura aterradora, seguramente Akashi le estaba diciendo “En donde sus gritos despierten a Issei loa avientos del avión”, nada más aterrador que alguien que no ha dormido la noche anterior. Y eso ambos lo sabían.

—Claro, Vamos Taikichi es hora de abordar — agarro de la mano a su hijo, no debía perderlo de vista por nada del mundo.

Al igual que este los demás padres tomaron de la mano a sus hijos,  estos no se opusieron pues aun dependían mucho de sus padres.

El vuelo salió exactamente en el horario determinado, pronto llegarían a su destino, verían a sus viejos amigos, irían a una tan esperada boda, nada podía salir mal en su viaje.

 

Aeropuerto de América

Tuvieron que pasar varias horas para poder llegar a su destino, varios estaba a punto de quedarse dormidos pues el vuelo llego en la madrugada. Cada uno cargaba a sus hijos, ya que estaban muy dormidos debido al movimiento del avión.

—Díganme que ya vinieron por nosotros —pidió Kise al ver que todos sus amigos no parecían tan acabados como él, hacia mucho que no volaba y menos como pasajero, aunque la primera clase no estaba del todo mal.

—Vamos Ryota, ¿No me digas que la edad ya te afecto? —Akashi le sonrió al verlo tan agotado por un simple vuelo,  Kise por su parte no supo que decir.

—Akachin, después molestas a Kisechin ahora hay que ir al hotel o Meichin se enfermara — como el padre preocupado que era debía cuidar de la salud física de su hija.

—Espero que la boda realmente sea buena— le dijo Makoto a esposo quien cargaba a los gemelos. Hanamiya simplemente no estaba de humor para ayudar.

—Estoy seguro de que si, además de que es Himuro, probablemente hulla en medio de la ceremonia — eso a oídos de su esposo le pareció interesante. Kiyoshi ya se había acostumbrado a decir ese tipo de cosas para no hacer enojar más a su amando esposo, quien no estaba de humor para salir del país.

—Interesante —

Enseguida todos subieron a los autos, que muy amablemente Akashi había rentado para que los llevaran al Hotel, tenía todo perfectamente preparado, especialmente para el día siguiente donde un desayuno especial los esperaba, seguramente le encantaría a su hija y a los hijos de sus amigos. No podía esperar a que amaneciera.

Al llegar al enorme Hotel, todos fueron recibidos por la gerencia pues no por nada el lugar le pertenecía a la familia de Akashi. Cada uno agradeció la hospitalidad, en cuanto les dieron las llaves de su respectiva habitación, fueron casi corriendo ya que sus hijos no eran exactamente muy ligeros.

Ya solo quedaba dormir y levantarse con mucho ánimo en unas cuantas horas, ya que seguramente sus pequeños se levantarían temprano, mas ellos intentarían pedirles cinco mas, cosa que obviamente no pasaría.

 

Hogar Temporal 6:30 am

 

— ¿Ya te vas?, pero el desayuno es a las nueve — menciono Loise al ver que su hermano se estaba preparando para salir. Aun no salía él sol y las calles estaban bastante solas a esas horas.

—Pero jefe nos quiere  a las ocho, y me tengo que ir caminando, no es que quiera si no que debo irme a hora o seguramente no llegare a tiempo.

Entendía la situación, después de todo Natsuki era el más responsable de todos, no le gustaba llegar tarde, menos cuando las personas a  las que debía a tender eran tan especiales  con eso de la puntualidad.

—Quisiera acompañarte… el centro comercial está cerca del hotel y yo tengo que estar allá a  las diez, ¿Quieres? —

—Por supuesto, solo hay que avisarle a Takeshi si no seguramente comenzara una búsqueda implacable por nosotros —los dos se rieron de eso ya que era verdad, a veces el chico podía ser bastante paranoico en algunas cosas.

—Si claro — con eso y después de avisar se pusieron en marcha, tenían que caminar bastante pero seguramente con una hora y media de anticipación si lograban llegar.

Estaba acostumbrada a caminar grandes distancias por lo que no fue difícil emprender el viaje, platicaron esa mañana sobre muchas cosas. Natsuki fue el primero en tocar ese tema, un tema que al parecer no era muy de su agrado.

—Si tuvieras la oportunidad de ver a tus padres aunque sea una sola vez, ¿Qué le dirías? — debido a  las malas influencias que recibían en aquel orfanato le costaba hablar del tema.

—No lo sé, es decir hay muchas cosas que quisiera preguntar, que me gustaría que me dijeran, yo… no lo sé, Natsuki eso de conocer a mis padres solo es una ilusión , no dejes que te afecten mis deseos  — ella sabía que su hermano no le gustaba decir o hacer algo referente a esas personas.—¿Tu que les dirías?—

—Que los odio —

—Natsuki…— un sentimiento de aflicción nació en Loise. —Ellos me abandonaron, nadie me quiso ¿Qué se supone que me dirán a mí, si alguien día los veo?, no creo que haya justificación para ese tipo de cosas —

—Creo que es mejor que corramos, tu las traes — le toco el hombro y comenzó a correr.

— ¡Eso es trampa!— grito el otro al ir corriendo tras ella.

Las calles ya estaban llenas de nieve, seguramente dentro de poco comenzaron a pasar barredoras para quitarla.

Corrieron lo más que pudieron, además de estar jugando entre ellos, la hora para llegar al lugar se estaba acercando. Fue suerte que llegara justamente a la hora pactada para poder entras al hotel. Según las ordenes de su jefe debían entrar por la parte de atrás del hotel, en ella los empleados que atenderían esa mañana ya estaban formados.

Loise se despidió de Natsuki ya que ella no podía entrar.

—Escuchen, tenemos una hora para acomodar todos los postres que ordenaron en las charolas, los meseros estarán aquí en un momento, no quiero errores, quien ose cometer uno, que se prepare para ser despedido — enseguida les ordeno que podían entrar. Seguramente sería bueno ver un lugar que si estuviera limpio. —

 

Hotel 8:00 am

Los preparativos ya estaban terminados. Aun así una reunión muy esperada se llevaría  a cabo en una de las salas que el Hotel tenia para reuniones importantes.

En la sala ya estaban reunidos absolutamente todos, solo faltaban los invitados especiales, a quienes no veían desde hace algunos días, pero principalmente a quien no veían desde hace años.

— ¿A quién esperamos? —pregunto uno de los hijo de Makoto.

—A un torpe y a otro a un más torpe — le sonrió para que se quedaron quietos, no había dormido bien en el avión por lo que no estaba de muy buen humor.

Enseguida apareció uno de los que tanto esperaban, Midorima, Takao, Yuki y el pequeño Kei, enseguida las dos mejores amigas se saludaron.

 — ¡Midorima!—

— ¡Akashi!—

Las dos se miraron fijamente, como las buenas amigas que eran.

—Que gusto verte —

—Lo mismo digo —

Siempre tan cordiales.

—Hola Yuki — saludo Taiki.

—Hola y Hola Ken, Kazuma —

—Nos alegra que no hayas muertos por el frio — eran niños le encantaba jugarse bromas.

—Takaochi… déjame ver a esa bolita — dijo Kise refiriéndose a su pequeño bulto que traía en brazos 

—Ahora viene lo interesante — enseguida apareció la familia perdida, Kagami, Kuroko y la pequeña Mei.

— ¡Kurokochi!— esta vez grito al verlo, enseguida no pudo evitar abrazarlo, hacia tanto que no se veían que sentía como si fuera la primera vez que se conocían o algo así. El abrazo parecía no acabar, ya que Kise no lo soltaba por nada.

—Tetsuya — enseguida Kise fue desplazado por Akashi quien le extendió la mano en señal de que lo había extrañado.

—Kuro chin — Murasakibara por su parte le acaricio la cabeza como lo hacía en los años de preparatoria y como en aquellos años el otro le aparto.

—Tetsu — esta vez fue Aomine quien le dio un enorme abrazo a su amigo.

—Kuroko  —Hanamiya al igual que Akashi le extendió la mano,  amablemente le intento sonreír, pero eso no era lo suyo.

—Me alegra verte de nuevo — Teppei por su parte le dedico una amable sonrisa para que este se sintiera  a gusto.

Y Kagami, bueno el parecía estar pintado en la pared porque nadie le hizo el menor caso, hasta que se percataron de nuevo, todos le dieron un cálido Hola.

—Me alegro de verlo de nuevo chicos — decía sinceramente el objeto de atención de la reunión.

Las sonrías no podían ser más grandes, después de todo hacia tanto que no se veían que probablemente habían olvidado cómo eran físicamente.

Por su parte Ai se quedo intrigada de saber quiénes eran esa personas, parecían bastante cercanas a su padres que no dudaba que fueran buenos amigos.

—Ai, quiero presentarte a mis amigos — Yuki le hablo e inmediatamente esta se acerco, se sentía bastante inquieta de estar cerca de esos niños, generalmente no le agradaba la compañía.

—Mi nombres es Akashi Mei, mucho gusto… llevémonos  bien —

—“Si claro”— escribió en el cuaderno que llevaba en manos y se los enseño, temía que los niños se rieran de ellas  a sí que solo espero a escuchar alguna risa, pero nada de eso paso.

— ¿Te  gusta jugar? — de pronto se apareció frente a ella Taiki quien parecía bastante intrigado. Ai  simplemente asintió. — A mi también, por cierto soy Aomine Taiki.

—Yo soy Ken —

—Yo soy Kazuma —

Pocas veces había visto gemelos y las posas veces los miraba de lejos, ahora tenía a un par frente a ella.

—“Mucho Gusto, Soy Kagami Ai” — escribió en su cuaderno para enseñárselo a todos.

— ¿De dónde eres? —caundo escucho la pregunto no pudo evitar sentir bien, casi siempre le hacían mismas misma preguntas todo el tiempo, ¿Por qué no hablas? , ¿Eres retrasada?, cosas que no le agradaba para nada.

—“De Japón, pero por  ahora estoy viviendo en Inglaterra” —

—Oh una extranjera, interesante, ¿Cómo es por donde vives? — cada pregunta que le hacían era referida a de donde venia, que cosas le gustaban entre otras.

Ai se preguntaba el por qué tenía que conocer a niños tan raros, pero eso era bueno, a si tal vez podía hacer algunos amigos.

—Bakagami, ¿No quieres presentarnos  a la pequeña? — pregunto Aomine al ver que la plática entre los adultos había dejado a un lado a la pequeña.

—Calla Ahomine, Ai cariño ven un momento — pido Kagami enseguida du hija se acerco hasta donde estaban. —Quiero que conozcas a unos buenos y no tan buenos amigos.

—Mi nombre es Akashi Seijuro mi esposo Murasakibara Atsushi y nuestra hija a la que creo que ya conoces Mei — le sonrió  al pequeña, esta miro atentamente a la familia le recordaba un poco  a la suya —Y no olvidemos a Issei, —Murasakibara le mostro al pequeño. Ella al verlo sintió una ternura que solo los bebes provocan.

—Gusto en conocerte Aichin — al igual que con Kuroko este le dio unas palmaditas en la cabeza. Solo que esta la recibió de buena manera.

—Hola pequeña Aichi, Mi nombre es Kise Ryota, mi esposo Aomine Daiki y mi hijo Taisei , no sabes cuantas ganas tenia de conocerte pequeña — le abrazo bastante feliz — Te vi caundo apenas eras una bebe y ahora estas tan grande, como pasa el tiempo — su voz se quebró un poco al recordar que ya habían pasado los años.

—Hola hija de Tetsu — al parecer Aomine no tenía otra coas menor que decir.

—Ahora vamos nosotros, Ellos son nuestros padres Hanamiya Makoto y Kiyoshi Teppei… y a nosotros ya nos conoces ¿Alguna duda? — los gemelos se tomaron la libertad de hablar pos sus padres.

—Vamos chicos, déjennos presentarnos nosotros… Hola pequeña fui con tus padres a la escuela preparatoria, espero llevarnos bien — Kiyoshi era muy amable e inmediatamente Ai le pareció una buena persona.

—Yo soy Makoto, un placer — pero su esposo era algo áspero al hablar, aun si se notaba que tenían una hermosa familia, casi tan bonita como la de ella.

Cuando terminaron la presentación fue hora de que pasaron todos al comer principal donde ya todo estaba preparado. Al entrar pudieron ver la increíble decoración que acompañaba a las 5 mesas que estaban repartidas en la mitad del salón.

—Sean Bienvenidos. A este su hotel — un hombre  aprecio para darles la bienvenido, todos lo miraban algo sorprendidos. —Por favor tomen asientos donde se les indica — enseguida notaron en las mesas una pequeña tarjeta que tenía el apellido de la familia que debía sentarse en cada una.

Todos se sentaron esperando ver algo realmente impresionante, además de que el hotel había decorado todo muy Navideño, no era extraño debido  a las fiestas que se aproximaban.

— ¡Es Hora del desayuno!, Disfrútenlo y de postre una grata sorpresa —

En el salón se encontraba un escenario donde el hombre hablaba, las cinco mesas estaba colocadas en la parte izquierda del salón dejando la mitad sola. En la parte Derecha se encontraban carios ventanales que daban a lo que parecía un jardín, toso adornado con escarcha. Algunas frutas, moños.

—Qué lindo lugar, ¿Te gusta Taikichi? — el niño solo asintió sintió, lo que realmente quería era ponerse a jugar con sus amigos.

Las mesas estaban muy animadas ya que la familia se encontraba elogiando el lugar. Y todos se hacen la misma pregunta; ¿Cuándo aparecerían las razones para viajar a América?

—Ryota  comete todo — agrego Daiki al ver que su lindo esposo le hacía pucheros a la comida.

—Es que sabe extraño —

—Ni si quiera tu hijo hace esos berrinches, come de una vez —

—Sí, sí, oye solo nos falta ver a los lindos novios, no puedo crees que Himurochin vaya a casarse, es que es tan gracioso —

—No le encuentro la gracia, es solo una boda —

—Lo mismo dijiste de nuestra boda, si seguramente…—

—No es verdad, deja el pasado donde esta  —

El niño se los quedo viendo un momento, a decir verdad él no sabía exactamente como había sido la boda de sus padres, solamente había visto las fotos que se dignaron a enseñarles de esa memorable ocasión.

En la mesa de los Midorima, solamente una persona hablaba y esa obviamente era Takao, quien no dejaba de decir lo emocionado que estaba de que todos estuvieran juntos en una ocasión tan especial.

Ni su esposo e hija le ponían mucha atención, pues eso mismo les había repetido los últimos tres días, generalmente intentaban disimilar su falta de interés pero esta vez ni el intento de disimular estaban haciendo.

Kiyoshi  por su lado estaba intentando que sus hijos comieran esa comida tan extraña que les habían preparado, querían que se portaran bien al menos por una vez.

—No sabe fea —

— ¿Cómo lo sabes?, este lugar es extraño —

—Vamos Ken, Kazuma, tiene que comer si no como pasaran todo el día corriendo, hay actividades planeadas para hoy deben saber que…— las caras de sus hijo detonaban un claro “No me importa”

—Escuchen par  de hijos míos — esta vez hablo Makoto, en su interior ya estaba harto de escuchar como sus hijos no querían comer —No querrán que pase lo de la ultima vez ¿O sí?, ¿A caso quieren verme sufrir? — el simple recuerdo de cómo su progenitor había caído en el suelo cuando ellos no querían comer les dio algo de miedo.

—Está bien —los niños no les quedo de otra más que obedecer.

— ¿Qué paso ese día por cierto? — Teppei se quedo con la duda la vez pasada, pero ese sería un buen momento  para volver a preguntar.

—Nada cariño —ese era un “No preguntes”

 

Paso un rato en que todos reían, comían, se dedicaban algunas palabras, casi la mayaría estaba terminando su desayuno tomándose el tiempo pertinente.

La familia de Akashi termino su comida, mientras de reojo veían a sus amigos quien también terminado el desayuno, con eso en mente dio la orden de pasar al postre.

Cuando noto que ya todo estaba listo decido levantarse para dar un aviso importante con respecto a las actividades de ese día. Tal vez fue por su estatura o porque simplemente así debía pasar, pero sin querer se topo al levantarse con una charola de pasteles, solo sintió el golpe y como la persona con la que choco terminaba en el piso.

No pudo verlo bien, pero por alguna razón se le vino a la cabeza un recuerdo, un recuerdo que no pasaba por su cabeza desde hacía un tiempo. Cuando Natsuki comenzaba a caminar y sin quererlo se caía hacia a tras, pero en vez de llorar simplemente reír y volvía a levantarse-

—Natsuki…—

 

En la Habitación de al lado del salón 15 minutos antes

— ¡Chicos! — Su jefe al parecer no estaba de buen humor y eso que había llegado temprano — Ya casi es hora del postre, así que por favor no lo arruinen — su cara de espanto era fatal, después de todo atendería a alguien importante.

—El viejo esta amargado, será mejor que nos apuremos — menciono una de las compañeras de oficina. Fue entonces que un ruido casi hace que los presentes se conmocionaran, una de las chicas sin querer tropezó.

— ¿Está bien? — pregunto el jefe.

—Creo que se rompió un tobillo y es una de las meseras —

—Tú, si tu — Natsuki quien se encontraba ajeno a todo la situación se quedo pasmado — ¿Sabes cómo servir?, no importa tú la remplazaras ya no hay tiempo.

Todos comenzaron a movilizarse mientras el chico se quedaba de piedra, el si sabia servir debido a que en el orfanato le enseñaron, una de las pocas cosas que le servirían en la vida, aun así no se sentía capaz de entrar con todo esa bola de alzados que seguramente creían que el mundo les pertenecía.

—Estarás bien — otra de sus compañeras lo animo, el no necesitaba que lo animaran, quería no tener que pasar por semejante humillación de ser quien cometiera un error.

—Ojala nada salga mal — pidió en voz baja.

 

Ya eran cerca de las 10:30 am, todos habían terminado de comer, seguramente solo estaban esperando el postre, un postre que prometía ser el mejor.

Enseguida entraron algunos hombres y mujeres que parecían ser meseros.

— ¡Mis Amigos!— de nuevo el hombre que les recibió — Es hora de un postre muy especial, esperen a disfrutar de una delicia. ¡Adelante chicos!— enseguida los meseros entraran para darle así mostrarle a cada una charola con diferentes postres.

Natsuki estaba muy nervioso, en el fondo se sentía bastante intrigado por el saber de los dulces, pero ese no era el momento para recordar ese tipo de cosas. Le tocaba servir a la mesa…

Puedo haber sido cualquier persona en cualquier otro lugar, pero no. Tenía que ser precisamente él, justamente cuando le dijeron que no  cometiera ningún error, solo sintió cuando sin poder hacer nada uno de los presente se levanto de su silla para toparse con él y darse un buen golpe que lo llevo a caerse y tirar la charola llena de de postres. En algún momento creyó escuchar su nombre… seguramente su he le estaría llamando.

— ¡Lo siento tanto!— de inmediato su jefe fue a disculparse, se sentía mal de haber cometido un error, es que era insoportable esa sensación de culpa. Cuando pensó que todo termino, sintió una mirada que le parecía extrañamente familiar.

— ¿Estas bien? — sus palabras no estaban cargadas de enojo como él pensó, ni si quiera parecía importarle la humillación frente a sus amigos.

—Si— enseguida se levanto del piso, debido al golpe no pudo sostenerse de nada así que termino en el piso. —Lo siento, no quería…—

Al ver de frente a quien le había golpeado, se sintió algo abstraído, su mirada era de una especie de preocupación que no alcanzaba a entender.

—No te preocupes, yo tuve la culpa — la forma educada de decirle que lo sentía le pareció agradable.

—Akachin ¿Estas bien? —se sintió algo intimidado de aquel hombre que era mucho más alto que el otro, por un momento agradeció que a quien le pego fuera el bajito.

—Lo estoy, solo hay que traer más postres — sonrió amablemente, en ningún momento se sentí molesto por lo ocurrido, un error aso no era para hace un espectáculo.

De esa mesa Natsuki observo a una niña que le mira como con alegría, se levanto de su mesa para ir corriendo hacia donde él estaba…

— ¡Realmente lo siento!, este chico recibirá un castigo — eso no se lo esperaba, pero seguramente seria para obtener puntos con la persona frente a él.

—No hace falta, ya dije la culpa la tuve yo. ¿A caso quiere darme un castigo a mí? — eso era nuevo, jamás en su vida nadie lo había defendido o y ahora aun completo extraño estaba dando la cara por él, Por alguien que ni si quiera conocía.

—No llores, todo está bien — la niña le hablo con una sonrisa, lo que le sorprendió fue que viera a través suyo como si supiera lo que sentía— Te lo regalo — la pequeña había tomado uno de los postres que había elegido especialmente para ella.

—Gracias — esa no había sido una mañana tan nefasta como pensó.

—Disculpe, no era mi intención ofenderlo — su jefe era el que parecía haber cometido el error. No cabía de la vergüenza y eso en cierta forma le agradaba, pocas veces podía ver a alguien tan arrogante siendo avergonzado.

—De todas forma aquí no ha pasado nada, sigamos con el postre — ambos se miraron un momento Akashi se sintió extraño al defender a aquel chico, fue como ver por un momento a su hijo pero  no pudo verlo bien pues llevaba un gorro como de pastelero, se veía demasiado joven para serlo, pero los niños prodigio de hoy en día seguramente no faltaba en esa gran ciudad.

Natsuki al ver el postre que le reglaron, fue como si ese recuerdo lo estuviera persiguiendo. Uno que no podía olvidar pero que por primera vez le agrado recibirlo.

Seguramente su jefe lo regañaría  peor aun lo despediría después por semejante metida de pata, pero no le importaba.

—Pórtate bien —al sentir la mano del grandote acariciando su cabeza sintió algo diferente.

Murasakibara por su parte sintió  que se estaba quedando atrás en darle algo a ese chico, pero aun así se sentía  a gusto al ayudarlo. Tal vez había sido porque al fin por una vez su Akachin logro imponer su autoridad de nuevo, nada podía hacerlo más feliz que eso.

Sin ninguna duda.

Natsuki tuvo que regresar a la cocina donde su jefe no le digo más que:

—Estas despedido —

—De todas formas a mi ni me gustaba su apestosa pastelería —

—Por cierto, tienes que pagar por ese pastelillo—

—Ni lo sueñe, el Sr me lo regalo, así que puedo ir y decirle que me de otro por que usted me lo quito — su jefe gruño, seguramente quería golpearlo, pero no se atrevería estando en ese lugar.

—Solo lárgate mocoso—

—Pero antes pague los días que estuve trabajando para usted— no podía irse con las manos vacías, seria decepcionante, sus hermanos se esforzaban para tener un empleo y ahora el perdiendo el suyo, necesitaba reflexionar mucho sobre lo que haría a continuación.

—Mira niño, te daré la oportunidad de seguir con el puesto solo si pides perdón de rodillas —

— ¿Y puedo quedarme con el pastel? — a decir verdad había pasado tanto tiempo con la mujer del orfanato que el pedir perdón de rodilla era lo más simple que le habían pedido hacer.

—Quédatelo — debía hacerlo por sus hermanos aunque le molestara estar cerca de ese hombre que lo único bueno que tenia eran sus recetas de pasteles, que seguramente no eran suyas.

—Perdón Jefe, no volverá a suceder — quería gritarle en su cara lo nefasto que era, pero aun así debía pensar en su familia, en lo único que tenia y por lo que valía la pena hacer todo lo que estaba haciendo.

—Para que sepan quién manda — les menciono a  sus otros empleados, quienes solo podían apoyarlo en silencio. —Vete a la pastelería,  seguramente  haces mejor trabajo cuando solo estas sentado atendiendo el teléfono…— simplemente deseaba que esa humillación fuera cobrada en algún momento.

Salió de aquel lugar con una sonrisa peculiar, nunca pensó que alguien podía defenderlo de esa manera, para él fue tan conmovedor, era como si por un momento hubiese tenido una familia. Se guardaría esa sensación ya que él era uno de los que menos quería saber sobre su padres, solo era superado por Masaru.

Por un momento lo dejaría pasar.

Con una felicidad interior, tomo el pastelillo y lo comió, en el fondo el amaba los dulces.

 

Notas finales:

Holas mis niños(?)

Lamento la tardanza, pero ya regrese  al escuela entonces pues tal vez tarde un poco en subir capitulo pero no sera tanto como esta vez XD, ¿Cuanto fue? , tres semanas tal vez jojo

Gracias a todos por sus comentario mi ser feliz, espero les gusto el cpaitulo auqnue me quedo muy largo o al menos eso pienso, a lo mejor los prefieran asi o tal vez no XD

Dejen sus comentarios y Gracias por leer n_n...!!!!

P.D. Gracias por llegar al cap 20, y contestare sus lindos cmentarios mas al ratito jiji


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