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HOME por Aria Kimiharu

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— ¿Eres tu Nora? —Kuroko inmediatamente intento acercarse.

—Buenos días —respondió ella e inmediatamente Masaru no pudo evitar cuestionarse de donde se conocían.

— ¿Qué hace aquí? — pregunto acercándose un poco, a veces solía cruzar su recuerdo cuando pensaba en su hijo.

—Yo no...—Nora se aprendió de memoria lo que ellos le habían dicho que dijera. Cada palabra, con puntos, comas, todo es y en ese momento al verlo no puedo decirle  nada, su vida estaba en peligro, su familia también, todo lo que ella ahora amaba estaba en peligro y simplemente no quería perderlo — No sabía que estaban aquí — contesto al fin.

—Sí, mi familia y yo vinimos  a una celebración — aún se sentía extraño hablarle como si no hubieran pasado ya años.

—Bueno, que bien que todos parecen ser muy felices — intentaba no ponerse nerviosa o quizá se delataría.

—Es algo que pasa cuando pasa el tiempo. Pero, ¿Qué haces aquí?—esa era una buena pregunta.

—Ahora trabajo en algo así como asistencia social, después de lo ocurrido con ellos yo me mude a este país...—

—Lo sé —

—Creo que es mi forma de quitar mis culpas — dijo sintiéndose miserable por la manera en terminarían las cosas.

—Entiendo — a pesar de estar feliz de verla, no entendía la razón de permanecer alejado de ella. — ¿Quieres pasar a saludar?, estoy seguro que los demás les daría gusto saber de ti. —intento negarse, pero tal vez eso se vería demasiado sospechoso.

—Si, por supuesto— Kuroko  iba a decir algo más cuando sintió a alguien de tras suyo.

 

En Otra estancia del Hotel

— ¿Qué sucede Momochi? — pregunto Kise algo inquieto, pues el amiente cambio mucho desde que Kuroko fue internado en el hospital, sabía que algo malo estaba sucediendo en medio de tanta luz y buena disposición.

—Lo siento — no puedo decir más que eso cuando los vio parados esperando una respuesta.

— ¿De qué hablas Satsuki? —Aomine no podía creer que su amiga de la infancia estuviera llorando como si hubiese hecho algo malo.

— ¿Te siente mal?, ¿El maldito de tu esposo te engaño? — ella por su parte soltó un bufido. Sus amigos parecían estar tan preocupados.

—No, claro que no —se detuvo. Intento poner una cara de confianza.

—Es algo acerca de Loise— dibujo una media sonrisa en su rostro.

— ¿Qué sucede con eso?, ¿Encontraste a los culpables? — pregunto su amigo  quien parecía calmado.

—No—

Ambos se miraron intentando descifrar la noticia que su amiga quería darles.

—Hice una investigación y los cuerpos que están en el cementerio no son de ninguno de sus hijos, posiblemente fueron traídos a este país y aun sigan con vida — lo dijo tan rápido como pudo y pedía  a gritos que no le hicieran preguntas.

—Oh si esto debe ser muy doloroso para ti —Kise para supresa de Momoi estaba sonriendo— Gracias, realmente te lo agradezco  — su calma parecía tan sincera  que simplemente la chica no dejaba de verlos con desconcierto.

— ¿Qué? —

—Nosotros ya lo sabíamos —

Y fue como si el tiempo se detuviera. Hasta que pudo formular la pregunta.

— ¿Desde Cuándo? —

—Cuando se lo dijiste a  Shintaro y Kazunari — en su voz se notaba algo que no había sentido en  mucho tiempo: Culpa. — En ese momento no sabía cómo reaccionar así que simplemente decidimos que no diríamos nada hasta que tu hablaras con nosotros — respondió intentando poner su mejor cara.

—Yo no...—

—No somos solo nosotros Satsuki — Aomine hablo poniendo una mano en el hombro de ella, la miraba como si fuera a romperse — Tu sufres igual o más que nosotros, esto es una noticia que nos mantuvo en shock todo el tiempo hasta ahora,  pero simplemente no podemos dejar que esto nos destruya, y no podemos dejar de sentirnos agradecidos contigo.

Entonces ella se levantó de la silla, sintiendo las lágrimas recorrer sus mejillas, el solo sentir el calor de los brazos de sus amigos sobre ella, dejándola sentirse tan amada, ella entendía su dolor y sabía que ellos entendía el suyo. Eso era parte de la hermosa familia que había conseguido.

Al fin pudo sentirse como si todo estuviera bien.

 Ellos estaban aliviados, porque hasta ese  momento estaban muy preocupados, no era justo que ella tuviera que cargar con todo, Loise podía estar viva, al igual que era una noticia que traía felicidad, también carga consigo demasiado estrés al pensar en los trece años en los que no saben nada sobre donde puede estar.

—Los quiero — sonrió al soltarlos.

—Ten por seguro que nosotros también — respondió Kise — Te amamos mucho— y de nuevo se abrazaron.

Hablaron durante unos minutos más, tenían mucho que decir, cosas que planear. Pero Momoi aun guardaba un secreto. ¿Les diría la idea que tuvo la noche anterior?, podría ser demasiado pronto para eso o tal vez...

Antes de decidirse tocaron a la puerta. Los tres pensaron que era un importuno hasta que vieron entrar a Takao quien con una sonrisa.

— ¡Nora está aquí!— ese nombre sobo por todo lo alto, pero a Momoi no le agrado mucho el escucharlo, no podía creerlo, pero ahora sus sospechas se hacían más grandes. Nora y Loise... Nora.

—Enseguida vuelvo chicos—seco sus lagrima, tenía que ver algo por sí misma.

—Estoy asustado Daiki — Dijo cuando al fin se quedaron solos.

—Yo también Ryota — había miedo rondando, quería n sentirse seguros de lo que tendrían que hacer pero nada estaba más. —Sin embargo Loise está en algún lugar, estoy seguro que donde quiere que este, vamos a encontrarla y posiblemente nos perdone — porque siempre existía la posibilidad de que su hija los odiara.

—Vamos que no podemos hacer que los chicos se preocupen — salieron de la habitación un poco más calmados, de verdad que necesitaban hablar sobre ello o se volverían locos en algún momento.

 

 

Mientras tanto en donde aún se veía las envolturas de regalos esparcidas por todos lados Taiki comenzó a preguntarse dónde estaban sus padres.

— ¿Qué te pasa? — Mei le pregunto.

—No, es que no veo a... — se calmó cuando los veía regresar.  — No, nada —

Ai que aún estaba abriendo un regalo, se levantó y le extendió el regalo a su padre, no podía abrirlo así que era mejor pedir ayuda.

— ¿Quieres que lo habrá? — pregunto Kagami, como si no fuera obvio, pero debido a que su hija era un tanto impredecible siempre era mejor preguntar primero.

Cuando ella asintió tomo el regalo y comenzó a abrirlo, según recordaba eso era un suéter, al abrirlo corroboro su teoría, era el suéter que ella quería desde hace algún tiempo. Inmediatamente la niña lo tomo en sus manos y se fue corriendo  ya que quería que su madre se lo pusiera. Obviamente a Kagami eso no le sorprendió despee de todo  Kuroko había sido quien sugirió el regalo.

Si mal no recordaba  su madre había seguido a... cuando al fin pudo verlo fuera del hotel inmediatamente fue hacia él. Pero había algo extraño, una mujer que parecía estar a punto de llorar. Intento ir hacia donde ellos estaban, sin embargo al notar que venían de vuelta se  quedó parada un momento.

—Ai, es hora de despedirnos— En su cabeza se hiso la pregunta “¿De quién?”— Mateo y sus hermano irán  con alguien que los cuidara mucho — con eso tuvo suficiente para ver al chico y a la mujer con una mirada de sorpresa.

—Iré a llamar a mis hermanos — anuncio Masaru, quien de alguna forma sentía la necesidad de decir “No”, pero eso era algo tan ridículo, que inmediatamente lo descarto. Él no tenía ninguna razón para quedarse.

Al entrar de nuevo allá a sus hermanos bastante animados con el regalo que les habían dado y al ver a Nora, inmediatamente todos quedaron sorprendidos.

—Un placer verlos a todos de nuevo — sonrió, intentado que no se viera demasiado forzado—Espero se encuentren bien —

—Nora — Akashi fue educado — Un placer verte de nuevo. ¿Qué estás  haciendo aquí? — le sorprendía realmente verla.

—Vine por estos chicos — inmediatamente al igual que Masaru, todos fueron a abrazarla, la habían extrañado —Ellos son mis protegidos —dijo ante tanto abrazo y remordimiento que no dejaba de fluir.

—Que sorpresa encontrarnos, y lo más raro es que todos aquí te conozcamos  — Kise realmente estaba sorprendido, pero más que nada pensó que era algo así como una coincidencia del destino, ya que estaban destinos a ayudar a una conocida, quien además fue parte de aquel suceso que marco su vida.

— ¿Desean quedarse para el desayuno? — pregunto Takao cuando vio que estos parecían estar  en un momento de pausa.

—No, perdón no, solo que planeaba que ellos y yo pasáramos juntos solo los dos — Nora sabía que tenía que salir de ahí antes de que cometiera algún error. Tenía que darse prisa.

—A todo esto. ¿Cómo supo dónde estábamos? — Takeshi le pregunto, no era que no estuviera feliz de verla, es solo que era demasiada coincidencia, más cuando ella fue quien dijo que no podía quedarse.

 —Eso ahora no es lo importante, quiero que comencemos una vida mejor por eso estoy aquí — sonrió abrazando al chico, sabía que era bastante difícil engañarlos, pero no quería que esos hombres entraran a la fuerza y causaran caes en sus vida, más del que posiblemente ya estuvieran causando.

Fue más su sorpresa al ver a los pequeños nuevos integrantes de la familia, cada uno se presentó con algo de inseguridad, en su vida habían visto a esa mujer, de pronto parecía ser una conocida de sus padres pero en si no se veían muy felices de verla.

—Qué lindos niños — dijo intentado acercarse pero ninguno dejo que lo hiciera.

— ¿Quién eres? — enseguida Mei le pregunto.

—Nora, hace mucho tiempo que conozco a tus padres — sonrió, ahora que lo recordaba su hermano fue la razón de que ella pudiera entrar a su casa.

— ¿Cómo? — De momento una idea se le atravesó  — ¿Acaso tu...?—

—Debemos irnos, tengo una camioneta en el estacionamiento así que es mejor partir de una vez — si decía el nombre de su hermano, si lo decía todo terminaría. Y ellos...

— ¿Por qué la prisa? — Loise se quedó esperando una respuesta, no entendía porque debían apresurarse, esas personas habían sido amables, incluso cuando Taisei se enfermos — Aun no podemos irnos, aún se encuentra algo delicado tuvo una operación — eso no lo había previsto.

—Es cierto Mamá, no hay prisa — Nora cada vez sentía como se iba acorralada.

—Tal vez podamos verlos antes de que se vayan — ella propuso —Pero lo mejor es que los dejemos pasar las fiestas en familia— esas palabras les provocaron una sensación agridulce. Si, lo sabían, ellos no era nada suyo, pero en ese momento estaban despertando de un  pequeño sueño que sentían tan real.

—Eso es cierto chicos, ellos han sido muy amables pero creo que ya es hora de  irnos — Taisei fue el primero en hablar, porque debido a lo que sucedió la noche anterior ya no estaba tan seguro de querer pasar más tiempo en ese lugar. No era suyo, no lo era.

Loise se sintió abatida con esa confirmación, era como no tener una idea clara de lo que estaba sucediendo, primero ellos, después su madre, fue de una manera sumamente extraña, no tenía como expresar su inconformidad con ello.

—No es molestia — hablo Takao rápidamente — Aun te consideramos parte de esta familia Nora-chan — crueles palabra que salieron sin querer, Nora no merecía eso, no merecía que ellos si quiera le miraran, con eso en mente aun no pudo hablar lo que estaba matando por dentro.

—Gracias, gracias por eso — agacho su cabeza — Pero debemos irnos — esta vez los chicos se sintieron más obligados a irse, no solamente por no tener razones para quedarse, si no porque ella parecía incomoda, como si el verlos fuera algo que le causara dolor.

—Es hora de devolver esto — dijeron señalando la ropa.

—Quédense con todo, realmente queremos que lo conserven — Kuroko sonrió amablemente, mientras Ai a su lado los observaba — Taiga hay que ayudar al chico, ¿Cómo piensan irse? —

—Están esperándonos en el estacionamiento, así que todo estará bien — aseguro  mientras los chuicos comenzaban a despedirse. Los más pequeños parecían algo confundidos mientras  más lo pensaban esa mujer daba un aire de desconfianza.

Cuando se despidieron no parecía ser tan malo, posiblemente volverían a verse en algún momento, en algún momento.

Se desearon un buen viaje, pero nadie lloro no abrazo, nadie sentía que fuera realmente necesario hacerlo, ya que si lo hacían no tendría ningún caso, los extraños debían quedarse como eso mismo, extraños.

Cuando se sintieron lo suficientemente incomodos para quedarse más tiempo simplemente se retiraron, todos a excepción de dos personas. Una de ellas al parecer no estaba lista para que todo eso sucediera.

Ai solamente vio como ellos subían a la camioneta y una sensación de vacío se aperaba de su entorno. Lo sabía y debía decirlo.

Pero era como si fuera la primera vez, así que simplemente fue hacia donde necesitaba ir. Tomo de su suéter a Masaru, el al verla se sintió realmente triste, no sabía cómo es era eso posible.

—Fue  un placer conocerte — le dijo. No sabía si abrazarla o no. Así que cuando ella le extendió sus brazo no puedo evitar hacerlo, al cargarla se sintió extrañamente bien, era un sanación bastante diferente a comparación con sus hermanos.

—No te vayas — escuchar la voz de esa niña pidiéndole algo imposible.

— ¿Porque? — susurro a su oído esperando a que nadie le escuchara.

—Porque eres Masaru — “eso no era suficiente”

—Lo siento — con un poco de fuerza dejo a la niña en el suelo, le acaricio su suave cabello y con una sonrisa sincera fue en dirección a donde sus hermanos.

— ¿Sucede algo? — Kuroko se acercó a su hija, pensó que algo malo le sucedía al ver como esta parecía querer llorar. En ese momento creyó que realmente nadie se daría cuenta y sus nuevos amigos no sabían cómo decirlo.

El miedo invadió todo su pequeño ser.

—Cariño. ¿Qué sucede? — al ver a su hija teniendo problemas para respirar se asustó. Hasta que escucho lo que nunca pensó que podría siquiera oír. Por primera vez escuchada el sonido de su voz, una voz tan delicada y a la vez con mucha angustia.

—Masaru —

— ¿Qué has dicho? —

— ¡Masaru! — si bien ni fue un grito fuerte, lo dio con todas sus fuerzas. Tanto así que la mayoría lo escucho, inclusive el chico que estaba a punto de subirse a la camioneta. Ya sin pensarlo fue corriendo hasta donde este estaba, Kuroko no supo cómo reaccionar, ese chico... era imposible.

—Yo...— Nora supo inmediatamente al escuchar ese grito que no había marcha atrás.

— ¡Vamos!— el hombre que iba con ellos  con algo de prisa, subió a la niña junto con los otros e inmediatamente cerró la camioneta. En ese momento Masaru supo que algo andaba mal. Muy mal.

— ¿Que sucede? ¡Mamá!— intento hablarle pero esta ya no decía nada, simplemente permaneció en silencio. Ai quedo un poco conmocionada.

— ¡¿Que estás haciendo?¡— inmediatamente Kuroko reacciono, no entendió como es que ese hombre de repente había subido a su hija  al camioneta, intento detenerlo, pero obviamente no podía hacerlo ya que recientemente había salido del hospital, a parte no estaba preparado para ese tipo de situaciones. Su corazón sentía detenerse y esta vez era de miedo, un miedo que se convertía en la imagen que pensó jamás volvería a ver. De nuevo está perdiendo  su razón para vivir.

 

 

— ¿Y los niños? — pregunto Takao cuando llego al vestíbulo e inmediatamente Kise respondió:

—Adentro, jugando —

—No, yo vengo de haya y no hay nadie —un miedo parecido comenzó a emerger.

—Eso no es posible, deben estar arriba ¿Cierto? — en ese momento Takao junto a Kise corrieron a las habitaciones, una a una fueron revisando, gritando los nombres de los niños. Más nadie respondió.

—Iré con el encargado para que revise las cámaras de seguridad — Akashi inmediatamente fue a donde el encargado, haciéndole saber que sus hijos no estaban por ningún lado, el hombre inmediatamente fue donde las cámaras para averiguar lo sucedido y lo que vio casi hace que se desmaye.

Kuroko estaba tendido en el estacionamiento aparentemente inconsciente. Saco su teléfono para llamar a Kagami.

— ¡Vayan al estacionamiento!— ordeno inmediatamente, al otro lado sabía que algo andaba mal así que velozmente se dirigió hacia allá.

Cuando llego lo único que vio y para horror suyo es que había sangre en el piso, mas su esposo no estaba en ninguna parte.

 

—No están — Takao comenzaba a sentirse demasiado paranoico, buscaron por todos los lugares en donde pudieron haberse metido, más ninguno  encontró nada. Fue entonces que Midorima  apareció para averiguar qué es lo que había sucedido. El ver la cara de su esposo en estado de shock inmediatamente supo que algo estaba mal— No están, ¿Dónde está mi bebe?—una pregunta que sé que se quedó sin respuesta.

Murasakibara fue donde la nana cuidaba de su hijo, según recordaba debían estar juntos. Abrió tan rápido la puerta que la mujer casi se desmaya.

— ¿Sucede algo? — pregunto asustada.

— ¿Dónde?...— al ver a los dos bebes en su cuna durmiendo casi se derrumba en llanto, de pronto recordó lo que debía hacer, inmediatamente marco el número de su esposo. — Los bebes están aquí, pero Meichin no está. ¿Sabes algo?— cuando escucho un simple “Quédate con ellos” supo la respuesta. — No por favor, por favor…— recargo la cabeza en la cuna donde los pequeños dormían. Con todas sus fuerzas pedía que su hija de pronto saltara de algún lugar diciéndole que acaba de cometer alguna maldad, quería verla peleando con sus amigos… quería verla. —Descuida pequeño, encontrare a  tu hermana, definitivamente crecerán juntos, reirán juntos en incluso tu Keychi… todos van a crecer siendo muy felices se los prometo— Necesitaba creer que era verdad.

 

 

La nieve caía suavemente por las calles, ya no podía distinguir a donde correr, la camioneta era de color blanco o negro su cabeza le estaba jugando una especie de broma, estaba tan confundido, tan desesperado y en ese momento necesitaba de alguien. Necesitaba… aire, comenzó a faltarle sin previo aviso, lo sabía… sabía que ese momento llegaría. ¿Pero porque justamente ahora?, justo el día en que… el día en que… cuando cayó sobre  la nieve de la calle ya no le quedaron energías para  hacer o decir más que…

 

—Ai… Masaru… Taiga… los amo—

— ¡Tetsuya!— fue su voz la que hizo que una vez más abriera los ojos. Al menos antes de irse podría ver el rostro de su esposo. — ¿Qué paso?... Dime amor— cuando lo vio tirado en el piso no le dio importancia, seguramente simplemente se quedó sin fuerzas, hasta que vio la sangre— ¿Qué…?—

—Tráelos de regreso Taiga…— susurro.

— ¿Qué?—

—A nuestros hijos…— al ver la mirada de incomprensión de su esposo decido aclarar sus ideas— ese niño… Mateo estoy seguro de que era Masaru… Ai lo sabía pero ¿Como decirnos, cierto?—

—No, no puede… amor si es verdad tienes que verlo, tienes que decirle que lo amas, que lo amamos Tetsuya…— estaba entrando en pánico.

—Tráelos de vuelta Taiga a nuestro hogar… júramelo — simplemente salieron de su boca.

—Lo prometo… —sonrió por última vez antes de cerrar los ojos.

—Espera, por favor espera… recuerda que esto no puede ser un hogar sin ti, no lo es — acto seguido tomo su teléfono para comunicarse con Akashi, ese probablemente era el peor día de vida, esta vez no solo perdió a un hijo, lo estaba perdiendo todo y de alguna manera no lo permitiría. No de nuevo.  

 

—Oye Mei, esto no era parte del plan — mencionó Kazuma asustado.

—Ya lo sé, ¿Crees que no lo sé? — los niños se quedaron asustados, con un miedo horrible de lo que sucedería a continuación, querían a sus padres y los querían en ese momento. 

Una mala estrategia, ya que habían visto que en una camioneta habían subido los chicos  y en otra parecían ir los adultos, quienes fueran, pensaron en hablar con ellos ya que hablar con su padre sería extraño. Pero no pensaron en lo paso después, al escuchar como de pronto  todos se apresuraban a correr.

Estaban tan asustados, pero sabían y estaban completamente seguros de que padre irán por ellos, los encontrarían en cualquier momento. En definitiva lo sabían, además no estaban solos del todo, sus hermanos mayores estaba con ellos. Solo era cuestión de esperar.

Notas finales:

Hola :D 

Y de nuevo me tarde ... si pero es que na sacado fics divertidos que pues no se.

Bien espero les alla gustado el capitulo y muchas gracias por leer

Dejen sus comentarios joojo 

Saluditos n_n...!!!


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