1 MES DESPUES
Residencia Midorima
Emoción era lo que esa casa desbordada y Takeshi no podía entenderlo del todo. Se sentía bastante indeciso sobre lo que se suponía podía hacer en ese lugar, además de que en su imaginación era un poco más pequeña. Solamente había pasado un mes, y ya podía sentir que no era lo suyo el tener tanta atención.
Además de que su cuarto era como una casa pequeña donde fácilmente podían dormir el con sus hermanos incluidos. Complicado le era entender cómo es que debía si quiera pedir algo, solamente no sabía si pedir era la palabra correcta. Una vez intento pedir un vaso de agua, lo que le costó las miradas expectantes de todos los presentes, incluso se sintió mal de solo pedir algo tan simple, pero inmediatamente Yuki le mostro la cocina, además de un charla de que podía tomar cualquier cosa que necesitara y si algo le llegase a faltar solo debía pedirlo.
No es que no les tuviera confianza, pero aún no creía que ahora formaba parte de otro círculo, uno donde no tenía que padecer o trabajar duramente día a día para obtener algo a cambio. La poca enseñanza que había recibido era que no merecía nada, por lo tanto debía esforzarse el doble para intentar seguir viviendo.
— ¿Te sientes bien?— Takao miro a su hijo, había crecido tanto, no dudaba que en algún momento llegara a ser más alto que su esposo.
—Si—se rasco un poco la cabeza, no quería ser malagradecido en ese momento.
—No, no lo estas, puede que apenas nos estemos conociendo pero sé que no le estas — sonrió al ver su expresión de miedo — Cuando estés listo aquí estaremos, no lo dudes — puso su mano sobre su hombro — Vamos a cenar…
Ahora que tenía comida todo el tiempo y si se quedaba en casa no sabía qué hacer, a decir verdad se sentía bastante inútil ¿Acaso eso se siente cuando tienes familia?, de cierta manera lo dudaba, algo bueno era que ahora ya no tenía que preocuparse por no ver bien, lo habían llevado con un especialista, eso le hizo ver la vida desde otra perspectiva. Por raro que pueda sonar.
Se sentó a la mesa igual que todas esas veces ese mes, vio cómo la familia acomodaba todo para tomar los alimentos, Takao puso un plato con algo que no recordaba pero que se veía delicioso, además de cubiertos ya que no sabía cómo usar los palillos, estaba tomando practica en eso, asimismo de que le comentaron que no se apresurara, todo a su tiempo.
— ¡Gracias por la comida!— dijeron todos al unísono, Takeshi se tomó un momento para meditarlo, por ahora así sería… desayunaría con ellos, comería con ellos, cenaría con ellos, ellos estarían ahí para él y de alguna manera lo hacía sentir mal, no entendía como de pronto podían quererlo si apenas se podían recordar.
—Yuki ¿Estas listas para volver a la escuela?— pregunto Midorima a su hija, esta solamente asintió positivamente, en definitiva estaba lista para regresar a la escuela.
— ¿Mi hermano también ira? — pregunto algo emocionada, de ser podrían verse más seguido, pero la expresión de pena de su hermano la saco un poco de la emoción.
—Lo siento yo… no se muchas cosas —dijo sintiendo aun peor, no es que no supiera lo básico pero tampoco era que dominara nada.
—Tranquilo Takeshi, solamente deberás regularizarte, era un chico listo podrás hacerlo —
Pero él no se sentía como un chico listo, no entendía eso, solamente era una decepción de persona o al menos eso creía de sí mismo, ¿Cómo decirles que se equivocaban?, él no era bueno en el estudio, más bien en casi nada.
Siguió comiendo sin decir nada, esto lo notaron los demás quienes comenzaban a preocuparse de que algo le hiciera daño, él no estaba acostumbrado a ese tipo de ambiente así que a menos de que el hablara realmente no podían hacer mucho, más que todo darle espacio.
Cuando la comida termino decido esperar un poco abajo en la sala, a pesar de tener curiosidad por lo que pudiera haber en televisión decido en no tomar ventaja por el momento, solamente quería sentirse un poco más perteneciente a ese lugar, de todas maneras no entendía la mayoría de lo que decían, era aún más raro que cuando simplemente fingía entender lo que sucedía a su alrededor.
Midorima y Takao están absortos en algo, ¿Cómo hacer para que su hijo mayor se sintiera un poco más tranquilo?, no tenían ni la menor idea a pesar de que daban ideas.
Fuera lo que fuera, sucedería cuando tuviera que suceder.
Y eso sucedió jústame cuando un llanto los alarmo.
Midorima Kei
El miembro más joven de la familia, por no decir el más ajeno a todo lo que sucedía, los padres intentaron ir donde su hijo pero escucharos unas pisadas bastante apresuradas, Takeshi podía sentir algo familiar en escuchar a ese bebé llorar, era como esas veces en el orfanato, era como volver a escuchar a esas pobres almas gritar por alimento o en su caso porque necesitan ser atendidos.
Sin pensarlo dos veces entro a la habitación sin ponerse a pensar en nada mas, en sus recuerdos cuando entraba al cuarto de los pequeños estaba sin esa decoración de animalitos por todas partes, sin esos peluches adorables, sin esa sensación de que todos estaban en su lugar.
— ¿Y bien cuál es el problema?— la voz de Takao lo saco de sus pensamientos, era extraño pero en general no esperaba esa reacción. —Al parecer Kei despertó y no sintió la presencia de nadie— vio a esa persona levantar al niño con sumo cuidado y cuando lo miro se sintió aliviado.
—Kazunari debes dejar de consentirlo —lo regaño su esposo.
—Esto no es consentirlo, esto es para que sepa que estamos aquí — Kei no tenía la mirada fija en ellos, solo tenía unos meses y era imposible que supiera como se sentía en ese momento pero al verlos a los tres ahí no pudo sentirse…
— ¿Qué le hacen a mi hermano? — Takeshi vio a Yuki ir directamente hacia los adultos, ella parecía molesta.
—Yuki, él está perfectamente bien solo…—
—Lo sé, pero no me refería a Kei — volteo a verlo a él, entonces se dio cuenta de que unas lágrimas corrían por sus mejillas.
— ¿Qué sucede?— ahora si no tenía duda de lo que acontecía.
—Ustedes me caen bien — los cuatro se rieron, Takeshi nunca les había dedicado esa sonrisa llena de sinceridad, en ese momento entendieron que las cosas comenzarían a cambiar, poco a poco serian lo que siempre fueron, incluyendo al pequeño Kei que por ahora se limitaba a pedir atención. Muy común en alguien tan pequeño.
Residencia Kyoshi
Taisei conocía pocas cosas que le hicieran perder la paciencia, solía ser un chico con menos entusiasmo y motivación pero de igual manera con la disponibilidad de hacer las cosas, el último mes se la había pasado ayudando en toda la casa, no era que le agradara hacerlo pero se sentía en la obligación de intentarlo, los dos gemelos no paraban de decirle que no debía hacer nada ya que según su madre eso no era su asunto. Pero de vez en cuando se dedicaban a limpiar para no volverse unos parásitos, en palabras de ellos.
— ¿Qué es lo que te gusta comer?— Ken le pregunto mientras lo veía lavar los platos de la cocina — Deberías al menos intentar ser más sincero, a ti no te gusta hacer los quehaceres — vaya que tenía razón pero por ahora lo haría.
—No es problema —
—Por ahora no, pero lo que los adolescente creen es que no quieren hacer quehaceres — en parte tenía razón pero no simplemente llegaría a sentarse a ver que podría suceder consigo mismo, estaba algo desorientado. — Si yo estuviera en tu lugar aprovecharía para jugar a encuesta mundial —se sentó esperando a que terminara, entonces aparecía Kazuma para comenzar una pelea sin importancia que le parecía ridícula.
Taisei se sintió extraño, aunque ellos no lo dijeran abiertamente, lo que realmente hacina ahí no era fastidiar, era hacerle compañía mientras se conocían un poco mejor, con cada conversación se sentía más ligero e incluso holgazaneaba un poco pero siempre terminaba de lavar los platos, porque sería descortés no hacerlo en una casa que no era la…
— ¿Te cansaste?— Kazuma lo veía bastante intranquilo.
—No — eso había sonado cortante pero de momento no tenía nada más que decir.
—Ken vamos a fuera —su hermano lo miro con duda pero en ese momento entendió que debía ir con él, cuando salieron al jardín lo confronto.
— ¿Tienes un plan?— sabía que debía ser eso, ellos odiaban el ambiente tan pacifico que se vivía en casa, era como si sus padres evitaran ser ellos mismo para no decepcionar a su hermano, pero vaya que les fastidiaba eso, los adultos siempre serán unos problemáticos, no entiendan como pero no les gustaba el ritmo que se tenía.
—Bueno si, pero eso amerita castigo de esos que de solo pensarlo querer huir a otro continente — le revelo con franqueza.
—Volveremos a la escuela al menos no estaremos aquí para verlo — respondió, de momento estaban completamente seguros de lo que harían.
—Entonces la idea es…— con cuidado Ken escucho lo que decía, después de todo Kazuma tenía algo que él no tendría jamás: sentido común.
Taisei ajeno a eso pensaba en lo fácil que era hablar con todos sus hermanos menos con Masaru, siempre se abstenía de mandarle mensajes, es decir debía escoger la hora adecuada para hablarle, debido a que estaba tan lejos solamente lo hacía cunado él le mandaba menajes que aunque era muy seguido, estaba seguro que sus hermanos le hacían más conversación que él, eso era algo en lo que no dejaba de pensar.
Quería dejar de hacerlo, debía pensar en el como lo que siempre seria: Su hermano.
—Oye…— no era su intención, pero paso… —Oh se rompió —
Y no sabía cómo reaccionar por eso.
—Era el favorito de papá — ambos se miraron con sorpresa.
—Lo siento yo… yo no quería —había hecho algo imperdonable, había destruido algo tan valioso para ellos, seguramente lo encerrarían en algún lugar o tal vez…—
— ¿Qué hacen?—Makoto entro a la cocina al escuchar el ruido de algo romperse.
—Taisei rompió tu plato favorito — ¿Y la solidaridad donde quedaba?, estaba confundido entonces vio a esa persona acercarse, le costaba respirar, ya no era un niño y aun así le costaba…
—Bueno no pasa nada —escucho decir —Kazuma trae el recogedor —el otro que solamente veía se quedó de piedra, en verdad que su madre daba miedo.
—Yo lo rompí la vez pasada y obtuve un castigo ¿Por qué Taisei no?, ¿Además no es el favorito de papá?— Ken debía ser actor cuando crecería —pensó Makoto—Kazuma le dio la escoba y el recogedor.
—Esto seguramente fue su culpa, así que si no quieren un castigo será mejor que se callen — respondió con una sonrisa.
—No he dicho nada—
—Por si pensabas hacerlo — los miro a ambos y después a su hijo mayor.
—Pero tiene razón, era importante y yo —Makoto suspiro, camino a la repisa para sacar un plato exactamente igual, entonces se lo dio, al verlo solamente se sintió bastante afectado.
—Es solo un plato, además haces más en esta casa de lo que ellos harán en su vida —de nuevo los miro acusatoriamente—
—No lo vamos a negar — ambos lo aceptaron sin remordimiento.
—Seguramente fue un plan de su parte — continuo —Escucha…— la puerta de la cocina de pro to se abrió. —
— ¡La computadora murió!— grito Kyoshi desconcertado, Makoto hizo una expresión de no saber si debía matar o no a sus hijos. —
— ¡Vamos pudieron pensar en algo menos ridículo!—les grito a su hijos, su esposo intento mediar con ellos pero no era posible, comenzaran a dar argumentos que no entienda del todo, entonces volvieron es punto, donde todos gritan para dar su punto de vista.
Taisei se sintió bastante divertido ante esa escena, realmente el plato ni la computadora importaba.
—Rompí un plato — de pronto dijo Kyoshi miro al suelo.
—Era mi favorito — contesto.
—No más — respondió Taisei, su voz sonaba tranquila.
—Están castigados —Makoto hablo—Si los tres, verán tres horas de televisión —los gemelos pusieron mala cara.
—Odiamos la Televisión—
—Verán el maratón de El oso que no podía comer miel, a la televisión dije —no era una pregunta —Si tú también —Taisei se movió rápidamente llegando a donde los gemelos.
Ambos se sentaron cada uno a un lado suyo.
—No te gustara, es un horrible programa sobre alergias… Soy alérgico a la miel en si a las abejas —Ken relato mientras ponían el programa ya preestablecido como uno de los más vistos en esa casa.
—Además de que no podemos movernos, o ellos lo sabrán— Kazuma le dijo bastante convencido, ahora los tres se pudieron a ver un programa aburrido sobre alergias. Taisei nunca pensó que un castigo pudiera sentirse tan único.
Makoto los miraba atento.
—Se parecen a ti —Kyoshi sonrió.
—Más les vale —volteo a verlo —No le hicieron nada a la computadora ¿Cierto?— sus esposo quería reírse, pero no necesitaba ver de nuevo ese aburrido documental de nuevo.
—No, claro que no —
A veces los castigos son necesarios, más cuando estos los compartes con alguien especial. Ken y Kazuma se dedicaron la mirada de la victoria, el castigo valía la pena en compañía de su hermano mayor. Siempre lo valdría.
Y ahora Taisei también lo sabía.
Dos días después
Residencia Kagami
Masaru había pasado el último mes en una especie de burbuja creada por todo lo que acontecía en su vida, era como ver el reflejo de aquello que debías ser, su familia como era que los consideraba ahora eran bastante peculiares, uno no paraba de gritar y el otro se limita a dar órdenes con la mirada, mientras Ai simplemente reía, no lo demostraba en su expresión pero cuando miraba a sus padres discutir parecía ser todo un espectáculo.
Inglaterra o más bien el pueblecillo donde ahora viva era bastante deprimente por el clima, siempre debía abrigarse lo más que pudiera o seguramente moriría de frio.
Ese era un día importante, ya que decidirían cuando volver a Japón, ciertamente moría de ganas por volver a ver a sus hermanos, si bien hablaba con ellos de vez en cuando por teléfono no era lo mismo que verse en persona.
Casualmente con quien más hablaba era Taisei. Eso suponía que era normal, después de todo él siempre era quien iniciaba la conversación.
Extrañaba a todos, según había sabido todo lo estaban llevando bien. Sin embargo cunado Kagami volvió, no aprecia traer buenas noticias, se quedó expectante ante lo que fuera a decirlo, pero no se atrevió a preguntar, esperaría a que decidieran decirle lo que estaba ocurriendo, todo ese tiempo le había sido relativamente fácil, algo que realmente le parecía raro, porque en vez de sentirse como en familia, se sentí más como en una excursión, que eventualmente terminaría cuando regresaran a Japón.
Le pidieron que se sentara a la mesa, Ai no estaba presente puesto que ya era cerca de las diez de la noche, ella era muy dada a dormir temprano.
— ¿Sucede algo?— podía decir que si con tan solo mirarlos.
—Masaru hoy Taiga fue con su jefe a preguntar sobre el cambio o traslado a Japón, debido a la situación actual…— era difícil darle esa noticia, solo esperaba que pudiera comprender, lo había hablado con su esposo así que ahora tenían que decirlo.
—No volveremos a Japón hasta el próximo año — Masaru se quedó un poco desconcertado, no esperaba eso y seguramente sus hermanos tampoco.
—Es un hecho — Kagami aseguro.
Kuroko se levantó de la mesa, esa no parecía se la notica que tanto estaban esperando de echo no era para nada lo que necesitaban escuchar.
—Yo, ya veo lo entiendo, debo decirle a mis… hermanos —intento sonreír.
—Masaru, si quieres ir a Japón podemos llevarte y podríamos perle a alguno de nuestros amigos que te diera hospedaje, no tienes nada de qué preocuparte —Kagami le sonrió, no era que quisiera mandar a su hijo lejos, pero veía en el la desesperación por reunirse con sus hermanos, supuso que dijera lo que dijera ellos eran su prioridad y lo entendía.
—No lo sé — respondió — ¿Tengo opciones?— eso era poco factible para él, en todo momento de su vida nunca tenia opciones.
Quería expresar algo, eso que normalmente es fácil expresar a esas personas… algo que llevaba queriendo decir desde hace tiempo cuando la verdad salió a relucir.
—Tomate tu tiempo — le dio un palmadita en la espalda.
— ¿Puedo hacer una llamada? —quiso saber antes de decir la decisión que había tomado.
Desde que llegó una de las primeras cosas que consiguió a parte de una habitación y de comida que no sabía tan mal fue un teléfono, donde se comunicaba con sus hermanos.
Justamente cuando iba a llamar su teléfono sonó, al verlo noto que era Takeshi, seguramente ya se abría enterado de todo, tal vez quería amenazarlo con que si no volvía pronto comenzaría a divulgar lo que paso el 13 de Abril. Salió de la casa hacia la calle principal, no había mucha gente puesto que ya era tarde y era un pueblo algo alejado.
—Aquí estamos todos —escucho antes de poder decir cualquier cosa, sonrió pensando en todos sus hermanos reunidos.
—Creo que ya no me necesitan para estar todos juntos — un nudo en su garganta se formó cuando escucho decir a alguien.
—Siempre te necesitaremos Masaru — grito Loise— pero sabemos que es un momento importante, nosotros estamos pasando por casi lo mismo… cuando lo supimos inmediatamente pedimos que nos trajeran con Takeshi —
Al parecer todo era una confabulación de sus… padres, para que supiera que fuera la decisión que tomara la respetarían.
—No te preocupes por nosotros— Natsuki interrumpió
—Estaremos bien — Takeshi sonó bastante animado, cosa que nunca sucedía, casi siempre estaba con un ánimo serio para todo.
—Tu estarás bien —Taisei, quien siempre encontraba la forma de hacerlo sentir que todo valía la pena.
—Sera solamente un año chicos, y ahora tenemos teléfonos, tenemos cosas que vale la pena vivir, seguramente los podre ver en vacaciones…—era demasiado para todos, llevaban toda una vida juntos, para de pronto pender a alguien que siempre estaba ahí.
—Eres el mejor hermano del mundo, eras como un padre para todos… incluso si no podemos vernos, ni el tiempo podrán cambiar lo que somos…—Loise casi aprecia gritar de una manera peculiar.
— ¿Qué somos?— se atrevió a preguntar con duda.
— ¡Familia!—
Risas y un silencio era lo que necesitaba.
—Pronto volveré a mi hogar con ustedes — Masaru escucho las risas de todos de nuevo, eso era demasiado cursi, pero también algo demasiado cierto, nada de lo que había pasado últimamente era algo malo, al contrario era lo que siempre habían soñado, era lo que siempre habían querido, era lo que nunca pensaron obtener y en ese momento tenían la oportunidad de disfrutar.
Cuando se volverán a encontrar seria como si de pronto tus verdaderos padres aparecieran frente a ti. Por ahora eso sería todo, no una despedida, ni un hasta pronto, solamente será una pausa.
Colgó antes de ponerse a llorar, vaya que lo había hecho muy seguido últimamente, solo se alegraba de que fueran lágrimas de felicidad, de que sus hermanos estaban en donde debían estar, disfrutarían de ello, serian parte de eso.
Estarían en su hogar.
—Masaru será mejor que entres — la voz de Kuroko lo trajo de vuelta a su posición en el mundo.
—Enseguida voy —
Y camino con calma ese metro y medio hacia la puerta, deteniéndose antes de entrar… dándose valor para enfrentar el cambio a su vida, no debía pensarlo mucho solamente debía…
Cerrar la Puerta.
“HOME”
FIN.