Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Algo idóneo por golddie

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Yongguk despertó antes que sonara la alarma de su celular, cosa que no ocurría muy seguido  porque eran pocas las veces que dormía tanto y despertaba lleno de energía antes de la hora usual. Yongguk abrió un poco sus ojos notando que aún estaba algo oscuro afuera y el ambiente también estaba algo frío, por lo que se movió más hacia el lado de Himchan y le abrazó por debajo de las tibias sábanas, temiendo que su novio fuera a sentir frío mientras dormía.

Estuvo así durante un largo rato, recostado tras Himchan, escuchando la respiración pausada del otro y disfrutando la tranquilidad de la mañana hasta que recordó por qué ese día era importante.

Se inclinó hacia adelante y dio cortos besitos en la nuca del otro muchacho, esperando que fuera suficiente para hacer que despertara. Luego de un rato, escuchó la sonrisa (las sonrisas sinceras de Himchan eran escuchables, ¿de acuerdo?) del otro, seguido de una suave pero algo ronca risa antes que el chico en sus brazos se volteara y le viera a los ojos.

Yongguk le sonrió cuando Himchan dio un pequeño beso en sus labios y se volvió a acomodar en sus brazos pero esta vez estando de frente.

“Buenos días”, musitó Himchan con voz pequeña.

“Buenos días”, respondió el mayor cerrando sus brazos alrededor del otro y así atraerlo más a su cuerpo, “hoy vamos a conocerlo”, comentó.

Tal comentario creó una reacción en Himchan, haciendo que el mismo abriera enormemente los ojos. Yongguk rió un poco, dándose cuenta que el otro no recordaba ese detalle y disfrutaba poder sorprenderlo.

Himchan se incorporó en la cama, habiendo olvidado el sueño que tenía hace solo unos segundos. Yongguk le imitó, tomó la mano del otro entre las suyas y esperó a que le mirara.

“Aún podemos arrepentirnos”, soltó Yongguk. Himchan le miró de inmediato, una expresión de confusión y miedo en su rostro.

“No quiero arrepentirme”, respondió Himchan, con leve enojo y quitando su mano de entre las de Yongguk.

El mayor le sonrió.

“Yo tampoco”, dijo luego, “me siento listo”, continuó.

Himchan asintió.

“Yo también”, susurró, con una suave sonrisa.

Yongguk se inclinó para dar un corto beso sobre los labios del menor antes de levantarse de la cama. El otro no sabía a donde iba, pero por el sonido del pasillo iba bajando las escaleras, por lo que probablemente iba a la cocina.

Sonrió ante el pensamiento de tener un desayuno hecho por Yongguk.

Himchan se quedó ahí un momento, recostado en la cama matrimonial que en realidad eran dos camas individuales muy juntas porque ninguno de los dos muchachos veía la necesidad de comprar una que fuera realmente unida.

Habian cosas más importantes que eso.

Se levantó ahora él, calzando unas zapatillas bajas de dormir y salió del cuarto. Caminó hasta la habitación de en junto, abriendo la puerta de la que colgaba un pequeño cartelito que decía Jongup con letras en cursiva.

Himchan entró y dejó la puerta entre cerrada, observando la habitación con un extraño sentimiento en su pecho.

La habitación seguía completamente blanca, porque pensaban que la personalización tendría que venir de la mano con la personalidad que demostrara el pequeño (idea de Yongguk), pero tenía algunas cosas básicas en su mayoría con colores pasteles y suaves, como la cuna color crema, la pequeña alfombra del mismo tono a los pies de la mecedora en una esquina y un estante al lado para cambiar pañales (idea de Himchan).

Avanzó un poco hasta llegar a la cuna, sonriendo al notar los pequeños muñecos de felpa que habían en ese momento, porque cuando el bebé la usara, esas cosas no estarían ahí. Recordaba como él y Yongguk habían ensayado durante horas con varios de esos para aprender a cambiar pañales y a cargar un bebé en sus brazos. La botella de leche que estaba sobre el mueble cerca de la mecedora había sido testigo de eso.

Al alzar sus ojos, estaba ese colorido colgante que su hermana les había regalado. Era de tonos fuertes de verde y desentonaban el diseño de la habitación, pero era un regalo. Y el objeto hacía un relajante sonido que podría ayudar a criar a un bebé calmado, según decía la caja donde veía, cosa que había hecho que Yongguk pusiera una mueca porque él quería un chico que fuera travieso y creativo.

Himchan suspiró al pensar en cómo sería Jongup, sin dejar de sonreír suavemente.

Pronto escuchó como se abría la puerta de la habitación, provocando que se girara lentamente solo para ver cómo la misma sonrisa satisfecha propia estaba reflejada en los labios de Yongguk. Se miraron solo un par de segundos, sin necesidad de decirse nada hasta que Yongguk volvió a salir y Himchan fue tras él, cerrado la puerta de momento, porque la próxima vez que fuese abierta, sería con un bebé que cambiaría sus vidas para siempre.

Y así fue.

La puerta fue abierta por Yongguk, después de un par de horas, seguido por Himchan quien traía al bebé envuelto en una suave manta entre sus brazos.

Yongguk estaba preocupado de que Himchan se largara a llorar porque su rostro estaba demasiado serio para ser cierto, por lo que no podía evitar sujetar las manos de su novio que cargaban al bebé en el caso que sucediese.

“¿En la cuna?”, preguntó Yongguk, ante lo que Himchan respondió asintiendo su cabeza.

El mayor de los dos quitó los muñecos que habían estado sobre el colchón por casi tres meses y Himchan recostó con cuidado a Jongup quien seguía profundo en sueños, sin notar que estaba en un nuevo lugar.

Ambos muchachos se quedaron ahí quietos: observando al nuevo integrante de su familia dormir tranquilamente por un momento que pareció eterno. Entonces, Yongguk rió suavemente cuando notó a Himchan aguantando sus lágrimas. Trajo al menor a su pecho y le abrazó firmemente, mientras el otro ocultaba su rostro en su cuello, intentando respirar para no llorar. Sabía que sus lágrimas no eran más que de felicidad, por lo que al abrazarlo, Yongguk no pudo evitar contagiarse de tal sentimiento, sintiendo sus propios ojos aguados por la emoción.

Estuvieron así hasta que ambos se calmaron y se separaron a penas para ver al pequeño en la cuna removerse un poco más.

“Casi son las cuatro”, musitó Himchan, sin soltar la mano del otro.

Yongguk asintió.

“Voy a hacerle el biberón”, informó antes de tratar de salir, solo para ser detenido por Himchan.

“Espera, ¿estás seguro? Yo podría hacerla”, le dijo al ligeramente mayor, haciéndolo sonreír.

Yongguk sabía que las intenciones del otro eran buenas, por lo que no podía sentirse ofendido ni nada similar: él sabía que no era muy bueno preparando la fórmula para bebé, pero haría su mayor esfuerzo porque ahora el asunto era real.

Yongguk se acercó hacia su novio y tomando su mentón le dio un dulce beso en los labios, asegurándose de que Himchan se calmara un poco.

“Vas a tener que confiar en mí”, le susurró después de que se separó, “después de todo tenemos que hacer esto juntos”.

Cuando vio que el otro asintió ligeramente, le sonrió y salió del lugar yendo a la cocina. Y Himchan se quedó ahí con el pequeño niño.  Solos.

El muchacho se acercó más a la cuna, sonriendo a buena sorpresa cuando descubrió que el pequeño estaba despierto y le miraba con grandes ojos de curiosidad.

“Hola”, le susurró Himchan con voz muy suave mientras que con un dedo le acarició su redonda mejilla, “soy tu padre ahora”, volvió a hablar sin saber qué decir, pero su hermana le había dicho que no importaba qué dijera, solo tenía que hablarle mucho al pequeño para que se acostumbrara a su voz.

Jongup pestañeó, al parecer aún curioso.         

Himchan decidió utilizar la mecedora para acercarse más a su nuevo hijo, por lo que con ambos brazos lo levantó con cuidado junto la mantita que lo envolvía y lo afirmó contra su pecho, orgulloso de que Jongup aún no se pusiera a llorar.

Llegó hasta la mecedora y se sentó acunando bien al bebé, teniendo mucho cuidado con su cuello, porque mientras el cargarlo no se le hiciera natural, tenía que prestar atención en cada detalle de lo que había aprendido en todo ese tiempo.

“Hola, bebé”, le volvió a saludar, estaba vez con una sonrisa más dulce y sincera, “me llamo Himchan, y tu otro papá se llama Yongguk”, le dijo con creciente emoción mientras el bebé levantaba su pequeña manita hacia el rostro de Himchan, quien le dio un pequeño beso en la palma, permitiéndole que lo tocara, “tú te llamas Jongup, ¿no te parece un lindo nombre?”.

Jongup obviamente no respondió, solo continuó tocando el rostro de quien le sostenía y le hablaba de manera muy dulce.

Yongguk entró a la habitación con una enorme sonrisa en sus labios y la botella en una mano.

“Es el nombre más lindo de la historia”, dijo Yongguk con una voz distinta a la propia, más infantil, como si fuera Jongup el que hablaba, haciendo que Himchan riera suavemente, “pero Himchan es más lindo”, continuó, ahora acercándose a ambos.

“Jongup no habla así”, le defendió el otro, “tiene una voz masculina”, dijo luego.

Yongguk rió suavemente.

“¿Ah sí?”, inquirió solo por seguirle el juego mientras se arrodillaba frente a Himchan para observar mejor al pequeño.

“Sí”, respondió el otro con voz divertida.

“Es realmente lindo”, comentó Yongguk cuando Jongup le miró ahora a él, “¿crees que le gustamos?”, le preguntó a su novio ahora.

Himchan se hundió de hombros, “eso espero”.

“¿Puedo darle su botella?”, volvió a preguntar Yongguk. Himchan le sonrió con ternura y se puso de pie con ayuda del otro para cambiar de lugares, esta vez Yongguk sosteniendo al bebé contra su hombro y Himchan revisando la temperatura de la botella.

“Está a buena temperatura, amor”, soltó Himchan entregándole la botella al otro y luego mirando a Jongup, “tiene que gustarte la fórmula, ¿de acuerdo, Jonguppie?”, le pidió.

Yongguk acercó la boquilla de la botella a la pequeña boca de Jongup, y este de inmediato comenzó a succionar de ella.

Después de un momento de alimentarlo, el bebé aún no había llorado en desagrado por el sabor.

“Está bebiéndola”, soltó Yongguk.

“Está bebiéndola”, repitió Himchan emocionado.

Jongup pronto terminó su botella, pero después de un instante, comenzó a llorar por primera vez.

Yongguk guardó la calma, pero Himchan se puso de pie, con la mente a mil por horas.

“¿Habrá estado muy fría? Quizás no tenía hambre, quizás tenemos que cambiarle el pañal, quizás tiene frío, qué-”, comenzó a decir el muchacho, pero Yongguk solo se puso de pie y dejó una mantita sobre su hombro derecho y cargó a Jongup de forma que mirara hacia atrás, sin que este dejara de llorar.

Yongguk le dio un par de palmaditas en la espalda del bebé, caminando por la habitación mientras Himchan seguía balbuceando miles de posibles razones por las que el pequeño estuviera llorando, hasta que, por fin, de la pequeña boca de Jongup salió un pequeño eructo, uno, luego otro, hasta que dejó de llorar y pareció calmarse.

“Solo eran gases, Himchan”, le dijo al menor, quien suspiró recuperando la calma.

Jongup estaba comenzando a quedarse dormido de nuevo en los brazos de Yongguk, quien lo cargó por un momento hasta estuvo completamente dormido.

Himchan sonrió por lo adorable que era el pequeño al quedarse dormido.

“Dejemos que duerma”, le dijo Yongguk después de que arropó bien al bebé, para luego tomar la mano del otro e intentar llevarlo fuera de la habitación, pero Himchan ponía resistencia, “vamos, ni siquiera hemos comido”, le intentó convencer.

“Pero, ¿y si le pasa algo?”, inquirió el otro, sujetándose de la cuna para que Yongguk no le siguiera tirando hacia afuera.

“Dejaremos la puerta abierta, si algo le pasa vamos a saberlo”, informó el mayor, ahora moviendo a Himchan sin problemas hasta afuera de la habitación.

Mientras iban bajando las escaleras, Himchan seguía mirando hacia atrás casi esperando a que Jongup comenzara a llorar y salir corriendo a verlo. Yongguk creía que estaba exagerando, sin embargo, no podía evitar sentirse de la misma forma: tanto habían esperado por adoptar a Jongup que ahora no quería dejarlo solo.

“Tal vez…” dijo Yongguk ya yendo hacia la cocina con Himchan tras de él, “podríamos comer en la habitación del bebé”, sugirió, sin embargo, el otro negó con la cabeza.

“¿Y si le molesta el olor a comida?”, intentó, y de alguna forma Yongguk comprendió, “solo comamos rápido”, le dijo algo frustrado por no poder estar con el bebé.

Himchan decidió preparar el arroz mientras Yongguk cortaba y cocía varias verduras, sin decir una palabra entre los dos. Cuando la comida estuvo lista, se dispusieron a almorzar de una buena vez.

“Yongnam va a venir mañana a verlo, creo que Natasha también”, comentó Yongguk.

El otro asintió con una pequeña sonrisa.

“Todos se van a morir de envidia por nuestro hermoso Jongup”, soltó Himchan con el pecho inflado.

El mayor rió un poco.

“Es muy adorable”, concordó, “quizás si mis padres los vieran…”, musitó para sí mismo.

Himchan tragó y miró al otro muchacho a su lado, fijándose en cómo miraba a ningún lugar en específico.

“Nunca sabrán lo que se perdieron, Bbang”, le aseguró, tomando la mano libre del mayor con la que él también tenía libre, “pero ellos se lo pierden. Lo mismo para mi familia”, continuó con una ligera sonrisa.

Yongguk levantó la vista, mirando al otro a los ojos y sonriéndole un poco.

“Gracias”, dijo, haciendo que Himchan le guiñase un ojo.

“No hay de qué”, respondió con tono suave, “ahora que somos padres, hay que cubrir nuestras espaldas, ya no solo por nosotros, sino por Jongup”, explicó.

Yongguk rió.

“¿Cuándo te volviste tan inteligente?”, preguntó en broma, ante lo que Himchan le golpeó en la mano que tenía entre la suya hace un momento.

“Terminé, voy con Jongup”, anunció Himchan terminando su bowl de arroz y parándose de inmediato.

“Espera, ¡Himchan! Era broma”, le llamó Yongguk con un pequeño ataque de risa por su propia broma al momento que intentaba terminar su comida y alcanzar al otro.

Notas finales:

---

Los bebés por lo general reaccionan mal a las fórmulas, pero Jongup es un bebé tranquilo que no hace muchos problemas, huehue.

El tema de este capitulo era "primer día con Jongup", aunque no terminé el día asdfskjklk bueno. 

Planeo(?) que en el siguiente -por fin- aparezca Youngjae, uhg, vamos a ver como va eso. ojalá les haya gustado este<3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).