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Algo idóneo por golddie

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Jongup había estado en cama hace un par de días, y Yongguk se había contagiado el día de ayer, ahora en cama al igual que el menor y durmiendo lo más posible.

Himchan apenas se separaba de Jongup, preocupado porque el resfrío no se le había pasado cuando debería y parecía que no iba a ceder. Había faltado muchos días a la escuela, sin embargo la profesora estaba enterada de lo sucedido. Jongup había sido llevado a médico, y el doctor le había recetado varios medicamentos en jarabe, los cuales eran un infierno lograr que Jongup bebiera a sus horas; la gripe, que le hacía doler el cuerpo, la cabeza, y apenas podía comer, le hacía abandonar su carácter amable y volverse realmente gruñón.

Yongguk intentaba ayudarle con Jongup, habiendo pedido unos días libres él también para no contagiar a nadie de su equipo, pero Himchan usualmente lo mandaba de regreso a la cama, ligeramente enfadado por la naturaleza caritativa de Yongguk, donde era más importante cuidar al otro que no velar por sí mismo cuando tiene a alguien más que lo haga por él.

Así mismo, era como Himchan les preparaba comidas altas en vitaminas y hierro a Junhong y Daehyun, intentando prevenir que se les fuera a pegar la gripe también.

Junhong tenía cinco años, y estaba en la etapa de decir no a absolutamente todo, y Daehyun intentaba ayudar a Himchan en lo más posible, lo cual era básicamente jugar con Junhong y estar con él lo más que pudiera.

Pero el menor parecía que no le agradaba, así que era difícil. Y ese día donde Jongup pareció empeorar, que sin haber comido durante todo el día, comenzó a tener nauseas sin control, fue que todo se hizo aún más difícil; Cuando Jongup se había podido calmar, Himchan estaba listo para llevarlo al médico, llamando a sus otros dos hijos al estar por salir.

“Daehyun, necesito que cuides de Junhong mientras voy con Jongup”, le pidió al muchacho, con Jongup en sus brazos. El pequeño tenía una expresión de sufrimiento en su rostro, lo cual solo ponía más nervioso al mayor.

“Pero, hyung”, respondió Daehyun, sosteniendo a Junhong en sus brazos, como haciendo espejo de la forma en que Himchan tomaba a Jongup, y este miraba el rostro de Jongup con un puchero, sin entender qué le pasaba su hermano, “se supone que iba a salir, ¿recuerdas?”, le preguntó, no queriendo decir la palabra cita, porque no necesitaba que su hermanito comenzara a preguntarle cosas.

Himchan abrió la puerta.

“Lo siento, Daehyun, pero tendrás que cancelar, no puedo pedírselo a Yongguk y arriesgar que Junhong se contagie también”, le explicó con toda la calma que pudo, “volveré lo más pronto posible y cenaremos, ¿de acuerdo?”, agregó el adulto, sonriéndole suavemente a su hijo mayor, quien suspiró y asintió sin más.

Himchan cerró la puerta.

No podía creer que iba a tener que cancelar su primera cita con Youngjae a casi una hora de que se llevara a cabo. Casi podía imaginar como el muchacho buscaba qué ponerse (así como él había estado haciendo en su habitación antes de que Himchan le llamara) y él iba a tener que decirle que no podía ir.

Junhong en sus brazos comenzó a moverse, queriendo bajarse. Daehyun le dejó en el suelo.

“Hay que decirle a papá”, anunció el menor, dándose la vuelta y correr para llegar a la habitación de sus padres.

El cuerpo de Daehyun se puso en alerta.

“Oh, no, ¿dónde crees que vas?”, inquirió con ironía, llegando rápidamente hacia Junhong y volver a ponerlo en sus brazos. El menor frunció el ceño con curiosidad, “¿no quieres ir a jugar con hyung?”

Junhong negó con la cabeza.

“¿No? Bueno, ¿y… qué tal ver una película-?”, el menor volvió a negar con la cabeza, “¿y si, ehm, te presto mi libro de animales?”, intentó Daehyun, ante lo que Junhong pareció más de acuerdo, porque sus ojos se pusieron brillantes, “podemos mirarlo juntos y te leo los nombres difíciles”, agregó con una sonrisa.

Pero Junhong negó con la cabeza de nuevo.

“No, no, no, yo solo”, musitó algo enfadado, volviendo a moverse en sus brazos, como si a penas recordara que estaba siendo cargado.

Junhong últimamente odiaba ser cargado por cualquiera que no fuera Yongguk.

“De acuerdo, tú solo”, accedió, poniendo a su hermanito en el suelo, pero volteándolo hacia las escaleras, “vamos a mi habitación y te lo presto, ¿sí?”

Junhong corrió a las escaleras, pero al llegar a ellas comenzó a subir un peldaño a la vez y sujetado de la baranda. Himchan siempre le regañaba cuando no se sujetaba de la baranda con fuerza.

Daehyun suspiró, yendo tras el menor y subiendo la escalera, mientras pensaba en cómo decirle a Youngjae.

Estaba seguro de que si Himchan supiera todo lo que tuvo que hacer para que Youngjae saliera con él, el mayor hubiera llevado a Junhong tanto como a Jongup con él. ¿No Junhong se portaba mucho mejor cuando era el mayor quien estaba cuidándolo? El pequeño parecía odiarlo a veces, siempre llevándole la contra y haciendo pataleta cuando Daehyun intentaba ponerse firme, que a veces prefería simplemente no estar cerca del menor.

Junhong abrió la puerta de su habitación, hace poco había crecido lo suficiente para alcanzar las manillas y ahora quería abrir las puertas siempre que podía. Daehyun caminó tras él.

Junhong corrió hasta la cama de su hermano mayor y chocó contra el colchón, quedando la mitad de su cuerpo arriba y sus brazos estirados y moviéndose con energía.

Daehyun sabía que algún día se haría daño por estar corriendo cada vez que podía, pero cuando le llamaba la atención, el menor se ponía difícil, así que solo lo ignoró. Caminó hasta su estante de libreros, buscando el libro de animales acuáticos que tenía en lo más arriba y también sacó el de dinosaurios. Los tenía ahí porque para su clase de biología habían estado casi un semestre analizando a los distintos tipos de fauna, así que compró esos libros en una tienda de libros usados para reforzar el contenido, y ahora que Junhong parecía sentir curiosidad por otros seres además de él (exceptuando a Daehyun), se sentía bien de haberlo hecho, pues así mantenía entretenido al menor.

“Aquí tienes”, dijo, entregándole los dos libros grandes que Junhong cargó con un poco de dificultad, “¿estás seguro que no quieres que te lea los nombres largos?”, le insistió.

Junhong negó con la cabeza efusivamente.

“No, no, yo solo”, respondió, dándose la vuelta y correr hacia su habitación aun con dos pesados libros en sus brazos.

Daehyun fue tras él para abrirle la puerta de su habitación y cuidar que no tropezara con nada, pero a penas el pequeño entró a su habitación y dejó los libros sobre su cama, cerró la puerta, dejándolo a él a fuera.

El muchacho solo se masajeó la sien, volviendo a su habitación por su celular y bajar a la sala de estar, pero cuando llegó al final de las escaleras, se sentó ahí y buscó el número de Youngjae.

Haber estudiado tantas horas para tener notas similares a las del muchacho y que así por fin lo notara y pudiera hablarle iba a quedar en la basura al cancelar esta cita. Daehyun quería llorar al pensar en que en vez de ir con Youngjae a tomar un helado y a ver tiendas, iba a quedarse en casa cuidando a su hermanito. Tal vez con Jongup no hubiera sido tan malo, pero Junhong era más difícil de manejar, así que no podía evitar desear que el pequeño se quedara en su habitación ojalá hasta que Himchan volviera.

Pero, como sea, ahora tenía que llamar a Youngjae y arruinar todo por lo que se había sacrificado. Seguramente Youngjae lo iba a odiar por haber hecho eso y no le volvería a hablar.

Solo por esta vez, le había dicho, y su voz resonaba en la cabeza de Daehyun cuando puso su celular en su oído y escuchó como marcaba. Iba a tirar su única oportunidad irremediablemente.

“¿Daehyun?”, soltó Youngjae cuando contestó con voz contenta.

“Hola”, le saludó, intentando aplazar el momento lo más posible.

Qué bueno que llamaste, justo estaba pensando en si llevar chaqueta o no, ¿hasta qué hora crees que estemos afuera?” Daehyun suspiró ante esa pregunta, pero a la vez se sintió feliz. Youngjae sonaba emocionado por tener una cita con él.

Y él iba a arruinar toda esa emoción.

“Youngjae, escucha, no podré ir”, soltó cerrando los ojos y recostándose en la pared de un lado de la escalera.

“¿Qué quieres decir?”, musitó el otro, y hubo un momento antes de que dijera: “¿me estas cancelando?”, con tono inquisitivo.

Daehyun gimió de tristeza ante esas palabras.

“Mira, lo siento en serio, Himchan-hyung me pidió que cuide a mi hermanito porque llevó a Jongup al doctor”, explicó con voz sincera.

Youngjae no dijo nada por un momento.

“¿Es en serio?”

Daehyun suspiró.

“Sí, en serio, lo siento”, contestó, “¿lo dejamos para otro día?”, preguntó luego, esperanzado.

Pero Youngjae mantuvo silencio.

“¿Youngjae?”, le llamó, algo preocupado.

Ah, ehm, no lo sé, hablamos luego”, respondió, cortando la línea de inmediato.

Daehyun bajó su celular y lo observó en su regazo un momento: Genial, ahora realmente Youngjae lo debía odiar.

Un suspiro cruzó sus labios, derrotado.

Se puso de pie al decidir que su vida no iba a acabarse si no se casaba con Youngjae (aún podía irse a vivir a la montaña y ser un anciano rodeado de gatos, con una genial escopeta para espantar a los niños que se atrevieran a acercarse a su territorio) y se fue a sentar en el sofá, prendiendo la televisión y mirando sin ganas lo que sea que estuvieran pasando en los canales nacionales, poniendo media atención en los sonidos que vinieran de la casa.

Luego de un capitulo completo de un drama que casi lo hace llorar por verse reflejado en la protagonista que no se atrevía a confesar su amor al chico más listo de su clase, Daehyun se puso de pie y fue a ver a Yongguk a su habitación.

Abrió la puerta lentamente, para no interrumpir el sueño del mayor si es que estaba dormido. Himchan había dejado la ventana de su habitación un poco abierta para que hubiera aire limpio dando vuelta y los gérmenes no se concentraran, pero aun así Daehyun cubría su boca con su mano por si las dudas.

“¿Hyung?”, le llamó Daehyun suavemente.

Yongguk se removió debajo de las sábanas y alzó la vista.

“¿Necesitas algo?”, le preguntó al mayor, y este pareció algo confundido, pero negó con la cabeza de todas formas.

“¿Dónde está Himchan?”, preguntó Yongguk, frunciendo el ceño. Usualmente era él quien lo iba a ver y no era que Yongguk no apreciara a su hijo mayor, pero no era lo mismo.

Daehyun entró a la habitación, dejando la puerta junta y avanzó hasta estar a un lado de la cama, y tomó el vaso vacío de agua para rellenarlo.

“Llevó a Jongup al médico, no se estaba sintiendo muy bien”, le explicó.

Yongguk gruñó, sacó una mano de su cobertor y buscó su celular en su buró.

“Seguramente le van a dar una inyección”, comentó Yongguk, destapándose un poco y así poder incorporarse para poder llamar a Himchan, “necesito saber cómo está”, agregó luego.

Daehyun no estaba seguro si le estaba hablando a él o no, sin embargo asintió con la cabeza y fue a la cocina a rellenar el vaso de agua.

Pero justo al salir, Junhong estaba mirándolo desde abajo, con ojos enorme y llenos de ilusión.

“¿Ya puedo ver a papá?”, preguntó, moviendo a Daehyun del camino con la fuerza de un niño de cinco años, pero Daehyun le sostuvo una mano para evitar que entrara.

“No, Junhong, aún no”, le dijo, caminando con él de la mano algo con dificultad debido a la resistencia del menor.

“No, no, no, no, quiero ver a papá”, decía Junhong, intentando soltarse de la mano de su hermano, mientras este hacía lo mejor posible para resistirlo, pero como pasaba usualmente, Junhong era muy terco.

Así que Daehyun dejó el vaso en la mesa de la cocina y bajó a su nivel para luego sostenerle las manitos, pero el menor seguía moviéndose, tratando de liberarse. Era mejor tratar de explicarle las cosas en lugar de solo llevarle la contraria.

“Escúchame, Junhonggie, no puedes ir con papá, ¿quieres enfermarte tú también?”, le dijo al menor, esperando que entendiera, pero como supuso, su hermanito frunció el ceño y sus ojos se llenaron de lágrimas.

Y antes de que Daehyun pudiera hacer algo, Junhong lanzó un golpe a su rostro.

“¡No!”, fue lo que el mayor escuchó al recibir el impacto en su rostro, y le soltó para cubrir su nariz.

Eso había dolido.

Cuando abrió los ojos, vio a Junhong correr hacia la habitación de los adultos y suspiró, intentando controlar su enojo. Solo era un niño, después de todo.

Se puso de pie y llenó el vaso de agua, respirando profundamente. Cuando se sintió más tranquilo, caminó hacia la habitación de Yongguk. Ahí dentro, Junhong estaba arriba de la cama y abrazaba a Yongguk del cuello felizmente, mientras el mayor intentaba apartarlo con delicadeza al mismo tiempo que cubría su boca para no toser cerca del menor.

“Daehyun, llévatelo, por favor”, le pidió el mayor, preocupado por la situación.

El aludido frunció el ceño, pero caminó hasta donde estaban ambos, dejando el vaso en el buró con cuidado antes de tomar el brazo de Junhong y decirle con voz seria:

“Junhong, ve a tu habitación”, provocando que el aludido le mirara, pero siguiera rehusándose.

“¡No, quiero jugar con papá!”, gritó con fuerza, haciendo que a Yongguk le diera un dolor de cabeza.

“Junhonggie, haz lo que hyung dice”, musitó Yongguk con poca fuerza intentando apartar a su pequeño hijo.

Daehyun no quería tironear al menor, así que cuando estuvo distraído se acercó y lo sostuvo en sus brazos por las axilas, llevándoselo de la habitación lo más pronto posible, no sin tener que soportar los gritos y pataletas del más pequeño.

Dejó a Junhong en el suelo, sin soltarle una mano, y con la otra cerró la puerta, llevando luego al más pequeño a la cocina. A esa altura el menor ya estaba llorando y gritando, así que Daehyun recordó lo que Himchan hacía cuando Junhong se ponía de esa forma: lo tomó y lo sentó sobre la mesa, abrazándole de a poco, y mantenerse así hasta que parase de llorar.

Cuando el pequeño se calmó, seguía diciendo:

“Extraño a papá”, en un hilo de voz.

Daehyun no podía evitar conmoverse, a pesar del estrés que le provocaba el menor.

“Entiendo, Junhonggie”, le susurró, tomando con ambas manos las mejillas del otro y quitar las pequeñas lágrimas que quedaban, “entiendo, y lo siento mucho, pero no puedes estar con él aún; si te enfermas así como Jonguppie, van a tener que darte una inyección, ¿es lo que quieres?”, le preguntó. Junhong le miraba con ojos acuosos y con un puchero, pero aun así negó con la cabeza, “entonces tienes que hacerme caso por ahora, cuando Yongguk-hyung y Jonguppie se sientan mejor van a poder jugar contigo”, le explicó con cuidado.

El menor volvió a echarse a llorar, pero esta vez sin gritar, solo sus lágrimas caían por sus mejillas sonrojadas.

Daehyun suspiró, volviendo a abrazarlo con cuidado y sobándole la espalda. Ahora que estaba más tranquilo, Daehyun podía entender que Junhong no era que le desobedeciera a propósito, sino que sus ganas de estar con el padre que extrañaba eran más fuertes.

“Hyung”, le llamó el menor después de un momento. Daehyun se separó de él para poder escucharlo, “no pude leer el nombre de un animal”, confesó, mirando el suelo.

El aludido rió suavemente.

“Vamos a leerlo juntos entonces”, le dijo Daehyun con una suave sonrisa.

Pero Junhong frunció el ceño.

“No, yo solo”, musitó, moviendo sus pies, queriendo bajar de la mesa.

Daehyun suspiró y bajó al menor de la mesa.

“Quédate en tu habitación, ¿me oyes?”, inquirió Daehyun, ante lo que Junhong asintió y corrió hacia tal lugar de nuevo.

El mayor volvió a la sala de estar, y cuando tomó su celular, se dio cuenta que tenía un mensaje de Youngjae.

Siento haber reaccionado así, claro que lo podemos dejar para otro día (:

Y Daehyun sonrió. Y presionó el botón de llamado para hablar con el otro.

Tal vez no habían podido verse, pero aun así quería pasar su tarde hablando con Youngjae.

 

Notas finales:

 

 

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me divertí mucho escribiendo este capitulo, huehue. la inspiración fue una clase sobre el lenguaje de los niños, así que apliqué mi materia en este capitulo también, espero les haya gustado a pesar de que hice sufrir mucho a Daehyun(?)<33


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