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Algo idóneo por golddie

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Era un día de semana común: Jongup había regresado de su pre-escolar hace cerca de dos horas en el pequeño bus que pasaba cerca de su hogar, Junhong había jugado todo el día con sus bloques y figuras de animales, ahora tomando una siesta pero Himchan sabía que el pequeño despertaría en cualquier momento y vendría a acurrucarse con él y Yongguk en el sofá.

Jongup, por su parte, estaba en frente de sus padres coloreando en la mesita del café, de vez en cuando mirando la televisión (un partido de basquetbol, porque era lo que Yongguk usualmente veía cuando volvía del trabajo) y regresando a su dibujo con mucha concentración.

Yongguk tenía un brazo por la cintura de Himchan, manteniéndolo a su lado mientras veía su juego con calma y una gran sonrisa en sus labios. Himchan no odiaba esos partidos, por el contrario, a veces le gustaba verlos y aún más cuando eso hacía que pudiera compartir tiempo con su novio de años y su brazo buscaba su cuerpo.

Todo era una relativa calma, a veces Yongguk gritaba (no tan fuerte para despertar a Junhong que dormía la siesta en una de la habitación compartida con Jongup del segundo piso) asustando a Himchan y haciendo reír a Jongup, quien parecía divertido por la reacción de ambos padres y se volvía a distraer por su dibujo y la televisión, hasta que la puerta de en frente se abrió con más fuerza de la necesaria, haciendo a las tres personas del salón de estar se voltearan a ver a quien venía entrando: Yongguk y Jongup sorprendidos y Himchan algo enfadado porque, hola, Junhong está tomando siesta.

Daehyun entró y dejó su bolso y zapatos en el piso sin importarle el orden.

Cuando pasó por el salón de estar, ignoró los saludos de sus padres y hermanito, yendo directamente hasta el segundo piso, sin mirar a ninguno.

Los tres presentes se miraron entre ellos, sorprendidos.

Himchan hizo ademán de levantarse, pero Yongguk lo volvió a hacer sentar sujetándolo de su muñeca sin mucho fuerza.

“Déjalo, seguro solo quiere estar solo un momento”, le dijo Yongguk.

Himchan frunció el ceño en preocupación.

“¿Qué tal si le pasó algo? Tengo que ir a verlo”, respondió, intentando levantarse para ser detenido nuevamente y regresado a su antigua posición.

Jongup rió suavemente ante eso, pero ni Yongguk o Himchan se dieron cuenta.

“En tal caso, con mayor razón necesita estar solo un momento”, explicó, usando ahora sus dos brazos para sujetar a Himchan en su lugar y no se fuera de su asiento a su lado. “Esperemos un momento y vamos a hablar con él”, dijo luego.

Himchan asintió suavemente, intentando relajarse en los brazos del otro. Pero su mente simplemente no dejaba el asunto.

Quizás era algo fácil de suponer, pero Himchan temía (y estaba seguro que Yongguk también) que alguno de sus hijos fuera molestado en la escuela por la condición de sus presuntos padres.

Por Junhong aún no había de qué preocuparse; el más joven de la familia aún no salía lo suficiente para notar que había algo diferente con su familia respecto de las otras, además Himchan se preocupaba de mostrarle películas animadas infantiles que le mostraran la importancia de tener una familia, sin importar de lo diferentes que llegaran a ser. (Y entonces era que Junhong le abrazaba fuertemente en las escenas conmovedoras, porque el pequeño apenas tenía 4 años, pero parecía comprender muy bien lo que las películas trataban de comunicar.)

Jongup ya con 6 años, sabía. Sabía que su familia era diferente, porque había visto a Yongguk hablar con la profesora de su pre-escolar y su curiosidad no lo había abandonado hasta que Himchan se sentó a explicarle que su padre había hablado con la Señorita Yoon porque la mayoría de sus compañeros tenían como padres a una mujer y a un hombre, y ellos, como Jongup mismo había dicho, eran dos hombres.

Himchan le había dicho que lo amaba y que Yongguk también lo amaba, y que cuidarían de él por el tiempo que Jongup le permitiera. Al parecer, esas palabras habían entrado en la mente del menor con demasiada fuerza (en ese momento Himchan no fue muy bueno con las palabras usadas hacia el menor) porque el pequeño se había largado a llorar sin parar. Hasta Daehyun tuvo que unirse a la escena para intentar calmar al pequeño, abrazándolo y besando su pequeña cabeza, Himchan con lágrimas en sus ojos también porque esperaba no haberse equivocado. Sin embargo, cuando Jongup se calmó en los brazos de su hermano mayor musitó que él no quería otros padres, que no quería estar solo y que quería vivir con ellos por siempre.

Himchan vio lágrimas en los ojos de Yongguk también cuando le había contado lo ocurrido antes de que el mismo partiera hasta la habitación del menor a arroparlo.

Pero Daehyun era un caso diferente. Daehyun no estuvo de niño con ellos, de hecho, su relación con Daehyun podría ser más como un hermano mayor que a la de una figura paterna.

Daehyun estaba en su segundo año de secundaria, y Himchan sabía mejor que nadie que la secundaria era el momento donde los niños podían ser increíblemente crueles aun sin notarlo. Peor cuando tus padres son dos hombres y cuando, tú mismo eres gay.

Himchan no podía evitar preocuparse, ¿era natural, verdad? Es decir, ¿qué tal si Daehyun era molestado o, peor, golpeado por alguno de sus compañeros y él no decía nada por su carácter noble?

Yongguk podía notar que Himchan a su lado no estaba relajado y estaba pensando en algo. No estaba inquieto, pero su cuerpo no se relajaba como siempre pasaba cuando lo tocaba con cariño, y sus ojos estaban fijos en un punto de la mesa en lugar del partido que estaban viendo.

Y Jongup lo notaba también, mirando a su padre para hacerlo notar.

Yongguk suspiró y se puso de pie, provocando que Himchan le mirara en sorpresa.

“Voy a hablar con él”, explicó, sacándole una linda sonrisa al otro.

“Gracias, Bbang”, soltó Himchan haciendo contacto visual con el  mayor, quien le sonrió tiernamente antes de subir por las escaleras.

Himchan suspiró. Jongup pestañeó.

Yongguk subió hasta el cuarto de Daehyun, y suspiró, pensando en qué decirle cuando entrara. Decidió, entonces, primero revisar si Junhong seguía dormido: él creía que de verdad Daehyun necesitaría un poco de tiempo  para calmarse o lo que fuera.

Cuando los chicos tomaban siestas, Himchan insistía en dejar las puertas abiertas (de hecho, parecía que Himchan solo no podía excusa en cerrar la puerta de su propia habitación cuando estaba ambos se ponían de ese cierto humor) porque decía que así podía escuchar a la perfección si los chicos despertaban o no. El cuarto de Jongup y Junhong estaba pintado de un color blanco, pero la mitad de la habitación estaba llena de dibujos en las paredes y la otra estaba con stickers de animales.

Junhong seguía dormido en su cama para niños grandes. Estaba en el centro de cama, abrazando uno de los peluches que Yongguk le había comprado hace un tiempo (de los mismos que él usaba cuando era pequeño y compartía con su hermano gemelo) y chupaba uno de sus dedos pulgares. Recordaba que Himchan estaba algo preocupado por eso: pero el pediatra decía que todo niño tenía su propio ritmo para dejar los reflejos de succión, por lo que lo único que ellos podrían hacer era esperar. Sin embargo, cuando Yongguk lo encontraba haciendo eso, al estar el menor dormido, tomaba la mano de su pequeño hijo y la acomodaba lejos de su boca porque Junhong no parecía notarlo. Y eso fue exactamente lo que hizo, para luego remover un poco sus sabanas y taparle bien la espalda.

Después de eso, Yongguk volvió hasta la habitación de Daehyun, que quedaba al exacto opuesto lado de la de Junhong y Jongup.

Tocó la puerta con suavidad.

“¿Daehyun?”, preguntó Yongguk, “¿puedo pasar?”, inquirió.

No hubo respuesta del chico dentro de la habitación, así que Yongguk solo abrió la puerta lentamente, como esperando a que el adolescente le gritara que saliera. Y, si sucedía, él por su puesto le haría caso.

Pero no sucedió, así que Yongguk entró y se encontró con el chico dentro su cama, hecho una bolita en sus sabanas y dando la espalda a la puerta. El mayor avanzó por la habitación, hasta llegar al lado de la cama donde el chico estaba queriendo revisar si estaba dormido.

“¿Daehyunnie?”, le llamó, el aludido se removió.

No estaba dormido.

“Daehyun, ¿pasó algo hoy de lo que quieras hablar?”, preguntó con tono suave. Lo que menos quería el adulto era forzar al otro a hablar, “si quieres puedo aconsejarte o llamar a Himchan”, comentó.

Daehyun pareció suspirar, para luego musitar algo contra su almohada, algo que Yongguk no comprendió.

Yongguk se sentó en el espacio de la cama al lado del chico y lo intentó de nuevo.

“Disculpa, Daehyun, no entendí lo que dijiste”, le dijo con amabilidad, una de sus manos sobre el brazo del otro como conforte, “¿podrías repetirlo?”.

El chico sollozó.

Yongguk pasó saliva.

“¿Quieres estar solo?”, preguntó el mayor, preocupado y queriendo saber qué le ocurría al otro, pero recordando que debía darle su espacio si así lo quería.

Daehyun se removió, descubriendo su rostro de la almohada.

“Hyung”, le llamó, Yongguk apenas podía oírlo, “¿cómo supiste que estabas enamorado?”, preguntó.

La pregunta sorprendió un poco a Yongguk, quien parpadeó un momento intentando comprender la pregunta. Y, cuando la comprendió, sonrió suavemente.

“Bueno, Daehyun-ah”, le respondió, pensando su respuesta, “eso es algo que cada persona vive de manera distinta”, explicó.

Daehyun gruñó, Yongguk sabía que no era la respuesta que satisficiera la curiosidad del chico.

“¿Hay alguien que llama tu atención?”, preguntó. El aludido se volteó un poco mirando a Yongguk al rostro con algo de desconfianza. El mayor rió, “puedes decirme, no le diré nada a Himchan”, explicó.

Daehyun pareció encontrar seguridad en el tono solemne que usó Yongguk, por lo que se sentó mejor en su cama, mirando sus manos en su regazo mientras pensaba las palabras correctas para expresar lo que sentía.

“Hay un chico…” comenzó el menor, con voz callada: secreta, “se sienta en frente del salón y siempre responde las preguntas del profesor…” soltó luego.

Yongguk asintió.

“Es inteligente, entonces, ¿no?”, preguntó más por darle a Daehyun de qué hablar.

El menor asintió la cabeza fuertemente, y miró a Yongguk a los ojos para exclamar un ¡Lo es! Seriamente.

“A veces nos sentamos en la misma mesa porque su amigo es amigo de Eunji y”, contó con tono algo nervioso, buscando sus próximas palabras, “me da su postre y me sonríe y-” habló luego, su rostro tomando un color muy rojo, ahora tapándolo con sus manos, “¡No lo sé, hyung!”.

Yongguk rió mentalmente ante la desesperación del chico, era demasiado adorable.

“¿Por qué no lo invitas a salir?”, preguntó el mayor, como si fuera lo más simple del universo.

Daehyun reaccionó quitando sus manos de su rostro y mirándolo algo enfadado.

“¿No me estas escuchando, hyung? ¡Te digo que no sé si me gusta o solo es una fase de mis hormonas!”, explicó, ahora sí haciendo que el mayor riera con ganas.

Daehyun se contagió con aquella risa, comprendiendo que el mayor solo se estaba metiendo con él.

“De acuerdo”, dijo el mayor cuando ya se hubo calmado un poco, “eso es algo que solo tú”, comenzó Yongguk, tocando el pecho de Daehyun con un dedo para hacer énfasis en la última palabra, “puedes saber: yo ni nadie puede decirte qué sientes”, terminó con una amable sonrisa.

Yongguk vio al otro pensar en algo, bajando la mirada.

“Está bien”, respondió, como si le estuvieran regañando.

Una pequeña risa cruzó los labios de Yongguk, y con una mano acarició la cabeza de Daehyun, haciendo que el chico levantara la mirada cuando le decía:

“Solo te digo, que si yo no hubiera invitado a salir a Himchan, nada de esto estaría pasando”, le dijo con tono cálido.

Daehyun sonrió un poco, notoriamente más aliviado.

“Y créeme que amo lo que tengo”, afirmó después, “los tengo a ustedes tres y a él, y creo que no cambiaría nada”.

Daehyun asintió, suspirando.

“Y naturalmente quiero lo mismo para ti”, le dijo al menor, haciendo que este volviera a asentir, sin saber muy bien qué responder pero al mismo tempo agradecido por las palabras de Yongguk.

“Gracias, papá”, musitó con voz acallada.

Yongguk sonrió, tocado por el término que usó Daehyun para referirse a él, pues usualmente solo le llamaba a él y a Himchan ‘hyung’. Daehyun no fue como Jongup o Junhong, así que nunca pusieron atención o presión en que el joven les tratara como padres o similar, solo que les respetara como sus cuidadores legales.

Era distinto cuando él le trataba de esa forma.

“Por nada, hijo”, respondió con una sonrisa, la misma que Daehyun le correspondió en seguida, “cuando te sientas listo baja y asegúrale a Himchan que no te están molestando en la escuela”, le dijo luego, poniéndose de pie.

Daehyun frunció el ceño en confusión.

“¿Por qué pensaría eso?”, inquirió.

Yongguk le miró por sobre el hombro cuando iba saliendo por la puerta, encontrado que Junhong iba bajando por las escaleras aun abrazado del muñeco de felpa de antes.

“Por así son los padres: se preocupan demasiado”, respondió contento.

 

 

 

Notas finales:

asdsahjkkjk demasiado fluffy pero lo amo. por cierto gracias por los favoritos y comentarios que he recibido hasta ahora<3


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