Ambos jóvenes habían llegado sin ningún problema a la casa del kuruta, kuroro no pudo evitar dejar escapar un silbido al contemplar lo grande que era, el menor introdujo la llave en la cerradura para poder entrar a su hogar, kuroro observaba cada rincón pues mas que una casa ese lugar parecía un museo o una biblioteca no podía creer que ese lugar estuviera repleto de cosas tan maravillosas algunas se veían hasta caras asi que decidió no acercarse a nada salvo a una enorme estantería, su mano acariciaba cada uno de los libros se podía notar que algunos eran un poco antiguos.
-si que tienen una sorprendente colección- el rubio dejaba sus llaves en su respectivo lugar y dirigirse hacia kuroro.
-lo se, mis padres viajan constantemente y siempre se traen un recuerdo consigo
-pues más que una casa estoy casi se convierte en un museo o algo por el estilo- ambos rieron por ese comentario. Kurapika frotaba sus manos para poner generar calor pero no funcionó asi que se dirigió hacia el calefactor y lo encendió a un nivel moderado, tomaron asiento en el sofá para iniciar nuevamente una conversación, esta salía de forma tan natural cosa que le extrañaba a kuroro pues nadie más a parte de abi podía entablar una conversación de forma tan casual sentía como aquel chico lo hacia sentir cómodo, nuevamente aquella sensación había vuelto pero esta vez podía sentirlo con mas fuerza ¿acaso se estaba enfermando? Era extraño para él, su mente empezaba a llenarse con muchas preguntas no lograba descifrar la causa de esto sin embargo la voz de kurapika lo sacó de sus profundos pensamientos
-¿sucede algo?- su rostro se había acercado al de kuroro, quería verificar que no estuviera enfermo o algo por el estilo, kuroro parpadeó varias veces sorprendido por la repentina cercanía de su compañero.
-eh? Ah no es nada solo me distraje en mis pensamientos
-¿es algo malo?
-no, solo pensaba en si abi ya habría regresado a salvo a su casa- el kuruta un poco triste se alejo de él tomando su distancia inicial
-¿por que siempre piensas en ella cuando estamos juntos?- rápidamente cubrió su boca con ambas manos sorprendido por lo que había dicho para su suerte kuroro casi no había entendido su pregunta ya que este lo dijo a un tono poco audible.
-perdona no pude entender tu pregunta
-n-no es nada- sus mejillas se coloraron de un rojo intenso, tal expresión se le hizo muy adorable para kuroro quien sonreía e inconscientemente fue acercando su cuerpo al él, extendiendo su mano hasta su mejilla, acariciándola suavemente observando sus enormes ojos azules sin despegarse de aquella mirada tan intensa. Los ojos del rubio se cerraron con mucha fuerza pues al verlo directamente lo hacia sentir avergonzado y sabía la razón pues se había enamorado de kuroro, sin poder evitarlo, kuroro junto sus labios en un pequeño beso cosa que sorprendió a kurapika, aquella sorpresa hizo que abriera sus ojos pues el sentir lo suaves labios de su amigo. Este lentamente fue cerrando nuevamente sus ojos dejándose llevar por el beso, sus manos fueron llevadas torpemente al rostro de kuroro sosteniéndolo con delicadeza, el beso cada vez se volvía mas intenso y poco a poco kuroro empujaba lentamente el cuerpo del rubio hasta recostarlo en el sofá, kurapika abrazaba el cuello de kuroro haciéndolo mas apasionante, quería sentir mas de cerca su frio cuerpo, quería brindarle su calor, por su parte kuroro divertido introdujo su lengua en el interior de él, jugueteaba con su lengua brindándole caricias lentas pero apasionadas haciendo que el cuerpo del kuruta se estremeciera, algunos jadeos se escapaban de vez en cuando.
El beso duro unos cuantos minutos, solo se detuvieron con el propósito de recuperar el oxígeno pero no se alejaban mucho solo lo suficiente para poder respirar, sus alientos chocaban entre si, el rostro de kurapika estaba totalmente rojo, sus ojos brillaban con mucha emoción y por su labio se deslizaba una pequeña hilera de saliva sin duda alguna era una vista que en verdad disfrutaba, quería ver más expresiones como esas su cuerpo empezaba a sentirse cada vez mas caliente sentía que solo un beso no era suficiente necesitaba más o tal vez solo lo deseaba asi que volvió a retomarlo pero esta vez con desesperación, ya no sentía que tenia el control sobre si mismo. Su mente decía que se detuviera pero su cuerpo no obedecía, solo seguía sus instintos. Las manos de kurapika bajaron hasta la enorme espalda de kuroro aferrándose con desesperación a él, sus lenguas se encontraba en un constante combate por el dominio.
Cada roce los hacia sentir emocionados, sus cuerpos se aceptaban entre si, era una sensación que los embriagaba, todo a su alrededor empezaba a dar vueltas, estaban dispuestos a ir por más llegar hasta al final. Sin embargo el destino tenía otros planes para ellos pues el celular de ambos empezó a sonar casi al mismo tiempo rompiendo el momento destruyendo aquel ambiente tan agradable, aquel molesto sonido hizo que kurapika recobrara la cordura y automáticamente empujó a kuroro al suelo para asi poder atender su celular levantándose rápidamente del sofá para ir hasta la otra habitación y hablar tranquilamente. Kuroro permanecía en el suelo sobando su cabeza, metió su mano en el bolsillo de su pantalón y sacó su celular maldiciendo aquel inoportuna llamada, miró en la pantalla el nombre de uno de sus amigos de la banda y de muy mala gana atendió.
-“hasta que atiendes, donde estas se suponía que debías quedarte a ayudarnos a limpiar el lugar tu siempre de irresponsable saltándote tus deberes”- la voz de la otra línea era de machi una de las dueñas del club, exigiendo su presencia inmediata al lugar pues requería de su ayuda, kuroro mantenía a una cierta distancia su celular pues esta no paraba de gritar, sacudiendo sus pantalones volvió a ponerse de pie sin dejar de escuchar los regaños de su amiga pues sabía que si le colgaba en ese momento las consecuencias serían enormes, arreglo su cabello y se dirigía hacia la puerta de la casa, junto en ese momento kurapika venía de regreso, kuroro cubrió el parlante de su celular con su mano para poder despedirse de él.
-lo siento pero debo irme, me solicitan en el club y si no voy probablemente me consigas atado como un títere en algún edificio- kurapika asintió tímido, sin mirarlo al rostro acercó su mano a la puerta para despedirse de él, kuroro no pudo evitar sonreír y antes de irse llamo su atención para que levantara su rostro, cosa que hizo, y así darle un beso de despedida haciendo que el rostro de él se volviera otra vez rojo.
-debo irme esperaré tu mensaje- aun con el celular pegado a su oreja se despidió de él haciendo un gesto con su mano.
-nos vemos- dijo para si mismo tocando sus labio con sus dedos sonriendo feliz y a la vez avergonzado.