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Por mi mala suerte conocí el amor por unsermas

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Notas del capitulo:

que tal mis amores? acá les dejo un nuevo capitulo de mi fic ENJOY!!!

Había pasado unas semanas desde aquel beso con kuroro, ninguno de los dos  a tocado el tema simplemente actuaron como si nada hubiera pasado ¿acaso aquel beso fue solo producto de su imaginación? No, aquello fue real aun podía sentir sus labios. Su mente no paraba de buscar diferentes explicaciones por la cual no han hablado sobre lo sucedido,  su cuerpo se movía entre las multitudes, por las calles de la ciudad, sin darse cuenta caminaba directo a una avenida de no ser porque alguien tiro fuerte de su brazo probablemente hubiera ocurrido un accidente, sus ojos se abrieron a mas no poder viendo pasar a toda velocidad los autos, parpadeó varias veces, como si analizara lo sucedido pero un golpe en la cabeza hizo que terminara de reaccionar, molesto giró la vista hacia atrás, quien estaba ahí era leorio mirándolo con reproche y aun con el puño en el aire.

-vaya hasta que reaccionas- dijo molesto el moreno de lentes- llevo un buen rato llamándote pero no me hacías caso

-ah eres tu leorio- la seriedad de cómo lo dijo hizo que su amigo le diera otro golpe- oye para con los golpes.

-“oh leorio gracias por salvarme te debo la vida mi buen amigo” no es nada solo es mi deber como buen ciudadano- kurapika había hecho un puchero un poco molesto asi que desvió la mirada a otro lado

-gracias- leorio sonrió divertido mientras revolvía sus cabellos haciendo sentir mas avergonzado a kurapika. Ambos avanzaron hasta llegar al lugar donde trabajada abi pues kurapika había pedido un libro y quería saber si ya lo tenía consigo, por otra parte leorio se sentía un poco ¿emocionado? por visitarla, desde la vez que la acompañó a su casa han estado en contacto claro que la mayoría de los mensajes eran bromas o insultos para él, a veces le molestaban pero otras solo le causaban gracia. Se abrieron paso hasta la tienda donde se encuentran a la pequeña chica tratando de acomodar algunos libros en la estantería

-ah kurapika y el lechero- miró de forma burlona a leorio quien casi se le va encima de no ser por kurapika quien lo tenía agarrado- supongo que vienes por el libro que encargaste no es asi? ven sígueme a la caja- deja uno libros sobre el mostrador y saca un gran libro rojo cubierto de polvo asi que lo sopla haciendo que los residuos paren “accidentalmente” al rostro de leorio.

-no puedo creer que lo hayas conseguido - abi le extiendo el inmenso libro hasta que lo tenga en sus manos para que le de unas hojeas, pudo notar el buen estado que este se encontraba

-bueno que te puedo decir una chica tiene sus medios- sonrió como si nada ganándose una mirada confusa por parte de ambos

-me pregunto que clase de artimañas habrás usado- leorio la observaba con ojos entrecerrados, la chica iba a contestar pero el sonido de la campana que estaba guindado en la puerta sonó captando la atención de los tres, un cliente había entrado miró a su alrededor y luego se acercó al mostrador sonriendo.

-muy buenos días- el hombre hablaba con un acento extraño, tal vez era extranjero- me preguntaba si usted tendría este libro a su disposición- deslizó un pedazo de papel escrito con mucha elegancia el nombre del libro, abi salió del mostrado y se paro justo al hombre, quien por cierto era alguien muy alto, se dirigieron al final de la tienda y uno por uno fue buscando el libro, mientras tanto leorio y kurapika observaban como el hombre se acercaba mas a ella ayudándola con los libros de arriba.

-sabes leorio, si no te apuras en pedirle una cita alguien podría quedársela- leorio bufo molesto sin dejar de verlos

-¿quien dijo que le pediría una cita?- su vista no se apartaba de ellos y por algún razón no confiaba en ese hombre, esa sonrisa suya hacia correr un escalofrío por su piel, su rostro frunció en ceño cuando aquel extranjero acerco su rostro al oído de abi susurrándole unas palabras, sus mejillas se coloraron un poco mientras cubría la mitad de su rostro con un libro, el extraño hombre de cabellos rojos se dirigió nuevamente hacia la puerta.

-espero puedas conseguir el libro por mi- alzo su mano y salió de la tienda

-es poco usual ver un extranjero por estos lugares- dijo abi viendo hacia la puerta embobada, un golpe en la cabeza la hizo reaccionar había sido leorio que sostenía el libro de kurapika.

-¿tu padre nunca te ha dicho que no hables con extraños?- abi le arrebató el libro y se lo volvió a entregar a kurapika- ¿tampoco te ha dicho que es de mala educación ignorar a las personas?- kurapika miró a abi con un poco de tristeza, la chica no levantaba su rostro solo se quedo observando el libro

-leorio déjala en paz ¿si?- abi giro sobre sus pies y miró a leorio

-tu también eras un extraño y te hablé- dijo burlona alivianando la tensión entre ellos, kurapika suspira tranquilo había pensado que tal vez lo golpearía- pensé que alguien como tu se sentiría honrado de que una chica linda y delicada le dirigiera la palabra

-¿linda? ¿delicada? de quien hablamos pues recuerdo bien como casi muerdes mi trasero por la caja de brownies- ambos empezaron a gritarse, parecían perros y gatos, kurapika no paraba de reír.

-simplemente eres un idiota ¿lo sabias?- abi regresa nuevamente a los estantes para terminar de organizarlos- a este paso nunca conseguirás una novia, morirás solo y virgen después de todos no todos tienen la suerte de tener un encanto natural como aquel extranjero- leorio estaba al límite de su paciencia esta vez no había nada que kurapika pudiera hacer sin embargo los tres habían vuelto a ser interrumpidos por la campana de la tienda, los 3 giraron su vista hacia la entrada, abi dejó caer el resto de los libros generando un fuerte ruido por toda la tienda, leorio y kurapika clavaron sus vistas en ella, observaron la expresión en su rostro, reflejaba una mirada de sorpresa o tal vez era de terror?

-¡abi!- el hombre caminó rápidamente hacia ella y la abrazó con mucha fuerza, abi permanecía con la misma expresión en su rostro, sus manos parecían temblar ¿qué relación tiene aquel hombre con ella? ¿y por qué abi no parece estar feliz?, todo tipo de preguntas pasaron por la mente de leorio y kurapika- vaya como has crecido mírate estas muy hermosa, no sabes cuan feliz estoy de haberte encontrado- el hombre había disuelto su abrazo pero aun así no la soltaba pues sus manos la sostenían de los hombros

-disculpe pero ¿usted quién es?- preguntó leorio algo confundido y preocupado

-vaya pero donde están mis modales- extiende su mano derecho y lo saluda con un fuerte apretón- mi nombre es darren y soy el padre de abi- leorio devolvió el saludo

-¿Qué haces aquí?- con su cabeza agachada preguntó, sus manos seguían temblando quería que aquel hombre dejara de tocarla

-pero que chica más grosera- su mano apretaba el hombro de ella haciendo que se encogiera un poco- ¿es que un padre no puede simplemente querer ver a su hija? Te estuve buscando desde la vez que ese muchacho te llevó lejos de mí, estaba preocupado- su mano fue apartada con brusquedad de su hombro dejando una marca roja en ella

-¿y qué demonios es lo que quieres?- leorio y kurapika quedaron sorprendidos por su tono de voz, nunca se imaginaron verla de esa manera, por otro lado su padre la miraba serio incluso se podría decir que molesto

-esa no es la forma de hablarle a tu padre- su voz de fue agravando y su mirada se volvía cada vez más seria, leorio como pudo se soltó del agarre pero no se movía de allí pues ese hombre no le inspiraba mucha confianza

-¿ahora te importa ser un buen padre?- la mano de darren fue a golpear su mejilla con mucha fuerza haciendo que cayera hacia el suelo

-¡ABI!- kurapika corrió hasta ella mientras que leorio con un puño cerrado se le fue encima a darren pero el señor pudo esquivarlo rápidamente y le proporcionó una patada en el estómago haciendo que se doblara del dolor

-todos estos años y aun sigues siendo una niña malcriada y desobediente- el hombre dejó a leorio tirado en el suelo y se acercaba hacia kurapika y abi- apártate de mí vista- tomó a kurapika del brazo y lo lanzó encima de leorio

-¡abi reacciona!–la chica permanecía en el suelo aun con la mirada agachada

-solo quería una charla tranquila con mi hija- darren se puso en cuclillas y tomó el rostro de abi obligándola a mirarlo

-déjala en paz maldito- leorio trataba de levantarse con la ayuda de kurapika- no sé qué demonios haya pasado entre ustedes pero más le vale alejar su mano de ella- darren sonrió de manera retorcido haciendo que ambos se encogieran de hombros

- yo soy su maldito padre y puedo hacer lo que quiera, como esto- su mano volvió a golpear el rostro de abi rompiendo su labio inferior, levanto nuevamente la mano pero fue detenido a tiempo por alguien más

-ni se le acurra volver a tocarla o juro que le romperé la mano- de la nada kuroro había aparecido y estaba furioso, darren soltó a abi con fuerza haciendo que se estrellara contra el estante.

-tú no eres nadie para decirme que puedo o no hacer con mi hija- se levantó enojado y se soltó del agarre de kuroro, con su mano libre podría golpearlo así que cerró su mano con fuerza y se abalanzó sobre él, pero kuroro fue más rápido, con un rápido movimiento se apartó a un lado dejando su pie haciendo que darren cayera al suelo, antes de que pudiera levantarse, kuroro apoyó su rodilla sobre su espalda y tomó la mano de darren doblándolo sobre su espalda

-si intenta otra cosa no dudare en partirle el brazo- apretó con más fuerza haciendo que el hombre gritara de dolor, de repente la puerta de la tienda se abre nuevamente para darle paso a un policía quien de inmediato tomo sus esposas y las colocó en las muñecas de darren.

-gracias por avisarme, llevaremos a este hombre a la jefatura- el policía hizo una reverencia y tomó al padre de abi en custodia 

-esto no ha acabado, ¿me oíste maldito?- esas fueron sus últimas palabras antes de salir, todos suspiraron aliviados, kuroro se acercó a abi muy preocupado.

-ya está bien, el no volverá ponerte un dedo encima- kuroro acariciaba con delicadeza su mejilla, abi solo asentía mientras que sus lágrimas bañaban su rostro, tomó entre sus brazos a abi quien aún no parecía recuperarse del shock

-pero, ¿Cómo es que entraste sin que la campana sonara?- preguntó kurapika

-esta tienda tiene una puerta trasera

-¿y en qué momento llamaste la policía?- esta vez fue leorio quien preguntó

-antes de entrar aquí, cuando venía de camino hacia la tienda me topé con el padre de abi, supuse que estaba tras de ella así que para evitar que sucediera cualquier cosa llamé a un policía que estaba de patrulla

-pero ¿qué quería ese hombre?- esta vez ambos preguntaron

-no lo sé, pero algo bueno no sería de eso estoy seguro- volvió a abrazarla muy preocupado- pero ya todo estará bien- susurró y luego besó la frente de ella tratando de calmarla, kurapika apartó su mirada de ellos, leorio hizo lo mismo, ambos chicos sentían un presión en sus pechos

-yo creo que llevare a leorio a casa, han sido demasiadas emociones por un día- kuroro asintió

-yo llevaré a abi a su casa- ayudó a la chica a levantarse, ella permaneció aferrada al pecho de kuroro llorando y temblando, este no dejaba de acariciar y besar su cabeza, leorio y kurapika dieron una última mirada a ambos y se despidieron de ellos…

 

-pero que hombre tan imprudente eres

-¿¡cómo iba a saber que estaría acompañada!?

-tienes suerte de que te siguiera o sino hubieras estado en un gran problema- un hombre con traje y lentes negros limpiaba sus manos con un pañuelo

-tenía todo bajo control, sino hubiera llegado ese malnacido ahorita mismo la tendría en mis manos

-sabía que no debíamos encargarte de esto- el hombre de traje tiró el pañuelo al suelo

-la próxima vez lo lograré, te lo aseguro, solo debes decirle a tu jefe- darren se aferró a la chaqueta del hombre

-eso no será necesario- la ventana de un auto negro baja a la altura de los ojos del jefe- solo espero que la próxima vez no arme tanto alboroto, no querremos que se repita lo de hoy ¿o sí?- darren asintió muy asustado- perfecto, espero ver buenos resultados ya que usted tiene una enorme deuda con nosotros- le ventana vuelve a subir

-más le vale que pague su deuda señor darren- el hombre de traje abre la puerta del chofer y coloca un pie dentro del auto- porque no querrá quedar como ese hombre- el chofer sonrió con malicia y se subió al auto poniéndose en marcha

-ese maldito me las va a pagar- darren golpeo con fuerza el cuerpo del policía y luego salió del callejón para dirigirse a su departamento e idear un plan diferente.

Notas finales:

espero lo hayan disfrutado 


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