-Señor Usumaki, debería mostrar su agradecimiento al señor Takeda por convencerme de dejarlo entrar-dijo sarcástico-será la última vez, así que…siéntese al lado de Takeda-
-P-pero-Iba a reprochar pero su profesor lo miro con ojos fríos-e-está bien-
-Sigamos con la clase, habrán su libro en la página 213…-
Haruka obedeció al profesor de mala gana pero tenía que cumplir con el mandato de su maestro, sintió la penetrante mirada del rubio pero hizo caso omiso a este, llegó al lugar dicho y se sentó pesadamente escuchando las palabras del profesor tratando de prestar atención a su lección del día de hoy, de repente escuchó una voz que provenía de su lado izquierdo.
-ehh…¡Oye!-El rubio trato de que su voz fuera la más baja posible para no ser retado por el profesor, Haruka no quería hacerle caso al chico de su lado pero este le aventó a la cabeza una bola de papel haciendo que este se irritara un poco.
-¿¡Oye que te pasa!?- habló del mismo tono de voz que el otro chico, el rubio solo sonrió divertido.
-Mi nombre es Akashi Takeda, cuando nos vimos hace un rato no me presente como se debía…perdón- Haruka reacciono al escuchar sus palabras, trataba de hacer una conversación normal.
-¡Ah!, este…mucho gusto Takeda-san – simulo hacer una reverencia con su cabeza, se iba a presentar pero recordó que el joven de ojos carmesí ya sabía su nombre- emm…creo…que tu ya sabes mi nombre…¿no es así Takeda-san?-
-si, si…emm..pero espero que no lo tomes a mal ni me veas como algo así como un acosador…jeje…-se le notaba la cara nerviosa por lo que el pelinegro solo mostro una cara de sorpresa ese término lo había pensado ponérselo a ese rubio.
-N-No te preocupes…este…¿te puedo preguntar algo Takeda-san?-
-Esta bien- sonrió calmado
-¿Cómo es que sabes mi nombre?...¡P-pero! No te lo tomes a mal…s…solo es una pregunta- Estaba nervioso por la respuesta del rubio, espero por la respuesta el joven pero este se quedó mirándolo fijamente como si dudará de contárselo o no, después de unos minutos sin decir nada rompió el silencio.
- Pues…emm..no sé cómo decírtelo pero…-El chico suspiro y retomo la conversación que estaba dando mostrándose decidido a narrar su historia- Un día ibas caminando distraído y yo llevaba cargando una pila de libros, entonces claro…no veía absolutamente nada que estuviera enfrente mío…..
-¡Puff! ¡Cuánto pesa esto!- El joven alto de cabellera rubia y tez clara iba caminando por el pasillo con una pila de libros que iba cargando, estos estaban tapándole la vista al chico pero no le importo y siguió caminando a su aula. Era tarde, se podían apreciar por la ventana los tonos del atardecer y más el anaranjado que flotaba en el ambiente dando una bella vista a aquel ser que estuviera en el mismo piso que el rubio, se podía apreciar la zona urbana pero también más allá una zona verde con mucha flora, desde allí, parecía que el sol se estaba ocultando entre las dos colinas de aquel lugar maravilloso-¡Que hermoso!- Akashi se dejó llevar por la belleza que estaba contemplando, tanto que no se dio cuenta que enfrente suyo había un chico de cabello negro y tez blanca caminando distraído hacia él.
-¡O-Oye …cuidado!- Haruka advirtió al joven que se aproximaba a él, pero era tarde, cerró los ojos y sintió como los dos tropezaban y se caían al suelo, al lado suyo cayeron varios libros que el rubio traía consigo, uno de ellos atinó a la pierna del pelinegro dejándolo lastimado.
Abrió los ojos el chico de baja estatura, lo primero que vio fueron los ojos carmesí del otro chico, estaban en una posición incómoda el mayor estaba encima del pelinegro poniéndose tenso el ambiente, decidió el mayor moverse para levantarse-¡P-Perdón fue mi culpa!...mejor me quit-..-en esa posición sus cuerpos estaban muy cercanos, al tratarse de mover el rubio por la cercanía rozo dos partes sensibles al tacto.
El que estaba debajo se sonrojo y gimió levemente, aunque el gemido hubiera sido bajo el rubio lo pudo escuchar haciéndole sonrojar -¡P-perdón…n...no era mi intención!- dijo el que tenía las mejillas coloradas al color de sus ojos.
El mayor volteo a ver la cara del chico, al darse cuenta de la expresión tierna el rubio se quedó hipnotizado, con un deseo que se volvía cada vez más grande de seguir volteo a a todos lados para comprobar que estuvieran solos, no había nadie en los salones próximos ni en el corredor todos se habían marchado a sus casas.
Eso le dio aliento para seguir al joven de ojos carmesí y hubiera sido así si el de cabello oscuro no se hubiera quejado de su pierna lastimada.
-¡mgh!...duele-hizo una mueca de dolor mientras miraba a otro lado.
-¿T-te duele tu pierna?- vio a la cara del chico debajo de él, se sintió culpable de que se allá lastimado el pelinegro- será mejor que te lleve a la enfermería y como no creo que allí este alguien yo te curaré- parecía ser que el de cabello negro robó la atención del de cabello claro…pero…¿Cómo es que se podía enamorar de un hombre?, ¿Por qué?, ¿Fue simplemente por impulso lo que sintió o si se enamoró a primera vista?. Estas preguntas le recorrieron la cabeza una y otra vez, pero mejor se las quitó de encima o las pausó, tenía que atender al chico de cuerpo delgado y similar a una mujer.
Deteniendo sus preguntas en un movimiento, agarró al chico de tez blanca y lo cargo como una princesa, el chico que estaba en brazos del otro al notar esto empezó a moverse para salir de los fuertes brazos del chico rubio, mas no pudo hacer nada.
-¡S-suéltame!- al ver que sus intentos eran vanos miro los libros y le dijo-…¿Qué harás con los libros?- señalo los libros que estaban esparcidos en el pasillo.
-No te preocupes por eso, después regreso por ellos- sonrió cálidamente- primero lo primero hay que atender tu pierna lastimada- se apuró a llevarlo a la enfermería
Una vez estando allí, Akashi sacó todo lo que necesitaría del estante y se dirigió al chico lastimado, le atendió cuidadosamente la pierna y terminó vendándola
-¡Bien esta listo!- sonrió con satisfacción, agarrando la muñeca del pelinegro con una mano la acerco a sus labios y deposito en esta un beso-quédate aquí un momento…voy a poner en su ligar los libros y vuelvo rápido- diciendo esto sin esperar una respuesta fue a cumplir con su cometido.
Mientras que Haruka se quedó solo en la enfermería grande, tenía las mejillas sonrojadas y estaba tratando de aclarar sus pensamientos
-*pero…¿Qué fue eso?, ¿P-por que late así de rápido mi corazón?, No…no puede ser…¡ esto no es amor!*- hizo una pausa en seco-*pero…¿y si lo fuera?...apenas lo conozco…*- pensaba este mientras miraba fijamente su muñeca en donde había recibido el beso del rubio.