Capítulo 15.- Preámbulo
- Ríndete Shun, yo no quiero matarte pero no puedo decir lo mismo de los demás, baja de la cornisa y hablaremos mas – ofreció Hades pero Shun solo arqueó una ceja, levantó las manos en señal de que si se había rendido pero le sonrió a Hades directamente para guiñarle un ojo con descaro, ese gesto los confundió a todos, en especial porque Shun dio un paso hacia atrás y desapareció de su campo visual, Shun no saltó, simplemente se dejó caer…
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Shun sabía que había la posibilidad de que la policía lo podría encontrar más rápido que la vez anterior, por ello había vigilado el edificio en el que vivían Shura y Camus por algunos días buscando la ruta mas segura de escape, él quería vengarse del pelinegro detective que osó herirlo hace cinco años, él era el único que había logrado marcarlo, literalmente, y le había jurado venganza
Por ello, cuando Shun dio el paso hacia atrás dejándose caer de la cornisa del edificio agradeció a su buena estrella y a su sentido de planificación, hacía dos noches atrás Shun había estado ya en esa terraza y con complacencia se dio cuenta de que las condiciones eran ideales, por las marcas de polvo y el estado de deterioro de todos los cachivaches que allí se encontraban, el ex criminalista pudo deducir que nadie subía allí con frecuencia, así que escogió el mejor lugar de la terraza, en la esquina sur junto a la cornisa había una reja de hierro que era perfecta para sus propósitos, aseguró un arnés, los mosquetones respectivos y dejó suficiente cable de los que usan los alpinistas, si su escape se tornaba accidentado él podría escapar de esa forma, Shun era un escalador experimentado así que descender con cuerdas por la pared no representaba mayor reto para él ya que en sus días de juventud había escalado y descendido varias veces todos los montes y picos de las afueras de Tokio, por eso conocía esos bosques como la palma de su mano, descender de un edificio sería pan comido.
Cuando Shun corrió a la terraza perseguido por Hades, al subir no trató de bloquear la puerta apenas entró, su objetivo no era impedirle el paso a la policía sino mas bien era tener a todos los policías posibles allí en la terraza, de esa forma no lo podrían seguir en su escape y su plan se cumplió a la perfección, mientras hablaba con Hades, Shun miró hacia el vacío tras suyo y solo vio los patrulleros pero no habían policías en la calle, todos debían estar en el edificio, la llamada de emergencia de Shura no había logrado conseguir los suficientes refuerzos aún pero no tardarían en llegar, Shun solo tenía una pequeña ventana de oportunidad en la que podría escapar exitosamente y debía aprovecharla
Shun se subió a la cornisa y aseguró uno de los mosquetones al arnés que estaba usando bajo su chaleco de pescador, jaló la cuerda y la dejó caer al vacío, se aseguró los guantes y esperó solo un par de segundos a que Hades entrara, a Shun le pareció gracioso el hecho de que Hades intentara convencerlo de que no se suicidara así que le siguió la corriente y habló un poco con él hasta que vio llegar al resto de la policía, ahí fue que se dejó caer, ya en el aire sujetó la cuerda y poco le faltó para gritar del dolor, su brazo herido se hizo sentir pero eso no lo podía detener, hábilmente Shun se apoyó en sus piernas y empezó a saltar para descender, la rapidez era lo clave aquí, el castaño sabía que le dispararían y si le daban un balazo otra vez caería y en verdad ya no podría escapar.
El castaño sentía como la sangre le recorría el cuerpo y el corazón le latía con fuerza mientras descendía por la pared del edificio, se sentía vivo como no se había sentido antes, no pensó que el cumplir su venganza le iba a resultar tan emocionante y placentero aunque le resultó también peligroso y doloroso.
Las balas le pasaban cerca… muy cerca…, así que Shun poniendo en práctica todos sus conocimientos de alpinismo, hiking y supervivencia en el bosque, bajó lo más rápido que pudo y cuando ya estuvo solo a un par de metros del suelo saltó, cayó de pie como gato, zafó el mosquetón que sujetaba el cable a su chaleco y corrió como alma que lleva el diablo cuando se vio libre de su atadura
Shun escuchaba sus propios latidos que le resonaban en sus orejas mientras corría, él tenía un auto parqueado dos calles mas allá y sin regresar a ver nada corrió y corrió sacándose los guantes para botarlos y buscando las llaves en los bolsillos de su pantalón hasta encontrarlas
Al llegar al pequeño auto accionó el seguro y las puertas se abrieron, Shun se subió en el asiento del conductor y arrancó uniéndose al tráfico de Tokio, el castaño podía escuchar las sirenas cerca así que aceleró, tomó una de las calles paralelas a la autopista hacia el sur y dobló a la izquierda, fue un par de calles en la misma dirección hasta que desembocó en un puente, tomó un desvío y por un camino empedrado descendió bajo el puente, Shun levantó con dolor el brazo derecho y accionó un control automático que estaba en el visor del auto y la puerta corrediza de un camión pequeño se abrió y una pequeña rampa descendió, Shun condujo directo hacia allí y ocultó su pequeño auto en el compartimiento de carga del camión, accionó otra vez el control remoto y la pequeña rampa se ocultó dentro tras cerrarse la puerta
Shun se dejó caer en el asiento y trató de controlar su agitada respiración mientras escuchaba como en el puente sobre su cabeza varias patrullas pasaban con las sirenas encendidas, seguramente buscándolo, así que sin perder tiempo se sacó el chaleco de pescador, el buso y quedó con el torso desnudo, miró su brazo y frunció el ceño, Hades no le había dado en el hueso pero si lo había herido, bueno… ya lo trataría mas tarde, por el momento rompió su buso en jirones y los ató alrededor de la herida, tenía que ayudar a detener el sangrado hasta que pudiera llegar a casa y tratarla correctamente
Shun se bajó del auto y abrió la cajuela, sacó un overol azul y se lo puso, sacó una peluca rubia y se la acomodó lo mejor que pudo en consideración a su brazo herido, se puso una gorra en la cabeza también y salió del cajoncito del camión, se subió a la cabina y lo encendió para lentamente unirse al tráfico matutino de Tokio
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Hades lideró la persecución de Shun en los vecindarios aledaños, se llamaron patrullas, perros, y demás personal pero a medida que las horas de la mañana pasaron no lo hallaron, Shun estaba en el viento y se les había escapado de las manos una vez mas…
En el departamento de Shura todo era dolor, el equipo de criminalistas de la noche no podía intervenir en el procesamiento de la escena porque ellos estaban involucrados emocionalmente con la nueva víctima de Shun, Shura estaba sentado en el mueble de la sala y parecía ido, el fiero detective no reaccionaba a nada, no veía a nadie, no escuchaba nada. Saga estaba a su lado y se moría de la rabia, Shun estaba acabando con todos ellos y no había nada que pudieran hacer para detenerlo
Minos, el forense del equipo del día ya había llegado y había realizado el levantamiento del cadáver, el médico esperaba encontrar mas o menos las mismas marcas en Camus que las que encontró en Aioria, Shun era un asesino en serie al que le gustaban mucho los rituales, por eso era lógico pensar que había encontrado una nueva rutina que le había parecido satisfactoria y seguramente la puso en práctica en Camus, la autopsia revelaría los temores del médico.
De acuerdo al perfil psicológico de Shun, se había establecido que era psicópata y sádico, él disfrutaba del sufrimiento de sus víctimas pero en esta última ola de crímenes no era ese el único motivo, Shun buscaba dañar a las parejas de sus víctimas, eso lo había asegurado Dita esa mañana al ver a Shura totalmente destrozado, Pietro había estado en el mismo estado cuando encontró a Aioria, el impacto de ello había sido brutal
El equipo de criminalistas de la mañana estaba procesando la escena, y al igual que la escena en el departamento de Pietro, no se encontraron señas de entrada forzada ni nada mas, el mensaje en la pared era el mismo, palabra por palabra, la nota junto a la hielera con la botella de vino era exactamente la misma, el camino de pétalos de rosas, el platón de cristal con el corazón de Camus, la cama revuelta, en fin… todos los detalles habían sido cuidado, Shun era bastante obsesivo – compulsivo como para hacerlo a la perfección, y esta hubiera sido otra escena del crimen perfecta de no ser por Hades que le había disparado a Shun en el pasillo, esa era la única prueba contundente que tenían sobre la culpabilidad de Shun, ahora podían atarlo al otro crimen también, la policía no tenía duda de la culpabilidad de Shun pero ahora tenían evidencia de ADN y de confirmación personal por parte del equipo swat, los detectives y los criminalistas, todos ellos vieron a Shun en la terraza.
Shura vio pasar la camilla en la que llevaban el cuerpo de Camus y se desarmó por completo, Pietro llegaba al departamento y tuvo que hacerse a un lado para que la los paramédicos pudieran pasar pero entró inmediatamente y abrazó a Shura con fuerza, ellos habían sido amigos por años aunque su relación no había sido muy cálida, pero en estos momentos Shura se dejó abrazar y caminó hacia el pasillo mansamente, Pietro había venido a llevárselo, no era conveniente que el policía estuviera solo
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- Me quieres explicar lo que hacemos aquí? – la noche estaba cayendo, los criminalistas habían procesado el departamento de Shura todo el día y ya habían dejado la escena del crimen, Saga y Dita habían pasado el día en la estación de policía pero ahora Dita había insistido en volver al departamento de Shura y, Saga en contra de su voluntad había accedido a acompañarlo, Saga no lo estaba diciendo pero estaba entrando en pánico ante la idea de perder a su novio a las manos de ese psicópata que ya le había arrebatado a su amado Mu hace cinco años
- Necesito que me ayudes, yo solo no lo puedo hacer – respondió Dita y con las llaves que había retirado de la estación de policía abrió el departamento de Shura y ambos entraron, el peliceleste encendió las luces y suspiró con pesadez, luego de cerrar la puerta tomó la mano de Saga y lo llevó a la cocina, Dita empezó a abrir todos los gabinetes hasta que encontró lo que buscaba, ahí Saga entendió lo que iban a hacer
- Hay otro par de guantes? – preguntó el peliazul sacándose el saco y dejándolo en la pequeña mesita que estaba en la cocina, Dita le dio un par de guantes y un trapeador
- Lo siento, sé que estás cansado y créeme… no hay nada que quisiera mas que ir a casa y caer en coma en la cama pero… Shura no puede volver a este departamento y encontrarlo así – Dita abrazó a Saga que suspiró y lo abrazó de vuelta
- Tienes un gran corazón, te amo Dita
- Yo te amo a ti, pero limpiemos primero y hablamos después, Pietro dijo que iba a llevar a Shura a su casa pero seguramente vendrá mañana así que no tenemos mucho tiempo
- Ok., ok., pásame el cloro
Saga y Dita pasaron horas limpiando el departamento de Shura, recogieron los pétalos de rosa y aspiraron completamente la alfombra, Saga sanitizó la bañera para que no exista ni el mas leve rastro de sangre y casi al amanecer el departamento de Shura no tenía ni rastro de lo que había pasado allí la noche anterior, olía a limón y como resultado Saga estaba molido y Dita también, pero por lo menos habían hecho algo considerado para su amigo aunque nada de lo que hicieran podría mitigar el dolor de Shura
- Vamos a casa, estoy muerto – Saga abrazó a Dita por la espalda, el peliceleste estaba acomodando un cuadro que estaba algo torcido
- Yo también
- Dita… por favor, sé que no quieres hablar de esto pero… después de lo que pasó hoy considerarías irte de la ciudad por unas semanas?
- No Saga, ya te dije que no, no tengo idea de cómo Shun sometió o sorprendió a Camus pero yo no voy a huir, esa no es la forma en la que voy a vivir mi vida y no te voy a dejar solo – el tono de Dita era cansado, esa discusión ya la habían tenido varias veces las últimas semanas
- Shun no irá por mi, vendrá por ti y yo no soportaría perderte, por favor Dita… no lo podría soportar otra vez, no otra vez
- Saga… confía en mi, me cuidar solo, vámonos a casa, tenemos que bañarnos y cambiarnos para el funeral de Camus, Pietro me puso un mensaje hace un rato, sus padres están viniendo de Francia y al parecer lo van a cremar hoy y se llevarán con ellos sus cenizas
- Y Shura?
- Shura está con Pietro pero dudo que esté coherente, Pietro me dijo que le había dado a tomar un tranquilizante para que durmiera pero ni así ha conciliado el sueño, tenemos que atrapar a Shun, no podemos permitir que esta ola de violencia siga
- Eso es lo que quiero hacer pero tu no quieres irte de la ciudad, por favor Dita, dame un poco de paz, si tu no estás aquí podré concentrarme en atraparlo
- No me voy a ir y ya no quiero hablar de esto, vamos a casa por favor, pero maneja tu, yo no ofrezco mantenerme despierto en el camino
Dita tomó la mano de Saga y ambos salieron del departamento de Shura, en el camino a casa Dita se quedó dormido en el asiento y Saga solo pensaba que no podía perderlo, no lo soportaría otra vez, ya perdió una vez al hombre que amaba a manos de Shun, si lo mismo le pasaba otra vez no lo resistiría, Shun odiaba a Dita y la opción mas segura era que si se quedaba en Tokio sería para asesinarlo y ni Saga ni la policía tenían la mas remota idea de donde podría estar o de cómo atraparlo, Shun estaba siempre dos pasos delante de ellos, Saga tenía la impresión de que esa pesadilla no terminaría nunca… nunca…
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En la parte industrial de Tokio, dentro de uno de los contenedores de carga que estaba en el desembarcadero, en un colchón inflable estaba una menuda figura cubierta completamente por varias mantas, un hombre delgado de blanca piel estaba profundamente dormido y murmuraba algo que no se le podía entender mientras dormía
Este vagón de carga había sido el hogar de Shun Kido por los pasados dos meses, hacía mucho tiempo su abuelo le había dicho algo que le había marcado de por vida, el anciano en su lecho de muerte le había dicho: “Hijo… no confíes en nadie y tienes que estar siempre preparado, yo no estaré aquí ya mucho tiempo para protegerte, así que asegúrate de tener siempre a donde recurrir en caso de necesidad, prométemelo hijo… prométemelo…”
Y eso es lo que Shun había hecho hace muchos años, cuando el ahora castaño hizo paz con el hecho de que era un asesino y que esa sed insaciable de sangre lo controlaría toda la vida, tomó las medidas del caso para asegurarse un escondite, dinero, un lugar para quedarse, ropa, papeles, es decir pasaporte falso, cédula de identidad y licencia de conducir, de esa manera Shun había podido registrarse en hoteles y moteles de todo Tokio para asearse, comer y dormir mientras se recuperaba de la herida en su brazo, aunque usualmente se quedaba en el vagón de carga en donde se sentía mas seguro pero no contaba con todas las comodidades que un hotel le ofrecía, el problema era que siempre cabía la posibilidad de que algún empleado de los hoteles y moteles que frecuentaba lo reconociera porque la policía había aceptado públicamente que Shun su estaba vivo y había circulado su fotografía a manera de advertencia a la población y como medio para atraparlo pero nadie había dado información sobre su paradero hasta ahora.
Esa noche Shun despertó y sonrió, su brazo estaba completamente restablecido, si le dolía cuando se esforzaba mucho pero ya estaba lo suficientemente bien para hacer lo que tenía en mente, estas últimas semanas un solo pensamiento fijo ocupaba su mente, su próxima víctima… ya la había escogido, lo vio en aquella terraza hacía tres semanas, igual de hermoso como lo recordaba, con esos ojos que lo miraban con furia, había fuego en ellos, fuego que Shun quería para si mismo, él quería estar presente cuando luz se extinguiera de ellos, su presa ya estaba marcada, ahora el asunto era conseguirlo, el problema es que nunca estaba solo, Dita siempre estaba con Saga pero Shun ya había pensado la manera de separarlos, esta noche era la noche…
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Saga estaba en un supermercado, había habido una balacera y junto a Koga y Marin, los miembros mas jóvenes de su equipo, estaban procesando la escena, habían tres cuerpos que solo esperaban que Aioros llegara para poder seguir
El peliazul jefe de criminalista estaba tomando un café mientras revisaba las marcas de sangre en la pared, esa noche era Dita estaba con Shura en uno de los campos de tiro de la ciudad, un accidente o lo que parecía ser un accidente había cobrado la vida de uno de los clientes del local y Dita había sido asignado a ese caso, esas tres últimas semanas Saga no había tenido paz ni había podido dormir bien, chequeaba a Dita frecuentemente aunque su novio lo resintiera pero Saga no lo podía evitar, hasta que Shun no fuera apresado él no tendría paz
- Encontramos el arma señor, el sospechoso la botó en uno de los basureros de la esquina, bueno, creo que es el arma homicida – el joven castaño Koga se había acercado a Saga con el arma enfundada, Saga la miró y levantó una ceja
- Usualmente las armas son descartadas en los basureros cercanos, tuvimos suerte en hallarla, buen trabajo Koga, asegúrate de registrarla antes de ingresarla
- Si señor – a Koga le gustaba trabajar con Saga, era un jefe un tanto serio pero se las sabía de todas… todas y era muy generoso en compartir su información y conocimiento, June se sentía algo intimidada por él y aún estaba algo nerviosa por los rumores que había escuchado en la estación de policía, el rumor era que ese equipo estaba maldito y que un asesino los estaba cazando uno a uno, y además desde la muerte de Camus no habían contratado a nadie y estaban llenos de trabajo
- Algo además del arma? – Hades había sido el detective asignado al caso y se acercó al criminalista con el que había trabajado estas últimas semanas para preguntar sobre los posibles avances del nuevo caso en el que estaban trabajando
- Nada de uso, yo creo que esto fue un robo que se salió de control, quiero chequear otros robos en la zona para poder armar un mapa, lo mas probable es que esta no sea su primer robo y los tengamos ya en el sistema, y tu?, hay testigos?
- No… si alguien sabe algo no está diciendo nada, lo que concordaría con tu teoría de que han atacado este barrio antes
- Típico, el miedo es libre supongo – dijo Saga terminando su café para ponerse el saco alistándose para salir
- Vas a la estación?
- Si, los chicos terminarán de procesar la escena, por favor quédate con ellos, Docko me llamó hace unos momentos y algo pasó con el caso de la semana pasada por lo que necesito que regresar – Saga chequeó su reloj cuando dijo esto, el Detective Docko le había dicho que lo esperaba a las 2:00 am en su oficina y faltaba solo 15 minutos para eso
- Ok., yo cuido a los chicos, tu estarás seguro regresando solo a la oficina?
- Si, no te preocupes por mi, nos vemos mas tarde
- Ok., maneja con cuidado
Saga se subió a su auto y fue a la estación, Docko ya estaba en su oficina y su charla duró mas de media hora, había un problema con el papeleo y el cambio de custodio de las evidencias pero fue solucionado sin contratiempos, cuando Docko salió de la oficina Saga se fijó en su correo, habían varios sobres y un pequeño paquete sobre su escritorio pero de entre todo su correo había un sobre púrpura que llamó su atención, lo tomó y lo analizó, simplemente tenía su nombre pero no tenía nada mas escrito así que lo abrió y su corazón se fue al piso al ver su contenido
Dentro del sobre estaba un dibujo absolutamente hermoso y exquisito pero total y completamente perturbador, era un dibujo hecho a lápiz sencillo pero el nivel de detalle era inconfundible, ese dibujo lo había hecho Shun. Saga sacó su teléfono celular y marcó a Dita pero no tenía señal y no pudo terminar la llamada así que corrió por el pasillo hasta la oficina de recepción, ya no había nadie allí por lo que no tenía forma de saber cuándo habían traído ese sobre a su oficina, todos los criminalistas estaban en sus asignaciones y cuando trató de usar la radio tampoco funcionó, la estación estaba casi vacía así que Saga no tenía a nadie a quien pedir ayuda.
Saga estaba desesperado, miró otra vez el dibujo mientras sentía como su corazón latía con fuerza, el dibujo era del cuarto de baño de su departamento, Dita estaba sumergido en la bañera claramente muerto porque su corazón estaba en el platón de cristal en medio del piso, Shun iba por Dita… Shun iba por Dita…
Saga no tenía tiempo que perder, salió corriendo de la estación mientras trataba de llamar por teléfono a Dita pero seguía sin tener señal, el peliazul estaba entrando en pánico así que se subió a su auto y arrancó, tomó la autopista con dirección a su casa y manejó como alma que lleva el diablo sin importarle los semáforos ni las señales de pare ni nada de eso. Dándose modos Saga siguió marcando el teléfono a Dita el que ahora si le contestó, al salir de la estación de policía el teléfono de Saga había vuelto a funcionar
- Qué pasó amor? – preguntó el peliceleste en tono calmado, él estaba en su escena del crimen procesándolo todo
- Dita!!!!!, Dita!!!!!, estás bien?, dónde estás? – Saga casi ni veía por dónde iba
- Estoy en el campo de tiro con Shura, aún no acabamos esto, qué pasa?
- Shun va por ti, me llegó un dibujo de ti en la bañera de nuestro departamento y… - pero Saga no pudo seguir hablando porque otro auto salió de la intersección y se dio de lleno contra el suyo
- Saga???, Saga!!!!!!!!!!!!!!!! – Dita gritó al teléfono porque escuchó la colisión y luego todo fue silencio pero la llamada no se había cortado, Dita sin esperar nada caminó hacia el parqueadero mientras llamaba a Saga por su nombre, su novio no le había dicho en dónde estaba pero Dita pensó que debía estar cerca de la estación de policía o cerca de su casa, Saga le había dicho que le había llegado un dibujo y solo a esos dos lugares el dibujo podría haber llegado
Saga no vio al otro auto, solo sintió el choque, luego todo fue oscuridad y ahora dolor, el criminalista estaba colgado de cabeza en el asiento, su auto se había volteado de la fuerza del impacto que le pegó de lleno a su puerta, era un milagro que hubiera sobrevivido, el criminalista estaba algo desorientado pero podía escuchar a Dita al otro lado del teléfono, Saga estiró la mano pero no pudo llegar a él, lo que escuchó fueron los pasos de alguien que se acercaba, luego escuchó como la puerta se abría y una luz le brillaba en el rostro, alguien lo estaba iluminando con una linterna
- No sabes que no debes conducir mientras hablas por teléfono celular? – la conocida voz heló la sangre a Saga que pestañeó varias veces pero la luz lo estaba cegando
- Shun… - articuló Saga con dificultad, abrió los ojos pero no pudo verlo, la linterna lo cegaba y se sentía desorientado por el choque, se había dado un fuerte golpe en la cabeza porque sangraba
- A quién mas esperabas encontrar?, ohhhh permíteme – Shun tomó el teléfono que estaba a sus pies y habló con tono calmado al decir: - Hola?
- Saga?, Saga estás bien?
- Dita… que gusto escucharte, Saga sobrevivió al choque pero no se si sobreviva la noche
- Dios mío… Shun… - el pánico fue notorio en el tono de Dita y eso hizo sonreír al castaño que dijo muy divertido:
- Adiós Dita, tengo una cita a la que no me puedo atrasar
Shun colgó el teléfono y lo tiró al suelo para luego pisotearlo hasta hacerlo pedazos, luego se agachó nuevamente para de uno de sus bolsillos sacar una jeringa y le inyectó un líquido ámbar a Saga que aún se estaba moviendo pero cuando Shun le administró la droga cayó inconsciente en segundos, ahí Shun sacó un cuchillo de su bota y cortó el cinturón de seguridad que tenía sujeto a Saga al asiento del auto y lo tomó de los brazos para arrastrarlo hasta su auto, con esfuerzo lo puso en la cajuela y luego se subió al asiento del conductor y tras un par de intentos encendió su abollado auto, Shun le había puesto una barra de metal en la mascarilla de su jeep para que resista el choque por eso él personalmente no estaba abollado, su plan había salido a la perfección y ahora ya tenía a Saga en su cajuela, esta noche definitivamente es la noche…