Harribel, hija de un escriba del antiguo Egipto y gran devoto de Bastet la diosa gato se encontraba preparándose para ser consagrada como sacerdotisa al servicio de la diosa protectora de la armonía y la felicidad; dicho proceso duraba una semana, en la cual pasaría encerrada en un recinto especial sin tener contacto con nadie, sola, en oración y ayuno, dándose baños constantes en una fuente alimentada con agua del Nilo para purificarse y al cabo de los cuales se entregaría por completo al servicio de Bastet.
Los días transcurrían, y solo de vez en cuando se veía interrumpida por los recuerdos de la amenaza que le hiciera un soldado de la guardia del Faraón, el cual se encontraba encaprichado y obsesionado con ella y que juró que no pertenecería a nadie más que a él, osando incluso desafiar a los mismos dioses; estos pensamientos daban vueltas en la mente de Harribel, y no sin grandes esfuerzos lograba concentrarse en su preparación.
En el quinto día de su estancia en ese lugar y mientras se encontraba purificando su hermoso cuerpo en las aguas que alimentaban la fuente escuchó un murmullo que poco a poco fue aumentando hasta que un resplandor dorado la rodeó, sintiéndose en ese momento aterrada, mas una voz la tranquilizó diciéndole: "Harribel, la más fiel de las servidora de la diosa gato no temas, mañana recibirás la visita de Bastet en persona, quien te someterá a la prueba final para ver si en verdad eres digna de servirle, mantente alerta hasta entonces." La voz cesó junto con el resplandor dejando sumida en la más profunda preocupación a la hermosa mujer.
Llegó así el sexto día y todo transcurría como de costumbre; al llegar la noche, Harribel se retiró a sus aposentos; la habitación era amplia con pilares de color arena decorados con jeroglíficos, las paredes de color marfil eran adornadas con estampados de flores, ramas entrelazadas de la granada y la vid, tallos de caña, flores de loto y hojas palmeras, también tenía una gran ventana que daba hacia el jardín, adornada por unas cortinas de lino fino; en medio de la habitación se encontraba una sinuosa cama con las piernas en forma de patas de animal y sobre la misma había un enorme boquete en el techo por el que entraba la luz de la luna que en ese momento estaba llena, Harribel estaba tan cansada que cayó dormida apenas toco la cama, pero no pasaron ni 2 minutos cuando escuchó una vez más el murmullo y ese resplandor dorado, pero que ahora era más intenso, escuchó que la llamaban lo que le provocó mucho temor y más al distinguir entre la luz la silueta de una mujer
Harribel estaba muda de asombro. Su sorpresa aumento cuando la misteriosa mujer se presento como ni nada más ni nada menos que la diosa Bastet; esta se acercó lentamente hacia la sacerdotisa. Harribel rápidamente se postró a sus pies pero ella le dijo con su suave voz.
"Harribel, como se te anunció he venido y te someteré a la prueba final para ver si eres digna de servirme". Se arrodilló, y con su mano la tocó en la cabeza mientras le decía: "Ponte de pie, te lo ordeno", y añadió "te concedo el que me puedas mirar al rostro", ella obedeció y, tímidamente se levantó, y, mientras lo hacía pudo verla de abajo hacia arriba: primero los pies luego las piernas que eran largas, torneadas, y ligeramente musculosas, después el vientre plano y los pechos redondos que la semitransparente prenda dejaba ver; Harribel se retiró un poco y la luz de la luna iluminó mejor a la recién llegada y ella quedó extasiada de lo que veía, Bastet no tenía una cabeza de gato si no era una mujer muy atractiva, de piel oscura, pechos muy grandes y cuerpo esbelto, de ojos de color dorado, confiriéndole un aire aún más exótico, mientras que su pelo de color morado oscuro caía libremente por su espalda casi llegando por debajo de la cintura. La misteriosa mujer llevaba puesto un vestido largo semitransparente y estrecho en su parte inferior sujeto por un delgado cinturón que resaltaba su hermosa figura, estaba ataviada por un ancho collar de finas piedras lapislázuli brazaletes y sandalias doradas y un tocado hecho de oro estrechamente fijado a su cabeza con el cuerpo de buitre y las dos alas que caen a los dos lados de la cabeza; Bastet se acercó lentamente y ella retrocedía hasta que la detuvo el lecho donde descansaba, se le acercaba más y más, y entonces, ella pudo notar que Bastet respiraba más rápido conforme se acercaba y que el brillo de su piel no era otra cosa que el sudor que sus poros destilaban copiosamente, siguió acercándose, hasta que estuvo enfrente de ella y con sus fuertes manos tomó una de las de ella y le dijo: "He esperado este momento por largo tiempo, te he visto crecer y convertirte en el hermosa y bella mujer que eres ahora, tu padre te encomendó a mí desde el día de tu nacimiento y siempre he estado junto a ti; en donde yo vivo he tenido como compañeros a Atum y Mahes pero ninguno ha logrado que mi corazón se estremezca, como lo has logrado tú...Harribel....te amo y te amararé por toda la eternidad, por eso tomé la decisión de hacerte mi esposa". Harribel contestó: "Mi señora, tú sabes que siempre he sido tu servidora, y con el tiempo empecé a sentir algo extraño en mi corazón que al principio confundí con devoción, pero ahora que te tengo frente a mí he descubierto que no es otra cosa que....AMOR; mi señora, también te amo y jamás amaré a nadie como a ti".
Dime Yoruichi ese es mi verdadero nombre solo tú lo conocerás, el nombre de Bastet es solo un titulo.
Ambas quedaron en silencio unos instantes, de pronto sus cabezas se acercaron, hasta que sus labios se tocaron y comenzaron a besarse lentamente, hasta fundirse en un apasionado beso, Harribel sintió las hermosas manos de la diosa en su espalda, y su boca en su cuello, sin poder resistir, Harribel dejo caer la túnica que llevaba puesta quedando totalmente desnuda frente a su diosa esta se alejo un poco y le miro complacida; Harribel era extremadamente hermosa su cuerpo de seductoras proporciones, acentuadas por sus exóticos rasgos. El color de sus ojos es de un marcado azul turquesa, mientras que su pelo es de un vistoso color rubio dorado, al igual que sus cejas y sus pestañas esa piel oscura satinada, era toda una visión esta la diosa extasiada la imito y se quito el vestido y toda sus joyas; Yoruichi beso nuevamente sus labios bajando por su cuello hasta llegar a esos hermosos senos, los que había deseado tanto tiempo, la pelimorada fue moviéndose lentamente hasta que recostó en el lecho a Harribel, quedando encima de ella comenzó a besar sus senos y fue bajando por su cuerpo, su vientre, y llego a esa zona de placer..... Yoruichi comenzó a hacer magia con su lengua y con sus dedos, lo hacía como toda una experta, parecía leer la mente de la sacerdotisa, sabía a qué velocidad debía moverse, mientras que la rubia movía sus caderas al compas de su lengua, después comenzó a meter dos dedos en orificio y Harribel gemía de placer, jamás había experimentado algo igual en toda su vida. Yoruichi siguió con el mete saca de sus dedos y con el jugueteo de su lengua, mientras que la rubia solo pedía mas y mas... -ahhh ahhh- -asi… mi… señora… aaaaa… sigue- en ese momento, Harribel sintió como sus caderas se elevaban, había perdido el control sobre ella misma, tuvo su primer orgasmo... un orgasmo como jamás había tenido uno…
Era el turno de la sacerdotisa… ella pudo ver en Yoruichi la excitación de hacerla suya, era el momento de hacer suya a la diosa, Harribel se subió encima de ella y la beso en los labios, comenzó a besar su cuerpo, por fin su sueño hecho realidad, no podía creerlo, chupaba y daba pequeños mordisquitos a sus senos, bajó por su hermoso vientre hasta encontrar ese capullo, era perfecto igual que ella, se dio cuenta que estaba bastante mojada, quería probar esos deliciosos jugos, la rubia postro su lengua sobre la vagina de la diosa y comenzó a juguetear, con su dedo sobaba su clítoris, Yoruichi no tardo en comenzar a gemir... -Ahhh aaaaahhh , siii sigue amor, sigue -ahi, ahi.. aahhh - ...... Harribel comenzó a meter sus dedos en su orificio y Yoruichi gimió mas fuerte -SIII SIII, AHI, SIGUE MI VIDA SIGUE- -AAAAAAAAAHH ME VENGO ME VENGO-
La sacerdotisa consiguió llevarla a su primer orgasmo. Yoruichi seguía extasiada y de repente se sentó y atrajo hacia ella a Harribel, la beso en los labios y se giro, la rubia entendió inmediatamente lo que la diosa quería, quedaron en un hermoso 69.
Harribel tenía en frente ese hermoso tesoro, esa zona que la llevaría al placer una vez mas... mientras la rubia saboreaba la vagina de la pelimorada con su lengua Yoruichi sobaba con sus dedos el clítoris de la rubia, ambas gemían, sus respiraciones se cortaban y en ese momento Harribel tuvo un orgasmo mas; ella no podía quedarme atrás así que frote con sus dedos y siguió jugando con su lengua y así la diosa se estremeció en un orgasmo indescriptible, sus fluidos le hicieron notar a la sacerdotisa que su diosa había tenido un orgasmo largo y placentero...
Ambas se quedaron dormidas después de hacer el amor como unas locas, en verdad estaban enamoradas la una de la otra, semidormida Harribel seguía pensando en la maravillosa noche que habían pasado juntas. Al momento de despertar la sacerdotisa sintió los labios de la diosa sobre los suyos, fundiéndose en un delicioso beso en el cual casi perdieron la conciencia...
Yoruichi comenzó a tocar nuevamente a la sacerdotisa, puso sus manos sobre los senos de la rubia y los acariciaba mientras le besaba en los labios, poco a poco fue ejerciendo mas presión en sus senos y los apretaba con más fuerza, les daba ligeros pellizquitos hasta que bajo su boca a ellos besandolos, mordiendolos suavemente, Harribel estaba exitadisima, esa mujer su diosa estaba haciendola suya, ella dominaba la situación, Yoruichi se sentó encima de Harribel y le besaba y mordia todo el cuerpo, levanto una de sus piernas y postro su deliciosa vulva sobre la de la rubia, formando así unas tijeras, comenzó a frotar primero despacio recorriendo el cuerpo de la sacerdotisa con sus manos, mientras ella hacía lo mismo, la tocaba causándole gran excitación, lo podía ver en su cara, comenzó a frotar mas rápido y pude ver en su rostro que se acercaba un nuevo orgasmo, la pelimorada froto y froto mas rápido, ambas se decaían entre gritos y gemidos:
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah!! siiiiiiiii siiiii!!
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡me…corroooooo!
Ambas terminaron al mismo tiempo....
Los ruidos de ambas delataban el enorme placer que estaban sintiendo... simplemente es algo que se pueden describir con palabras.
Al terminar simplemente se abrazaron e hicieron sus votos de amor para toda la eternidad, así abrazadas duraron hasta el amanecer.
Cuando el sol salió al alba se despidieron y Bastet prometió volver por ella al atardecer, el día transcurrió como de costumbre, pero al llegar la tarde se escucharon fuertes golpes en la entrada, era el soldado que de forma violenta entró en el recinto para buscarla, ella corrió y se refugió en el adoratorio de Bastet y suplicó su protección, súplicas que fueron interrumpidas cuando vio que el soldado entró lleno de furia, soberbia, y maldad al recinto y la sacó por la fuerza, mas, al salir se toparon con la presencia de Bastet que los detuvo, al verla el egipcio desenvainó su espada y se lanzó hacia ella, pero Bastet, lo esquivo en varias ocasiones, hasta que logró despojarlo de su espada, mientras se la clavaba en el pecho le dijo: "Osas profanar este recinto y a una de mis servidoras, recibirás el castigo por tu maldad", el soldado cayó fulminado casi al instante, Harribel corrió hacía Bastet la abrazó diciendo: "Llévame contigo", ella la abrazó y en un haz de luz que las envolvió ambas desaparecieron, desde entonces Bastet continua siendo la guardiana de la felicidad y la armonia, pero ahora Harribel la acompaña y así será por toda la eternidad.