Con su pequeño esposo aun en brazos corrió a su auto aparcado a las afueras del circo. Ignoro a todas las personas que se acercaban a “preguntar” sobre su marido. ¡¿Cómo jodidos pensaban que estaría alguien después de una experiencia como esta?! Prácticamente empujo a todas las personas hasta llegar a su vehículo.
- Lu, amor mírame – las rosadas y húmedas mejillas de LuHan le partieron el corazón, su frágil esposo se veía tan vulnerable – Ya estamos lejos mi amor, ahora te llevare a casa, todo estará bien. – Se sacó la chamarra de cuero negro que llevaba para dársela al castaño.
SeHun apenas noto que su ciervo estaba listo arranco rumbo a su casa, los hipidos de LuHan herían su corazón, ¿Cómo fue tan idiota? Había dejado a su ángel vagar por un sitio tan peligroso, lleno de tantas fieras. Si ese tigre no hubiera sido misericordioso ahora mismo ambos estarían muertos.
- Lu, ¿Quieres hablarle a Kris? –la mirada sorprendida de LuHan revolvió todo en su interior, pero no más que la nueva tanda de lágrimas que resbalaban por sus mofletes.
- Amor, ¿Qué pasa? ¡Dios LuHan! No me espantes así
- ¿Quie- quieres deshacerte de mí?
- Infiernos, no querido. – estaciono su coche para poder ver los ojos miel de su esposo –todo va a estar bien yo te cuidare.
Cargo a LuHan hasta la puerta de su casa, a pesar que su marido no gritaba ni se encontraba en demasía alterado SeHun podía ver como sus manos estaban rojas de tanto apretarlas.
- Espérame aquí – lo deposito en el mullido sillón de la estancia antes de desaparecer por la puerta de la cocina, calentó una cantidad suficiente de agua para ambos, rebusco por todos los cajones hasta que encontró las infusiones de manzanilla que LuHan había traído –te traeré un té pronto, lo beberás todo ¿De acuerdo?.
La débil voz del chino apenas le dejo escuchar su afirmación, pero no podía pedirle más, de hecho su precioso esposo estaba siendo tan valiente, jamás se había sentido tan orgulloso de alguien en su vida. El sonido de la tetera lo llevo a la cocina, apago la estufa y lo dejo reposar unos minutos, incluso si no lo admitía siguió paso a paso lo que hacía LuHan cuando preparaba sus tés, vertió el líquido en un colador, no sabía si eso estaba bien pero era lo mejor que podía hacer.
Sirvió dos generosas porciones en las tazas que encontró y las llevo junto a LuHan, se la entrego junto a un calmante.
- Quiero que duermas bien Lu –la mirada interrogante de LuHan murió con esa respuesta tomo la pastilla y el té en minutos. Lo mismo hizo SeHun.
- Te-teléfono – el estridente sonido (que SeHun había pasado por alto y que LuHan no tenía ganas de contestar) inundo una vez más el lugar.
- Cierto - las largas piernas de SeHun se movieron hasta el aparato para arrancar nada delicadamente el cable de este –Listo, si es tu hermano puede hablar a tu celular.
- Ahora, a la cama señorito – LuHan extendió sus manos cuando diviso la intención de SeHun de cargarlo nuevamente, enrosco sus delgados brazos en el cuello de su marido. Seguía oliendo tan bien como la primera vez que lo vio, tenía un fuerte olor masculino que LuHan no podía describir, pero le hacía sentir tan seguro.
Dejo el pequeño cuerpo del castaño recostado en la cama, y fue entonces que se preguntó si de esta forma se habría visto todo esos meses su dulce esposo “eres un jodido imbécil”. Se metió al baño para preparar la tina con algunas sales aromáticas, incluso si debía ir con el mismísimo Morfeo lo haría, pero esta noche necesitaba que su pequeño ciervo durmiera plácidamente.
- ¿Lu? – el mencionado giro su mirada hacia este – vamos – como costumbre de la noche le cargo hasta la tina donde vio cómo su marido delicadamente se mojaba en el baño. Ahí con sus perfectos risos y esa mirada angelical SeHun descubrió –nuevamente- la suerte que tenía.
Cuando terminaron en el baño el rubio le paso una toalla a su marido para secar su cuerpo, este hizo lo propio hasta sentirse lo suficientemente seco. Arrojo el trapo a la ropa sucia y tomo una media toalla para salir del tocador.
- Nada de caminar hoy pequeño
- Puedo caminar SeHun
- Pero yo no quiero que lo hagas –con una pequeña risa por parte de ambos el rubio cargo en sus brazos a su marido –hora de cambiarse – de pie a la cama SeHun sostenía una muda de ropa para el mayor –ven, déjame ayudarte –LuHan sintió como SeHun subió por sus piernas un bóxer rojo ajustado, sin embargo lo que le sorprendió fue ver como este le vestía con una de sus camisas, si LuHan no recordaba mal esa misma camisa la había usado cuando se conocieron por primera vez, absorbió el olor de su esposo antes de sentir como este se recostaba a su lado.
- Duerme Xiao Lu
La fuerte brisa revolvía pequeñas hojas del jardín que cercaba la propiedad, la vista de SeHun se clavó en el enorme ventanal que se abrió de golpe, corrió a cerrarlo cuando una fuerte brisa estremeció el cuerpo de su esposo. Le había tomado un par de horas al castaño dormirse y el extrañamente no podía hacerlo, aun si todo su cuerpo le exigía descanso el solo quería cuidar de su marido.
- Joder – el molesto sonido de su celular le arranco maldiciones, lo había prendido apenas 5 minutos atrás por si la familia de LuHan lo necesitaba pero no reconocía el número.
- ¿SeHun? – la voz molesta de Tao le pego al oído, aparto el teléfono para ver que efectivamente ese no era el número del chico – llevo horas hablándote
- ¿Paso algo realmente importante? – la voz del menor sonó molesta, era increíble que le hablara a esta hora.
- Los papeles de …
- Te los envié hace mucho Tao, ¿Qué quieres realmente?
- ¿estas con él? – el entrecejo de SeHun se frunció, ¿Por qué debía importarle?
- Sé que eres mi amigo, te preocupas por mí, pero lo que haga no es de tu incumbencia – salio de la habitación para no molestar el sueño de LuHan, era obvio que esa llamada acabaría en pelea.
- ¡Si lo es!
- ¡¿Por qué demonios es tan importante para ti?!
- ¡Porque el té engaño!
- …
- Por que ...
- Nada Tao – la voz de SeHun se elevó – no te debe importar lo que haga o no con mi vida, aprecio tu preocupación pero yo ..
- Lo vas a perdonar
- No te debe importar
- SeHun, ya te engaño una vez, volverá a hacerlo – la mano del chico se apretó alrededor de su móvil, Tao había dicho fuerte y claro su mayor preocupación.
- No lo hará – “por favor no Lu”
- ¿Puedes estar seguro?
- Yo, quiero confiar en el
- SeHun, por favor no,
- ¿Por qué no Tao?
- Porque yo t…
Un fuerte grito rompió el aire, la voz que reconoció como la de esposo perforo sus oídos, arrojo lejos su teléfono aun en funciones mientras corría a la habitación que compartían, al llegar LuHan se encontraba sobre abrazando sus piernas mientras lloraba descontroladamente.
- LuHan, cariño – abrazo a su esposo mientras este lloraba en su pecho - ¿Qué paso?
- Sus ojos SeHun, me veían tan… amenazantes – las manos del otro se aferraban desesperadamente a él, su pequeño novio había tenido una horrible pesadilla. –
- Ya todo está bien.
- No lo está, SeHun – se apartó del nombrado mientras contenía las lágrimas – tu, solo me tratas bien por lastima ¿cierto?
- ¡No! Por supuesto que no LuHan, simplemente – atrajo a su esposo a un abrazo – al ver como esa fiera te amenazaba solo me puse delante de ti, sin ti yo no quiero vivir –recostó a su marido mientras veía fijamente sus ojos color miel – te necesito tanto LuHan – con cuidado se posó sobre los delgados labios del ciervo, tan finos y suaves, SeHun nuevamente saboreo la gloria.
- SeHunnie – atrapo una vez más esos deliciosos labios, no quería dejarlo ir nunca más.
- Mi amor.