LuHan respiro por dos minutos consecutivos, arriba le esperaba una fiera, y él no quería ser domador. YiFan le había enseñado a tratar con gente pesada nunca con una tigre que deseara desgarrar su garganta. Se giró hasta ver desaparecer el auto del mayor.
- Se llevan bien. Demasiado bien ¿No crees?
- Por supuesto que lo hacemos, es un gran amigo y socio de YiFan lo conozco desde pequeño, SuHo es como un segundo hermano para mi SeHun, crei que para ti también – Paso de largo al mayor en la escalera – Pero al parecer te has empeñado en alejar a todas las personas que te quieren y aprecian
- No, solo te quiero lejos a ti.
- Si, eso parece
- Esto es estúpido y lo sabes
- ….
- No deseo compartir casa con alguien como tu –
- ¿Alguien como yo? – El castaño se aferro con toda la fuerza que tenia al barandal - ¡¿Cómo es alguien como yo SeHun?!
- No me hagas responder algo que no te gustara – La sonrisa término por molestar a LuHan. Estuvo a punto de gritarle una y otra vez. Relajo su cuerpo y conto hasta diez, la regla principal en esos casos era nunca perder la calma y mostrarse recto. Habia aprendido del mejor.
- Por ahora tendrás que aguantarte y cumplir, si no lo haces el divorcio jamás saldrá, querido.
- Puedo hacer muchas cosas para apurarlo cara de ángel – LuHan tenso su cuerpo. La corriente eléctrica que trascurría por el lugar se acumuló en las planta de sus pies y subió como rayo por su columna vertebral. Cara de ángel, Se molestó consigo mismo al verse duro por aquel sobrenombre, SeHun sabía que causaría, no le daría el gusto.
- Jamás me gusto que me llamaras asi Querido
- ¿No, cara de ángel? Porque yo veo otra cosa.
- Lo que tu veas o sientas es asunto tuyo, si me disculpas debo acomodar mis cosas, después podrás hacerlo tú.
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“Cara de ángel” se saco los pantalones con furia. No pensaba hacer ninguna tontería, no le daría el gusto a SeHun. Ingreso a la ducha de la habitación, se arrancó el bóxer azul que ceñía su redondo trasero hasta rasgarlo. Maldijo al rubio cuando la helada agua cayo a su espalda. Las lagrimas descendían por su blanca mejilla, su marido era un idiota, el amaba que le dijera cara de ángel, fue el apodo que este le dio sin siquiera saber de la relación que guardaban. El llamarlo asi era una forma del menor para lastimarlo.
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( o )
LuHan, había salido temprano de su hogar, YiFan tenia una junta con SuHo en la empresa, Lay estaba en su academia de danza. Maldijo la hora en la que su amigo se largó de Corea a América. Pese a la ascendencia china ambos hermanos podían desenvolverse en el país Sur Coreano, tantas visitas en vacaciones y los lazos entre familias allegadas hicieron al castaño sentirse bien.
Vago por las calles heladas de Corea, la pequeña capa de nieve en el asfalto manchaba sus cálidas botas. Enfundado en la pesada gabardina continúo su paseo, el frio calaba sus huesos, fue en ese momento cuando se reprendió por no tomar un abrigo de su hermano, estos solían ser más cálidos que los propios. El necesitaba algo para entrar en calor pronto.
En la acera continua pudo notar el deslumbrante letrero de una pequeña pero vistosa cafetería. El café no era su fuerte, por lo que cuando la chica de bonita sonrisa se acercó a tomar a orden pidió un chocolate caliente.
- Es lindo ¿no te parece? – La sangre que bombeaba su corazón fue hasta sus mejillas. Justo frente a el había un par de chicas, estudiantes si el uniforme no le engañaba. ¿Cuándo le pondrían? ¿Quince?¿Diecisiete? La cara de bebe no le ayudaba para que las mujeres de su edad se acercaran, un bebe, es lo que siempre decían y los hombres que lo rondaban buscaban solo un adolecente con el cual calentar su cama.
- Aquí tiene – la chiquilla de grandes mofletes asentó el pedido en su mesa y se retiró. Ingirió el líquido con molestia, no podía creer que buscando una medida reconfortante terminara con sentimiento de culpa, el café era adorable con ese gatito de espuma y bombones, demandaría a quien hiciera aquellas imágenes.
- Esta será la última vez que te acompaño a un centro comercial, termine por cansarme, no, no pienso regresar, ¡No lo hare! – Captando la atención de todos los comensales un rubio platinado asomo por el lugar. LuHan rio al ver las muecas que le hacía al aparato móvil.
- …- el chico analizo el lugar con calma. LuHan igualmente lo hizo, ni una sola mesa estaba disponible.
- Buenas tardes ¿Desea algo?
- No hay asientos – A la chica se le fue le color ante el gesto molesto del cliente. LuHan solo rio a carcajada cuando avisto un puchero enseguida eliminado de la cara de este. El sonido aviso a ambas personas que voltearon a verlo expectantes – No te preocupes, ya encontré uno, tráeme un bubble tea de chocolate- la empleada se retiró con el pedido.
- ¿Disculpa se te perdió algo?
- Si, tu sonrisa cara de ángel …
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( o )
Tres toques a la puerta le arrancaron sus recuerdos, apago el agua cuando termino de retirar el jabón de su cuerpo, no supo en que momento comenzó a ducharse, solo sentía el olor de jabón impregnado a su piel. Se observó en el espejo, hizo lo necesario para eliminar muestras de llanto. Rodeo su cintura con la toalla de los estantes y salió a la habitación.
- ¿Cuánto llevas ahí?
- Lo suficiente para tener un buen baño
- …-
- …-
- …-
- Baja a cenar cuando termines – LuHan solo asintió a lo dicho por su marido.
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( o )
Aporreo su cabeza contra la gruesa capa de cemento del lugar, había estado a nada de desprender la prenda que cubría las partes íntimas de su esposo y tirarse con él a la cama. No podía permitirse tal error, era consiente que con tan solo probar una vez más esa piel cedería a todos sus demonios.
Ignoro los pensamientos que se aglomeraban en su mente, él había tomado una decisión no podía retroceder. Tomo los utensilios de la alacena y dispuso la mesa. Aparto todo y dejo únicamente lo necesario, bajo ninguna circunstancia podía permitir que el castaño lo tomara como una cena romántica.
- ¿Tú has cocinado? – el castaño se sorprendió al ver a su marido servir los platillos.
- ¿Por qué te sorprende? – LuHan encogió los hombros ante la pregunta.
- Jamás te vi hacerlo, de hecho, sabía que cocinabas pero jamás probé nada hecho por ti,
- Ahora lo harás
- ¿Por qué?
- Si te dejo morir de hambre YiFan acaba conmigo
- Qué bueno que sepas de los alcances de mi hermano – SeHun termino de servir la comida y se sentó junto a LuHan. Este pudo reconocer el platillo como Pollo alla Griglia Mediterraneo, era una receta italiana que igualmente sabia preparar su hermano. Servido sobre cappellini con una vinagreta al limón, jitomate cherry, queso feta, espinaca y aceitunas, una cena demasiado completa.
- ¿Tú has hecho esto?
- Ya te dije que si LuHan ¿Por qué sigues preguntando?
- No lo sé, a la única persona que he visto cocinar estos platillos es a Kris, en ocasiones a Lay, honestamente jamás pensé que tu pudieras – El rubio gruño ante la respuesta de su esposo ¿YiFan y el amiguito de este podían cocinar pero a él lo consideraba un inútil?
- Pues ya ves que no son los únicos.
- Lo note.
- ¿Vino? – SeHun inclino la botella a la copa de LuHan, este rápidamente la aparto.
- No puedo
- …-
- El vino tinto lastima mi estómago SeHun,
- ¿Enserio? ¿Desde cuándo? –
- No lo se ¿Desde los quince cuando me lo dieron por primera vez? YiFan jamás volvió a pedir uno para la comida, se acostumbró a vinos suaves, para ser más precisos vinos de uva Merlot –
- ¿Es enserio?
- SeHun, eres mi esposo ¿Y no sabías eso?
- Jamás lo mencionaste
- Creí que lo sabias ¿Por qué crees que Lay siempre se encargaba en las cenas cuando YiFan no podía?
- …- ¿Por qué te quería en su cama?
- No se lo que piensas, pero lo puedo imaginar. Jamás tendría algo con Yixing, es un gran amigo solamente, y gracias por la comida – dejo en sobre la mesa la servilleta de tela y salió del lugar- Pero se me fue el apetito.
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( o )
¿El vino tinto lastimaba su estómago? ¡Eso era imposible, LuHan solo buscaba hacerlo sentir mal, y que le pidiera disculpas. Era una trampa.
- ¿Vino señor?
- Oh no gracias
- Por favor señor, ¿Podría acercarse un poco? – SeHun vio al castaño amigo de LuHan susurrarle unas palabras al mesero de lugar. Este solo asintió y se alejó de la mesa.
- ¿Algo interesante Lay?
- Nada SeHun
- Aquí tiene señor – Lay tomo la botella ofrecida. Vertió el líquido en la copa de Luhan con una considerable cantidad.
- Gracias.
- No hay de que.
¡Por dios era cierto! Ahora que lo pensaba con detenimiento. En las cenas que el había tenido con LuHan en cenas familiares, de negocios o aniversarios este jamás tomaba una gota de vino a no ser que fuera pedido por YiFan o Lay.
- Eres idiota SeHun – al instante se recompuso ¿Ya que más daba? Este nunca le dijo y ellos estarían separados en un par de meses. Recogio los platos de la cena. Levanto las sobras provechosas y los introdujo en toppers, mañana serian un buen desayuno. Lavo los trastes usados por ambos y seco sus manos.
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( o )
Ahora mismo venia su prueba más difícil, arrastro sus pies hasta la habitación. El no había tenido tiempo de acomodar nada en esta, se sorprendería si encontraba algo de ropa.
- LuHan ¿Y mi maleta?
- En aquella esquina.
- LuHan ¿ Y Mi ropa?
- ¿No es obvio? -…- ¿En los cajones de la derecha?
- ¿Qué hacen ahí?
- Los acomode por ti, tarde demasiado en mi baño y tu cocinaste, no soy un inútil SeHun, soy perfectamente capaz de ordenar la ropa de mi esposo.
- Gracias, pero tu linda acción no quiere decir ..
- ¿Qué estamos bien? ¿Qué crees en mí? Lo sé, si tuvieras confianza en mí hubieras dejado esta tontería apenas comenzó, pero no es así, y yo …-…-
- ¿Y tú ...?
- …-
- …-
- Buenas noches SeHun – El castaño se tapó y acomodo en la extensa cama. SeHun agradeció la fina sabana de seda roja que cubría el torneado trasero de su esposo.