El mes de reposo absoluto sin salir de casa se veía tan lejano, un tiempo tan largo que sin darme cuenta había pasado con velocidad. Chanyeol, Suho y Lay se encargaron de administrar la baja médica con la empresa, afortunadamente como Lay y Suho tenían una buena posición en la oficina, no hizo falta mucho papeleo. Chanyeol fue a trabajar todos los días de turno de mañana, exceptuando los domingos que era su día libre. No me quedé sólo en casa ni un solo día, los chicos se habían estado organizando a la perfección para hacerme compañía.
Me faltaban apenas unos días para cumplir los tres primeros meses del embarazo. Había conseguido coger tres kilos y la barriga empezaba a hacer acto de presencia con sutileza.
Después del mes de baja me encontraba deseoso de poder reincorporarme al trabajo, aquel día era el primero después de tanto tiempo. Me estaba duchando con aquellos pensamientos en mi mente, en tanto que un poco de nerviosismo se apoderó de mi, parecía como aquel día que entré por primera vez a la empresa hace un par de años.
-Baek ¿Te queda mucho?- preguntó Chanyeol desde la puerta del baño sacándome de mis pensamientos.
-Ya salgo- corté el grifo poniéndome la toalla a la cintura.
Salí del cuarto de baño dándole paso a Chanyeol para que también se duchara.
-Tenemos que darnos prisa cariño- le besé con velocidad separándonos metiéndose en la ducha tras quitarse los bóxer.
Extrañamente Chanyeol había preparado la ropa, dejándola perfectamente colocada encima de la cama. Sonreí tontamente al fijarme en la elección de Chanyeol: una camiseta negra de manga corta, una sudadera negra con unos números en color blanco junto con unos pantalones vaqueros ajustados.
Me vestí con rapidez al fijarme en la hora, teníamos apenas cinco minutos para salir de casa si no queríamos llegar tarde. El delineador, el móvil y los zapatos fueron los últimos retoques antes de salir de casa. Chanyeol se encargó de coger las llaves, una bufanda gris y dos gorros de lana, que nos pusimos con velocidad en el ascensor acompañado del abrigo.
-Channie tienes las manos heladas- le informé al agarrarle la mano como siempre que salíamos a la calle.
-Lo siento- retiró su mano del agarre de la mía metiéndosela en el bolsillo.
-¿Qué haces?- saqué su mano de su bolsillo introduciéndola, junto con la mía, en el bolsillo de mi abrigo.
-Gracias, cariño- me agradeció aligerando el paso.
Caminamos en silencio todo el trayecto. El frío viento golpeaba con brusquedad contra nosotros provocando unas ganas tremendas de llegar, cuanto antes, a nuestro destino.
-¿Vienes luego a recogerme? -le pregunté a un par de metros del alto edificio.
-Claro- sonrió tiernamente- como siempre. Luego nos vemos cariño.
-Adiós Channie- se alejó sorprendiéndome de que se fuera sin darme el beso de siempre, el que nos dedicábamos cada vez que nos despedíamos.
Entré en el edificio intentando quitarle importante a aquel detalle. Afortunadamente la calefacción estaba puesta y la temperatura allí dentro era perfecta. Saludé al conserje como siempre, aunque se sorprendió alegremente después de tantos días sin verme por allí. Subí, por el ascensor, hasta nuestra planta, contemplando aquella escena que había echado tanto de menos: Kyungsoo y Luhan trabajando con el ordenador, separados entre ellos por mi olvidado escritorio.
-Buenos días chicos- levantaron su vista del ordenador acercándose a mi con un fuerte abrazo.
-Baek te extrañamos mucho -ambos hicieron aegyo.
-No seáis exagerados que os vi hace dos días- sonreí dejando el abrigo, la bufanda y el gorro en la silla.
-Ya, ya. Pero es que no aguantaba más con el aburrido de D.O- se quejó Luhan consiguiendo que el nombrado cambiara su expresión de alegría por una de enfado.
-¿Perdona?- se le abrieron los ojos enormemente- aquí el único que no aguanta a alguien soy yo, Luhan eres un pesado.
-Ya vale- les separé indicándoles a los dos que se sentaran- ¿Siempre tenéis que estar así?- me senté imitándoles acariciándome la pequeña barriga que iba creciendo poco a poco.
-Lo siento- se disculparon los dos. En el fondo sonreí, me encantaban esas extrañas discusiones que solo pasaban en el trabajo.
-Ayer me llamó Xiu Min- informó Luhan cambiando de tema sin dejar de teclear en el ordenador.
-¿Y eso?- pregunté yo también centrado en mi trabajo- ¿De que hablasteis?- me encantaba la preciosa amistad que tenían Xiu Min y Luhan, aunque Luhan también tenía una fuerte amistad con Tao.
-De Chen, de Sehun … de todo un poco. Por lo visto no solo Kai y Sehun han vuelto a estar pegados las veinticuatros horas con el móvil, Chen se les ha unido -sonreí tontamente por la idiota preocupación que tenían encima, no sabía al cien por cien de que trataba la sorpresa pero sabiendo que era una sorpresa no hacía falta preocuparse por unos celos momentáneos.
-No os preocupéis por eso, seguro que es una tontería- Luhan apartó la mirada del ordenador observándome perplejo, Kyungsoo no se quedó atrás, imitando con exactitud la idéntica expresión de Luhan.
-Tú sabes algo- afirmó D.O molesto señalándome amenazadoramente con el dedo.
-Yo no sé nada. No os pongáis así conmigo, los dos sabéis como son Sehun, Kai y Chen- les medio convencí de que no tenía ni idea de nada.
Pasamos las seis horas y media que teníamos que trabajar esa mañana cotilleando y contándonos las cosas que nos habían pasado esa mañana o el día anterior. Por unos minutos todo se quedó en silencio, Luhan había ido a por algo de beber mientras que Kyungsoo se fue al baño. Pensé en Chanyeol y en lo que haríamos esa tarde, me apetecía mucho salir a merendar a una cafetería, ir a mirar tiendas a algún centro comercial y si había alguna película interesante en la cartelera, ver alguna en el cine.
Al parecer ese día los tres habíamos terminado nuestra jornada laboral a la misma hora. Los tres apagamos los ordenadores, nos preparamos para el agresivo frío colocándonos, cada uno, nuestros abrigos, bufandas y gorros.
Terminando muy cansados esperamos el concurrido ascensor que tardó bastante en llegar a nuestra planta por culpa de la hora punta.
Fuera del edificio, apoyados en las enormes cristaleras de la entrada a la empresa, nos encontrábamos esperando a nuestros respectivos novios.
-Como tarden mucho van a ver, estoy helado- Luhan se frotaba las manos intentando que no se le congelaran.
-Lo mismo digo- Kyungsoo se encogió los hombros con las manos en los bolsillos.
-¿Ese no es Kai con Sehun?- se cuestionó Luhan dejándome perplejo al no ver por ningún lado a Chanyeol.
-Sí, son ellos- corroboró D.O acercándose corriendo a los brazos de Jongin. Luhan esperó a que Sehun llegara para agarrarle del cuello apasionadamente y besarle con una intensidad que parecía que Sehun se moriría por la falta de aire.
-Chicos- interrumpí su dulce recibimiento al comprobar, que efectivamente, Chanyeol no había venido con ellos a recogerme- ¿Sabéis dónde está Chanyeol? -mi tono de voz sonó preocupado, siempre le había gustado venir acompañado a recogerme.
-¿Chanyeol? -los dos que acababan de llegar se miraron con atención- ¿No te ha llamado para contártelo?- dudó Kai consiguiendo un movimiento negativo con mi cabeza al comprobar con miedo mi teléfono -le hemos llevado hace un par de horas a vuestra casa, estaba resfriado y se encontraba fatal.
-¿Resfriado? - la rabia junto con la incredulidad se apoderaron de mi. ''¿Está resfriado y no me ha dicho nada?'' pensé mentalmente enfadándome con él.
-Sí- Sehun fue el que afirmó enseñándome las llaves de la casa- nos ha pedido que te acompañemos por si te da un mareo o algo así.
-Se va a enterar cuando le vea- alargué mi brazo, tras sacarlo del calentito bolsillo, cogiendo el llavero de Chanyeol- no hace falta que me acompañéis, iros a casa que hace mucho frío- volví a meter las manos en el bolsillo encaminándome con dirección a casa.
-¿A dónde te crees que vas?- protestó D.O agarrándose a mi brazo derecho en tanto que Luhan se enganchaba en el izquierdo.
Les insistí un par de veces que no hacía falta que me acompañaran, que me encontraba de maravilla y que con las pastillas casi no tenía mareos. Sin embargo, hasta que no llegamos al portal, subimos por el ascensor hasta nuestra planta y nos encontrábamos de frente a la puerta de la casa no dijeron nada.
-Channie- le llamé con un tono bastante alto dejando las llaves en el mueble de la entrada.
No escuché ninguna respuesta, por lo que me adentré aun más en el interior de nuestra casa, topándome con las largas piernas de Chanyeol que sobresalían del sofá.
El alto y delgado cuerpo de Chanyeol descansaba profundamente dormido, con el abrigo puesto, en el incómodo sofá del salón. Le toqué la frente con mi mano derecha comprobando que no solo tenía una fiebre altísima, si no que que también estaba completamente sudado. Me levanté del suelo, en el que me acababa de sentar con la intención de besarle romanticamente, dirigiéndome a la cocina donde mojé un paño en el grifo con la intención de empaparlo.
-¿Qué hacéis ahí? - pregunté al ver a los cuatro junto a la puerta sin llegar a entrar -ya que habéis venido entrar, coger lo que queráis del frigorífico.
Me centré de nuevo en Chanyeol, aparté con delicadeza los pelos que caía por su frente, colocándole el paño mojado en aquella zona.
Sentado en el suelo observé a los chicos en la cocina mirándome sin saber muy bien que hacer. En ese instante Chanyeol me preocupaba mucho más que la incomodidad que tenían esos cuatro, por lo que le levanté un poco quitándole el chaquetón, sustituyéndolo por una suave manta que tapaba casi todo su cuerpo.
-Channie voy a llevarte a la cama para que estés más cómodo- le informé aun sabiendo que no me escuchaba con la intención de que me ayudara un poco a llevarle al cuarto. Coloqué su cabeza a mi hombro sujetándola con mi mano izquierda mientras que con la otra cogía su cintura.
-Espera, espera- se acercaron Kai y Sehun- de esto ya nos encargamos nosotros, que tú no puedes hacer esfuerzos- entre los dos trasladaron a Chanyeol, con mucho cuidado, del sofá a la cama.
-Gracias chicos- les agradecí colocándole, de nuevo, el paño que se había caído en el trayecto.
-Baek sientate, nosotros nos encargamos- dijo Luhan sonriéndome al igual que D.O.
-¿Cómo quieres que me siente?- protesté mirando el resfriado cuerpo de Chanyeol- si me hubiese dicho que estaba enfermo no hubiéramos salido a la calle y ahora no estaría así.
-Baek tranquilizate, sabes que al bebé no le sienta bien que te estreses- suspiré hondo intentando calmarme. D.O tenía razón, no podía ponerme de los nervios.
-Vale, ya estoy bien- me senté en la filo de la cama.
-Bueno... no te vamos a dejar solo, descansa en el sofá si quieres, nosotros nos encargamos.
-No hace falta, de verdad. Yo me encargo.
-¿Y si necesitas moverle otra vez?- Kai defendió la idea de ayuda de Kyungsoo.
-No le voy a mover más, él ya se queda aquí- sonreí intentando convencerles.
-¿Seguro?- se cuestionó Sehun.
-Sí -afirmé saliendo de la habitación, despidiendo a los cuatro en la puerta.
Volví al dormitorio sentándome en el lado libre de la cama, pasando el paño mojado de su frente por todo el rostro sudado de Chanyeol. Me pasé así más de media hora hasta que me di cuenta de que eran pasadas las tres y media y todavía no habíamos comido. Me fui a la cocina preparando, con mucho cariño, una sopa caliente para los dos.
-¿Tienes hambre bebé?- toqué mi barriga al sentir el fuerte ruido que habían hecho mis tripas- vamos a dejar que papá coma primero ¿Vale? -sonreí sirviendo la sopa en un plato hondo.
Dejé la bandeja recién preparada en la encimera de la cocina, quería despertar a Chanyeol antes de traerle el almuerzo.
-Channie, Chanyeol- le moví ligeramente los hombros- Chanyeol -le besé en la mejilla sin dejar de moverle con suavidad.
-Uhm … -abrió los ojos lentamente, como si le pesaran toneladas.
-Channie ¿Cómo te encuentras? -pregunté dejando el enfado a un lado hablándole con un tono tranquilo.
-Me duele la cabeza- llevé mi mano hacia su frente, desgraciadamente el paño mojado no había surgido mucho efecto.
-Estás ardiendo- suspiré apenado de verle así- si me hubieras dicho que estabas resfriado ahora no estarías tan mal.
-Lo siento- acarició mi mano, que descansaba en su mejilla.
-Ahora no voy a regañarte, me esperaré hasta que estés bien -suspiré sintiendo el frío de su mano, completamente contradictorio al calor que él estaba sintiendo -he preparado una sopa calentita ¿Quieres un poco?
-Vale- se incorporó con la intención de salir de la cama, cosa que impedí al momento.
-Te lo traigo aquí- sonreí dirigiéndome a la cocina volviendo segundos después con la bandeja preparada.
-Gracias Baek- me senté a su lado viendo como se quedaba por la mitad del plato.
-¿No quieres más cariño?- le noté cansado, como con ganas de volver a dormir.
-No- negó con la cabeza- está muy buena la sopa pero no me apetece más.
-No pasa nada, cariño. Voy a comer yo también, que el bebé tiene hambre. Ahora vengo, no tardo- le besé en la mejilla arropándole con la gustosa sábana que habíamos cambiado un par de días atrás.
-Ten cuidado, no quiero contagiaros el resfriado.
-No digas tonterías- le sonreí dejándole medio dormido.
Llevé la bandeja a la cocina dejándola en la encimera. Me serví la sopa que quedaba en la cacerola terminandomela en menos de dos minutos, consiguiendo que me quemara la lengua por las prisas.
Volví al dormitorio descubriendo que Chanyeol se había vuelto a quedar dormido. Me senté, otra vez a su lado, cambiando cada diez minutos el paño de su frente por uno recién mojado en el grifo del cuarto de baño. ''Tendría que haber aprovechado que se había levantado para comer y así darle una pastilla'' pensé arrepintiéndome de no haberlo hecho.
Pasé toda la tarde así hasta que se hizo de noche. Cené un par de piezas de fruta recién cortada. Me dio mucha pena despertar a Chanyeol, por lo que le deje unos yogures en su mesita de noche por si se levantaba con hambre. Me deshice de mi ropa quedándome solo con los bóxer, me arropé con las sábanas acurrucándome al cuerpo de Chanyeol que estaba ardiendo.
-Channie ponte bueno pronto, por fi- besé su hombro pasando mis brazos por su cintura- buenas noches, cariño- apagué la luz de la mesita de noche- buenas noches bebé- les dije con mucho cariño a los dos.
Cerré los ojos agarrando la mano de Chanyeol con la mía. Entrelacé nuestros dedos, dedicándole el último beso del día justo en su mejilla izquierda.
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