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Sois mi vida por CWC

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Notas del capitulo:

Holaaa ^^

Muchas gracias por los reviews :3 jejejeje me ponen muy muy feliz :3 

Espero que les guste <3

Pasaron tres días en los que el resfriado de Chanyeol mejoró bastante poco. Se quedó, los tres días, metido en la cama durmiendo la mayor parte del día. La fiebre le había bajado un poco, apenas un grado. Días antes, aunque le había insistido que se podía quedar en casa y que alguno de los chicos me acompañaría en su lugar, no hubo forma de convencerle de que no saliera de la cama.
 
-Buenos días Channie- le besé en los labios dulcemente.
 
-Buenos días Baek.
 
-¿Cómo te encuentras?- toqué su frente sorprendiéndome con la diferencia de temperatura en comparación de los días anteriores.
 
-Mucho mejor- pasó su brazo por mi cintura, abrazándome tiernamente.
 
-Ya te veo, aunque de todas maneras sigues enfermo, cariño.
 
-Lo sé, pero no me puedo resistir a ver a nuestro bebé- sonrió de una forma muy paternal.
 
-No te encuentras bien, puedo decirle a alguno de los chicos que me acompañe- negó con miedo, como si fuera un niño pequeño al quien le castigan sin salir de casa.
 
-No, no. Quiero ir contigo- nos cogimos de las manos ayudándonos mutuamente a levantarnos de la cama.
 
-Vamos a desayunar -nos dirigimos a la cocina- ¿Quieres un café o te apetece otra cosa?- saqué el sobre de manzanilla a la espera de una respuesta.
 
-Café está bien- calentó el agua para mi manzanilla en tanto que yo preparaba su enorme café.
 
Nos sentamos en la pequeña mesita disfrutando del delicioso desayuno, que complementamos con unas galletas recubiertas de chocolate.
 
-Tengo unas ganas tremendas de ver al bebé hoy- me acarició la barriga aprovechando que se había levantado para dejar su taza vacía en el fregadero.
 
-Yo también. He cogido un poco más de peso, y ya tengo un poco de barriga. Seguro que se ve mucho mejor.
 
-Seguro que si- posó su cabeza en mi hombro- os quiero mucho amores de mi vida- movió delicadamente su mano que descansaba en mi abdomen en tanto que un perfecto beso aterrizaba en mi cuello.
 
-Nosotros también te queremos Channie, mucho- me levanté de la silla abrazándole sintiendo sus brazos en mi cintura y los míos en su cuello- anda vamos a ducharnos, que a este ritmo no llegamos a tiempo.
 
Me adentré en el baño dejando a Chanyeol sentado en la cama, me deshice del bóxer y, con cuidado, me metí en la ducha. Esperé con tranquilidad a que el agua saliera caliente pero sin que llegara a quemar. Me duché con rapidez dejando todo listo para que Chanyeol se entretuviera lo menos posible.
 
-Channie ya te puedes duchar- salí del baño encontrándole echado en la cama- ¿Estás seguro que quieres venir?
 
-Sí- se levantó de golpe- no voy a dejaros solos- se metió en el cuarto cerrando la puerta con suavidad.
 
Suspiré confundido, por una parte quería que me acompañara pero, por otro lado no quería que se enfermara más de lo que ya estaba. Preparé mi ropa y la suya, prendas abrigadas y bien gorditas. Chanyeol salió pasados unos minutos con la toalla enganchada en la cintura.
 
-Toma Channie- le pasé sus bóxer azules.
 
-Gracias- agradeció con una pizca de aegyo poniéndose la ropa interior tras haberse secado con la toalla.
 
-Ahí tienes la ropa- le señalé lo que le había preparado- voy a ponerme el delineador- volví a adentrarme en el baño, ayudándome con el espejo, a pintarme con el líquido negro.
 
-Gracias Baek- repitió de nuevo- estás muy guapo- terminó el conjunto colocándose los pantalones vaqueros.
 
-Tú si que estás guapo- me acerqué a su lado juntando nuestros labios.
 
-Baek ten cuidado, no quiero pegaros el resfriado- se separó unos centímetros.
 
-No seas tonto- intenté volver a sus labios.
 
Puse cara de molestia al ver como se alejaba de nuevo. Sabía de sobra que lo hacía por mi bien, por la salud del bebé y el bienestar de nuestro hogar, pero me dolía ver ese gesto evitando mis besos.
 
-Cariño- envolvió sus brazos en mi cintura llenándome de cariño con ese gustoso gesto- en cuanto me ponga bien te voy a compensar pasándome todo el día besándote.
 
-¿Me lo prometes?- asintió entrelazando nuestras manos.
 
-¿Ya estás listo? -terminó de anudarse el cordón de los zapatos.
 
-Sí- nos abrigamos en la entrada de la casa, con los chaquetones, con las bufandas y con los gorros.
 
Salimos de la casa tras pedir un taxi que no tardó más de dos minutos en llegar. En aquel cómodo automóvil nos dirigimos al hospital. El conductor paró justo en la entrada del edificio, pagamos el importe del trayecto bajándonos del coche.
 
Chanyeol y yo nos encaminamos a la recepción de la clínica. Una mujer joven muy simpática nos atendió informándonos que el doctor se encontraba ocupado, pero que no tardaría mucho en atendernos, pidiéndonos, amablemente, que le esperábamos en la sala de espera de la tercera planta.
 
Tal y como nos dijo esperamos, durante unos diez minutos, sentados tranquilamente esperando que el doctor apareciera. Chanyeol estaba ligeramente apoyado en mi hombro derecho cuando el doctor, que hacíamos más de un mes y unas semanas que no veíamos, nos saludó amablemente.
 
-Hola chicos. ¿Qué tal estáis?- nos levantamos de nuestro asiento.
 
-¡Hola! Estamos muy bien, gracias ¿Y usted?
 
-Muy bien también. Vamos a pasar a la consulta – le seguimos hasta una pequeña habitación que abrió con una llave que sacó del bolsillo de su bata blanca. Por la decoración del cuarto intuimos que era la misma habitación de nuestra primera visita.
 
-¿Qué tal este mes?- tomamos asiento.
 
-Bien, bueno … tuvimos un problema- el doctor encendió el ordenador, mirándonos atentamente al mencionar aquellas palabras- mis padres … no tuvimos un buen día- Chanyeol me miró dándome apoyo, acariciando mi barriga por encima de la ropa. Recordar ese momento, esa sensación de agobio de imaginar como toda nuestra felicidad se perdía.
 
-¿Una amenaza de aborto? -miró mi historial médico sorprendiéndose al instante con la noticia- pensé que habías retrasado la cita porque tenías una cita con otro médico- suspiró tranquilizándose- vamos a ver cómo está el bebé- se levantó haciendo, como acto reflejo,que nosotros le imitáramos.
 
-Espero que esté bien- pedí tumbado en la camilla listo para ver a nuestro bebé.
 
  -Seguro que sí, ya se te ve un poco de barrigita- sonrió animándonos a sonreír también- tú eres Chanyeol ¿Verdad?
 
-Si -afirmó asintiendo sin saber muy bien por qué lo preguntaba.
 
-Chanyeol puedes coger esa silla para sentarte, se te ve cansado.
 
-Gracias- acercó el asiento sentándose a mi lado.
 
El doctor extendió  aquel líquido transparente por mi barriga una vez que me levanté la enorme capa de ropa que llevaba. Chanyeol y yo sentíamos el agarre de nuestras manos, el nerviosismo se trasladaba por nuestros dedos. El doctor encendió la máquina teniéndonos centrados en la pantalla en tanto que pasaba el aparato por mi barriga.
 
-¡Aquí está!- nos señaló con su dedo índice la imagen de nuestro precioso y pequeñito bebé -está es la cabeza- no podíamos dejar de mirar la imagen, no muy clara en blanco y negro.
 
-Es precioso- aparté la vista de la pantalla mirando fijamente a Chanyeol, sus encantadores ojos brillaban de alegría.
 
-¿Queréis que os saque una fotocopia de la imagen?
 
-Sí, por favor- asentimos ilusionados con lo que nos había ofrecido.
 
-Después os la saco- apagó el aparato limpiándome la barriga con un pañuelo -vamos a pesarte- me levanté de donde estaba tumbado.
 
El doctor me indicó que me subiera a la báscula. Aquella máquina era mucho más precisa que la que teníamos en casa. Por eso, al ver como el médico apuntaba un aumento de tres kilos con doscientos cincuenta y cinco gramos de mi peso normal. Me alegró tanto saber que había subido un poco de peso, eso significaba que el bebé estaba bien.
 
-Perfecto, Baekhyun. Parece que todo está de maravilla -los dos sonreímos ante la buena noticia- pues ya llevas tres meses- soltó con un tono alegre- los siguientes meses son mucho mejores, ya no hay casi síntomas y el bebé está más tranquilo, no corre tanto peligro.
 
-Eso es genial- volvimos a tomar asiento frente a su escritorio.
 
-Necesito que después bajes a la primera planta para sacarte una muestra de sangre.
 
-Primera planta, entendido- no me hacía mucha gracia las agujas, pero por el bebé me estaba empezando a acostumbrar.
 
-¿Qué tal llevas las vitaminas? No te quedaran muchas ¿No?
 
-No, están a punto de acabarse- imprimió unos papeles con las recetas de cada una de las vitaminas junto con la foto de nuestro bebé.
 
-Aquí tenéis- nos tendió los folios- estos para ti- nos explicó señalando lo que nos acababa de dar- Y este para Chanyeol.
 
-¿Para mi?- nos sorprendimos de que el doctor le recetara algo.
 
-Sí, llevas desde que has entrado súper cansado y, por como vas, parece que tienes fiebre- nos asombramos con lo observador que era- las pastillas no son muy fuertes, aunque es lo que necesitas.
 
-Muchas gracias- agradecimos a la vez.
 
-Bueno … nos vemos el mes que viene- nos levantamos de las sillas- si veo algo raro en los análisis de sangre os digo.
 
-Vale. Muchas gracias por todo.
 
-¡Ah! Por cierto, antes de que os vayáis, en el próximo mes seguramente sabremos el sexo del bebé- salimos de la habitación aun más ilusionados con volver el mes siguiente.
 
Bajamos a la primera planta tal y como nos dijo el doctor, no tardaron ni cinco minutos en extraer una pequeña cantidad de sangre.
 
Volvimos a casa en taxi, hacía demasiado frío fuera como para ir andando, y encima ni Chanyeol ni yo nos encontrábamos como para caminar. 
 
Un par de calles antes de llegar al edificio le pedimos al conductor que nos dejara lo más cerca posible de la farmacia de la esquina. Tal y como le indicamos paró el coche en la misma puerta , pagamos el precio del trayecto antes de salir del automóvil.  Chanyeol y yo nos adentramos en la farmacia, decorada con una perfecta combinación de color blanco y verde. Un hombre de unos cincuenta años, que por su bata blanca intuimos que era el farmacéutico, nos preguntó amablemente si necesitábamos algo.
 
-Tenemos unas recetas médicas- informé enseñándole los papeles.
 
-Siganme, por favor- le acompañamos hasta el mostrador.
 
Los dos esperamos, de pie, a que el hombre llegara, había entrado en una habitación contigua donde guardaban los medicamentos perfectamente clasificados.
 
-Aquí están- apoyó, con mucho cuidado, las cajitas el mostrador- me falta una de las vitaminas. Como no hay mucha gente voy a subir a la planta de arriba a ver si están por allí- asentimos viendo como se alejaba entrando en el ascensor restringido, solo para personal autorizado.
 
Ambos intuimos que posiblemente aquello le llevaría un buen rato, por lo que, intuitivamente, nos acercamos a la estantería de lubricantes y algunos productos del estilo.
 
-Channie mira-le señalé el lado derecho de la estantería, ya que se estaba fijando en la parte izquierda- es de cereza- me sorprendí, unas ganas tremendas de probar ese sabor de lubricante invadieron mi cuerpo.
 
-Es la primera vez que lo vemos. ¿Quieres que lo probemos?- asentí con una repentina timidez- en cuanto desaparezca este molesto resfriado te prometo que lo probaremos- cogió el bote dejándolo junto con las cajas de los medicamentos, en el mostrador.
 
-Las he encontrado- bajó, el farmacéutico muy ilusionado.
 
-Genial- sonreí intentando olvidar la interrupción del feliz hombre ante el apasionado beso que tenía pensado darle a Chanyeol.
 
Los medicamentos, junto con el bote rojo del lubricante, fueron metidos en una bolsa de plástico. Pagamos cada una de las cosas y nos dirigimos a casa.
 
Ese día aprovechamos, que por la visita al médico me habían dado el día libre en el trabajo, para levantarnos un par de horas más tarde, por lo que la mañana se pasó con extremada rapidez.
Senté a Chanyeol en una de las sillas de la cocina. Muy decidido me coloqué, anudándomelo a la cintura, el delantal que Kyungsoo nos regaló a todos hace unas cuantas navidades.
 
-Baek dejame ayudarte- insistió una y otra vez con la intención de levantarse.
 
-De eso nada, ya te has esforzado bastante hoy saliendo a la calle- le respondí cada vez que repetía lo de ayudarme.
 
Saqué dos huevos del frigorífico, corté un poco de pimiento, otro poco de calabacín y unos trozitos de pulpo que hace tres días habíamos congelado. Hacía bastante tiempo que no comíamos nada típico de Corea, aquello era bastante fácil de hacer, así que no tardé ni cinco minutos en cocinarlo en la sartén.
 
-Huele de maravilla- se levantó abrazándome por la espalda.
 
-Pues si. Tenía tantas ganas de preparar algo así- me moví unos centímetros separándome de Chanyeol- voy a prepararte la pastilla, en el papel ponía que es con cada comida- saqué el medicamento de la caja blanca- ahh- abrí la boca con la intención de que me imitara, introducí la pastilla dejándola encima de su lengua, acercándole un vaso de agua.
 
-Gracias Baekhyunnie- pasó sus largos brazos por mi cintura, acariciando la pequeña creciente barriga en tanto que yo volvía a centrarme en la comida.
 
-De nada, cariño- le besé velozmente sacando los platos del mueble.
 
-Baek … -se quejó con aegyo con la intención de regañarme.
 
-Vamos a comer anda- coloqué los platos en la mesa, poniendo lo que necesitábamos en dos segundos con la ayuda del romántico Chanyeol.
 
Terminamos lo que había preparado en escasos diez minutos. No nos habíamos dado cuenta del hambre que teníamos hasta que no nos sentamos en la mesa a comer. Dejamos los platos sucios en el fregadero, dirigiéndonos al dormitorio con la intención de tumbarnos.
 
-Channie me encantan como te quedan esos bóxer- desde que habíamos llegado a casa y nos habíamos quitado la ropa, excepto los bóxer, para estar más cómodos, aquella prenda me estaba llamando la atención. Sin duda puesta en su delgado cuerpo quedaba diez mil veces mejor que doblada.
 
-¿Si? A mi también me gusta como te quedan los tuyos-posó dulcemente su cabeza en mi pecho, acariciando con suaves movimientos mi barriga.
 
Así los dos nos quedamos dormidos. Descansando, con una breve siesta, por poco más de hora y media.
 
-Channie ¿Estás despierto?- pregunté extrañado al verle dándome la espalda, moviéndose raramente.
 
-Sí- se giró mirándome a los ojos- he tenido un sueño muy raro- volví a acurrucarme en sus brazos.
 
Siempre me había llamado la atención como nos quedábamos dormidos abrazados y despertábamos separados cada uno en su lado de la cama.
 
-¿Qué has soñado cariño?- le besé el pecho mirando su blanca piel con ternura.
 
-No me acuerdo- levanté mi cabeza centrándome en su rostro- creo que las pastillas del médico me han sentado de maravilla- llevé mi mano a su frente, comprobando que, efectivamente la temperatura había bajado un poco.
 
-Ves- le golpeé con suavidad -te dije que si íbamos al doctor te pondrías mejor- posé mis labios por su cuello, me moría de ganas de volver a sentir a Chanyeol como antes de aquel susto.
 
-Lo sé- sus manos acariciaban mi barriga- pero sabes lo poco que me gusta ver a los doctores- me incorporé echándome sobre él, con mi cabeza descansando en su hombro.
 
-Channie -susurré en su oído bajando mis brazos hasta la zona de sus bóxer- Channie tengo muchas ganas- me mordí el labio inferior adentrando mi traviesa mano en el interior de los bóxer.
 
-Baek espera- sonrió bajando sus manos también, acompañando a las mías, retirándolas de su zona sensible- mi vida, estás hecho un salvaje- sonreímos riéndonos apasionadamente.
 
-Un poco.
 
-Pues muy mal ¿Te estás aprovechando de que estoy enfermo?- asentí ilusionado, dándole toda la razón- Baek, de verdad. Cariño espera a que me mejore, no quiero que mis dos amores se enfermen por mi culpa.
 
-Joo … -suspiré apenado- pero que coste que lo hago por el bebé y porque se te ve cansado.
 
-Te compensaré, te lo prometo- nos abrazamos dejando que el silencio de la casa nos llenara de tranquilidad.
 
Nos trasladamos de la cama al sofá sin cambiarnos de postura, abrazados nos sentamos en el sillón. Encendimos la televisión echándole un vistazo rápido a cada uno de los programas que transmitían a esa hora. No vimos nada interesante, así que apagamos el aparato centrándonos cada uno en su teléfono.
 
-¿Si?- contesté a una llamada que recibí mientras miraba algunas fotos que Chanyeol y yo nos habíamos hecho con mi móvil.
 
-¿Baek? Soy D.O- dijo con una alegría extrema.
 
-Hola Kyungsoo -le saludé indicándole a Chanyeol, al decir su nombre, con quien estaba hablando.
 
-¿Qué tal en el médico?- se interesó escuchándose a lo lejos el sonido de los motores de coches y motos.
 
-Todo bien ¿Dónde estáis? -pregunté con curiosidad.
 
-En la calle, dando un paseo. Estamos cerca de un parque de vuestra zona.
 
-Eso es genial. Kyungsoo espera un segundo- apoyé el móvil contra mi pecho para evitar que se oyera algo- Channie ¿Quieres que le diga a los chicos que se vengan a casa a pasar la tarde?
 
-Vale- sonrió mostrando sus perfectos dientes.
 
-¿Kyungsoo?- cuestioné preocupado por si había colgado la llamada.
 
-¿Si? -contestó entre risas.
 
-¿Qué estás haciendo? -me impresioné con esas risas.
 
-Nada, es Jongin. Kai para, por favor- pidió sin dejar de lado la felicidad.
 
-Bueno... no quiero saber lo que estáis haciendo. Si queréis cuando terminéis os pasáis por casa, voy a llamar a los chicos.
 
-Genial, en unos diez minutos estamos allí. Hasta luego- colgué el teléfono dejándolo encima de la mesa.
 
Me dirigí a la cocina preparando el café para los invitados en tanto que, como le había encargado, Chanyeol le mandaba mensajes a los chicos proponiéndoles que se vinieran a pasar la tarde.
 
Kyungsoo, tan puntual como siempre, entró en casa con un muy cariñoso Kai enganchado del brazo. Nos saludamos como siempre, acomodándonos en el sofá. Los dos que acababan de llegar se interesaron por la revisión del médico y el resfriado de Chanyeol, a lo que ambos contestamos muy animados que el bebé estaba muy bien y Chanyeol se estaba mejorando.
 
Los siguientes en llegar fueron Luhan y Sehun, junto con Tao y Kris, que al parecer los cuatro se habían encontrado en la calle. El siempre animado Chen, acompañado del callado Xiu Min, fueron los últimos en llegar, ya que Suho y Lay acababan de salir de una larga reunión y se encontraban muy cansados así que no pudieron venir.
 
-¿Cómo está mi sobrinito?- acarició mi barriga agachándose, mirándola con atención.
 
-Muy bien- contesté contento.
 
Los diez tomamos asiento repartidos en el sofá, en el sillón y en las sillas que teníamos repartidas por toda la casa. Sin duda nuestro piso era el más pequeño de todos, no nos gustaban las enormes mansiones de las afueras como donde vivían Tao y Kris, ni siquiera nos enloquecía el espacioso piso céntrico de Suho y Lay. A Chanyeol y a mi simplemente nos encantaba nuestro acogedor hogar.
 
-En el próximo mes nos dirán si es un niño o una niña- informó Chanyeol orgulloso en tanto que merendábamos el café, o la infusión, junto con unos deliciosos pasteles que Luhan y Sehun habían traído.
 
-¿Si? Eso es genial- se alegraron todos.
 
-Yo quiero que sea una niña- soltó Tao de un forma muy adorable.
 
-Yo también- le siguió Kyungsoo.
 
-Pues yo prefiero que sea un niño- Xiu Min expresó su opinión, que al parecer era la misma que la de Kai y la de Kris.
 
Los chicos empezaron una tranquila discusión en tanto que Chanyeol y yo nos mirábamos un poco sorprendidos. De los tres meses que llevábamos del embarazo no se nos había ocurrido preguntarnos si preferíamos un niño o una niña.
 
La tarde se pasó con velocidad viendo la televisión y hablando de temas que más o menos a los diez nos gustaban. Era la hora de cenar, nadie tenía muchas ganas de ponerse a cocinar, por lo que llamamos para que nos trajesen unas pizzas a domicilio.
 
-Channie vamos a la cocina que voy a prepararte la pastilla- los dos nos alejamos del grupo. Sacamos la pastilla de la caja y, junto con un vaso de agua, le dije que se la tomara.
 
-Gracias Baek. Siempre estás tan pendiente de todo- nos cogimos de las manos volviendo al salón, escuchando a los chicos hablar ilusionados.
 
-¿Qué estáis haciendo? -pregunté incrédulo al ver como Chen se guardaba un papel en el bolsillo de la chaqueta -¿Qué es eso?- cogí el papel, sorprendiéndome al instante con lo que tenía escrito.
 
Un simple folio arrancado de una libreta no muy grande con dos columnas escritas, una que ponía ''Niño''  donde estaban apuntados los nombres de Kris, Xiu Min y Kai, y en otra que ponía ''Niña'' con Tao, Luhan, Suho, Lay, Chen y D.O.
-¿Estáis apostando con nuestro bebé? -no me lo podía creer.
-Sí, hemos llamado a Suho y a Lay para que también participaran. Quienes pierdan se tendrán que tintar el pelo, ¿Queréis apuntaros? - propuso Chen ganándose un suave golpe de mi parte.
-No, gracias. Enserio, yo creía que os conocía pero cada día me sorprendéis más.
 
A eso de las once los chicos decidieron irse. Tao tenía clase a primera hora y casi todos teníamos que ir a trabajar.
 
-Baek vamos a la cama. Estoy muy cansado- le abracé por la espalda, tumbándonos los dos directamente en la cama.
 
-Channie ¿Tú prefieres que sea un niño o una niña?- unos repentinos nervios aparecieron de la nada.
 
-A mi me da igual, es nuestro bebé- sonrió de una forma muy paternal- ¿Y a ti?
 
-Yo igual, no me importa- nos abrazamos dejando que el largo brazo de Chanyeol se ocupara de apagar la luz.
 
-Buenas noches mis amores, os quiero mucho- le besé sintiendo sus gustosos y apetitosos labios con los míos.
 
-Nosotros también te queremos. Buenas noches, mi vida- me acurruqué en su pecho sintiendo los tranquilos latidos de su corazón tranquilizándome de una forma tan increíble. Sentía que flotaba encima de unas esponjosas nubes, que mi cuerpo no pesaba ni siquiera un gramo , y que todo era de un precioso color azul cielo. Los nubes se movían, sin embargo, mi cuerpo seguía ahí, flotando, sumergido en un precioso sueño.
Notas finales:

¿Qué tal? ¿Qué les ha parecido?

Jjejejeje este Baek esta deseando que Chanyeol se libre de su resfriado jejejej y Chen jejejej este troll :D Por cierto ustedes creen que va a ser un niño o una niña?? 

Dejen comentarios con sus opiniones, por fiii <3 

Espero que les haya gustado <3

Un súper abrazooo ^^

Os quierooooooooo


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