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Sois mi vida por CWC

[Reviews - 206]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Holaaaa ^^

¿Qué tal están? :D

Muchas gracias por los reviews :3 jejejej se que siempre lo digo, pero es que me ponen muy feliz  ^^

Espero que les guste <3

Desperté a unos milímetros del filo de la cama, me moví un poco topándome con el largo y dormido cuerpo de Chanyeol. Los rayos del sol se adentraban por la ventana inundando la habitación con una acogedora claridad. Me levanté de la cama sonriendo tontamente al toparme con toda la ropa tirada por el frío suelo, sin duda eramos unos salvajes cuando el placer se apoderaba de nosotros. Cerré la puerta del cuarto para molestar lo menos posible a Chanyeol, y que así pudiera dormir un rato más.
 
Me senté en el sofá mirando la hora en el móvil, eran las diez y media. En cualquier otro día, aquella hora significaría que habíamos dormido bastante, teniendo en cuenta que nos levantábamos, de lunes a sábado, a las siete de la mañana. Sin embargo, esa noche habíamos llegado a casa a las cinco de la mañana, lo que significaba que, entre unas cosas y otras, había descansado menos de cinco horas.
 
Me dirigí a la cocina echándome agua en uno de los vasos del mueble. Me senté en la mesita debatiéndome entre preparar el desayuno o volver a la cama. Ya me había desvelado y el sueño había desaparecido pero no era bueno para el bebé dormir menos de las ocho horas recomendadas.
 
Mientras que mi cabeza daba vueltas decidiendo que hacer el móvil de Chanyeol comenzó a sonar. Corrí acelerado hacia la entrada del piso buscando, por todos los bolsillos de su chaquetón, el ruidoso aparato.
 
-¿Si?-contesté la llamada deseando que Chanyeol no se hubiera despertado con el ruido.
 
-¿Baekhyun?- me inundó una especie de sorpresa y nervios. De todas las personas que pensé que podrían ser nunca me imaginé que fuera su madre.
 
-Señora Park. Buenos días ¿Qué tal están?- mi voz sonó extremadamente contenta.
 
-Buenos días, Baekhyun. Estamos muy bien, gracias ¿Y tú? ¿Qué tal lo llevas?
 
-Muy bien también, gracias- hubo un pequeño e incómodo silencio.
 
-¿Está Chanyeol? Necesito hablar una cosa con él.
 
-Está dormido, ayer llegamos un poco tarde- me excusé recordando la maravillosa sorpresa.
 
-¿Te he despertado?- sonó preocupada.
 
-No, no se preocupe. Ya estaba despierto.
 
-Muy mal, tienes que descansar- me regañó con un tono dulce que me hizo sonreír -Dile a Chanyeol que me llame cuando se despierte, por favor. Tengo que decirle una cosa, no te preocupes no es nada muy importante- me mandó un sonoro beso- cuidaros mucho. Os quiero.
 
-Nosotros también- no pude evitar emocionarme con aquellas palabras. Los padres de Chanyeol se preocupaban por mi igual que lo hacían por su hijo. 
 
Recuerdo perfectamente el día que se lo dijimos, pensé que todo saldría mal y que nos odiarían, pero afortunadamente no fue así, todo cambió para mejor y sus padres se portaban conmigo de una manera muy cariñosa y adorable. 
 
Me volví al sofá tras darles las gracias por llamar, me tumbé ocupando todo el espacio, encendí la televisión, y aunque a esas horas de un domingo por la mañana solo echaban programas repetidos, me decanté por uno de cocina. Le medio presté atención turnando mi vista entre la pantalla del móvil y la de la televisión.
 
Dejé pasar el tiempo hasta que el reloj del teléfono hizo acto de presencia indicando que eran pasadas las doce y media. Me adentré en la cocina preparando, con mucho cariño, un delicioso desayuno. Coloqué las cosas en la bandeja con mucho cuidado: empecé con una taza bastante grande del café preferido de Chanyeol, una infusión con azúcar y unas galletas de chocolate y otras de canela; seguí llenando el diminuto espacio que quedaba libre con dos vasos de zumo de naranja recién exprimidos, junto con un pequeño cuenco de plátano cortado en trocitos.
 
Abrí la puerta del cuarto con cuidado, dejé la bandeja en la mesita de noche y me senté cómodamente en mi lado de la cama. Miré el precioso rostro dormido de Chanyeol observando con atención la cara de niño bueno que tenía.
 
Le aparté los pelos de la cara que cubrían una parte de su rostro. Me acerqué, con lentitud, besándole en la frente. Sus ojos se abrieron pesadamente al sentir el veloz contacto de mis labios.
 
-¡Buenos días!- sonreí mirándole, se movió acurrucándose en mis piernas, apoyándose en mis muslos con la intención de volver a dormirse – Channie es tarde, hay que levantarse – abrió de nuevo los ojos.
 
-Buenos días, Baek- llevó su mano a mi cuello dándome el matutino beso de buenos días.
 
-¿Qué tal has dormido? -pregunté acariciándole la zona del flequillo.
 
-De maravilla, ¿Y tú?- le acerqué el vaso de zumo.
 
-Genial- le besé degustando el sabor de la naranja en su boca.
 
Desayunamos tranquilamente en la cama, sin prisas y sin agobios. Nos levantamos para dejar la bandeja en la encimera de la cocina. Habíamos pensado en dejar las cosas en la mesita de noche, pero con lo torpes que eramos lo mejor era quitar aquello de la zona peligrosa. 
 
No tardamos ni veinte segundos en volver a la gustosa cama, tumbándonos dulcemente abrazados dejando que el tiempo pasara sin importarnos nada más que nosotros dos, nuestras caricias y nuestro bebé descansando en el interior de mi barriga.
 
Me incorporé, retirándome de su pecho, mirándole apasionadamente en tanto que pasaba mi lengua por mis delicados labios.
 
-¿Quieres que me vuelva loco?- asentí percibiendo la suavidad de sus manos en mi cintura.
 
-Quiero que me hagas el amor como solo tú sabes hacerlo- susurré en su oído con un tono irresistible.
 
No hizo falta decir ni una sola palabra más para que nuestros labios se juntaran desesperadamente, con una enorme pasión. Nuestras manos recorrieron, con delicadeza, el cuerpo del otro. Las manos de Chanyeol se pararon en mi trasero, acariciándolo dulcemente con movimientos circulares, en tanto que las mías sujetaban con fuerza su cuello, y parte de su pelo.
 
Nos movimos ligeramente sintiendo el roce de nuestros miembros. La noche anterior nos quedamos  dormidos completamente desnudos, por lo que no hizo falta tener que deshacernos de la ropa que seguía tirada en el suelo.
 
Acaricié su miembro con mis dedos mientras que él jugaba con mis pezones. De vez en cuando uno de los dos soltaba un gemido debido a ese cariñoso contacto.
 
Estiré mi brazo logrando coger el bote de lubricante que, sin darnos cuenta, acabó en el suelo haciéndole compañía a la ropa. Le di el bote a Chanyeol agarrando desesperadamente su cuello, devorando con impaciencia sus labios. 
 
Aprovechó que nos estábamos besando para esparcir una cantidad considerable de aquel líquido viscoso transparente en mi miembro. Chanyeol se separó de mi entre risas, bajando hasta mi zona íntima. Me lanzó una mirada salvaje antes de hacerme gemir de placer con su boca saboreando mi miembro.
 
-Sabe dulce- informó una vez que se separó.
 
-Lo sé- sonreí besándole con desesperación sintiendo ese sabor de la cereza.
 
Chanyeol me pidió que me tumbara en la misma posición de siempre, acomodé mi espalda en el colchón y mi cabeza sobre la almohada, sujetando mis piernas con mis brazos. 
 
Antes de empezar a prepararme comenzó con ligeras caricias por la zona y rápidos besos por mis muslos. Se recubrió los dedos del lubricante antes de adentrar el primer dedo. No sentí nada más que placer con sus movimientos dinámicos. El segundo dedo me hizo cerrar mis ojos como acto reflejo, esperando a que el dolor desapareciera lo antes posible. No tardó mucho en meter un tercero  que me hizo arquear la espalda, Chanyeol me besó sin olvidarse de sacar y meter sus largos dedos.
 
-Channie … -le llamé una vez que mis caderas siguieron aquellos frenéticos movimientos.
 
-¿Ya? - asentí mordiéndome el labio inferior.
 
Sacó sus dedos sustituyéndolos por su miembro. Poco a poco, y con una lentitud extraordinaria, fue metiendo su miembro. Esperó a que me acostumbrara acariciando mi miembro. Comenzó a moverse lentamente, entrando y saliendo de mi a una velocidad mínima.
 
-¡Channie! - gritaba cada vez que tocaba mi punto exacto. 
 
Aumentó su velocidad sin que yo me diera cuenta, mis piernas estaban apoyadas en sus hombros y de mi boca no dejaba de salir su nombre.  Mi cuerpo se movía al fuerte ritmo que Chanyeol iba marcando. Me incorporé de la cama dejando que Chanyeol me sujetara con uno de sus brazos en mi cuello y otro en mi cintura. Me agarré a su cuello en el instante en el que se levantó de la cama conmigo. Nos trasladamos de la cama a la pequeña e inestable mesa de la cocina, donde decoramos todo el suelo de servilletas de cuadros verdes. 
 
Decidimos volvernos a la cama para terminar allí y, por si acaso, no manchar la cocina. Chanyeol se corrió en mi interior y yo lo hice, segundos después, en su mano. 
 
Nos separamos unos centímetros relajando nuestras aceleradas respiraciones. Nos miramos sintiendo las subidas y las bajadas de nuestro pecho. Entrelazamos nuestras manos sin dejar de dedicarnos sonrisas.
 
-Te amo Channie- confesé volviendo a sentir su cuerpo abrazándome, dejando con suavidad parte de mi cuerpo sobre el suyo.
 
-Yo también, mi vida- acarició mi pelo con dulzura.
 
Continuamos en la cama por más de treinta minutos. Esa cariñosa postura nos relajaba enormemente.
 
Chanyeol se había levantado tan tarde que eran más de las tres y ninguno de los dos teníamos hambre. Nos dirigimos a la cocina con la intención de comer algo ligero. Sin embargo,  al abrir el frigorífico para buscar algunas sobras de días pasados, a Chanyeol se le ocurrió preparar un delicioso plato que le vino a la mente. 
 
Me senté en la mesita viendo como, pervertidamente, cortaba unas verduras salteandolas en la sartén. Acompañó el pimiento, la zanahoria, la cebolla y el calabacín con una carne deliciosa que recubrió toda la casa con su apetitoso olor mientras que se calentaba.
 
En tanto que Chanyeol se centraba en que la carne quedara en su punto, yo recogí las servilletas del suelo y preparé rápidamente la mesa.
 
-¿Qué tal está? -se interesó ansioso en cuanto me llevé los palillos a la boca.
 
-Delicioso, aunque quema mucho- abrí ligeramente la boca buscando que un poco de aire enfriara el trozo de carne junto con las verduras.
 
Sin esperarme, en ningún momento, su reacción acortó el espacio que nos separaba acercándose a mi rostro, soplándome con la intención de remediar aquello. Estaba tan sorprendido con aquel gesto que no pude evitar que mis mejillas se pusieran rojas.
 
-¿Mejor?- dejó de soplar consiguiendo que asintiera tímidamente.
 
-Gracias, Channie- sonrió acercándome un trozo de carne que comí gustoso.
 
Devoramos aquel plato en escasos diez minutos. Era un plato simple, no requería de muchos ingredientes ni de mucho tiempo para hacerse, pero estaba delicioso.
 
Nos volvimos a la cama con la intención de relajarnos en una corta siesta. No obstante, nada más acomodarme en el gustoso colchón recordé la llamada de la madre de Chanyeol.
 
-Mierda- salí disparado de la cama dirigiéndome al salón, acercándome a la mesita donde horas antes había dejado su teléfono.
 
-¿Qué pasa?-  me siguió preocupado -Baek, ¿Qué te pasa?- me miró fijamente.
 
-Se me ha olvidado- me salió un poco de aegyo- esta mañana ha llamado tu madre, me ha pedido que la llamarás cuando te levantaras. Tenía que decirte una cosa.
 
-Me has asustado- suspiró intentando relajarse- ¿Mi madre? ¿Hablar conmigo? 
 
-Toma- le puse el móvil en la palma de su mano derecha- llamala y te disculpas por mi, se me ha olvidado completamente.
 
-Vale- volvimos a la cama acurrucándonos el uno contra el otro en tanto que marcaba el número de su casa.
 
-¿Chanyeol?- se escuchó al otro lado.
 
-Mamá- dijo con un tono feliz- querías que te llamara ¿Verdad?.
 
-Sí, me tenías preocupada.
 
-Lo siento, es que Baekhyun me lo ha dicho y se me ha pasado- me enfadé mentalmente con él, no tenía que ocultar mi olvido echándose él las culpas.
 
-No pasa nada. Bueno, cariño tengo que contarte una cosa, sé que no te va a gustar pero no he podido hacer nada- suspiró antes de empezar a contarnos- como te dije, ayer tuvimos una cena importante. Nos encontramos con un amigo de tu padre que llevábamos tiempo sin ver. Nos dijo que intentó comunicarse con nosotros para invitarnos a la boda de su hijo, insistió en que le haría mucha ilusión que fuéramos, tú también- Chanyeol intentó relajarse.
 
-Mamá sabes de sobra que no me gustan esas cosas.
 
-Lo sé.
 
-No voy a dejar a Baekhyun solo por eso.
 
-Se lo dije al amigo de tu padre como excusa para ver si se le quitaba de la cabeza la idea, pero no hubo forma. Sugirió que vinieseis los dos juntos.
 
-¿Enserio? Mamá no nos gustan esas cosas -bajó su tono de voz- mamá a Baek esas cosas... de verdad... 
 
-Lo sé, cariño- suspiró resignada- el hombre insistió diciendo que irían los padres de Kris, él y su novio.
 
Por una parte me sorprendió, pero por otra parte no se me hizo tan raro, en el fondo Kris seguía trabajando en la empresa de su padre, en un puesto bastante alto, por lo que era normal que tuvieran que ir a ese tipo de cosas.
 
-¿Kris y Tao van?- su madre afirmó -da igual, no vamos a ir.
 
-No se preocupe señora Park, iremos -solté alegre cogiendo el móvil de Chanyeol.
 
-Muchas gracias, Baekhyun- agradeció contenta de haber conseguido convencernos.
 
-De nada. Le paso con su hijo- le devolví el teléfono acurrucándome en su pecho.
 
Madre e hijo se quedaron un rato hablando de la cena de sus padres y de la sorpresa que nos habían dado. Entre unas cosas y otras acabé quedándome dormido apoyado en Chanyeol.
 
Sentí el tiempo pasar en tanto que Chanyeol me acariciaba suavemente el pelo, reconfortandome y dejándome aun más tranquilo.
 
Abrí mis ojos con la intención de levantarme a eso de las seis y media. Chanyeol seguía ahí, despierto, con su mano en mi flequillo.
 
-¿Qué tal has dormido?- se interesó con una enorme sonrisa en su rostro.
 
-Muy bien- me estiré ocupando mi lado de la cama- tú al final no te has dormido ¿No?- negó pasando sus brazos por mi cintura.
 
-Me he quedado viéndote, pensando en el bebé.
 
-¿En el bebé? ¿ Y qué has pensado?- sentí una caricia en mi barriga.
 
-Quiero que sea como tú: que tenga tus lindos ojos, tu adorable nariz, tus preciosos labios, tus adorables manos …
 
-Está bien que tenga algunas cosas mías, pero también quiero que tenga cosas tuyas. Sin duda, estoy cien por cien seguro de que tendrá tu sonrisa.
 
-No sé … - nos miramos- estoy deseando tener al bebé aquí, con nosotros.
 
-Sería genial, siento decirte que todavía nos queda bastante para que nazca- le sonreí sintiendo sus labios en mi barriga.
 
-No te creas, el tiempo pasa muy rápido ¿Verdad, bebé?.
 
Pasamos una hora frente al televisor enganchados a un programa de humor que nos hizo reírnos a carcajadas.
 
Después de aquello decidimos apagar la televisión. Teníamos la intención de hacer una merienda, retrasada unas horas, con galletas y leche, hasta que unos antojos de la tarta de siempre me hicieron pedirle a Chanyeol salir a comprar a la cafetería de la esquina.
 
Nos duchamos y nos vestimos en escasos cinco minutos. Normalmente solía mandar a Chanyeol a que me lo comprara, pero ese día me apeteció acompañarle.
 
Entramos en la espaciosa y amplía cafetería deshaciéndonos de nuestras bufandas. Chanyeol instintivamente se acercó al mostrador mientras que yo me volvía loco con la deliciosa pinta que tenía todo.
 
-Buenas tar- el chico del mostrador se cortó el mismo al levantar su vista de la caja registradora y ver a Chanyeol- ¡Hola! ¿Qué tal estás?- sonrió tontamente consiguiendo que dejara los pasteles de lado, centrándome en ellos.
 
-Muy bien, ¿Y tú?
 
-Muy bien también- siguió con su sonrisa- ¿Te pongo lo de siempre?
 
-Sí, por favor-  el chico se acercó a las vitrinas que exponían todos sus productos, colocando un trozo de tarta en una bandeja.
 
-Por cierto, sé que igual se ve un poco raro -suspiró cogiendo fuerzas para decir aquello - ¿Cómo te llamas?.
 
Mis ojos se abrieron como platos, ese chico estaba intentando ligar con Chanyeol en mi cara, y encima él no se daba cuenta.
 
-Channie quiero ese -interrumpí señalando, con aegyo, uno de los pasteles al azar, enganchándome en su brazo.
 
-Vale- acarició mi cuello con su mano- me pones ese también, por favor- le indicó al chico que parecía no poder creer la situación.
 
Nos encontrábamos pagando los dos dulces cuando la mirada del chico se quedo clavada en mi barriga. Por culpa de la calefacción comencé a sentir calor, así que me deshice del chaquetón dejando al descubierto mi creciente barriga por culpa de un jersey que no tardaría en dejar de estarme bien. El chico siguió mirándome sin poder creerlo, a lo que yo simplemente asentí acariciando la pequeña barriga.
 
Salimos de la cafetería con la bolsa en la mano. Chanyeol, que había estado ajeno a las miradas que le había echado al chico, me cogió de la mano hasta que llegamos al portal.
 
En un principio pensé en hablar con él sobre las intenciones de aquel chico. Sin embargo, sabía de sobra que le daríamos más importancia de la que tenía, y eso podía afectar al bebé, así que opté por decirle que quería ir siempre con él a esa pastelería para probar los diferentes productos que tenían.
 
Después de cenar decidimos poner una película que Luhan y Sehun habían visto y nos habían dejado días atrás. La historia no estaba mal, un enfrentamiento entre bandas armadas europeas que se liaban a tiros cada vez que se veían, una película muy del inexpresivo y de Luhan.
 
Tenía la intención de volver a probar una de las posturas que llevábamos tiempo sin hacer, no obstante, después de un ataque de sensibilidad que Chanyeol solucionó en mitad de la película, acabé metido en un plácido sueño del que Chanyeol no me quiso despertar.
Notas finales:

¿Qué tal? ¿Qué les ha parecido?

Tenía pensado subir este capítulo el viernes pasado pero es que tuve un bloqueo con la historia y tardé más en escribirlo :3 

Dejen comentarios con sus opiniones, por fiiii <3

https://www.facebook.com/pages/Fanfic-CWC/1390195777889007 

Espero que les haya gustado :D   Un súper abrazooooo    -El próximo capítulo será un especial de una de las parejas ^^   Os quieroooo <3

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